Piso la madera de la galeria de la parte trasera de la casa mirando con atención la blanca y fría nieve cubrir todo a su paso, pequeños copos de esta caían muy suavemente posandose uno contra otros y suspiró hacia el cielo mirando su calido aliento volar desapareciendo. El cielo cubierto por nubes no le dejaban ver el cielo azul pero no le importaba para nada.
Era casi como un instinto el aprecio hacia la nieve, en pocas palabras: le encantaba.
Con cuidado metió sus descalzos pies en ella, una corriente lo recorrió por completo y dejó caer todo su cuerpo sobre la sustancia fría, su rostro y toda la piel descubierta descubrió nuevamente lo que era el intenso frío que no podía compararse con el del congelador.
Aun así un ruido cercano lo distrajo completamente de su momento de paz con la nieve, al levantar la mirada y agudizar el olfato encontró un bulto blanco en la nieve. Curioso se acercó y pronto dos ojos celeste se pozaron el los suyos, algo sorprendido se dio cuenta de quién era aquel pequeño animal.
Una cola blanca descubrió el pequeño cuerpo mostrando a aquel zorro travieso que era su hermano adoptivo. Una fuerte carcajada escapó involuntariamente de su boca sorprendiendo a ambos.
Cubrió lo más rápido que pudo su boca y sus ojos lagrimearon ligeramente al ver lo mucho que su hermano había cambiado en esos tres meses.
Ciertamente el había viajado a visitar a su madre dejando a Naruto solo con su padre y pareja, pero no se esperaba encontrar esa gran diferencia en el suave y brillante pelo del rubio.
Ahora lo tenía frente a el, completamente blanco. El naranja habia desaparecido completamente dandole el paso a un blanco del mismo color que la nieve, su rubio era todo un zorro echo y derecho.
-¡Maldito bastardo!- gritó el animal enojado, sus ojos celestes resaltaban a un más con aquel blanco cubriendo su cuerpo-¡Encima que no te veo hace mucho tiempo, vienes y te ries de mi!- gritó a un más enojado.
-Lo siento Naruto, pero es que has cambiado mucho- trató de replicar poniéndose más serio-¿Vas a saludarme?
De un moviento muy rápido, el rubio cambio de forma y juntó nieve en su mano para luego lanzarla fuerte dobre el rostro del mayor que no tuvo tiempo a reaccionar y recibió toda la nieve en su rostro, ahora el que reía escandalosamente era Naruto.
Al quitar la sustacia de su cara pudo observar como el menor se retorcía de forma escandalosa, su orgullo dolió y ya enojado saltó sobre el cuerpo de este apresandolo con todo su peso. Naruto solo rió más fuerte y abrazo el cuerpo tratando de que el otro no lo golpeara. Cuando los otros brazos rodearon su cuerpo se apoyó contra la nieve y observó a Naruto bajo su cuerpo, mirándolo con aquellos celestes cielos y su rostro adornado con aquel suave sonrojo.
-Te extrañe Sasuke de veras- escapó del menor mientras una sonrisa alegre se dibujaba en su rostro.
-Y yo a ti- fue lo único que pudo salir de sus labios con su voz tan seria y ronca.
El rubio se apretó al otro cuerpo pudiéndole permitir que sus labios se apoyaran gustosos en los de Sasuke, quién sorprendido se sonrojó notablemente y suspiró encantado. Su cola se agitó como pocas veces en su vida y sus orejas calleron rendidas entre su cabello ante tal acto de ternura.
Naruto solo rió contento de poder ver a su hermano mayor corresponder aquel acto que raramente era posible entre hermanos, si bien sabía a la perfección que Sasuke no era de su sangre no podía evitar pensar que estaba mal hacer aquello.
Pero Naruto amaba a Sasuke y se daba cuenta cuando estaba cerca de el y su estomago se revolvía gustoso.
-¿Que fue eso?- dijo Sasuke, unos ligeros estremecimientos en el cuerpo del rubio fueron suficientes para darse cuenta que el frío iba a caerle mal-Mejor vamos a dentro, tanto frío va a caerte mal.
-Pero a ti te gusta la nieve- replicó el menor.
Naruto no era amante del frío, más bien del calor y el sol calentito.
-Pero prefiero que tu no te enfermes- dijo serio y sin expresión el mayor, aun así Naruto notó el tono preocupado en su voz.
-Ok- respondió tan energetico como siempre, de un salto se levantó y corrió con pasos graciosos hasta la galeria de la casa subiendo los pocos escalones-¡Vamos teme!- gritó con ambas manos alrededor de su boca tratando de que esta saliera más fuerte.
-Ya, tranquilo inutil- sus pies no parecían querer dejar la nieve, metió sus manos en los bolsillos y solo fue hasta donde Naruto lo miraba con una gran sonrisa-Merezco una recompensa ¿Sabes?
-Oh, claro- colocándose de puntillas acercó una vez más sus labios en los agenos y a gran velocidad corrió hasta la casa dejando al mayor algo sonrojado y sorprendido.
Tampoco vio aquel detalle oculto en entre sus piernas. Sasuke solo suspiró consado al ver que las desgraciadas erecciones no cedían.
Con paso gracioso se adentró a la casa, dispuesto a hacerce un favor(*).
...
Abrió como todas las mañanas sus ojos al sentir el molesto ruido del despertador rompiendo el agradable silencio del cuarto.
Como la mayoria de sus días normales, se bañó y vistió con su uniforme de su instituto. Al salir de la habitación un olor agradable golpeó su nariz y encontró a su adorable hermano sonriéndole.
-Buenos días Sasuke- dijo Naruto emocionado, se paró de puntillas y dejó en sus labios un ligero beso cariñoso-Salgamos o se nos va hacer tarde de veras.
Desde los pasados dos meses su hermano tenía la costumbre de besarlo, ya que según Naruto era por que las personas que se querían mucho se besaban, y Sasuke como todo pervertido no hacia nada más que recivirlo y correrponderlo solo unos segundos.
Como consecuencia su pene parecía querer algo de acción también, más solo se satisfecía con un buen tratamiento de masturbación o conquistando a una de las tantas chicas putas que se le regalaban.
Su vida no mejoraba, quizá los besos de su amado reparaban un poco, pero la culpa de pensar en el desnudo cuerpo de su prohibido romance lo estaba matando. Casi ya ni dormía por temor de tener sueños muy mojados y despertar con su hombría imitando el monte Everest.
Pero nada se comparaba cuando pensaba en cosas sucias en público y su amiguito despertaba, nadie lo había visto jamás pero temía ser encontrado con aquello frente a Naruto. No sabía como podría llegar a reaccionar el menor y se odiaría a si mismo si él dejara de quererlo por vergüenza o mucho peor: Asco.
Salió de su casa solo para encontrarse a un pelirrojo saludando muy cariñosamente a su Naruto, este hablaba con este emocionado mientras Gaara solo sonreía ligeramente aunque su mirada no se distraía de Naruto.
Celoso como nunca había estado caminó apresurado apartando con su mano el cuerpo de el otro chico, algo que Naruto al parecer había notado.
-¿Sasuke, que haces? Estaba hablando con Gaara de algo muy importante- replicó el menor jalando la manga de la camisa del mayor algo molesto-Eso es de mala educación.
-Me importa un...- los ojos del otro se tornaron oscuros y reprochantes, por lo que comiéndose su orgullo se dirigió hacia el pelirrojo-Buenos días Sabaku.
Gaara observó aquel pequeño detalle tomando nota.
-Para ti también, Uchiha- ambos conectaron sus miradas las cuales parcían enviar rayos entre ellas.
-Oígan dejen de comerse con la mirada, me ponen celoso- los dos mayores vieron caminar al rubio más adelante de ellos y cuando captaron ese sentido de la oración se enfurecieron a más no poder.
-¡Como si yo me fijara en un arrastrado mapache como él!- gritó rojo de furia Sasuke.
-¡A mi no me gustan las cosas con pulgas!- gritó de igual manera Gaara.
Luego los dos mayores caminaban detrás del pequeño rubio, de vez en cuando ambos se miraban amenazantes, Sasuke odiaba tener que compartir el aroma dulce de Naruto con el desagradable de Gaara. No faltaba decir que el odio entre ellos era mutuo y eso no parecía ser captado por Naruto quién pensaba que esos dos se gustaban, gran error.
Al llegar al instituto solo bastaron segundos para que Naruto fuera rodeado de una manada de herbívoros y carnívoros que parecían querer devorar a su pequeño e inocente hermanito. Al ver esa actitud de los demás hacia Naruto lo hizo enarcar una ceja a modo enfadado, si bien el sabía; los animales inferiores no se juntan con los de razas puras. Suspiró con enfado y clavó su mirada negra en aquella cola blanca que se agitaba alegre, las orejas extendidas y el agradable brillo en los celestes cielos, pero el solo quería que esos ojos brillaran solo para el, y que la suave cola se agitara para el no para los inferiores de los demás jóvenes. Era un pensamiento egoísta, lo tenía bien en claro, pero ¿Como no ser egoísta con aquel bello ser que era Naruto?
Sonrió al pensar en aquello.
-¡Como has cambiado de color Naruto!- comentó una voz de una joven-Te queda hermoso.
-Opino lo mismo, te resalta mucho tus ojos- exclamó emocionada otra, Naruto solo se acarició la nuca sonrojado y dejando una risa boba escapar de sus labios mientras acomodaba todo su peso en su pierna izquierda.
Esa risa retumbó en los oídos de Sasuke, quién desvió su fría mirada hasta todos los jóvenes que rodeaban a su Naruto, sus aromas empezaban a picarle la nariz. Los alumnos al sentir un aroma de advertencia miraron con duda al chico que empezaba a dar presencía en su campo visual.
Sasuke tenía sus manos en sus pantalones, su mochila colgaba de su hombro, la camisa sin corbata y desalineada, lo demás prolijo pero lo que más daba mala impresión era ese rostro sin expresión y esos ojos fríos que cautivaban y atemorizaban a la vez. Muchos retrocedieron al ver aquello.
-¿Ya se fueron?- susurró Naruto al sentir a Sasuke muy pegado a su espalda-Deja de asustarlos Sasuke, quiero tener algunos amigos.
-Eso nunca, menos con ellos Naruto- exclamó celoso y cerrando sus ojos de forma ignorante-No son más que adolescentes calentones.
Ofendido el rubio solo infló sus cachetes y golpeó al mayor en un hombro. Acciones tiernas e infantiles.
-Para ti todos son calentones, Sasuke.
-Así es- cerró sus ojos y luego unos brazos rodearon sus hombros haciéndolo abrirlos y ver a solo centímetros el rostro de Naruto con una sonrisa maligna y divertida.
-¿Acaso te molesta que yo caliente a los demas?- dejó salir el rubio moviendo sus cejas a un ritmo algo molesto para Sasuke, quién luego de pasar saliva de forma algo molesta miró hacia un costado nervioso.
-Pues...
-¡Estas celoso!- gritó el menor soltando su agarre y saltando feliz-Celoso de mis amigos- cantureó feliz y riendo.
Sasuke desvió su mirada al verse descubierto por aquel inquieto e inmaduro zorro, mandando una mirada seria Naruto quedó callado pero con una enorme y brillante sonrisa en su boca.
-Vamos teme, significa que me quieres mucho- dijo pasando su mano por detrás de la nuca, sonrojándose por decir aquello-Y yo también te quiero, de veras- los celestes cielos de sus ojos parecían más relucientes al decir aquello.
La nariz traviesa del menor recorrió su mejilla izquierda, y Sasuke con cariño olfateó los cabellos rubios notando aquel bello y puro aroma de inocencia.
El de cabellos azabaches se mordió el interior de sus mejillas al sentir ligeras punzadas en su entrepierna al ver y oír todo aquello. Practicamente estaban en la entreda de la escuela diciéndose cosas cariñosas y esas cosas cariñosas hacían que su pequeño amigo tubiera ganas de acción.
Y en ese momento le rogaba a todos los cielos poder tener a Naruto en una cama gimiendo su nombre, pidiendo ¡Más! entre muchos gemidos de placer mientras el se hundía en aquella carne caliente y tierna, sus pieles brillantes de sudor, gritos, excitación, envestidas, amor, pasión.
Sasuke quería sexo con su hermano adoptivo, a quién consideraba su mejor amigo y lo más cercano a un hermano verdadero.
Sin poder contenerse gimió de manera ronca dejando con una gran incognita a Naruto, quien guió sus ojos hasta la figura de su hermano mayor, este ahora estaba rojo mientras mordía su labio inferior con fuerza, gotas de sudor corrían por su frente perdiéndose en el pecho cubierto por aquella camisa del colegio blanca y las orejas estaban dobladas hacia atrás. Pero lo que más notaba era quel bulto proveniente de la entrepierna de Sasuke.
El rubio no recordaba que Sasuke tuviera tanto bulto, ¡Ojo! eso no significaba que analizaba cuan abultado quedaba el pantalón en aquella zona... Bueno lo admitía, varias veces se había sorprendido al quedar mirando como aquella zona de Sasuke se hinchaba. No era tonto para saber lo que significaba, pero le picaba la curiosidad de saber que ponía a su hermano así.
-Sasuke, acaso tú...- señaló aquella area titubeando al querer decir aquello sin verguenza.
-Tú nada. Ahora a clases- cortó para caminar hasta la entrada seguido por un sonrojado y feliz Naruto que no sabía como contener la sorpresa de ser la persona que excitaba a su hermano.
...
Al salir al receso miró a los costados como si fuera un pobre herbiboro acechado por un carniboro, y al ver que nadie transitaba los pasillos salió a un trote algo nervioso, pues podía sentir como si alguien lo mirara de las paredes.
Sudó frío cuando alguien dejó su mano en su hombro y lo apretó ligeramente, con un gran respingo observó a Naruto entre contento y horrorizado.
-¿Sasuke?- de forma rápida le dio la espalda y siguió caminando sin importarle que este lo siguiera muy de cerca-¿Que pasa?
-N-nada- avergonzado de descubrir que su voz saliera de forma tan ridicula solo se encerró en el baño, el rubio desde afuera intentó abrir haciendo fuerza pero tal parecía que Sasuke había cerrado con seguridad.
Lo que Naruto no sabía era que Sasuke se encontraba quitando la erección que había aparecido cuando en la clase de historia se le había ocurrido pensar en como su hermanito pudiera conportarse en la cama mientras el arremetía contra su cuerpo enterrándose de forma muy placetera.
Y así, pensando de la misma forma; se corrió contra el lavamanos. Su instinto pedía a gritos aquel quién era su hermano adoptivo.
-No puedo seguir haciendo esto...
Pero que podía hacer? ¿Lo violaria? ¿Lo encerraría en un sotano, haría sus cosas pervertidas y luego desaparecía? Buscaría una nueva identidad, trabajo y se casaría con alguna carnibora lo suficientemente buena para su especie... Bueno eso no era lo ideal pero tenía que encontrar alguna cosa para poder calmar ese apetito sexual que brotaba desde lo más profundo de su ser.
Con un fuerte empujón abrió estepitozamente la puerta de los baños y alzó su nariz hacia arriba buscando, luego de caminar sintiendo aquel aroma deseado pudo divisar a la perfección la figura de su rubio hermanastro charlar con algunas chicas mientras se sonrojaba. A paso desidido apartó con una mirada fría a las jovencitas que coqueteaban descaradamente con Naruto, estas solo murmuraron algo que no entendió y las felinas se fueron sin quitarles ni un segundo su mirada.
-¿Y ahora?- dijo el menor cruzandose de brazos, inflando sus mejillas en un grasioso mojín.
-Tengo que hablar contigo- respondió serio, tal y como siempre era.
-No lo haras, a menos que me respondas por que te encerraste en el baño- los ojos celestes lo miraron de reojo, una risilla timida escapó de sus labios al ver suspirar de enojo a Sasuke.
Sasuke solo suspiró con algo de incomodidad al verse descubierto, no quería decirle a Naruto que se masturvaba pensando en el, ¿Que clase de hermano le decía al otro que lo excitaba?
-Pues...