Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

[One-Shot+Epílogo] Unas vacaciones inesperadas para descubrir el amor por Sekai Takaritsu

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen sino a la grandiosa mangaka Shungiku Nakamura

Notas del capitulo:

Hola! Aquí les traigo el OneShot que les había prometido, para celebrar el aniversario de mi primer fanfic les traigo este regalito y espero que les guste. No pensé que fuera a ser tan largo, dudé en hacerlo en dos partes cuando estaba a la mitad, pero me dije que era mejor todo de una vez. Espero sus reviews.

Les dejo el link del fic que cumplió un añito: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=82475

Verano. Era la palabra que estos ocho chicos de preparatoria tenían clavada en la mente. No podían esperar a que llegara el día siguiente para realizar el viaje anual a la playa que la escuela organizaba. Todos eran amigos debido a diferentes circunstancias, ya sea que estaban en la misma clase, porque eran vecinos, algunos habían dado tutorías otros, en fin, cosas triviales. Sólo había un chico tímido de primer año que no hablaba con un senpai, hablamos de Onodera Ritsu, quien estaba en la misma clase que Chiaki y Kisa y a diario era blanco de las acusaciones que sus amigos hacían acerca de cierto chico de segundo año que tenía embobado al tierno castaño ojiverde.

El último día de clases y como buenos amigos caminaban rumbo a la escuela. Como todos los días Hatori, de segundo año, iba justo a un lado de Chiaki mientras este comía un dulce de los que el mayor le regalaba diariamente. El vecino de Kisa, Kou compañero de Hatori, trataba una vez más de convencer al pelinegro de que posara para unos de sus dibujos, obteniendo el mismo resultado de siempre: una respuesta negativa y un leve sonrojo por parte del menor. Ritsu, quien caminaba en medio de sus dos mejores amigos de toda la vida caminaba un poco nervioso al tener caminando detrás de él a Takano, quien caminaba junto a un chico ojiazul malhumorado, ambos de segundo año. Kirishima, alumno de tercer año, insistía siempre en cargar la mochila de Yokozawa obteniendo gruñidos como forma de manifestar la molestia de su kohai. Siempre la misma rutina, siempre las mismas clases, pero la playa los aguardaba o eso era lo que ellos pensaban.

-¡¿QUÉ?!- dijeron todos al unísono cuando bajaron del avión.

Finalmente el día había llegado y ninguno durmió la noche anterior debido a la emoción de algunos y los nervios de otros que aprovecharían el viaje para decir unas cuantas cosas a su persona especial secreta. Por la mañana todos estaban desvelados y las madres de cada uno les reprendieron en sus casas por las ojeras que cargaban. Llegaron a la escuela y los profesores les dieron sus boletos. Este año era diferente ya que la escuela había invertido más para ir a una playa mucho mejor, pero estaba más lejos y por lo tanto era necesario llegar en avión allí. Tomaron sus boletos sin leerlos, documentaron su equipaje sin fijarse que sus compañeros estaban en otra fila, subieron al avión. Ritsu, Chiaki y Kisa iban sentados juntos; Hatori, Kou y Takano estaban en la misma fila y Kirishima y Yokozawa compartían asientos con una señora que iba inusualmente bien abrigada. Pero ninguno notó nada, todos se durmieron en cuanto se sentaron, tranquilos, descansando. Viajaron dentro del avión sin notar el destino que tenía.

-¡¿Cómo es posible que hayamos terminado en una montaña nevada?!- gritó Yokozawa incrédulo ante lo que sucedía.

Y era cierto, los ocho chicos no se hallaban en un clima caluroso, con un sol radiante y la arena aguardando por ellos; a su alrededor, o por lo que se veía por los grandes ventanales del aeropuerto, sólo había blanco, nieve. Todas las personas con abrigos, bufandas y guantes les daban miradas extrañadas al verlos con bermudas, playeras holgadas, uno que otro con los lentes de sol colgados de estas, y con juguetes típicos de la playa. Preocupados, pero más que nada decepcionados de haber terminado allí en vez de estar preparándose para entrar directo al agua después de ponerse el traje de baño.

-Chicos, ¿qué es lo que vamos a hacer?- dijo por fin Kirishima después de que se fueron a sentar en unas sillas de una de las salas de espera.

-Lo sé, tenemos que solucionar esto, además ningún profesor está con nosotros- agregó Hatori, que más que preocupado estaba atento al videojuego que Chiaki jugaba despreocupadamente junto a él.

-Habrá que llamar a algún maestro para que vengan por nosotros, ¿alguien tiene el número de celular de alguno?- preguntó Takano, quien no había hablado por estar mirando como a lo lejos Ritsu y su amigo compraban algo en una máquina dispensadora, concentrando toda su atención hacia el ojiverde que nunca le dirigía la palabra.

-Me parece que tengo el número del profesor de Literatura en alguna parte- argumentó Yokozawa, quien tenía una venita saltada en la frente ante la cercanía del mayor de todos- Kirishima-senpai, ¿le importaría darme un poco de espacio?

-Pero Yokozawa-kun, tu hombro es muy cómodo, además ¿por qué habrías de tener el número de ese profesor?- contestó el rubio haciendo un puchero exagerado, tratando de demostrar sus infantiles celos.

-Senpai, recuerde que ese maestro es mi tío- vena en la frente a punto de explotar.

-Está bien, más vale que no me estés engañando- le contestó- *suspiro* entonces, trata de localizar al Demonio Kamijou para que vengan por nosotros, ¿sí? Yo iré al baño mientras- dijo para luego ponerse bien de pie y darle un beso en la mejilla al ojiazul, inmediatamente después emprendió el camino hacia los servicios.

Yokozawa se sonrojó considerablemente y ante la mirada burlona de su compañero ojimiel su cara se tornó aún más roja. Tomó aire y trató de reponerse.

-Ejem... Trataré de llamar a mi tío, con permiso- dicho esto se alejó un poco del grupo.

Kisa y Kou estaban hablando amenamente acerca del último manga de Ijuuin, parecía que realmente se llevaban bien. Por otra parte, el pequeño Ritsu estaba sentado un poco apartado leyendo un libro cuya portada llamó la atención de Takano, pues se trataba del mismo libro que él había traído para leer en los ratos de aburrimiento del viaje. El más alto se acercó a su kohai sin que éste lo notara debido a su concentración en libro, porque tampoco notó cuando el pelinegro se sentó a su lado hasta que este último le dirigió la palabra, comenzando así su primera conversación.

-Es muy bueno ese libro, ¿no? Usami Akihiko siempre hace libros extraños pero interesantes y con excelentes finales, ¿no crees?- dijo dirigiéndose al castaño, quien se sobresaltó al escuchar esa voz que antes había escuchado pero jamás había tenido palabras dichas para él.

-¿Eh?... Etto... Hai, es un buen escritor- contestó tímido y tratando de esconder el color rojizo de sus mejillas con el libro.

-Ahora mismo estoy leyendo el mismo libro- agregó el ojimiel sacando dicho escrito de su mochila de mano- Los personajes son muy buenos, me gusta en especial detective adicto a los dulces, es realmente un genio

-¡Lo sé!- dijo emocionado Ritsu, después se avergonzó de la exagerada emoción que mostró- Etto, lo siento. Lo que sucede es que jamás había conocido a otra persona de mi edad que le gusten los libros de Usami Akihiko, aunque el senpai es un año mayor... Yo sólo... Etto...- los nervios regresaron de repente, se sonrojó de nuevo y ahora Takano pudo notar claramente las tiernas acciones del castaño, lo que provocó una sonrisa en él al ver al nervioso chico- Quiero decir, también es mi favorito el detective que trata de encontrar al asesino...

-Sí, la historia es muy buena. Por cierto- detuvo para dirigirse y ver directamente a los ojos al ojiverde, cosa inusual en él ya que nunca miraba a los ojos cuando hablaba con una persona- Mi nombre es Takano Masamune. ¿Y el tuyo cuál es? Jamás había tenido la oportunidad de hablar contigo.

-Me llamo Onodera Ritsu, mucho gusto- dijo para después alejar su mirada hacia otro lado. Takano iba a decir otra cosa cuando Yokozawa regresaba a donde todos estaban reunidos.

-Escuchen- llamó la atención de todos- Hay una buena y una mala noticia. La mala es que la aerolínea se equivocó y nos mandaron hacia acá y no podrán venir por nosotros hasta dentro de 3 días debido a una tormenta que tocará tierra hoy, así que los vuelos están suspendidos; y la buena es que nuestro equipaje vino con nosotros así que por lo menos tendremos nuestras cosas. Mi tío dijo que van a enviar un transporte para que nos lleven a una cabaña que nos darán para que podamos hospedarnos allí.

-¡No puede ser! ¡El viaje a la playa también dura 3 días!- se quejó Kisa- No es justo, realmente quería hacer un castillos de arena.

-Lo sé, hubiera sido realmente bueno hacer un retrato de Kisa-kun en traje de baño- dijo con un puchero Kou, comentario que provocó que una vena saltara de la frente del pelinegro al igual que un color rojo en sus mejillas.

-*suspiro* En fin, creo que será mejor ir por nuestro equipaje y esperar al transporte en la entrada principal. Vamos, Chiaki- dijo Hatori poniéndose de pie.

-Hai, Tori. Sólo termino este nivel.

Todos se dirigieron a recoger las maletas. Antes de que Chiaki pudiera agarrar la suya, Hatori ya la había cargado y se dirigía a la salida con su propio equipaje también, el menor le dio las gracias mientras corría para caminar a su lado. Kirishima quiso imitar el gesto de su kohai de segundo año, pero al querer cargar la maleta de Yokozawa se derrumbó ya que era realmente pesada y cuál fue su sorpresa al ver que éste ojiazul la tomaba fácilmente con una mano y miró al rubio con una sonrisa burlona. Kisa y Yukina cargaron cada quien sus maletas puesto que el mayor había llevado todo su equipo de arte al pensar que podría hacer un retrato del menor mientras éste se divertía en la playa por lo que llevaba mil y un bolsos así que no tenía manos suficientes para ofrecerle ayuda al menor. Un poco aparte de todos sus compañeros se encontraba Takano esperando por su equipaje, una vez que lo tuvo en sus manos se dispuso a caminar en la misma dirección que los demás pero cuando volteó se percató de que su más reciente conocido tenía problemas para llevar su maleta así que se acercó a él.

-¿Necesitas un poco de ayuda?

-¿Eh? Ah, Takano-senpai. No se preocupe, yo pued...- no terminó su frase ya que una vez más su equipaje había caído al piso.

-Déjame ayudarte- comentó mientras levantaba la maleta, que era sorprendentemente pesada- Wow, sí que es pesada- agregó una vez que la llevaba bien sujeta.

-Yo, lo siento. En realidad he traído algunos libros, no soy muy fanático de la playa así que había pensado pasar el rato leyendo. Pero creo que me excedí. Gracias por la ayuda, Takano-senpai.

-No te preocupes, no es molestia. Pude notar que tienes buen gusto para la lectura, tal vez luego me puedas enseñar tu colección de libros, al fin y al cabo creo que por la tormenta que viene no podremos salir de la cabaña.

-Hai, senpai- contestó muy nervioso.

Cada uno llevó a su manera el equipaje y se dirigieron a la puerta principal donde una camioneta los esperaba. Acomodaron sus maletas y subieron, miraban en frío y nevado paisaje durante los 45 minutos que tardaron en llegar a una cabaña bastante grande lo suficientemente amplia para los ocho chicos.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Entraron y había llegado un momento importante ya que sólo había cuatro habitaciones con dos camas individuales cada una, había que elegir compañero de habitación.

-Yo pido compartir con Tori- dijo Chiaki alzando la mano captando la atención de todos.

-O-ok- contestó el mencionado, como pocas veces se le veía: nervioso.

Era bien sabido por todos que los dos ojiazules eran amigos prácticamente desde que nacieron, ya que eran vecinos y sus madres habían ido a la escuela juntas. Desde pequeños siempre se llevaron bien, pero en aquel entonces era Chiaki quien sobre protegía a Hatori al ser más alto a pesar de ser un año menor y con el paso del tiempo llegaron a un punto en que los papeles se invirtieron como es ahora. También sabían todos que esos dos sentían algo por el otro que no era precisamente cariño amistoso, todos lo notaban menos ellos dos o eso parecía ya que Hatori últimamente actuaba un poco diferente con el menor, se ponía nervioso y había ocasiones en las que lo miraba de una manera más cálida, parecía llena de sentimientos.

Los dos amigos se dirigieron a una habitación para acomodar sus cosas. Las habitaciones estaban una en frente de la otra, dos en la derecha y las otras a la izquierda. Ahora sólo quedaban seis de los chicos en salón esperando a ver quien hablaba mientras observaban cómo los primeros dos se iban.

-Bien, Yokozawa-kun, vamos a nuestra habitación- dijo Kirishima colocando una de sus manos en el hombro del ojiazul.

-Oye, ¿se puede saber quién dijo que dormiríamos en la misma habitación? Ni loco me quedo contigo, pervertido- bufó el menor.

-¿Cómo puedes decirme pervertido? ¡Eres cruel, Yokozawa-kun! - El rubio comenzó a hacer un berrinche infantil más fingido que nada pero de verdad estaba haciendo ruido, el chico causante del desastre suspiró.

-Kirishima-senpai, está armando un escándalo por algo muy simple, si no me queda de otra está bien. Pero le advierto que le patearé el trasero si intenta algo extraño.

Fue así como caminaron hacia otra habitación, un rubio feliz y un ojiazul que no admitía que le agradaba pasar tiempo a solas con su senpai, la verdad era que aunque siempre se quejara de lo abierto que era el mayor, Yokozawa realmente gustaba de él, no sólo físicamente sino que de verdad le gustaba esa parte infantil e incluso tierna de él. Dos menos, faltan cuatro.

-Kisa-san...- dijo Kou llamando la atención de éste.

-¿sí?- preguntó pero en dos segundos el más alto ya lo había tomado de la mano y lo llevaba jalándole a una habitación.

El menor se limitó a seguirlo al estar hipnotizado con la encantadora sonrisa del más alto, era en verdad un príncipe. Dos menos, quedan... Sólo dos.

-Bien, parece que compartiremos habitación, Onodera-kun

-E-eso creo, Takano-senpai.

El mayor se dirigió hacia la habitación y puso sus cosas encima de la cama más cercana a la ventana, el menor entró nerviosamente y notó que el pelinegro había cargado sus cosas y las había puesto sobre la otra cama. ¿Para qué negarlo? En realidad... ¡Se moría por su senpai! Desde que lo vio acompañando a Hatori y Yukina en la escuela se sintió nervioso cada vez que lo veía. Todas las noches se dormía pensando en él, y Takano no se quedaba atrás, el ojimiel también sentía algo muy especial por el tierno y tímido chico que siempre estaba con el "novio de Hatori" como le gustaba decirle a Chiaki a sus espaldas para hacer avergonzar a su amigo y compañero de clase. Él también moría por el menor, soñaba con él y cada vez que lo veía no aguantaba las ganas de hablarle pero por las actitudes que éste tenía hacia él, parecía como si no le agradara. Pero esa tarde, hablaron por primera vez, después de todo no era que le disgustara, simplemente era un chico muy, muy tímido. Y ahora allí estaban, en la misma habitación, tan cerca y a la vez tan lejos al no tener el valor de decirse lo que sentían el uno por el otro, ambos con unas ganas inmensas de atrapar los labios del otro.

Una vez que todos terminaron de desempacar, se dirigieron al salón para ver en televisión noticias sobre la tormenta, pero no había señal, al parecer la tormenta había tocado tierra y derribó muchas antenas de televisión. Había un radio en una mesita, era todo lo que había para tener alguna noticia del exterior, afortunadamente si funcionaba así que guardaron silencio para escuchar.

>>Estamos transmitiendo desde el albergue de la ciudad. Las autoridades han prohibido la salida al exterior a todas y cada una de las personas que se encuentran en la montaña. Si usted se encuentra en algunas de las cabañas para turistas no se preocupe, está a salvo. La tormenta es muy fuerte por lo que podría ser extremadamente peligroso salir. Repito, no salgan. A continuación un mensaje del alcalde...<<


-Bien, escucharon, no debemos salir.- afirmó Yokozawa- he revisado y hay suficiente comida y agua para todos durante el tiempo que tardarán en llegar por nosotros.

-Muy bien- agregó Hatori después de un suspiro- ya es tarde, lo mejor será ir a dormir y esperar que vengan a sacarnos de aquí.

Dicho eso todos comieron algo y se dirigieron a las habitaciones. Ya acostados cada uno en su cama, puertas cerradas y con las luces apagadas surgieron pequeñas conversaciones...

-T-tori- dijo Chiaki asustado al oír el crujir de la madera.

-Adelante- contestó. Dos segundos después estaban en la misma cama, Hatori tratando de consolar a su "amigo".

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

-Yokozawa-kun- llamó Kirishima al otro.

-¿Qué?

-Hace mucho frío, ¿puedo dormir contig...?

-No- interrumpió el adormilado ojiazul lanzándole al rubio una manta más, ganándose un quejido por parte del mayor.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

-Yukina-senpai- se quejó Kisa cuando el más alto prendió una lámpara.

-Oh, lo siento, Kisa-kun. Es que este ángulo es perfecto para dibujarte mientras duermes, sólo no te muevas.

-¡¿Qué?!- replicó avergonzado.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

En otra habitación hasta el fondo había dos chicos sin poder dormir, con el corazón latiendo a mil por hora y sin saber cómo empezar la conversación.

-Entonces, ¿se podría decir que Usami Akihiko es tu autor favorito?- comenzó por fin Takano.

-¿Eh?- Ritsu estaba un poco aturdido al oír al pelinegro.

-He notado que últimamente su estilo es menos sombrío, aunque sigue siendo muy bueno.

-T-también lo noté. Es un poco inusual que haya escenas románticas en sus libros- contestó el menor decidido a seguir hablando con el chico que le quitaba el aliento.

-He oído rumores, algunos dicen que es porque tiene un amante y está muy enamorado. No lo sé.

Su conversación siguió y siguió hasta tal punto que encendieron una lámpara y el castaño desempacó su colección de libros para enseñárselos al ojimiel. Una conversación agradable para ambos. Al final ya era bastante tarde, lo notaron por un bostezo del menor así que el pelinegro lo ayudó a guardar sus cosas, se dijeron "Buenas noches" y cayeron en el sueño, felices de haber dado un pequeño primer paso.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Al día siguiente todos se despertaron tarde, claro, chicos de preparatoria sin nadie que los levante temprano. Desayunaron lo que Yokozawa, Hatori y Ritsu cocinaron, un desayuno sencillo pero realmente delicioso. Takano se tomó la atención de agradecer y felicitar al pequeño castaño sentado junto a él cuyas mejillas tornaron un color rosa. Después de un rato decidieron escuchar de nuevo la radio pero las noticias eran las mismas, aún no podían siquiera salir a esquiar. Venían a rescatarlos hasta el día siguiente si bien les iba. Aburridos, era la mejor palabra que los describía. Encerrados por la nieve que caía con un fuerte viento, perfecto para tomar chocolate caliente mientras estaban alrededor de la fogata. Por suerte alguien había traído un juego de cartas y jugaron un rato Pokar y juegos por el estilo.
Toda la tarde improvisando allí sentados, con el fuego como fondo. Hasta que Chiaki tuvo una interesante idea...

-Hey, chicos, podemos jugar verdad o reto, ¿qué opinan?

-Oh, ¡sí, juguemos!- agregó Yukina.

Los demás no se opusieron al no encontrar algo más interesante para hacer, tomaron una botella vacía y se dispusieron a jugar, a quien le apuntara la boquilla debía ordenar a quien le tocara el lado contrario y éste debía elegir verdad o reto y obedecer o responder lo que el otro le dijera. Comenzó el juego y los primeros en jugar fueron Kisa y Yokozawa, donde el menor mandaba.

-Muy bien, Yokozawa-senpai, ¿verdad o reto?

-Creo que prefiero verdad

-Mmm... Entonces, ¿a ti te gusta Kirishima-senpai?- el nombrado miró con mucha atención al ojiazul, sumamente interesado en saber la respuesta.

-Reto- cambió de opinión.

-Tal vez eso sea trampa pero bueno, se me viene algo mejor a la mente. Te reto a que beses en los labios a Kirishima-senpai- dijo muy satisfecho Kisa obteniendo un sonrojo acompañado por un gruñido del mayor, ante esta acción todos rieron animando al chico que debía cumplir el reto.

El ojiazul tomó una gran bocanada de aire y después tomó la cabeza del rubio con una mano a cada costado, al siguiente segundo le plantó un rápido beso juntando sus labios, dejando al más alto con los ojos abiertos como plato, sin aliento y con un leve sonrojo en las mejillas.

-Yokozawa-kun…- el rubio apenas podía articular palabra.

-¡Sugoi! ¡No pensé que realmente lo haría!- decía sorprendido Chiaki.

-Silencio- dijo Yokozawa con una cara que era imposible que pudiera ser más roja, intentando cubrirse un poco fingiendo tomar de una taza de chocolate caliente vacía- Estúpido juego- dijo más bien para sí mismo, por lo que nadie pudo escucharlo.

-Bueno, bueno, no hay por qué enojarse. Está bien, entonces ¡quiero girar la botella yo!- comentó Yukina.

El juego continuó, después del reto que tuvo Yokozawa no hubo más de ese tipo, ya que Kirishima aún seguía en shock y no hablaba para nada. Sólo estaba allí sentado, los demás sabían que aún estaba vivo debido a que respiraba. Uno que otro hacía burla al ojiazul malhumorado por haber dejado sin aliento a su senpai, provocando así que su cara jamás dejara ese color rojo que había adquirido al momento de besar al rubio. Ahora sólo había retos sin involucrar situaciones amorosas y siendo adolescentes se les ocurrían mil y una cosas para reírse mientras veían cómo cumplían las órdenes. Por ejemplo, Kisa fue obligado por Chiaki a lamer chocolate del piso, Takano tuvo que resistir 10 segundos parado de manos sin caerse, Kirishima (sin estar consciente de ello) recibió el reto de meter la mano en el canasto de ropa sucia de todos y sus compañeros lo ayudaron a cumplir la tarea al estar petrificado, Ritsu tuvo que hacer un baile vergonzoso frente a todos con una música un poco provocativa, cosa que todos tomaron a risa excepto un ojimiel quien se miraba más nervioso que el propio castaño ojiverde que efectuaba su extraña danza; eso entre otras cosas que no hacían nada más que obligar a todos a soltar carcajadas.

Claro que también hubo personas que eligieron decir una verdad en vez de tener que hacer algún ridículo, Hatori tuvo que confesar que la última vez que había dormido con un peluche abrazado había sido justo un día antes de partir al viaje, ganándose nuevamente risas. Yukina dijo que una vez se estrelló contra un cristal cuando iba corriendo para escapar de un perro que lo perseguía, tenía muchas ganas de llorar pero se contuvo al ver que unos niños de su clase lo habían visto y a causa de eso se burlaban de él. A Chiaki le preguntaron qué pensaba de pequeño acerca de casarse y él respondió que un día le dijo a su hermana menor que se alejara de Hatori porque iba a ser él quien se casara con el mayor, también incluyó que en su mente de niño de 5 años veía al ojiazul mayor como su esposa debido a que era más bajo que él. Lo dijo con tanta naturaleza que se confundió cuando todos se rieron, para él era un pensamiento normal, la verdad era que no veía nada de malo el pensar eso, se sentía muy cómodo con Hatori y un pensamiento cruzó por su mente en ese instante: ¿Y si Tori le gustaba?... Mientras tanto el involucrado en la historia recién contada por el menor tenía un corazón que palpitaba como loco, casi podía sentirlo salir de su pecho, sentía mucha emoción, demasiada si se piensa que un chico dijo que quería casarse con él.

De nuevo el tema del romance, no había tocado el tema por tener temor a que alguien más adquiriera el estado del mayor de todos, sino que no querían que nadie se perdiera nada en caso de que sucediera algo interesante si se habla de amor. Al ver que el rubio comenzaba a reaccionar algunos se dirigieron miradas cómplices para retomar las escenas comprometedoras. Una vez más giraron la botella y Takano debía elegir verdad o reto.

-Reto- dijo muy convencido.

-Vamos, Takano, ya elegiste verdad antes. ¿Acaso tienes miedo de responder una simple preguntita?- comentó Yukina quien era el encargado de asignar el reto o la pregunta al pelinegro.

-No tengo miedo. De acuerdo, pregunta lo que quieras- contestó muy seguro de sí mismo.

-No te pongas nervioso, sólo tienes que contestar una pregunta común- agregó Yukina muy sonriente- ¿Hay alguna chica que te guste?- Takano se sorprendió por la pregunta pero no lo demostró.

-No hay ninguna chica- dijo mirando disimuladamente a Ritsu, diciéndole sólo a él que la persona que le gustaba no era precisamente una mujer, cosa que Yukina notó y agregó algo más.

-Bueno, no tiene que ser una chica precisamente, ¿hay alguna persona que te guste?

-El turno terminó- contestó.

No es que le avergonzara admitir que se moría por el tímido castaño sino que si bien iba a confesarle sus sentimientos alguna vez, no quería que fuera de esa manera, en un juego común y corriente, debía ser especial, tan especial como el lugar que el pequeño ojiverde ocupaba en su corazón.

-Qué cruel eres, Takano- dijo finalmente Yukina acompañado de un puchero que no afectó en absoluto al ojimiel.

La botella giró de nuevo.

-Dime, Kisa, ¿eliges verdad o reto?- dijo Yokozawa con una sonrisa maligna que hizo estremecer al menor quien estaba seguro que su senpai cobraría venganza.

-Etto… ¿Verdad?- respondió éste, no fuera a ser que si elegía reto lo obligara a pasar toda la noche afuera y congelarse.
-*pequeña risa malévola* Entonces, a ti te gusta Yukina, ¿no es cierto?- le devolvió una pregunta similar a la que había hecho el menor al principio del juego.

-Olvídenlo, prefiero reto, mejor oblígame a quedarme afuera toda la noche- contestó rápido el pelinegro poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta.

-¡Espera, Kisa-kun!- dijo Yukina parándose inmediatamente y tomando el brazo de su kohai- Necesito hablar un momento contigo.

-¿Eh?- contestó con las mejillas rosadas.

-Discúlpennos un momento por favor- agregó y una vez más se lo llevó a la habitación que compartían sin que el menor reaccionara.

Todos se quedaron un poco impresionados, al parecer esa pregunta no sólo había afectado al pelinegro sino también al mayor que siempre pero ahora había sacado su lado serio. Para romper un poco la tensión que se había originado, decidieron continuar con el juego.

-Etto, ¿y ahora qué?- se preguntó Takano al ver que la botella apuntaba justo en medio de Hatori y Chiaki.

-Supongo que deberías poner un reto a ambos- dijo Yokozawa- después de todo, una pregunta sería un poco más aburrido si es la misma para dos personas.

-Está bien- Takano le dirigió una sonrisa cómplice a Hatori quien lo miró confundido- Los reto a encerrarse diez minutos los dos en el armario donde están los abrigos- sonaba como un castigo pero la realidad era que el ojimiel pretendía con esto ayudar a su compañero a dar un paso en la relación que tenía sólo de amistad con Chiaki.

Los dos mejores amigos se sorprendieron y abrieron los ojos de golpe ante la orden del pelinegro, se limitaron a asentir mientras tragaban dificultosamente saliva y se ponían de pie para caminar al armario indicado. Ambos se sentían nerviosos, algo les decía que todo sería distinto para ellos dos cuando salieran de ese muy, muy concurrido lugar.

Poco a poco se iban quedando sin jugadores.

-Yokozawa-kun, ese beso…- dijo Kirishima reaccionando del todo- ¿Acaso no sentiste nada?

-Kirishima-senpai… yo- apenas articulaba palabra el ojiazul.

-Ne, Ritsu- susurró en el oído a su kohai sobresaltándolo- me parece que estos dos necesitan estar solos

-Etto… Hai- respondió el menor poniéndose de pie junto con el ojimiel para caminar discretamente a su habitación y cerrar la puerta tras ellos.

No era necesario disimularlo tanto ya que Yokozawa y Kirishima estaban muy ocupados en su charla como para notar que eran los únicos en el salón.

-Yokozawa-kun- dijo con una expresión increíblemente seria- Tal vez pienses que me gusta jugar contigo debido a mi infantil comportamiento, pero la verdad es que no encuentro otra manera de transmitirte lo que siento para que cuando me rechaces no me duela tanto.

-¿Eh?

-Lo que trato de decir es que realmente me gustas- el menor abrió los ojos como plato- lo más probable es que jamás me hayas considerado y descuida, si me rechazas sólo haremos como si nada de esto hubiera pasado- sin desearlo las lágrimas cubrieron sus ojos acompañados de una amarga sonrisa- Podemos fingir que en realidad fuimos a la playa con todos los demás y nadamos y…

-Basta- interrumpió el ojiazul- Primero escúchame y luego planeas cosas- captó la atención entera del mayor quien detuvo su llanto- Siempre pensé que jamás irías enserio conmigo, por eso siempre me la paso quejándome de ti, también debo proteger mis sentimientos, ¿sabes?

-Pero yo creí que desde ese día cuando estabas en primer año y te ayudé a encontrar tu clase no te agradaba, de hecho llegué a pensar que estabas enamorado de Takano-kun.

-Takano es solamente un buen amigo mío y aunque me gustara, yo sé que él ama a alguien más *suspiro*. Nunca he sido bueno para demostrar lo que siento, es por eso que cuando Kirishima-senpai es tan directo cuando se trata de estas cosas me es difícil actuar adecuadamente. A mí también me gustas, senpai

El mayor se quedó boquiabierto mientras el otro se acercaba a él y limpiaba las lágrimas en su mejilla con su dedo.

-¿De verdad, Yokozawa-kun?

No recibió ninguna palabra como respuesta sólo notó cómo los mismos labios que lo habían besado hacía poco tiempo lo hacían de nuevo, sólo que esta vez de una manera dulce, cálida y más lenta. El rubio no dudó ni un segundo en corresponder al beso que le proporcionaba su kohai. El calor se hacía más y más presente aunque afuera la nieve no parara de caer, pero con tan intenso beso hasta la tormenta más fría no haría nada contra ellos. Sus lenguas se rozaron y comenzaron a reconocerse, acoplándose de una manera que parecía que habían sido hechas para encajar perfectamente. La mano de Kirishima comenzó a colarse por debajo de la playera y el suéter que Yokozawa traía consigo.

-Espera, alguien podría venir- dijo interrumpiendo el beso con hilito de saliva colgando de las bocas de ambos y deteniendo la traviesa mano de su senpai.

-Entonces vamos al cuarto.

El ojiazul se puso rojo de nuevo pero no tuvo objeción así que se dirigieron al lugar acordado para entregarse el uno al otro. Sería una mentira decir que era la primera vez de alguno de los dos, después de todo ambos habían tenido novias, pero era muy cierto que ninguno tenía experiencia con otro hombre. Por lo que lo que ocurrió esa noche en aquella habitación fue mágico y especial, se volvieron uno. Su amor había sido descubierto por fin y sólo quedaba amarse intensamente, por el resto de sus días. Envueltos en sonidos de placer, amor y pasión se despreocuparon de lo que los demás dirían de su relación, ahora lo más importante para cada uno era amar y proteger al otro.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Mientras tanto en un armario concurrido lleno de suéteres y abrigos se hallaban dos ojiazules bastante nerviosos.

-Ne, Tori, ¿quieres un caramelo?- dijo el menor tratando de romper la tensión que se había hecho.

El mayor se limitó a abrir la boca para que su kohai colocara con sus dedos el dulce, era algo común entre ellos desde que eran niños, sólo que en ese preciso momento parecía como algo inadecuado para hacer entre amigos. Chiaki, agradecido de que la obscuridad no dejara ver su sonrojo, tomó un caramelo de la bolsa que traía consigo y con delicadeza lo puso sobre la lengua de su mejor amigo. Se llevó una sorpresa cuando después de llevar a cabo el acto, el más alto agarró los costados de su cabeza con cada una de sus manos y puso sus labios sobre los suyos. Al principio el menor no sabía qué hacer, estaba tan sorprendido que incluso mantenía aún los ojos abiertos, pero al cabo de unos segundos los cerró y comenzó a corresponder el tierno y cálido beso que recibía por parte de Hatori. La necesidad del aire se hizo presente y se vieron obligados a separarse, algo que ambos querían omitir para evitar sentirse así de avergonzados como lo hacían ahora.

-T-tori…- dijo casi en un suspiro el menor.

-Chiaki

-¿Q-qué fue e-eso?- preguntó.

-Chiaki, me gustas- dijo muy decidido Hatori.

-¿Eh?

-Me gustas

-Tú también me gustas, Tori

-Pero me temo que no es la misma forma de gustar la tuya y la mía. Lo dices porque siempre hemos sido los mejores amigos, pero cuando digo que me gustas no es como amigo.

-¡N-no!- dijo rápidamente Chiaki.

-No te preocupes, no tienes que obligarte a corresponderme. Pero pienso que lo más indicado sea que no nos veamos por un tiempo, tal vez aquí encerrados por la tormenta sea inevitable pero al regresar a casa deberíamos de dejar de vernos.

-¡Ya, para!- gritó el menor para ser él quien ahora besaba al más alto, un beso un poco más torpe pero igualmente lleno de sentimientos.

El beso se hacía más intenso, cada vez se sentían más excitados así que Hatori decidió interrumpir el contacto de labios.

-Chiaki, si seguimos así no sé de lo que sería capaz.

El nombrado gruñó en señal de enojo y abrió de golpe la puerta, sin percatarse de que ya no había nadie en el salón. Jaló de la mano del mayor y lo arrastró hasta el cuarto que compartían. Una vez más se besaron. Hatori poco a poco iba empujando al menor para acostarlo en una de las camas y quedarse justo sobre él sosteniéndose de sus codos y rodillas para impedir aplastar al otro chico. Un pequeño gruñido hizo que el más alto cobrara cordura de nuevo y se separó del menor, pensando que el menor estaba incómodo.

-Chiaki, yo… Perdón, creo que esto es demasiado…-dijo en tono preocupado.

-¡No, Tori!- agregó el otro tomando la mano de su amigo y colocándola en su pecho- La forma en que tú me gustas es la misma en la que yo te gusto a ti. Créeme y por favor no me subestimes, yo sé cuando alguien quiere a una persona como algo más que un amigo.

-E-entonces…

-Yo quiero hacerlo con Tori- dicho esto se volvieron a besar- Pero sé gentil, nunca había hecho este tipo de cosas con nadie.

-Daré mi mejor esfuerzo- contestó el mayor para después abrazar a Chiaki.

Se besaron, se acariciaron y se entregaron el uno al otro. Hatori también era virgen por lo que tuvo que ser muy cuidadoso para no lastimar al otro chico. Ambos habían sentido lo mismo por el otro desde hacía mucho tiempo sin estar realmente conscientes, los dos habían sido unos tontos al inconscientemente reprimir esas sensaciones disfrazándolas de amistad. Pero ahora todo era diferente, ahora estaban disfrutando el uno del otro, amándose como amantes y no como amigos. Sí, ahora no lo negarían más y compartirían ese sentimiento tan hermoso que es el amor. Una vez terminada su primera vez juntos, se acomodaron para dormir abrazados, Hatori cubrió a ambos con una sábana y besó la cabeza de su ahora novio.

-Te amo, Tori.

-Y yo te amo a ti, Chiaki.

-¿Tori?

-Dime

-El caramelo que te di hace rato, hiciste que me lo tragara cuando me besaste- dijo Chiaki haciendo un puchero.

-Jaja, lo siento- contestó el mayor y luego le dio un beso en el hombro- Descansa.

-Descansa

Ambos se quedaron dormidos.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Por otro lado, en una habitación donde había dos chicos que habían cerrado la puerta tras de sí, se podía respirar un dulce aroma en el aire. Hacía unos segundos que habían entrado y ya se estaban besando como si no hubiera un mañana y esta era la única oportunidad que tenían para saborear sus bocas. La molesta necesidad del aire hizo acto de presencia y tuvieron que separarse.

-¿Yu-yukina-senpai?- apenas podía hablar Kisa de lo alterado que estaba.

-Kisa-kun, hagamos el amor- contestó muy directo el mayor, demasiado directo.

-¡¿EH?!- dijo hasta un poco indignado el menor, mínimos que le invitara un café primero, ¿no?

-Lo que trato de decir es que… etto… no sé cómo empezar… emm… Me gustas, Kisa-kun

-…- El pelinegro se quedó sin palabras, en verdad no sabía qué responder.

-Por favor, acepta salir conmigo.

-Yo… Yukina-senpai, también me gustas. Pero yo creo que mereces a alguien mejor que yo, alguien que esté a tu altura…

-Kisa-kun- sostuvo su mentón con una de sus manos para hacer que alzara su cabeza y sus ojos se encontraron- Te amo, para mí no hay una persona más hermosa ni más especial que tú en todo el mundo.

El pelinegro soltó una lágrima que fue inmediatamente limpiada por el pulgar del mayor. ¿Y para qué mencionar lo que ocurrió en aquella habitación? Simplemente amor mutuo, amor que se respiraba en el aire, amor que ambos sentían en sus corazones.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Takano y Ritsu acababan de entrar en el cuarto cuando el mayor soltó un gran suspiro que captó la atención del castaño.

-Parece que las cosas se han puesto un poco tensas, ¿no? *otro suspiro*. Creo que el juego se ha acabado.

-Eso parece- contestó el menor- Senpai, ¿a ti no te gustan ese tipo de juegos?

-No es eso, es sólo que… Nada, olvídalo- Takano sacudió su cabeza, no podía decirle al pequeño chico que casi hacen que confiese su amor. -Mejor, dime ¿qué tipo de música te gusta?

-¿Eh?

-Tal vez podríamos escuchar música un rato, aún es temprano para irse a la cama. Apenas son las 7 pm.

-Etto, hai.

Fue así como cada quien sacó su reproductor móvil y mostraban su repertorio musical. Algunas canciones hacían que Takano las cantara también y el ojiverde quedaba boquiabierto al oírlo ya que realmente tenía una grandiosa voz. Música alternativa, un poco de pop, canciones de moda, pero hubo un momento en que una canción un poco más lenta comenzó y en efecto era una canción romántica. Ambos estaban sentados en la misma cama, se sintieron nerviosos al notar la cercanía que tenían y con una canción así como fondo hacía que millones de imágenes juntos vinieran a la cabeza de ambos. En un descuido sus manos se rozaron haciendo sobresaltar a los dos, provocando un ligero sonrojo en ambos chicos.

-Ritsu…

-Takano-senpai…

Sin notarlo, sus caras se iban acercando más, y más y…

-Creo que es mejor que vayamos a dormir- dijo Takano bastante frustrado, poniéndose de pie y yendo a su propia cama.

No podía ser que casi se dejaba llevar, casi besa a su kohai y de haberlo hecho lo más seguro es que éste se hubiera espantado y todo lo que habían avanzado durante el viaje se iría al caño. Eso era lo que pensaba cuando en realidad el castaño se sentía con el corazón lastimado, tal vez después de todo sólo se había hecho ilusiones y su senpai sólo lo veía como lo que era, un simple compañero de cuarto. Los dos tenían pensamientos completamente equivocados del otro, ambos se querían pero tenían miedo de decirlo.

1 am y ninguno de los dos había podido dormir, ambos seguían pensando en mil cosas. La tormenta era cada vez peor, incluso parecía que estaba nevando dentro de la habitación pues el frío se colaba entre las sábanas de las camas. Esa misma noche caía más nieve con más fuerza que en todo el tiempo que habían estado allí. Frío, ambos temblaban, tiritando. Takano comenzó a oír el choque entre los dientes del menor.

-Ritsu, ¿tienes frío?

-¿Eh? N-no, pa-para n-nada.

-Desde aquí puedo escuchar tus dientes tiritar.

-Oh, siento mucho haberte despertado, senpai. Trataré de ser más silencioso.

-No te preocupes, estaba despierto, de hecho no he podido dormirme. Sí que hace frío, ¿no es cierto?

-U-un poco- decía aún tiritando.

Takano tragó saliva, sabía que lo que estaba pensando en hacer era realmente arriesgado. Era una idea que vino a su cabeza desde hacía unas horas al escuchar tiritar al ojiverde. Ese era el momento, debía ser valiente y arriesgarse para tener una oportunidad de tener una relación con el menor. Reflexión, duda, decisión. Ahora estaba arrepentido de no haber besado al castaño antes, pero no cometería un error otra vez. Era una perfecta oportunidad de acercarse a Ritsu, tal vez éste se incomodaría, se asustaría y lo evitaría por el resto de sus días; pero también puede que el resultado fuera favorable. Vaciló un poco pero decidió que no se quedaría de brazos cruzados, si bien habían terminado varados en una cabaña en vez de disfrutar las vacaciones, por lo menos debían valer la pena. La suerte estaba de su lado al tener a su amor secreto en el mismo cuarto, no desaprovecharía el momento. Hacía frío, el ojiverde tiritaba y él no se daría por vencido para lograr decirle sus sentimientos. Inhaló aire y se puso de pie.

Todo estaba oscuro, Ritsu oyó ruidos en las sábanas del ojimiel, seguramente se estaba acomodando para intentar dormir. Se llevó una gran sorpresa cuando una manta cubrió la que ya tenía encima y un apuesto pelinegro se abría paso y se recostaba junto a él. Lo siguiente que notó al mover su cabeza un poco fue que su frente chocó con el fuerte pecho del mayor. Gracias oscuridad por ser capaz de esconder los sonrojos. Takano pasó un brazo por encima del pequeño cuerpo del castaño para envolverlo en un abrazo, se felicitó mentalmente así mismo, no podía creerlo, de verdad se había atrevido ¡estaba durmiendo abrazado a Onodera Ritsu en la misma cama! Ambos se quedaron en completo silencio sin saber qué decir, cómo actuar.

-T-también tenía frío- dijo por fin el mayor titubeando un poco, estaba en verdad nervioso pero emocionado.- Tú, ¿estás mejor ahora?

-Emm… Etto… Claro… G-gracias- decía mucho más nervioso el ojiverde.

Los latidos de ambos eran a mil por hora. El pelinegro pasó su otro brazo por encima de la cabeza del castaño para acercarla más a su pecho, con la esperanza de que el menor pudiera escuchar a su corazón latir por él.

-¿T-takano-senpai?

-¿Puedes escucharlo? Es mi corazón, late muy rápido ahora mismo- dicho esto le dio un beso a su kohai en la frente- Late de esta manera porque me encuentro muy cerca de ti, Ritsu.

-Mi corazón también late muy, muy rápido, senpai.

El mayor abrazó con un poco más de fuerza al ojiverde y apoyó su frente en su cabeza. Tomó aire y decidió que era el instante perfecto para confesarse.

-Ritsu, al principio de curso Hatori nos presentó a su mejor amigo que acababa de ingresar a la escuela, ése mejor amigo venía acompañado de dos chicos. Uno de ellos, en especial, captó mi atención. Al principio no sabía el por qué, sólo me pareció tal vez interesante. Con el pasar del tiempo me di cuenta de que ese mismo chico tenía unos ojos color esmeralda muy bonitos y por primera vez pasó por mi cabeza la palabra lindo. Me sorprendí a mí mismo cuando comencé a soñar con él, cuando estábamos todos juntos sólo podía observarlo a él, y me di cuenta de que en verdad es tierno. Todos los días pensaba en qué era la sensación que tenía cada vez que lo veía, siempre sentía que algo explotaba en mi interior y caí en la cuenta de que me había enamorado por primera vez.- Takano respiró el dulce aroma de los cabellos del menor para por fin decir- Hace dos días descubrí que su nombre es Onodera Ritsu.

El menor abrió los ojos como platos, ¿estaba soñando? ¿Acaso ya estaba durmiendo? Si ese era un sueño, jamás quería despertar. Describir las emociones y felicidad que sentía es imposible. ¿De verdad había escuchado bien? ¿Takano Masamune había dicho lo que él creyó escuchar? Realmente quería llorar de alegría. Trató de articular palabra pero le era imposible, aún no se creía lo que acababa de escuchar. Pero el mayor actuó antes y con una mano alzó su barbilla para mirarse a los ojos, en ese preciso instante la luna hizo acto de presencia, por casualidad, así pudieron verse perfectamente bien. Takano notó que la cara del castaño estaba completamente roja y corroboró una vez más lo que había dicho, él era extremadamente lindo.

-En este tiempo que hemos convivido no ha hecho nada más que aumentar estos sentimientos en mi interior. Me gustas, te quiero, te amo, Ritsu.

Listo, ahora mismo el ojiverde soltó sus lágrimas de pura felicidad. El pelinegro no sabía qué pensar de aquello, se limitó a limpiar las gotas de agua salada que salían de esos ojos que tanto amaba. Esperó pacientemente a que el menor estuviera listo para hablar.

-Senpai, yo siempre pensé que era invisible para ti. No sabes cuántas noches estuve despierto pensando en ti, en tu apariencia de chico rudo y en tus acciones tan amables con todos. Me había resignado a mirarte de lejos y simplemente mantener mi amor hacia ti en secreto. Estoy muy feliz- rompió en llanto de nuevo y tímidamente abrazó también al ojimiel- También te amo, Takano-senpai, no sabes cuánto.

-Ritsu- dijo el más alto sin poder evitar que sus lágrimas salieran de sus ojos, nada más que alegría y felicidad.

Al fin había confesado lo que sentía. Había valido la pena todo hasta ahora, por el momento en el que estaba. Ahora ambos deseaban congelar el tiempo y quedarse así para siempre. Los dos sentían como un gran peso se quitaba de encima para ser reemplazado con una sensación de paz, alegría, felicidad, amor. Se abrazaron con más fuerza, se enderezaron y llegó algo que ambos habían esperado por mucho tiempo, su primer beso.

Cálido, tímido, dulce, tierno. Jamás se había visto tanta gentileza en un beso, tan mágico, tan especial, tan único. Emociones indescriptibles. Un primer beso completamente perfecto. Al separarse ambos se miraron y se sonrieron. La pena había muerto entre ellos dos ahora que habían abierto su corazón. Se dieron un segundo beso pero más corto, más besos, cosquillas, un tierno coqueteo, pequeños besitos en los labios, las mejillas, la frente e incluso el párpado cuando alguno de los dos cerraba los ojos. Los dos sonreían y se les escapaba una que otra risita.

Los besos iban esparciéndose y cada vez abarcaban más. Takano comenzó a dar pequeños besos en el cuello de menor, quien ante tal contacto sólo atinó a aferrarse fuerte de la playera del pijama del pelinegro, soltando un pequeño gemido. Después de escuchar ese pequeño sonido el mayor sintió que algo en su entrepierna se despertaba y no puedo evitar empezar a lamer ese cuello, provocando así más gemidos. El ojimiel elevó un poco su rodilla, pero al hacer esto ésta chocó con la entrepierna del castaño haciéndolo gemir aún más fuerte. Ahora definitivamente el miembro del mayor estaba muy despierto.

-Ritsu, tal vez esto sea demasiado apresurado, lo siento. Pero, ¿p-puedo…?

-Hai, senpai- contestó el menor entendiendo claramente a lo que se refería.

-Te amo- agregó el mayor besando su frente.

Se dieron un beso mucho más sensual que los demás, ahora se permitieron explorar la cavidad del otro con sus lenguas, tanto que hasta la saliva se escapaba por la ranura de sus bocas. Takano aprovechó para colar una de sus manos por debajo del pijama del ojiverde, haciendo que ante el contacto el menor gimiera en medio del beso. Se separaron unos instantes, el beso los había dejado sin aliento y mientras trataban de recuperarse, el pelinegro se puso de rodillas para quitarse la playera. Ritsu puso notar claramente desde el mejor lugar disponible el bien formado pecho del mayor, incluyendo su bien marcado abdomen, la baba estaba a punto de salirse de su boca. Takano al notar la mirada que le dirigía el ojiverde se limitó a sonreír, acto seguido ayudó al castaño a quitarse también la playera para que ambos quedaran a la par y se colocó encima de él, teniedo cuidado de no aplastarlo o lastimarlo. La hermosa, suave y blanca piel de Ritsu hizo que el ojimiel comenzara a saborearla con su propia lengua, descendiendo desde su cuello, bajando por su pecho y abdomen. Delineó el contorno del ombligo para luego regresar al pecho y darles atención a los botones rosas que había dejado a propósito al final, claramente percibió el sobresalto del menor ante su acción. Besó a su tímido kohai mientras acariciaba su espalda y sus glúteos por encima del paltalón del pijama, el cual fue quitado junto con su ropa interior poco a poco sin que dejaran de besarse, el más alto se dio el privilegio de admirar tan hermosa vista antes de quitarse toda la ropa restante y que los dos estuvieran completamente desnudos.

Takano bajó lentamente para dar caricias y besos a los muslos del menor, quien gemía y gemía. Ritsu se estremeció cuando el mayor tocó con sus manos su miembro, pero no era nada comparado a lo que sintió cuando éste lo introdujo en su boca.

-Aaah~ T-takano-senpai…

El ojimiel comenzó un vaivén lento, asegurándose de dar el máximo placer al chico que amaba.

-Y-yo… no puedo más… me voy aaa…

Unos minutos y Ritsu agarró la almohada muy fuerte al momento de soltar un grito de placer y derramar un líquido blanco dentro de la boca del pelinegro, quien al tragar trató de dejar un poco.

-L-lo siento Takano-senpai

-No te preocupes, todo lo que venga de ti es delicioso- dijo lamiéndose los labios a lo que el castaño sólo atinó a apretar más la almohada.- Ritsu, tengo que prepararte primero.

-¿Prepararme?

Sus dudas quedaron resueltas cuando Takano comenzó a lamer lentamente la virgen entrada del menor, causando un gemido ahogado. No había ningún lubricante cerca y no quería lastimar al pequeño chico así que la semilla que aún quedaba del ojiverde la utilizó junto con su saliva para dar paso a uno de sus dedos.

-Aaah- esta vez no era un sonido de placer sino de un poco de dolor.

Era una nueva sensación por lo que era normal, así que el ojimiel decidió sacar su dedo y lamer de nuevo. Después de unos instantes volvió a intentarlo y obtuvo un mejor resultado. El proceso era lento pero era necesario si quería ser prudente y cuidadoso. Un segundo dedo se hizo presente junto con otro gemido, comenzó a dilatar la entrada moviendo lentamente sus dedos. Un tercer dedo, casi estaba listo, unos momentos más y al parecer se había dilatado lo suficiente, sacó sus dedos y se enderezó para colocarse en medio de las piernas del castaño.

-Ritsu, trataré de ser lo más delicado posible. Te lo juro.

-Y-yo… estoy bien…

-Respira hondo y relájate. ¿Listo?- Ritsu asintió tímidamente y trató de hacer lo que el mayor le había pedido- Entonces voy a entrar.

Una sensación que ninguno de los dos había sentido jamás en su vida, pero para el menor era doloroso.

-¡Aaah!- gritó el ojiverde, mostrando cuánto dolor sentía- D-duele.

-Tranquilo, relájate- el pelinegro besó su frente y luego sus labios- Aguanta un poco, ¿sí?

-O-ok…

-Ritsu mírame a los ojos- así lo hizo el menor- Te amo, intentaré ir muy, muy despacio, si de verdad no soportas el dolor pararemos, ¿ok?

-Si

-Entonces voy de nuevo

Comenzó a abrirse paso en el interior del castaño como lo prometió, muy, muy lento. Mientras se movía empezó a acariciar con su mano su miembro y con la otra toda su espalda, su boca estaba dedicada a repartir besos por el pecho y abdomen, susurrando palabras como “tranquilo, respira hondo, relájate, estoy aquí contigo, te amo, eso es, muy bien”. Sólo faltaba un poco y una vez que estaba todo dentro esperó a que el ojiverde se acostumbrara. Podía escuchar la respiración agitada del otro chico y se quiso golpear así mismo por causarle esa molestia a alguien tan lindo como él, pero daría todo de sí para que pronto dejara de doler y se sintiera bien. Sintió las manos del otro rodear su espalda, aferrándose fuertemente a él. Besó su cuello y de nuevo sus labios.

-¿Estás bien, Ritsu?

-S-si

-Ne, ¿lo notaste? Estamos unidos

-Hai, ahora somos uno

El menor hizo un movimiento de caderas que hizo saber a Takano que se podía mover ahora. Así lo hizo, primero lento, acoplándose al cuerpo debajo de él. Besos, palabras cariñosas, palabra de amor. Al cabo de unos minutos los gemidos de Ritsu no eran de otra cosa más que placer. El ritmo tomó velocidad y las embestidas eran cada vez más profundas. Los dos sentían que podían tocar el cielo con sus propias manos, no sólo se habían unidos físicamente sino que sus sentimientos, sus corazones y sus propias almas estaban combinadas. Ambos gemían, sentían el final llegar. Juntos alcanzaron el orgasmo, Ritsu entre sus abdómenes y Takano en su interior.

Esperaron a que pasara la sensación del post-orgasmo y se abrazaron fuertemente, el pelinegro salió del interior de su chico. Se besaron y se sonrieron de nuevo. Takano se dirigió al baño privado que correspondía a su habitación por unas toallas para limpiar a su pequeño castaño. Cubrió a ambos y lo acunó en su pecho mientras acariciaba sus cabellos. Había sido increíble, mucho mejor de lo que pudiera haber imaginado. Ambos estaban cansados como para hacer una segunda ronda, después de todo había sido la primera vez de los dos.

-¿No te lastimé?- preguntó un poco temeroso.

-No, se sintió bien. Te amo, senpai.

-Yo te amo a ti más- besó su cabeza- Ritsu

-¿Si?

-¿Quieres ser mi novio?- una risa se oyó por parte del ojiverde- ¿por qué te ríes?

-Jeje, lo siento. Lo que pasa es que acabamos de hacer esto y apenas me lo preguntas.

-No se llama “esto”, se llama hacer el amor. ¿Y bien, qué me dices?

-Por supuesto que si- levantó su cara para besar a su ahora novio.

-Ritsu

-¿Mmm?

-Gracias por todo, te amo.

-También te amo.

Durmieron más cómodos que nunca, definitivamente había valido la pena el haberse arriesgado hace un rato, pensaba Takano. Ahora eran una pareja oficial, juntos haría que su primer amor fuera eterno, porque era el mejor primer amor del mundo.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Efectivamente todos habían tenido una noche ocupada, ya que en toda la noche esa cabaña estuvo llena de gemidos, confesiones y nada más que amor. A la mañana siguiente se despertaron tarde, Takano, Yukina, Hatori y Kirishima se dirigieron a la cocina para preparar algo de desayunar a sus respectivas parejas.

-¿Eh? ¿Ritsu-kun y Yokozawa no se han despertado? Siempre son los primeros- dijo Yukina quien preparaba comida junto a sus compañeros de clase y su senpai de tercero.

-Etto, Yokozawa-kun está un poco indispuesto, jeje- contestó con nerviosismo Kirishima.

-Ritsu aún está dormido, le llevaré algo para comer cuando regrese a despertarlo- agregó Takano.

-Ya veo, ¿y Yoshino-kun, Hatori?

-Está adolorid… ejem… digo, no se siente muy bien.

-¿Cómo te fue anoche con él?- preguntó Takano dirigiendo una sonrisa burlona a Hatori.

-¿Eh? Etto… normal… emm…

-Jaja, parece que Hatori tuvo una noche muy entretenida, ¿ne?- dijo Yukina apoyando a Takano en su afán de sacarle la sopa a su otro amigo.

-Pues…

-No creo que alguien haya estado despierto tan tarde como Yokozawa-kun y yo- comentó el rubio atrayendo la atención de sus tres kohai- Jaja, no pongan esas caras. ¿Qué tal tú, Takano?

-La mejor noche de mi vida definitivamente- contestó orgulloso y con una sonrisa recordando lo que había pasado.

-Así que por fin te atreviste con Ritsu-kun, felicidades a los dos.

-¿Gracias?- dijo el pelinegro.

-¿Qué hay de ti, Yukina-kun? Anoche nos dejaron solos en el juego- agregó Kirishima.

-Pues, supongo que de maravilla.

Charlaron todo el rato que estuvieron cocinando y luego cada quien se dirigió con una charola con desayuno para dos personas a su respectiva habitación.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

-Kisa-kun, ¿te apetece algo para desyunar?- dijo Yukina mientras entraba al cuarto.

-¿Deayuno?- preguntó el pelinegro ansioso sentándose de golpe- ¡Auch!- se quejó al sentir una molestia.

-¿Estás bien?

-E-eso creo, tal vez un poco de comida me venga bien- agregó observando el plato que estaba en la charola.

-Claro, hice el desayuno para los dos.

Kisa observó el plato de huevos con tocino que formaban una cara feliz, sonrió al probar y ver que estaba delicioso. Ambos desayunaron tranquilos y dirigiéndose miradas y palabras cálidas.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

-¡Tori! ¿Trajiste algo para comer?- preguntó el menor en cuanto vio al más alto entrar.

-Hai, ¿aún te duele mucho?

-Un poco, pero tu comida es tan deliciosa que seguro me aliviará- contestó con una inocente sonrisa.

-Bueno, entonces comamos.

El menú de esa mañana para los dos ojiazules era un bento con muchas figuritas de animales hechos de comida, lo que más les gustaba a los dos toda su vida

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

-Ohayo, Yokozawa-kun. ¿Ya despertaste?- dijo Kirishima a un ojiazul recostado boca abajo en la cama.

-Sí. Dios, creo que lo de ayer fue demasiado.

-Si tú quieres puedo darte un masaje en la zona afectada para aliviar el dolor…

-Pervertido- contestó fríamente el menor.

-Eres malo, mejor come un poco- dijo acercando la charola. El ojiazul se enderezó para comer.

-¿Qué es esto?- dijo Yokozawa mientras le daba un tick en la ceja.

-Etto… Intenté preparar un poco de Mochi, pero no salió tan bien como esperaba. No tienes que comerlo, puedo pedirle a Hatori-kun que me ayude a preparar algo más…

-¡Está delicioso!- dijo el menor al probar un poco de ese revoltijo de arroz- ¿Quién lo diría?

-¿De verdad sabe bien?- el rubio probó por sí mismos- ¡Tienes razón! La apariencia es mala pero no saben tan mal.

El más alto se sobresaltó al sentir un besito en su mejilla.

-Gracias- agregó el menor.

Kirishima se lanzó a su pareja en ese instante para comérselo a besos.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

-¿Ritsu?- dijo Takano al entrar y descubrir que su novio estaba sentado en la cama leyendo y no dormido.

-Buenos días, senpai- respondió el castaño con una sonrisa en la cara y un leve color rojo en las mejillas.

-Veo que ya despertaste, ¿cómo te sientes? ¿Te duele?- dijo sentándose en la cama donde estaba el castaño y acomodando la charola.

-Sólo es una pequeña molestia, no te preocupes.

-¿Tienes hambre? Yo… preparé algo. No sabía qué te gusta desayunar así que improvisé, espero que te guste.

-Gracias- contestó.

Ritsu se sorprendió al ver que su desayuno consistía en hot cakes en forma de corazón, se sonrojó un poco. Tomó el cubierto y probó un poco, el sabor era único en verdad, estaban deliciosos. Desayunaron ambos muy contentos y cuando terminaron se tomaron un rato para charlar acerca de un libro de pandas y de ese otro de un asesino que tenía una libreta y el detective que comía muchos dulces.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Ya todos estaban bañaditos y cambiaditos, pero debido a la situación de cuatro chicos nadie había salido de sus habitaciones. Yokozawa le pidió a Kirishima que le trajera la radio para saber que ocurría ya que entre tanta distracción no se había percatado de que había dejado de caer nieve.

>>Les informamos a todos los residentes de la zona que la tormenta duró menos de lo esperado. Hace unas horas los servicios y las antenas comenzaron a ser restaurados por lo que los teléfonos ya sirven. También se han implementado camiones para limpiar la nieve que haya bloqueado las puertas de las casas y cabañas. En otras noticias, les comentamos que el campeonato de…<<

El celular de Yokozawa sonó de repente, así que éste se apresuró a contestar. Había sido el demoni… ejem digo, su tío Hiroki quien llamaba para avisar que llegarían por ellos ese mismo día, ya habían comprado boletos de avión para regresar a casa y Kamijou iba a recogerlos a la cabaña personalmente. Por fin todo se había arreglado. Les dijo a todos para que comenzaran a empacar, estarían en casa esa misma noche.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

La camioneta estaba estacionada enfrente con la cajuela abierta, entre Takano, Hatori, Kirishima y Yukina subieron todo el equipaje de los ocho chicos. Subieron a la camioneta y Hiroki se dispuso a arrancar, pero hacían falta aún dos chicos, un pelinegro ojimiel y un castaño ojiverde.

Los vieron salir de una forma un tanto particular. Takano venía cargando a Ritsu al estilo princesa, quería tomar todas la precauciones para que su novio no se fuera a caer si intentaba caminar. Un gesto tremendamente tierno. El ojimiel sentó al ojiverde en un asiento y luego se colocó al lado de él, se miraron y se sonrieron ajenos a lo que pasaba a su alrededor.

Los demás ukes miraron con resentimiento a sus respectivos semes porque ellos no habían tenido esa atención que tuvo Takano con Ritsu. Kamijou se limitó a suspirar y a dirigirse al aeropuerto.

El avión de esta vez era un poco más pequeño así que las filas eran de sólo dos asientos, no hace falta decir que cada quien se sentó con su pareja. Hiroki tuvo que sentarse junto a un chico peliazul muy alto que no paró de sonreírle y hablarle todo el viaje, incluso intercambiaron teléfonos, sí, parecía que se verían de nuevo muchas veces en el futuro.

En esta ocasión nadie se arriesgó a dormir, ya habían aprendido de la primera vez. Aunque el error que cometió la escuela al mandarlos a esa cabaña fue lo mejor que les pudo haber pasado, algunos descubrieron el amor, otros lo confesaron y todos vivieron la mejor experiencia. Ese juego de verdad o reto no era tan malo después de todo. Cuatro parejas recién formadas que se dedicarían a vivir su amor y disfrutarlo todos los días. ¿Quién sabe? Tal vez en unos años se celebrarían varias bodas…

Fin

Notas finales:

Jeje cualquier similitud del libro de Usami Akihiko con algún manga cofcofdeathnotecofcof es mera coincidencia. Perdón si esperaban más lemon, pero no es mi fuerte, hice el de Takano y Ritsu porque son mi pareja favorita pero si hacía de las demás parejas mi imaginación se iba a agotar y tardaría más en subir el shot. Tal vez la parte de Yukina y Kisa es muy corta, lo siento es que de todas las parejas es la que me cuesta más trabajo escribir.
Comenten, ¿qué les pareció mi primer OneShot? ¿Demasiado largo, no? Gracias por leer.

Pd. Si quieren saber cuál fue una de las canciones que escucharon Takano y Ritsu den click en el siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=1aHq4CZE2GU

Saludos a todos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).