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El momento exacto

Entrenamiento

12.- Entrenamiento


 


Era sábado por la mañana. Habían entrenado toda la semana y los problemas para el equipo de basquetball parecían no terminar. El juego estaba a punto de comenzar, pero el ambiente seguía tan toxico como lo había estado durante la última semana. Por suerte nadie le había preguntado nada sobre lo que estaba pasando. Aquellos integrantes del equipo que no lo sabían, debían de intuir que era mejor no tocar el tema. Era algo así como un Tabú.


Había decidido como equipo titular a Miyagi, Koshino, Mitsui, Sendoh y Takashi. Al entrar a la duela se fulminaron con la mirada entre ellos. Un grito los hizo volver a la realidad.


-¡El adversario está allá!-


El pelirrojo gritó con todas sus fuerzas apuntando con uno de sus dedos al equipo contrario. Los 5 titulares bajaron la vista avergonzados.


En el salto inicial perdieron el balón, obvio: Takashi estaba más preocupado de odiar a Sendoh y aliviar a Mitsui. Las jugadas individuales que realizaban eran buenas, tanto como para terminar entrando por el aro. Pero en cuanto debían realizar un pase empezaban las dudas ¿debían pasar el balón a su "amigo" aunque no estuviera muy bien ubicado? ¿O a su "enemigo" que estaba en buena posición? La verdad no tenían tiempo de tomar una decisión, porque ese segundo de vacilación era suficiente para que el equipo contrario les robara el balón.


A mitad del primer tiempo decidió hacer el primer cambio. Contrario a lo que había pensado, lo más tensos con todo esto eran Ryota y Takashi, así que los cambió por Endo y Hanagata respectivamente. No eran malos jugadores, pero definitivamente no eran los mejores.


El juego se volvió rápido en el ataque gracias a Endo y efectivo en la defensa a causa de Hanagata. Pero en el centro de la duela seguía habiendo una especie de agujero negro. En cuanto el balón llegaba a esta área, se perdía. Bufó frustrado.


Koshino, Mitsui y Sendoh eran una especie de triangulo amoroso. Él lo sabía y ellos lo sabían. Aún no entendía qué demonios había pensado el estúpido Puercoespín barato cuando empezó con esto. Siempre supo que era un Cassanova, debería estar agradecido de que alguien quisiera una relación estable con él, pero no... engañó a Kosh-Kosh en sus narices. Y después estaba Michi, le gustaba Sendoh, pero nunca quiso nada con él, pues sabia como era, bajó la guardia un segundo y se vio cruelmente utilizado por el pelopincho y odiado por la pareja de éste.


Volvió al presente. El primer tiempo acababa de terminar. Miró el marcador 48-36. Bufó frustrado. Las cosas no estaban yendo por buen comino. Les permitió unos minutos de descanso, para que se hidrataran y despejaran la mente, luego les dio instrucciones para la segunda mitad.


Fue peor. Al parecer a Koshino rendía más si se mantenía en la duela, el salir le sirvió para pensar y ahora estaba jugando peor. Lo cambió por Jin. Rogaba porque éste pudiera hacer una buena dupla con Mitsui, con dos jugadores de 3 puntos debían tener cierta ventaja... ¿o no?


Pues no. Su capitán y sub-capitán no eran capaces de rendir como debían. Miró el tiempo, les quedaban 10 minutos e iban 72-52. Se tomó la cabeza y apostó a un último cambio. Ya tendría tiempo de reñir a sus jugadores. Sacó a Sendoh y Mitsui y los cambió por Saito y Akita, pero este último movió la cabeza negativamente. Al parecer él sabía que no sería capaz de concentrarse. Entonces permitió a Rukawa jugar.


En la duela, la cosa mejoró un poco. Seguía sintiéndose un ambiente tenso. Nunca había pasado que el equipo no pudiera jugar precisamente en equipo. Luego de un rato se escuchó el pitazo final. El juego había terminado 86-72, una humillación. Y todo porque esos condenados muchachos no eran capaces de ponerse de acuerdo.


El equipo contra el que se enfrentaban era bueno, sí. Pero ellos eran mejores. El año anterior no habían tenido problemas para ganarles con puntajes similares a los que esta vez les recordaban su derrota. En unas semanas más tendrían un partido con uno de los mejores equipos universitarios, si es que no era ya el mejor. Suspiró, si esos muchachitos no solucionaban sus problemas sus oponentes podrían obtener fácilmente el doble de puntos que ellos. Sería deshonroso.


 


˜*˜


 


-¿Qué le pasó al equipo?- preguntó el pelinegro una vez que llegaron a casa.


-No puedo decírtelo.-


-¿Por qué?-


-Confidencialidad alumno-entrenador.-


-Te lo pregunto cómo tu novio.-


-Lo sé.-


-¿Entonces?-


Suspiró derrotado. En realidad necesitaba hablarlo con alguien. Sentía que llevaba una mochila que no tenía porque cargar. Ya suficiente tenía con ocultar su relación con Rukawa. Luego de hacerle prometer que lo que le contara no afectaría su rendimiento en el equipo, se le dijo.


-Sendoh... intentó seducirme en la preparatoria.


-Me lo imaginaba, es que eres irresistible.


Sakuragi le dijo mientras lo besaba. Luego pensó que ya que estaban siendo sinceros él también tenía algo más que decir.


-También intentó seducirme, habían pasado como 2 semanas de su ingreso al equipo. Es un descarado.


-Tranquilo... va a tomar de su propia medicina.


-¿A qué te refieres?-


-A que Takashi se siente atraído por Mitsui y a él no le es indiferente. Además de que he visto como Akita no deja de mirar a Koshino que le devuelve miradas coquetas.-


-Ese Puercoespín se quedará solo por idiota...-


-Es bastante probable...-


-No cómo nosotros.-


Y entre arrumacos, besos y caricias se les pasó la tarde.


 


˜*˜


 


Días después del partido, el pelirrojo le hizo una propuesta al pelinegro.


-¿Mi niño? Estaba pensando... eres un buen jugador, eso ya lo sabes. Pero has sido inconstante con tu entrenamiento. Puedes exigirte más, pero necesitas que alguien te asesore... me gustaría que llevaras un entrenamiento más acorde con tus capacidades. ¿Quieres que te entrene personalmente?-


-...-


-Dime algo...-


-¿Eh? Ah, sí. Por supuesto que quiero, es solo que... me tomó por sorpresa.-


-Perfecto, empezaremos hoy en la tarde. Será acá en la casa, luego de los entrenamientos en la Universidad.-


-Te amo...-


El pelinegro no pudo evitar arrojarse a sus brazos. Era todo lo que necesitaba. Saber que su pelirrojo estaba ahí, con él, interesado y atento a todo lo que necesitara. Sintió como su espalda era acariciada y como su frente era besada con delicadeza y ternura. Ese gesto en especial le hacía sentir que su pelirrojo jamás dejaría que le pasara nada, que ahí en sus brazos tendría siempre un refugio seguro.


Lo abrazó más fuerte... aquel hombre que llegó a su vida como un simple entrenador y que había dado todo de él para conseguir un poco de alegría en su mirada, ahora se había convertido en su mundo.


 


˜*˜


 


Llevaban entrenando sagradamente todas las tardes desde hace dos semanas. Habían empezado de forma suave y con ejercicios simples, más que nada había sido un trabajo para pulir sus habilidades. Algo así como un trabajo de joyería. Con el esfuerzo y la constancia, ahora Rukawa tenía una efectividad del 100% al tirar a canasta desde cualquier posición. Claro, si nadie se le cruzaba.


En eso estaban trabajando ahora. Hanamichi y Kaede comenzarían una nueva etapa. Se dedicarían solo a jugar uno contra uno todos los santos días. La idea del pelirrojo no era que el pelinegro lo derrotara, sabía que esa posibilidad estaba aún bastante lejos de sus habilidades. Solo quería que mejorara su capacidad de tiro ante un adversario fuerte, resistente, rápido, perseverante, con gran capacidad de salto, entre otras cosas.


-Me daré por satisfecho si en dos semanas el 50% de tus tiros son efectivos.-


El pelirrojo hizo el comentario con un tono burlón y Rukawa estuvo seguro que estaba fanfarroneando.


-Conseguiré bastante más que eso... en el entrenamiento de hoy.-


-¡Jajajajajajaja! Bueno, ya lo veremos.-


El entrenamiento se desarrolló sin problemas, igual que siempre. Solo que después de la hora y media de duración, el pelinegro estaba agotado y frustrado. Ninguno de sus malditos tiros había llegado a entrar.


El pelirrojo solo lo miraba. No había rastro de burla en su mirada. Todo lo contrario, estaba admirado de su niño. Pensó que se rendiría a mitad del entrenamiento. Se acercó a él y lo cogió en sus brazos para llevarlo dentro de la casa.


-Admiro tu tenacidad.-


Hizo el comentario consciente de que el pelinegro necesitaba de una buena motivación. Además no lo estaba mintiendo, era sincero. Rukawa lo apretó más fuertemente como temiendo perder su contacto, le quedó claro el por qué cuando escuchó que le hablaba.


-Tú no deberías estar aquí. Deberías estar jugando en la NBA.-


-Me gusta Japón. Solo podría estar en EEUU de paseo, no podría vivir ahí. Tengo muchas cosas aquí... y en ese momento tenía muchas cosas más. Además... si me hubiera ido no nos hubiésemos encontrado...-


Lo último lo dijo apretándolo más fuerte contra su pecho. Habían llegado al segundo piso, lo deposito con cuidado junto a la puerta del baño y luego de un beso en la frente cargado de emociones bajó para guardar el balón y las cosas que habían dejado tiradas en el patio.


 


˜*˜


 


Un mes después y varios partidos de práctica, las cosas parecían mejorar para el equipo de basquetball. Tal como lo había pronosticado Rukawa, el enredo amoroso había dado paso a la formación de algunas parejas. Mitsui y Takashi eran oficialmente novios y todo el equipo lo sabía y los apoyaba. Koshino por su parte estaba siendo cortejado por Akita, aún no tenían una relación formal pero salían bastante seguido. Sendoh por su parte... había vuelto a las andadas, todas las semanas se le conocía una nueva conquista.


El ambiente estaba más relajado y si bien no podían cambiar lo que había pasado, parecía ser un hecho bastante lejano.


Otro hecho que a todos los integrantes del equipo les había llamado la atención era el cambio en el juego de Rukawa. Se había vuelto endemoniadamente bueno. Muchos se preguntaban a que se debía ese cambio ¿Qué acaso no dormía y practicaba toda la noche? Porque por lo que sabían su rendimiento académico no había bajado... ¿entonces? No tenían una explicación lógica.


Sakuragi se sentía un poco culpable por estar entrenando a su niño de una manera especial. Si lo pensaba fríamente, era poco ético. Pero también sabía perfectamente que los demás no tendrías las energías ni las habilidades para soportar ese entrenamiento. Así que lo dejaba de momento. De pronto se le ocurrió una idea.


-Chicos, acérquense.-


Esperó hasta que llegaron los 11 muchachos y decidió continuar.


-Se me ocurrió una idea. Tendrán una semana libre, entrenaran por su cuenta. Luego de este tiempo veremos sus avances. Formaré tres equipos y los ganadores se irán a Kyoto por 3 días.


Observó a sus alumnos durante unos segundos. Asentían con la cabeza y comentaban emocionados. Les había gustado la idea, así que siguió.


-El grupo 1 estará conformado por Mitsui, Koshino, Endo y Hanagata. El grupo 2, Takashi, Akita, Miyagi y Sendoh. En el grupo 3 serán Rukawa, Saito y Jin. Jugarán en tríos y ustedes se encargaran de todo.


 


˜*˜


 


El día de la competencia se dio cuenta que su idea había tenido frutos. El grupo 1 ganó dos juegos y el grupo 3, ganó uno. Independiente del resultado que obtuvieran lo que él quería es que jugaran en equipo.


Mitsui y Koshino se complementaban bastante bien considerando lo que había pasado. Por otro lado Takashi y Miyagi habían dejado de culpar a Sendoh, que no le guardaba rencor ni a Akita ni a Takashi.


Y finalmente, el grupo que más le importaba, el 3. Jin era un buen jugador, pero por su tranquilidad era a veces ignorado, ahora había sacado su voz de mando y había sido respetado. Bajo su dirección Rukawa fue el encargado de enseñarles nuevas técnicas que si bien no dominaban, ahora solo debían practicar. Y finalmente Saito, que era el más débil del equipo había crecido mucho en esos días, con la confianza de Jin y las enseñanzas de Rukawa había dado un paso inmenso.


 


˜*˜


 


-¿Por qué hiciste todo eso?- dijo Rukawa curioso.


-Todos tenían que madurar y limar asperezas... lo consiguieron.-


-¿Qué esperabas de mí?-


-Que jugaras en equipo. En nuestros entrenamientos estamos solos. Para algunas técnicas vas a necesitar un equipo. La idea era que Jin se encargara de guiarte en tu camino, por su forma de ser no le sería difícil. Tú solo debías preocuparte de enseñar, especialmente a Saito. Apostaría a que nunca habías tenido tanto contacto e intercambio de palabras con otros que en estos últimos días.


Rukawa se sonrojó, su hermoso pelirrojo tenía razón. Nunca había jugado "tan en equipo" como últimamente. Era como tener fuego corriendo por las venas... se sentía endemoniadamente bien.

Notas finales:

Gracias a las personas que han dejado sus Review. Sigan haciéndolo y leyendo. Espero que les este gustando.


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