Hajime vivía una vida muy normal, hasta que un día todo a su alrededor se complicó. La razón: alguien en completo anonimato le comenzó a mandar cosas no muy agraciadas y a acosar. Claro, que nunca pensó a que grado se podría empeorar la situación. 

Ambos se voltearon a ver mientras paraban en seco, el ruido de la noche era lo único que le daba efecto a ese momento. Akira ladeó la cabeza en un movimiento brusco. Lo sabía, no había necesidad de palabras para percatarse de aquello.

Hajime no podía negar que últimamente todo se había vuelto muy solitario, inclusive oscuro. Después ya no tenía aquella estrella tan brillante que le enseñase el camino, aquella estrella tan hermosa y talentosa que creía que su resplandor era falso. En aquel momento, ¿qué daría para tener a lado suyo a aquel castaño y poder decirle todo lo que no le dijo? 

Oikawa e Iwaizumi son amigos de la infancia, que emocionados por la idea de poder manipular armas, poder portar con unos trajes de camuflaje y poder presumir sus medallas, se enlistan en el ejército. Lo que ellos no saben, es que todo eso que se ve en una película, no son nada más que puras mentiras muy lejos de la cruel realidad.