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En la oscuridad del Bosque por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Aquí otro capitulo >< perdónenme si tardo mucho en subirlos .____.

IMPORTANTE: En este cap se da espacio para un flashback, desde ahora los flashback estan escritos con letra cursiva 


Eso >< espero que les guste y recuerden dejar sus reviews

Gracias por leer <3


Llevaba más de dos horas caminando en las profundidades del bosque. La luna, que solo tenía la mitad de su blancura visible en el cielo no lograba iluminar la oscuridad producida por las nubes cargadas de agua que ya se había apresurado a caer. Una lluvia tormentosa me empapaba y caía sobre mi cabeza, su característico sonido triste y el frío homicida que azotaba mis músculos me sirvió para reflexionar sobre todo lo que había pasado horas atrás ¿Qué había sido todo eso? ¿¡Cómo fui tan estúpido!? Yo no era más que un simple chico, que apenas podía defenderse de aquellas bestias ¿Y si volvían a atacar en grupo? Por mucho que haya entrenado años atrás para acabarlas, no podría contra una manada de lobos. Sin darme cuenta en ese arrebato de furia me había sentenciado al suicidio. Pero por ningún motivo iba a regresar, para bien o para mal, mi orgullo es el más grande de mis defectos, si había de volver a casa lo haría muerto o con los cadáveres de esas bestias en mis hombros.

El suelo húmedo transformado en barro me obstaculizaba  el caminar que se había vuelto lento y costoso. La lluvia caía sin cesar, sin piedad y al parecer no iba a parar, el viento había comenzado a correr en fuertes ráfagas que chocaban contra los árboles y amenazaban con tirarlos pronto, estaba en medio del bosque en medio de un temporal lluvioso. Toda esta situación me entristecía, por un momento deseé no estar allí, por un momento deseé otra vida, si tan solo Soul no hubiese sido raptado por los hombres lobo yo no hubiese crecido alimentándome del odio y la venganza, seguramente nada de esto estaría pasando. Creí que con el regreso de Soul volvería a tener la felicidad que perdí alguna vez, pero nada de eso pasó, su vuelta solo me confundía y me hacía perder la cabeza. Su cambio de personalidad, el nuevo Soul que se metía a fuerzas en mis pensamientos y los enredaba, le quería tanto como antes pero ahora mismo rechazaba su nuevo yo. Además…además, Desmond había aparecido de repente en mi vida y ahora no sabía qué hacer con él, tenía un encanto, un sutil embrujo que ejercía sobre mí y sobre todos los que le rodeaban que me hacía sentir encadenado y atrapado por él ¡Eran sus ojos! Esos ojos mieles hechizaban a todo aquel que mirase dentro de ellos, lo odiaba por esto, y odiaba a Soul también, por dejarme tanto tiempo solo y ahora regresar a atormentarme como un viejo fantasma.

Un aullido resonó a pocos metros de mí  y azotó mi cabeza contra la realidad nuevamente, di media vuelta y me encontré frente a frente con una de esas bestias. Su cuerpo aún se mantenía como el de un humano, aunque los rasgos de su rostro comenzaban a tornarse justo como los de un lobo y afiladas garras escapaban de sus dedos, la saliva caía de su boca jadeante mientras furioso mostraba sus afilados colmillos, parecía hambriento. No lo dude ni un segundo, antes de que siquiera el pensase en atacarme, desvainé una de mis dagas y me abalancé sobre él, clavándola directo en su corazón, atravesando su pecho en un solo instante.

Otro lobo aparecía tras de mí y saltaba para caerme encima, la hoja del cuchillo estaba demasiado incrustada como para quitarla fácilmente, así que rápidamente tomé la segunda daga y justo antes de que la bestia cayera sobre mí la clavé en su hombro, pero eso no fue suficiente para detenerle, abrió su boca para darme un mordida, sus dientes como navajas estaban ya cubiertos de sangre, ya habían devorado a alguien pero aún estaba hambriento. Forcejee fuertemente con él, la fuerza de su cuerpo era como la de tres hombres a la vez, intenté apartarme pero apresó mis muñecas contra el piso.

-Así que tú eres Sasha…- Rugió y apenas pude entenderle, su voz se había vuelto ya como la de un animal, ronca y balbuceante –Dicen que eres delicioso…- Y acercó su rostro a mi cuello e inhaló profundamente ¡Demonios! ¿¡Por qué todos hacen eso!?

Soltó una de mis manos para enterrar sus garras en la tierra húmeda, furioso:

- Me han hablado muchísimo de ti- Gruñó relamiéndose los labios. Bufe enfadado mientras apartaba el rostro del suyo que estaba demasiado cerca,  girando la cabeza hacia un lado - ¿Qué harás, eh? ¡Ya no tienes con que defendert…!- Un estruendo gravé interrumpió y le quitó el último aire que llevaba, una bala le había atravesado el pulmón izquierdo, el lobo se apartó de mí e intentó ponerse de pie mientras con sus peludas manos intentaba cubrir el orificio hecho en su pecho, jadeante mientras intentaba contener el aire dentro de sí, pero era inútil.

- En eso te equivocas…- Dije mientras guardaba una de las pistolas en mi bolsillo ¿Qué yo iba a salir al bosque sin más armas que mis dagas? ¡Eso era realmente estúpido! Antes de tomar el abrigo para irme, en la pelea con Desmond y Soul, casi impulsivamente tomé un par de pistolas pertenecientes al cazador, junto a una tira de municiones, si debía pelear contra estos monstruos, debía de hacerlo armado.

- Tú, pequeño bastardo…- Musitó apenas mientras caía al suelo, la sangre ya se había apoderado de la totalidad de sus pulmones y del agujero  hecho con la bala chorreaba a presión  alcanzando a salpicar mi rostro con su carmesí, tan solo un aullido doloroso que resonó agudo, hecho con sus últimas fuerzas cubrió todo el lugar antes de que cayese desplomado al suelo.

Pero no era un aullido de dolor, era una alarma, una alerta, estaba perdido. Una docena de lobos se aproximaba furiosamente a mí con sus bocas entreabiertas rebosando de saliva que caía desenfrenadamente, saboreando sus labios, próximos a devorarme. Sin dudarlo comencé a disparar en dirección hacia ellos, derribando a dos o tres, pero sus movimientos eran demasiado rápidos y la poca preparación en armas de fuego me jugó en contra, en un par de segundos ya habían llegado junto a mí y me embestían para golpearme y morderme, yo intenté defenderme disparando a ciegas, lo que sirvió para darles a otro par de bestias que cayeron tendidas al suelo, pero aún quedaban más de hombres lobo que comenzaban a desgarrarme la piel con sus garras y a intentar arrancarme la carne con sus dientes, intenté innumerables veces zafarme de ellos, disparando, y dirigiendo mis dagas hacia ellos, uno más cayó al piso y los otros solo quedaron heridos. Eran demasiados como para hacerle frente yo solo, pero no estaba arrepentido en absoluto, al menos ya había acabado con seis de ellos y ese record era suficiente para mí. Llevé la mano a mi bolsillo y me encontré con un extraño artefacto que había  tomado de la pequeña mesita antes de irme e inmediatamente recordé la conversación que había tenido con Desmond la noche anterior:

- ¿Qué es esto?- Pregunté mientras tomaba entre mis manos el artefacto redondo – ¿Y esta mecha para qué es?- Dije enredando entre mis dedos el pequeño hilo que desprendía de ella.

- ¡No…No lo toques!-  Exclamó nervioso quitándomelo de las manos  -Es muy peligroso, podrías quemarte- Le miré con una sonrisa inquietante y curiosa, bufó.

-Es…Una granada-

- ¡Eso no me parece una granada!- Exclamé entre risas -¿Esta también puede comerse?- El cazador me miró con dulzura mientras sonreía y acariciaba con una de sus manos mi mejilla.

- No, pequeño, está no se come- Dijo riendo a carcajadas – Dentro de esta bola de barro hay un elemento explosivo llamado pólvora, mezclado con vidrio y algunos metales- Ladeé la cabeza un poco, no entendía como dentro de esa esfera tan pequeña existiese algo que podría explotar. Ladeó la cabeza hacia el mismo lado que yo, como si estuviese jugando conmigo y clavando sus ojos mieles enternecidos en los míos y acercando su rostro al mío me robó un pequeño beso.

- Si enciendes esta mecha de aquí, explotará y todo lo que toque se incendiará- Siguió ante mi rostro atónito aún sorprendido por el asalto de sus labios, estaba completamente sonrojado –Debe parecerte raro porque no existen muchas por aquí, son todas de creación artesanal…- Continuaba hablando mientras yo me perdía en el dulce de sus ojos -¿Sasha? ¿Te sientes bien?- Preguntó un poco asustado mientras palmeaba mi mejilla.

- S…Si- Tartamudeé torpemente. Intentaba buscar, intentaba buscar dentro de esos ojos tan profundos, con tanta historia y con tanto encanto devastador, intentaba encontrar qué era lo que me hechizaba tanto de ellos, pero no lograba comprenderlo.

Y no podría hacerlo…

Soportando aún las mordidas, la piel rasgada y los músculos a punto de salir a la luz, deslicé mi mano suavemente por el piso y tomé unas pequeñas piedras que allí se encontraban, comenzando a azotar una contra otra ¿Mi idea? Generar fuego, una chispa sería suficiente para hacernos volar a todos y por fin acabar con esas bestias. Estaba dispuesto a sacrificarme después de todo.

El primer destello de luz escapó de las pequeñas rocas, debía ser rápido, con suerte las gotas que caían desde el cielo no la alcanzarían. Inmediatamente tomé la granada y la puse sobre la diminuta llamarada, a lo que prendió sin mayor problema, pude ver cómo lentamente la pequeña tira de hilo se iba desvaneciendo víctima del fuego, solo quedaban algunos milímetros, cerré los ojos y esperé la explosión.

Pero nada ocurrió, solo sentí el fuerte viento soplar en mi mejilla, seguido de un brusco y rápido movimiento que quitó el peso de los lobos sobre mí. Abrí los ojos y un estruendo azotó mis oídos, era la bomba que había explotado muchos metros más allá ¿Cómo? Un hombre había alejado a las bestias de mí mientras que otro me quitaba la granada de las manos para lanzarla lejos. Todo pasó tan rápido que apenas los ojos fueros testigos de ello. Dos hombres me habían rescatado, no eran Soul ni Desmond, tampoco eran ciudadanos comunes, pude verlo en sus pupilas enrojecidas que ardían como sangre tibia y sus movimientos sumamente rápidos y finos como los de un lince, parecían bestias salvajes como los lobos, pero no lo eran, su aspecto al parecer era completamente humano. Un hombre de cabellos blancos y un rostro pálido como la nieve que era hogar de unos bellos ojos carmines me levantó cuidadosamente del piso, su traje, típico de la alta sociedad no pareció ensuciarse con el lodo levantado por el pesado cuerpo de las bestias cayendo al suelo mojado. Mientras, el otro joven, un pelinegro que se movía con soltura en la oscuridad acababa con el resto de las los lobos tan rápido que lo único que pude detectar eran los aullidos que escapaban de sus famélicos hocicos antes de morir.

- ¿Estás bien?-  El peliblanco parecía preocupado, a pesar de su cabello canoso su rostro parecía más el de un veinteañero que el de un anciano. Asentí con la cabeza mientras era hipnotizado por esos siniestros ojos carmesí que me capturaron en su iris. Un último gemido de dolor de un lobo que había quedado vivo y luego fue aplastado brutalmente por la bota del segundo chico llamó mi atención y dirigí la mirada al joven de cabellos oscuros. Sus ojos eran más claros que los de su amigo, tomando un color más anaranjado y aunque este parecía más joven sus facciones eran ásperas y rudas, parecía tener un mal carácter. Me aparté del hombre que estaba junto a mí y aunque este último intentó apresar mi mano con la suya para detenerme, me acerqué a aquel otro joven de ojos naranja. Cuando me hallé lo suficientemente cerca de él, el se alejó como si me estuviese evitando.

- Mi nombre es Vlad– Dijo nuevamente el peliblanco mientras tomaba mi mano– Y él es Ethan- Clavó sus ojos rojos en él, mientras le propinaba un leve codazo –Saluda, Ethan- El chico, como quién obedece a su padre, extendió su mano fría hasta mí y la tomó con firmeza mientras hundía sus pupilas anaranjadas en las mías, sonriéndome con mueca sarcástica. Un escalofrío me recorrió por completo, de alguna forma sabía que algo me estaba queriendo decir con esta mirada.

- G…Gracias por salvarme- Musité aún sin apartar la mirada de Ethan. Su cabello desordenado cayendo suavemente por su frente amplia, y sus ropas malgastadas, dándole más la imagen de un antisocial, contrastaban completamente con el retrato de su amigo. Su nariz perfectamente delineada resaltaba entre sus pómulos color trigo que diseñaban el molde de un rostro duro y misterioso que era iluminado por el naranja de sus ojos.

Él solo asintió con la cabeza y luego dirigió su mano a mi mejilla y pareció acariciarla suavemente, retirando con la delicadeza de sus dedos parte del río de sangre que descendía desde ella, sin darme cuenta, estaba muy mal herido. Volvió su mano y la dirigió a sus labios levemente carnosos y sin despegar el hilo de sus ojos en los míos lamió sus dedos mientras saboreaba la sangre que había caído de mi rostro. Me estremecí por completo ¿Por qué diablos me miraba mientras lo hacía? Intenté apartar mis ojos de él moviendo mi cabeza hacia un lado, pero él tomó mi rostro fuertemente entre sus manos y me obligó a mirarle, sin que pudiera evitarlo comenzó a acercar su rostro al mío. No podía moverme, ni siquiera lograba respirar correctamente, era como si su tacto me paralizara al tomar contacto con mi piel, me sentía preso y reprimido por él pero no lograba hacer nada por detenerlo. Llevó sus labios hasta mi cuello y sentí como lo besó suavemente, luego, pareció clavar un par de filosas agujas en lo más profundo de mi yugular, solo sentí el crujido de la piel y como su filo llegaba hasta mis venas. Un fuerte dolor comenzó a azotarme, no podía moverme mayormente y solo atiné a clavar mis uñas en sus hombros, lo que pareció enfurecerle más aún, haciendo más presión contra mi cuello.

- ¡Ethan, detente! – Sentí la voz de Vlad a lo lejos, mientras zamarreaba bruscamente al chico -¡Maldita sea, Ethan! ¡Apártate de él!- Sentía como el fluido de mi sangre se cortaba mientras escapaba entre sus labios, me estaba bebiendo. Vi como mi piel comenzó a empalidecerse y me sentí sumamente mareado, mientras que una sensación de fiebre me invadía súbitamente y hacía mi vista borrosa.

- Vas a matarme…- Susurré torpemente en un gemido doloroso. Él me apresó contra su cuerpo en lo que pareció un abrazo y succionó con aún más fuerza, obligándome a gritar.

- ¡Vas a matarme!-  Exclamé en un último aliento, aferrándome inconscientemente a su cuerpo.

- ¡Claro que no!- Escuché una voz mezclándose a lo lejos seguido de una serie de disparos que detuvieron inmediatamente el ataque de Ethan, haciéndolo caer al suelo, derribándome a mí también.

- ¡Apártate de él, si no quieres que te llene el estómago de plata y te corte la cabeza!- Desmond entraba a mi rescate, vi cómo sus ojos se entristecieron al verme, camino hasta nosotros y tomó del cuello a él pelinegro –Te acabaré aquí mismo, vampiro-

- ¡Espera, Desmond!- El peliblanco entraba en acción para salvar a su amigo.

- ¿¡Vlad!? ¿Qué haces tú aquí?- Exclamó sorprendido el cazador.

- Lo siento mucho, Desmond – Comenzó titubeante el peliblanco No entendía absolutamente nada ¿De dónde diablos se conocían?

– Ethan es un neófito, aún no controla sus impulsos-  Terminó nerviosamente.

- ¡Escúchame, Viejo!- Gritó furioso Desmond mientras soltaba bruscamente a Ethan y dirigía su cañón a la frente del peliblanco -¡No quiero que esto se vuelva a repetir! ¿Me entiendes?- Exclamó clavando sus mieles ojos irritados en los del hombre - ¡Si esto vuelve a ocurrir, los mataré a ambos! – Y apartó el arma del rostro de Vlad y dirigió sus manos hasta mí, tomándome y enredándome entre ellas, poniéndose de pie mientras me cargaba entre sus brazos.

- Lo siento mucho, Sasha- Susurró apenado mientras topaba su nariz contra la mía, en signo de ternura. Luego comenzó a caminar
 -Recuérdalo, Vlad- Dijo antes de que nos perdiéramos en la oscuridad –Controla a tu aprendiz, la próxima vez no le perdonaré- Dirigió una última mirada hacia el peliblanco, quién pareció estremecerse en un visible escalofrío.

Ahora yo estaba seguro, nunca me había sentido tan a gusto en los brazos de nadie, sus manos firmes sujetándome, daban el calor que mi cuerpo había estado perdiendo. Intenté levantar la mirada para encontrarme con la suya, pero una mano sobre mis ojos me encegueció:

–Estábamos tan preocupados por ti, Sasha- Dijo con la voz levemente entrecortada mientras acercaba su rostro al mío –Pero ahora debes dormir- Susurró suavemente en mi oído. Aunque no quería, mi cuerpo siguió su mandato como si fuera una simple marioneta a sus órdenes, sin que pudiera evitarlo su voz se alejó y mis párpados bajaron como dos pesados telones de lienzo grueso, cayendo profundamente dormido entre sus brazos.

Notas finales:

¿Les ha gustado? No crean que esto se pondrá como crépusculo e.e no, pero si me gusta cuando los vampiros, los hombres lobo y los humanos se matan entre ellos D_D ya saben... 

Me he inspirado para hacer a Ethan (Que nada tiene que ver con el feo de la pelicula -Mi niñera es un vampiro-) basándome en Omar Borkan al Gala (See, ese árabe que expulsaron por ser demaciado guapo) 

http://2.bp.blogspot.com/-HksFKtwqC28/UXqbzeDahZI/AAAAAAAAOig/_WsktH7a-PQ/s1600/o-OMAR-BORKAN-AL-GALA-570.jpg 

Aunque Ethan no tendría barba ni bigote xD 

Eso! espero que les haya gustado n_n 


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