*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-POVS MIHARU*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Al principio creí que se molestaría conmigo, que me regañaría y que no volvería a hablarme, no después de lo que hice, porque, él me lo había pedido, era lo que él deseaba que no utilizara ese poder y mucho menos para salvarlo, al menos no para salvar a una persona que lo único que buscaba desde el principio era una forma de poder borrar su existencia la cual estaba marcada con el dolor; La que fue capaz de utilizar un poder que, sabiendo que era peligroso, uso creyendo en las palabras de un idiota que solo lo utilizaba para un propósito malvado.
Pero aun así, me abrazaste con cariño, me reprendiste si pero, valió la pena, utilizar el Shinrabanshou para salvarte, después de todo ella cumpliría mi deseo y ese era no dejarte ir, salvarte de las consecuencias de la técnica Kira; porque yo no soportaría el perderte, no quería, sentir lo mismo que sentían Raimei y Gau-San cuando murió Raiko.
Esa tarde cuando me mandaste a prepararte la limonada tuve un mal presentimiento, fue entonces que me di cuenta de que era hora de hablar con el hada del Shinrabanshou y pedirle que cumpliera mi deseo, ella cumpliría mi deseo porque lo que quería era que la utilizara, lo que quería era cumplir mi mayor deseo.
Al terminar de preparar la limonada la lleve a donde tú estabas, la coloque en tus manos y pude notar como te tensabas para luego relajarte de nuevo, supongo que sentiste el calor que irradiaba la taza y pensaste que solo lo estabas imaginando ya que habías perdido ese sentido hacia mucho. Acercaste la bebida a tus labios y le diste el primer sorbo asustándote y tirando la tasa, en ese instante me miraste y supiste lo que había hecho, te había salvado, ahora todos los efectos de la técnica Kira habían desaparecido, podías oler lo que había a tu alrededor, podías sentirlo, podías degustarlo. Ese mismo día me regañaste por mis acciones, no querías arriesgarme, me pediste una explicación y te contesté con la verdad “porque te amo” dije sorprendiéndote al igual que a Kouichi, Raimei, Gau y Thobari-sensei y Hana, los cuales llegaron justo cuando te lo confesaba habiendo varias reacciones: Kouichi y Thobari-sensei se quedaron en shock, Gau se sonrojo y sonreía levemente, creo que recordó cuando él se le confeso al hermano de Raimei, la cual miraba la escena con unos pequeños corazones en los ojos y levemente sonrojada (Fujoshi tenía que ser ¬¬), Hana sonreía mientras se acercaba a Thobari y Yoite estaba más que sorprendido y sonrojado por lo que le dije pero me contesto con una tímida sonrisa “yo también Miharu” dijo para enseguida sujetarme ya que me había lanzado a él para colgarme de su cuello y besarlo transmitiéndole con aquel beso lo feliz que estaba por que estuviera vivo y fuera correspondido.
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Los meses que siguieron fueron los mejores, habíamos avanzado mucho en nuestra relación, nos habíamos unido mucho más, tanto que nos conocíamos perfectamente el uno al otro tanto gustos, manías, etc. Nos habíamos unido en cuerpo y alma de una manera tan maravillosa que no hicieron falta muchas palabras para demostrarnos que no amábamos.
Pero poco tiempo después de eso comenzaron a suceder cosas extrañas, me sentía cansado más de lo normal y tenía muchas nauseas llegando a devolver el estómago muchas veces al día. Estábamos más que asustados ya que ambos pensamos que era una de los efectos por haber utilizado el Shinrabanshou, pero para nuestro alivio, esos malestares se fueron después de unos días; para ´celebrar´ que dichos malestares se esfumaran, comencé a comer muchos dulces, por lo menos eso pensé ya que, los postres se me hacían irresistibles últimamente, tanto que subí un poco de peso.
Mas sin embargo lo que nos asustó aún más fue unos meses después cuando, mientras me bañaba, comencé a sentir un intenso dolor que me hizo llorar llamando la atención de Yoite (si vivíamos juntos ya que Yukimi inesperadamente, recibió la propiedad de la ´pequeña´ casa del anterior líder del Kairoshuu y nos había regalado su casa cuando él se mudó a la otra propiedad), quien al ver que lloraba, se acercó a mi notando una línea de sangre que se deslizaba por entre mis piernas tomándome en brazos para llevarme a un hospital (claro cubriéndolo con una cobija antes) en el cual me llevaron a una habitación donde, después de unos minutos, entró un doctor que me hizo todo tipo de preguntas raras como: “has tenido mareos anteriormente?, antojos o cambios de humor?”; Y la más sorprendente porque no creí que preguntara eso: “eres doncel?”, siempre creí que nadie más lo sabía, que era una enfermedad rara o que así se les llamaba solo a los hermafroditas.
Asentí a cada una de las preguntas y el doctor nos dijo que estaba esperando un hijo y no solo eso, sino que, estaba en trabajo de parto en ese preciso momento; estábamos totalmente sorprendidos pero aun así Yoite le pidió al doctor que me ayudara quien inmediatamente llamó a varia enfermeras y demás ayudantes para trasladarme a la sala de parto, lo último que recuerdo fueron las palabras del doctor diciéndome que todo está bien y un ligero piquete en mi brazo para quedarme dormido.
Cuando desperté estaba de nuevo en mi cuarto y Yoite estaba a mi lado, con sus manos tomando la mía, la habitación estaba llena de globos, flores y regalos cortesía de mis amigos los cuales estaban al pie de mi cama con un pequeño bulto entre sus manos, más específicamente en los brazos de Thobari-Sensei.
-Todavía no despertabas cuando lo trajeron.-comentó Yoite al ver mi cara de duda al verlos cargando al pequeño castaño de ojos tan azules como los de su padre.
-toma para que lo cargues, ya todos lo hemos hecho, solo faltas tú.-dijo Thobari-sensei pasándome a mi hijo que al acercarse a mí, comenzó a mover sus bracitos hasta tomar uno de mis mechones castaños; simplemente era hermoso lo que hacía falta para unirme aún más a mi amado Yoite.
*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-POVS AUTORA*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Mientras las visitas se peleaban por quienes serían los padrinos o madrinas del bebé, se veía a un azabache y un castaño discutiendo el posible nombre del bebé.
-Sora s un lindo nombre.-decía un castaño.
-Pero a mí me gusta más Akatsuki.-contrarrestó un ojiazul.
-Sora.
-Akatsuki.
-Sora.
-Akatsuki.