"Yo estaré aquí siempre, como te lo prometí. Aunque ya no hablemos, sabes que si un día recuerdas que este tonto y simple chico existe, estaré para escucharte."
Solamente ha pasado una semana, una maldita semana que se ha convertido en una horrible eternidad, una espantosa eternidad que nunca tendrá fin, no cuesta nada arrepentirme y llorar como un niño pequeño, hace tiempo aprendí que las lagrimas no pueden regresar el tiempo, pero aún así me es imposible con solo recordar lo que viví con él las lagrimas brotan por si solas, pero de todos los recuerdos sobresale el de nuestro adiós en el que creí que nunca lo volvería a ver y así fue, pero sus palabras aún permanecen en mi cabeza.
Ya eran más de las 11 de la noche, y todos los rincones del parque se encontraban oscuros y en silencio, “odio la oscuridad, odio la oscuridad” pensaba una y otra vez.
-No podemos seguir así –logre escuchar su voz, aunque algo en ella no era lo mismo, podía sentir esa enorme tristeza en su hablar.
-Lo sé –le dije, no quería voltear, mirarlo a los ojos sería lo peor para mí.
-Kibum–logré escucharlo cuando caminaba hacia mí.
Sentir su cuerpo tan cerca, hacía que me sintiera vulnerable, pero a la misma vez protegido porque él estaba ahí para protegerme de todo o casi todo.
-¡Voltea por favor! –me dijo abrazándome por detrás.
No quería, pero sus brazos me movieron, no sé por qué pero miré sus ojos, esos ojos de los que me enamoré, esos ojos que me veían con alegría, con ternura, con amor. Pero ahora están apagados solo muestran tristeza, dolor, el mismo dolor que yo estoy sintiendo en estos momentos.
-Dime Kibum, ¿Cómo llegamos a esto? –me preguntó.
Pero ni yo mismo lo sabía o tal vez si solo que no lo quería aceptar, no quería pensar que mi padre sería capaz de eso, que su odio hacia mi fuera tan grande como para destruir a la persona a la que amo, porque nosotros cargamos con culpas que no nos corresponden, cuando nuestro único error fue amarnos.
-¿En verdad me amas? - me preguntó.
¿Qué si en verdad lo amaba?, que pregunta más estúpida, ¿Amarlo? ¡Si él es mi vida!, la razón por la que no acabé con mi vida en ese momento, por él decidí ver el mundo con otros ojos, pero…
-¡No! – Le conteste, quien diría que una palabra podía hacer tanto daño, se que él está sufriendo, yo estoy sufriendo, pero es lo mejor, a mi lado lo único que lograría sería traerle desgracia, y no quiero eso, quiero que cumpla su sueño, que viva la libertad que yo nunca podré vivir.
Me dejó de abrazar y mi corazón se destroza segundo a segundo, sentir como se aleja de mi, como se va de mi lado, es como morir poco a poco, está llorando lo logro sentir.
No quiero, no quiero voltear, si lo hago fallaré y correré tras él y lo haré vivir la infelicidad que yo he vivido desde hace mucho tiempo, yo traigo a todos un destino cruel y no a la persona que amo con toda mi vida no debe vivir eso, no debe…
Ese recuerdo, ese maldito recuerdo no sale de mi cabeza, se que él una vez me dijo que dejará de creer en eso, que era solo mi imaginación, que debía creer en mí mismo y sacarme esas ideas tontas de la cabeza, que lo que pasó no fue mi culpa.
Pero yo debí morir ese día, el día en que nos conocimos, en el que volví a creer en la vida, y en el que llegaste para mostrarme lo hermoso que puede llegar a ser el mundo, uno de los tantos recuerdos que tengo contigo, un recuerdo triste pero lleno de felicidad.
.-1 de diciembre del 2011.-
"Seguir con esta vida para que, para que me sigas tratando como el culpable de lo que le pasó a mi mamá y a mi hermano, para que todos los días me recuerdes que fue mi culpa lo que pasó en esos fatídicos días, para que me digas a diario que soy una basura que debió morir en lugar de su madre el día de su nacimiento, que por mis caprichos Iván murió en ese accidente en el que chocó con ese camión, ¿Crees que no tengo suficiente con cargar con la culpa y el dolor de sus muertes? Y, aparte tener que soportarte todos los días diciéndome que solo vine a este mundo a destruirte la vida, pero ya no puedo, ya estoy cansado de esta vida, se que si escapo a otro lugar me perseguirás hasta encontrarme y hacerme más infeliz de lo que ya estoy, pero hay un lugar en el que no podrás perseguirme.
Adiós Padre
Kim Kibum.”
Hoy estoy aquí en este puente a punto de acabar con mi vida, adiós al mundo en que nací y en el que muy pocas veces logré ser feliz.
Cerré los ojos pero algo me detuvo antes de que me dejara caer, alguien estaba sosteniéndome, lo primero que pensé fue que mi padre me había encontrado y me devolvería a ese infierno al que llamo hogar, empecé a llorar pero esa persona me abrazaba de una forma que me hacía sentir seguro y protegido.
-No llores, yo estoy aquí –me dijo al oído, esas palabras me hicieron sentir cosas que nunca había sentido. Levanté la mirada y vi esos ojos, esa mirada llena de ternura y tranquilidad.
-Tú no sabes nada –le dije, e intenté separarme de él, pero no me soltó.
-Tienes razón, no sé qué es lo que te pasa, pero si me lo contaras podría ayudarte en lo que te sucede –me dijo tranquilamente.
-¡Ayudarme un desconocido! –le contesté.
-Sabes, a veces un desconocido puede ser mejor de ayuda, por que no conoce a las personas y da su opinión desde el verdadero punto de vista, y sé que no hay ninguna razón en el mundo para que alguien intente acabar con su vida –me dijo, pero en sus últimas palabras había algo de dolor, de culpa.
-Tal vez tienes razón, pero no tienes derecho a decir que puedo o no puedo hacer con mi vida, tú no has sufrido lo que yo sufro día a día –le contesté, estaba enojado, como una persona que apenas conozco, venga y me diga eso.
-Cuando tenía 8 años mi padre asesinó a mi madre porque creyó que ella lo engañaba con mi vecino, solo porque él le hacia el favor de ayudarla llevándonos a la escuela a mi hermana y a mí, el fue arrestado y el gobierno me separó de mi hermana, yo me quedé a vivir con Onew hyung mi vecino, el siempre me trato como si fuera su hijo, así que no me quejo, pero mi hermana no corrió con la misma suerte y fue sacada del país por su nueva familia, y te entiendo porque yo también intente hacer lo mismo que tu cuando solo era un niño –Me quedé sorprendido, él me contó su vida, aun cuando yo lo traté tan mal.
-Lo siento –no podía verlo a la cara después de cómo lo traté, pero el confió en mí y yo podía confiar en él, un desconocido del que ni siquiera sé su nombre, así que le di la carta que era para mi padre, no podía decírselo apenas como comenzara a hablar, empezaría a llorar.
-Tienes muy bonito nombre Kibum y por cierto me llamo Jonghyun– Me dijo, después de unos minutos y me abrazó más fuerte.
Ese es el primer recuerdo que tengo con Jonghyun, el hombre que me salvó la vida, el que le trajo luz a mi mundo de oscuridad, pero no todo puede ser felicidad, mi padre al poco tiempo se dio cuenta que yo tenía un amigo y me prohibió seguir viéndolo, no lo obedecí, y las peleas con él eran cada vez más fuertes, pero mi relación con Jonghyun día a día se hacía más unida, hasta que llego el día en que dejé mi orgullo a un lado y decidí aceptar mi amor hacia él.
Hoy es el día, hoy le diré que es lo que siento por él, sé que soy poca cosa, yo aún soy un niño, apenas tengo 17 años cuando el ya tiene 22, de seguro él busca a alguien más maduro, pero no importa, le diré, le diré lo que siento desde el día en que nos conocimos, si él se va y me deja solo, no importa, porque toda mi vida he estado solo.
-¡Feliz Año Nuevo! –me estaba gritando, desde la otra esquina de la calle.
-¡Ten cuidado! –le grité, venía corriendo, sin fijarse en los autos que estaban pasando, así es él despistado, enérgico y para todo problema muestra una sonrisa.
-Perdón por llegar tarde –me dijo, estaba agitado, estoy casi seguro que venía corriendo desde la universidad.
-No importa, pero mejor fíjate cuando cruces las calles, puede ser peligroso –le mencioné, mientras lo veía sentarse en la banca.
- Kibum ¿Vamos al parque? –me preguntó rascándose la cabeza, está nervioso.
-¡Si, vamos! –le respondí.
En el camino hacia el parque, ninguno de los dos mencionaba alguna palabra, eso no era normal, ya que siempre que estamos juntos estamos hablando y riéndonos de eso o aquello. Pero paré en seco, ésta era la oportunidad para decirle lo que siento, el parque está completamente solo, si no lo hago ahora me acobardaré y no se lo diré.
-Sucede algo –me preguntó con un tono de preocupación.
-Jjong, tengo que decirte algo muy importante–le contesté, sin levantar la mirada, tengo miedo, miedo de que se burle de mis sentimientos, pero le diré –por favor escúchame, es que yo, yo…
-Te amo –me interrumpió, rápidamente levanté la mirada, acaso había dicho lo que le quería decir, lo que siento por él.
Se acerco a mí, y me tomó de los hombros, poco a poco se inclino hacia mí y me rozó en la oreja, para volverme a decir las palabras que me dejaron en shock, él movió su cara lo justo para rozar mi boca con la suya.
Los dos nos mirábamos intensamente a los ojos, el volvió a inclinarse para apoyar su boca en la mía, el contacto de nuestras bocas había sido eléctrico, era como si una ráfaga de un aire cálido de verano nos estuviera envolviendo en este día nevado del primero de enero.
Ese sin duda fue el mejor día de mi vida, en el que descubrí, lo que es ser amado y correspondido, desde ese momento Jonghyun y yo nos volvimos más inseparables que nunca, él estaba por acabar su carrera de ciencias de la comunicación, y prometimos que cuando acabara su carrera y yo ya tuviera 18, nos iríamos a Estados Unidos, al lugar en donde ya le habían ofrecido trabajo, pero cometí un error.
Una mañana tuve una fuerte discusión con mi padre, y el juró que destruiría a Jonghyun y me encerró en mi habitación, no pude salir en tres días y no pude comunicarme con él, cuando por fin logré salir, fui a buscarlo a la universidad donde me dijeron que lo habían expulsado y su trabajo en Estados Unidos había sido cancelado, fui a la empresa de mi padre, donde volvimos a discutir, pero llegamos a un acuerdo, si yo me alejaba de Jonghyun, él le regresaría todo lo que le quitó.
Con todo el dolor de mi corazón había tomado esa decisión, y ese fatídico día me cité con Jonghyun en el parque, le dije que teníamos que hablar, aunque nunca me imaginé que pasaría después de que habláramos, y ese último recuerdo estará en mi cabeza por siempre.
Aquí estoy en medio del parque sufriendo, destrozado, regresaré a ese infierno, pero tu serás feliz y vivirás la libertad que yo nunca podré y es suficiente para mí.
Cuando decidí regresar a mi casa, un fuerte golpe y gritos de varias personas se hicieron escuchar detrás de mí, no sé por qué, pero automáticamente empecé a correr hacia el lugar de donde provenía el alboroto.
Han atropellado a una persona, se atravesó, pobre, tan joven, decían las personas a mi alrededor, no, no quería que fuera lo que estaba pensando, no debes ser tú, no debes ser tú, pensaba una y otra vez, mientras me acercaba para ver mejor, de inmediato divisé tu chamarra café, corrí hacia ti y me senté a tu lado, las lagrimas no me dejaban de salir, abriste los ojos y me miraste.
-Bummie –me dijo débilmente.
-Jjong, no hables –le ordené, pero como siempre no me hizo caso.
-Te amo –me dijo, pero su voz se iba poco a poco, y el sonido de las sirenas de la ambulancia cada vez se iban acercando más.
-Vasta Jonghyun, la ambulancia ya…- le dije, pero él me interrumpió con las palabras de nuestro verdadero adiós.
-Tienes que ser feliz Kibum, tienes que cumplir tu sueño de poder ser libre, por ti, por mí, por lo que vivimos juntos, por nuestro amor, siempre estaré a tu lado, te amo –me dijo, con esa sonrisa con la que me enamora y poco a poco cerró sus ojos.
Ese fue mi último recuerdo con Jonghyun, ese día el murió en mis brazos, y una gran parte de mí con él, pero le prometí que sería feliz que cumpliré mi sueño de poder ser libre, y tratar de ver la vida como me enseñó él, aunque fue muy poco el tiempo el que estuve con Jjong, fue suficiente para amarlo y poder ser feliz.
Ahora solo cabe esperar un mes más y seré mayor de edad, me iré de este infierno donde vivo, y cumpliré mi sueño, por él, por el amor de mi vida, por el hombre que me enseño que incluso en los lugares más oscuros hay un pequeño rayo de luz, gracias a él le sonreiré a la vida pase lo que pase.
Jonghyun, perdóname yo ¡TE AMO!...