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"Enfermedad" [HunHan] por Stephi

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Notas del fanfic:

Bueno, está historia había comenzado como un One-Shot xD, pero la idea de expandió, así que consideré la idea de hacer un Mini-Fic, pero la idea continuó expandiéndose y creo que será una historia un poco larga. —aunque no creo que mucho—

Recuerden pasar por mi BlogTwinkling Lotus.

Notas del capitulo:

Sólo espeor que les guste la historia, me estoy dedicando a ella xD. La historia está medio inspirada en hechos reales(?) Lol. Trataré de actualizar dos veces por semana. Los Lunes y Jueves. Pero ya veremos... xP

Capítulo 1: New Experience.



Estaba frente al espejo, su apariencia desgastada se notaba a distancia, pero él ya estaba acostumbrado a verse de esa manera tan decaída, tan lamentable. Ese día empezaría una nueva etapa en su vida, eso lo ponía extrañamente nervioso pero de cierta manera feliz. Ese día iría a la preparatoria, a pesar de que era un año mayor para el curso en el que iba a estar, no le importaba; lo único que le importaba era la experiencia tan nueva y extraña que estaba por descubrir. Porque sí, esa iba a ser la primera vez que estaría en un lugar donde iban a estar chicos de casi su misma edad, y si tenía suerte, de su misma edad.

Su familia lo había apoyado con la idea de estudiar en una escuela, y dejar de hacerlo con un maestro personal en el hospital. Suspiró con una sonrisa en sus labios, la cual desapareció casi al instante cuando su madre entró a la habitación con una sonrisa muy fingida y forzada, se notaba preocupada; su semblante estaba deteriorado y miraba a su hijo muy atentamente, sin despegarle la mirada de encima. La mujer se relamió los labios y tomó aire.

Luhan. —la mujer lo llamó suavemente, el joven castaño se volteó y la miró, sus ojos estaban serios y miraba a su madre con cierto ensimismamiento, la madre pareció asustarse un poco. — Se te hace tarde. —le avisó y salió de la habitación, se apoyó en la puerta, mientras que de sus ojos salían lágrimas de impotencia. Ella no había pedido un hijo así, pero desgraciadamente era su hijo, y debía ayudarlo en todo.

Luhan se quedó mirando a la puerta, sabía que su madre estaba llorando por su culpa, así que solo se volvió a mirar al espejo, ignorando todas aquellas sensaciones tan espeluznantes que sentía en ese momento. Se arregló un poco el uniforme, leyendo su nombre en un pequeño broche que estaba al lado izquierdo de su pecho, donde debería estar el corazón. Se despeinó un poco el cabello con la mano y salió de su cuarto; bajó las escaleras hasta que llegó al comedor, ahí estaba su familia, sus padres y su hermano mayor, quienes lo saludaron como normalmente lo hacen. El menor siempre agradecía esos gestos que hacían por él, pero de cierto modo no le agradaban; sentía que era una carga para su familia y que su estado tampoco ayudaba en mucho. Se quedó de pie frente al comedor, mirando la silla dónde se supone, debía sentarse. Su mirada estaba vacía, opaca, perdida. Su hermano rápidamente lo alejó de ahí y lo llevo a la sala.

No quiero desayunar. —comentó lo suficientemente fuerte para que sus padres lo escucharan. — ¿Me llevarás? —preguntó a su hermano, el mayor lo miró y asintió, tomando la mochila de su hermano junto con la suya, pues el estaba en la universidad, así que aprovecharía para comenzar a transportar a su hermano, ya que la preparatoria quedaba de camino a su universidad.

Salieron de la casa. Ambos se subieron al auto deportivo que estaba estacionado frente a la casa, y rápidamente tomaron marcha hasta la preparatoria del menor. El mayor estaba realmente preocupado por su hermano, pues sabía que la vida era realmente dura para él, no quería que nada le sucediera, aunque sabía que eso era casi imposible. Todo el camino la pasaron extremadamente callados; sólo comenzaron con una pequeña conversación cuando faltaban casi cinco minutos para llegar al instituto. Sólo que Luhan no se tomó de la mejor manera aquella conversación que estaba teniendo con su hermano.

Luhan. —el mayor lo llamó, deteniéndose en un semáforo.  

Hyung. —el castaño lo miró, y ambos hicieron contacto visual.

Si vuelve a suceder lo que pasó en el hospital, sabes que debes... —Luhan lo interrumpió, él mayor sólo avanzó, volteando en una esquina.

Ya lo sé. —el menor rodó los ojos. — Sólo debo alejarme. No hace falta repetirlo. —el castaño se mordió el labio con ansiedad cuando vio a muchos chicos con el uniforme del instituto, y a lo lejos, se podía apreciar la enorme instalación. Y por primera vez en mucho tiempo, sonrió. 

Su hermano lo miraba con una sonrisa, Luhan parecía un niño pequeño mirando todo con un brillo en los ojos que jamás había tenido desde que cumplió los dos años de edad. Se estacionaron frente a la entrada, en un lugar libre para el estacionamiento vehicular. El castaño menor salió mucho más rápido que su hermano, lo que hizo que todos los estudiantes que estaban cerca de la entrada lo miraran. El menor se sintió incómodo, pero al momento en el que su hermano se posicionó a su lado y lo abrazó por los hombros, esa inseguridad se desvaneció casi por completo.

Entraron en la instalación, buscando la dirección. Todo el mundo los miraba, aunque no le prestaban mucha atención al tema. Cuando por fin encontraron la dirección, el director los atendió al instante, los dejó pasar y hablaron al menos una hora. La campana había sonado desde hace unos cuarenta minutos, y ellos habían logrado hablar de muchos temas importantes que pueden beneficiar a Luhan. El hermano del menor también le comentó al director del problema de salud que tenía el joven; el hombre entendió perfectamente la situación, así que cuando fueron al aula de clases, él mismo se había encargado de decirle a la profesora de los problemas, al igual que le dio una lista de cuidados, la cual había sido escrita por los médicos y la cual, ella debían entregarle a los demás profesores.

Cuando dejaron de darle la información a la profesora, el hermano de Luhan se despidió de él y el director se retiró del lugar. La profesora le había dicho al castaño que entrara al aura, el joven dudó pero al cabo de meditarlo unos segundos, entró. Todos se quedaron callados al instante, y se quedaron observando al nuevo alumno que había entrado por la puerta. Luhan los miró a todos, uno por uno. Parecía que el tiempo se había detenido, pues sintió que ese momento fue eterno; su vista se posó en un joven rubio que estaba en la parte trasera del aula. Se sintió extraño, así que se puso nervioso.

Chicos. —comenzó a hablar la profesora. — Él... Es Xiao Luhan. —los alumnos comenzaron a susurrar cosas mientras que lo señalaban disimuladamente.— Espero que lo traten bien, y lo hagan sentir cómodo. —algunos chicos asintieron ante el pedido de la profesora; en cambio, la mayoría tenía una sonrisa traviesa en los labios. — Por favor, sientate detrás de Sehun. —le indicó la profesora, el chico nombrado levantó una mano, indicandole a Luhan donde debía sentarse. El mayor asintió y se sentó.

Las clases comenzaron normalmente. Cada profesor recibía el documento del estado actual de Luhan por medio de otro profesor, le daban una pequeña bienvenida, y le explicaban las reglas básicas que debía poner en práctica para no meterse en problemas. El castaño se sentía en un mundo completamente diferente, por primera vez desde que tenía memoria, podía pensar y aprender cosas que no estaban relacionadas con su "enfermedad". Cuando los profesores ponían trabajos para la casa, a pesar de que todos los alumnos se quejaban por ese hecho, él era el único que sonreía feliz, tanto que hasta los que estaban cerca de Luhan, lo miraban extrañados y susurraban cosas que al mayor no le importaban.

Se sintió bastante inseguro cuando sonó la campana para la hora del almuerzo, pues habían muchas personas a su alrededor. No sabía que hacer, hasta que un profesor lo encontró y le ayudo a elegir la comida sin tener que hacer toda aquella enorme y larga fila. Comió lentamente, disfrutando de los sabores; en ese momento pudo olvidar absolutamente todo lo que le preocupaba y volverse un chico normal, como los demás, aunque en su interior sabía que eso nunca sucedería. Él era consciente de que él jamás sería una persona que llegara a las condiciones de normalidad establecidas por la sociedad, y que no importa cuánto luchara, jamás cambiaría.

Pero se sentía feliz, y eso es lo que importaba.

Sabía que ese día podía ser la nueva etapa de su vida.

Una vida, que se estaba apagando con el paso de los días.

Notas finales:

Espero que les haya gustado ^^.

Los capítulos serás así cortitos, ya que si hago los capítulos muy largos sería aburridos o me bloquearía xD, aparte de que el Fic terminaría muy rápido xD.

Están obligados a Comentar e-é xD. Okno.

Bay Bay


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