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El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

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Notas del fanfic:

Practicamente todo termino, mundo y personajes usado aqui es de mi propiedad *0*

...Ok, tambien admito que algunos personajes son de Nakamura-sensei :c

 

Si quieren entender por completo este fic, les recomiendo lean la historia de Miyagi/Shinobu recien terminado --->

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=98441

 

 

 

Notas del capitulo:

¡¡Por fin y para todos ustedes!!

El principio de un romance digno del sacrificado de Inoue-chan ;D

 

 

Dedicado por completo a Rocio Hotaru Depp, por ser tan dulce y dibujar a Inoue y Mitsu~

Si gustan ---> https://scontent-a-lax.xx.fbcdn.net/hphotos-prn1/1488186_344359742371721_1002805798_n.jpg

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Y a disfrutar -w-

El salvador que necesita ser salvado.

 

Capítulo 1: “¡¡¿Soy una doncella que tiene que pasar por todos los hombres?!!”

 

 

Kazuhiko Inoue de diez años siguió a su mentor, Magno Hayes, a ver al brujo en la disposición de la realeza para el Reino Obscuro, en Imi-nashi.

Él estaba tan nervioso. Solo minutos habían pasado desde que Inoue se convirtiera en “digno de libertad”. Como costumbre, los jóvenes eran guiados a una pequeña advertencia sobre su futuro. Ellos no podrían repetirlo, y ni siquiera recordarían todo el contenido. Solo cuando la profecía se cumplía ellos recordaban.

Inoue era aprendiz de Protector Real, así que su próxima lectura sería muy importante. Secretamente esperaba enterarse que su destino era morir al proteger a su futuro señor, es decir al Príncipe Heredero.

-Bien, listo. Entra, bebé- le ordeno burlonamente su tutor. Inoue bajo la vista mientras entraba en la obscura carpa hecha con tierra, el elemento que el brujo dominaba.

-Guarda silencio y siéntate. -Inoue miro al ayudante adivino fruncirle el ceño. -Si no quieres perderte toda la lectura, no interrumpas ni preguntes. El señor no responderá o parara…

Bien… El brujo estaría en trance para el mismo no saber el destino de quien lo visitaba. Correcto…

Él en silencio se sentó enfrente de la prendida fogata. Una figura encapuchada e inmóvil le dio a entender que era el brujo. Con paciencia espero mirando el fuego azul turquesa.

-Kazuhiko, escucha. Tu futuro será insoportable y doloroso. Puedo ver el sufrimiento que mataría a cualquier ser normal. Pero que tú tendrás que soportar por tu señor.

>>Tu destino por decisión de los dioses es que sufras más de lo que mereces. Debes desgarrarte en soledad para pagar el cuidar de tu señor y poder permanecer a su lado. Toda la felicidad que consigas será la gratificación a tu desgracia.

>>No olvides que todo tiene un balance y no serás la excepción.

>>Tu eres una criatura interesante para los dioses, así que constantemente te probaran por tus acciones hacia personas a tu alrededor. Ellos confían en que harás cosas maravillosas, unirás importantes lazos irrompibles y contribuirás a cambiar mundos. Sin en cambio tu final está escrito.

>>Debes morir horas después de matar a tu madre, a tu señor y al Couple de este. Asesinaras por sentimiento al Rey y después tu muerte te destruirá en la mayor soledad, cruda y fría. Te verás solo, devastado y te dejaras morir junto a los seres que llegaste a amar y juraste proteger. A todo ellos asesinaras.

>>Morirás solo sin conocer el amor verdadero. La última decisión de los dioses por tomarse…

Y entonces Inoue lo vio. Su maestro gritarle desesperadamente, lagrimas recorriéndolo, heridas en su rostro. Un pequeño chico de desesperados y tristes ojos jadeando por aire mientras se sostenía con poca fuerza por el que Inoue supuso era el Heredero. Su madre estaba enfrente de él, su mirada con imposible miedo al momento de ser atravesada por una estalagmita de hielo. Inoue gritaba, sin poder detener a su poder de expandirse. Miles de dagas volaban y atravesaban a los presentes. Él aun deseando sangre.

Tan pronto como Inoue dio sentido a la visión, él lloro desconsolado.

¿Qué sentido había en vivir si al final mataría a su señor y él estaría destinado a sufrir y nunca conocer el amor?

Oh, lo había recordado… El viviría por la promesa hecha por sus antepasados que lo obligaba eternamente.

 

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Inoue no supo que más hacer. Estaba en la cama, desnudo, indefenso, incluso su Poder estaba retenido estando acostado viendo de soslayo a su mentor vestirse con desinterés a su persona.

-¿N…no se quedara?- logro musitar Inoue con voz débil y ronca por tanto usarla horas antes.

-Primera regla, bebé. Si puedes y no terminas agotado, no te quedes con ellos después de terminar.

-¿Qué quiere decir eso? ¿No fue mi virginidad suficiente hoy?- escupió con rencor, solo ganando la risita de Magno.

-Cuida esa hermosa boca, bebé… -advirtió cerrándole un ojo en juego.

-Eso es otra cosa. ¿Por qué sigue llamándome así, señor? A mis doce he dejado de ser un “bebé”…

-Ante la sociedad de Imi, no- se encogió de hombros antes de apoyar una rodilla en la amplia cama y estirar una mano para tocar la mejilla de Inoue con aparente dulzura. -Es tu débil corazón el que logra que te llame así…

-No soy débil… -devolvió Inoue gruñendo.

-¿No? Es extraño… pensé que cualquiera que se abrazara a mi mientras lo penetraba tan violentamente estaba buscando comprensión y un poco de calidez…

Inoue se mordió los labios volteando su rostro. Las lágrimas ardían en las esquinas de sus ojos, pero él se obligó a tranquilizarse apretando sus puños.

-Eres maravilloso, Kazuhiko… -susurro Magno, tomando gran parte de su largo cabello para obligarlo a mirarlo de manera brusca. -Cualquiera que te tenga en su cama será un honor para él. Nunca bajes la maldita mirada ante nadie aparte de mí y tu señor, ¿recuerdas?

-Sí, señor.

-¿Qué más?

-N-nunca dejar ver lo débil de mí ser…

-¿Y?

-Nunca entregarme a nadie, solo a mi señor.

-Correcto… Sigue así y te enseñare muchas más cosas que hoy… -Magno le sujeto más duro su cabello, dejando el maltratado cuello de Inoue a la vista. -¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas como tu mente se quedó en blanco y tu cuerpo experimento aquel castigo delicioso que incluso ahora te hace sentir bien y mancillado?

-Lo… lo recuerdo, señor…

-Recurrirás a esto por mucho tiempo, Kazuhiko. Eres inmortal tanto como lo sea tu señor, así que vivirás todo ese tiempo cargando lo que nunca tocara a ese chico. -Mango lo vio a los ojos con una clara advertencia. -Tienes que fingir ser fuerte. Tú nunca lo serás, así que solo finge, piérdete en el sexo y sonríe a tu maestro.

-Eso hare, señor- asintió Inoue firme. Magno sonrió de lado y miro sus labios.

-Olvida lo que dije antes. La primera y más importante regla: Solo otorga un beso con amor a quien lo merezca y no a cualquier extraño. ¿He sido totalmente claro?

-Siempre, señor…

 

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-…También tengo una lista de los lugares donde Ijuuin Kyo depositaba los cadáveres de cada una de sus víctimas. En este momento está en posición del Sagrado Jurado… -termino Kazamiya Mitsu, pareciendo tan frio y cruel que muchos se estremecieron, tanto por lo que decía el escritor, como por la forma de decirlo.

-¿Podría aclararle a la corte porque muestra estas pruebas?- pregunto profesional Inoue, viendo amable al testigo.

-Celes es un maravilloso lugar para vivir, abogado- sonrió Mitsu, cerrándole levemente el ojo para bromear por la indiferencia. -Solo deseo ayudar a que sea aún mejor. Que ya no ocurra ninguna injusticia… Lo Chaton se merecen lo mejor al ser criaturas con sentimientos bajo el cuidado de un mundo tan bello…

Inoue sonrió de lado imperceptiblemente. Ese hombre aun le resultaba complejo, llamativo… atrayente de una extraña manera que él solo quería acercarse y desentrañar ese misterio. También le daba miedo la sensación.

-¿Debo considerar que usted está de la parte acusadora?- recalco escondiendo su sonrisa cuando el escritor giro dramáticamente sus ojos.

-¡Por supuesto! Y déjeme agregar que incluso si los Chaton no logran esta tarde sus derechos, simplemente me meteré en la cabeza de todo ser viviente y le obligare mágicamente a que cumplan con eso… -bromeo, logrando que todos rieran  y negaran. Sin embargo unos pocos, algunos que de alguna manera conocían al escritor, sospechaban que el hombre no bromeaba. Todo lo decía sus extraños y misteriosos ojos rosa.

-No más preguntas al testigo… -sonrió Inoue retirándose.

Mientras el abogado de la parte defensora cuestionaba al escritor, Inoue ignoro todo y trato de leer los sentimientos del chico. Él podía hacer eso con cualquier otro ser que no fueran sus señores, aunque le requería mucho Poder.

Incluso en aquella ocasión, Inoue concentrado y en las circunstancias adecuadas, Inoue no pudo alcanzar al hombre. Justo como este menciono que no podía leer la mente de Inoue. Extraño…

>>¿Sucede algo malo con el escritor?<< Cuestiono Miyagi en su mente.

>>Dime, Miyagi. ¿Puedes leer los sentimientos de él?<< Solo pregunto Inoue, viendo en todo momento la despreocupada manera de contestar las preguntas de Mitsu.

>>Claro… ¿Por qué?<< Respondió Miyagi evidentemente curioso.

>>¿Seguro? Toda emoción que pueda tener. ¿Todo lo adviertes?<<

>>Si. Esta nervioso, inquieto y parece querer abrazar a su esposo incluso ahora. A pesar de lo que dijo, tiene miedo de que perdamos el caso y lo que significaría para sus amigos y las personas que aman ellos. También parece tener pánico de que se averigüe como consiguió las pruebas y que le nieguen la ciudadanía de Celes…<<

>>Vaya, si sabes lo que siente con precisión…<< Rio Inoue bajando su mirada.

Así que solo la peculiar situación se aplicaba a ellos dos… Doblemente extraño.

>>Inoue… ¿Qué sucede?<<

>>Nada, Miyagi. Nada de lo que debas o daba preocuparme…<< Susurro, sabiendo en el fondo de su corazón que era verdad eso.

Kazamiya Mitsu asintió cuando se le permitió retirarse. Antes de comenzar a bajar le dio una vez más aquella singular mirada que decía exactamente lo mismo que Inoue experimentaba.

Bien no podía usar su Poder para saber que sentía el escritor, pero al verlo a los ojos de alguna manera podía saber que pensaba y sentía, una parte de él diciéndoselo con una certeza que lo asustaba.

El hombre también esta curioso y temeroso de la conexión que estaban estableciendo. Él también parecía dispuesto a indagar en eso y responder sus propias respuestas.

El segundo cuando sus miradas se cruzaron se rompió y Mitsu se sobresaltó cuando la plataforma de los testigos empezó a bajar. Inoue rio un poco entre dientes, pensando que lo que fuera aquello, nada estaría mal. El chico era dulce y gentil, haciendo que cualquier signo de maldad lo advirtiera de inmediato. Ese no era el caso, solo había un extraño sentimiento que algún día él se respondería. Mientras, Inoue debía seguir con el juicio por los Chaton.

 

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Inoue negó con la cabeza al ver los ojos en blanco de Shinobu. Misaki rio graciosamente mientras Usami Akihiko no lograba ocultar su disimulada sonrisa divertida.

-¡Por los dioses, eso es imposible!- replico Shinobu desesperado. Esta vez incluso Inoue se carcajeo en la cara del Chaton.

Era satisfactorio ver a esos chicos ser felices y vivir vidas tranquilas después de ser tan dañados. Shinobu parecía ser tan libre a solo meses del juicio por los Chaton. Casi parecía que siempre fue libre y feliz.

Su amigo comenzó a discutir bromeando con Misaki, el chico sonriendo mientras conversaba tranquilamente.

Usami se levantó cuando el timbre de su departamento sonó. Inoue siguió viendo a los Chaton hablar hasta que escucho el grito desesperado y lleno de temor de Usami.

-¡¡MITSU!!

Inoue sin pensarlo dos veces corrió a la entrada. El hombre que había conocido hace poco y logro acercarse a él de una extraña manera, estaba recargado en Usami, su vientre sangrando y profanando el blanco de la túnica del mago. Sus ojos apenas tenían luz y reflejaban terror. Varias heridas mortales en Kazamiya Mitsu.

-Ayuda… Kazu…

-Dioses… -susurro Inoue, ayudando a Usami a cargar al herido escritor.

El profesor asistente ignoro a los Chaton cuando recostaron al hombre. Inoue separándose de su amigo que se debilitaba, se amarro su largo cabello para que no le estorbara.

-¡Hay que llamar a un doctor!- exclamo con nerviosismo Misaki. Usami y él negaron con la cabeza.

-Los médicos de Celes no lo ayudaran por su magia… -informo Inoue dejándose caer de rodillas rompiendo la túnica del hombre que perdía el conocimiento. -Usami-sensei, por favor llame al esposo de Mitsu-chan. No le diga todo, solo lo necesito lo más pronto aquí…

Una herida profunda atravesaba el vientre embarazado de Mitsu. Eso no se veía nada bien. También el corte a lo largo del cuello y los dos tajos en las piernas eran preocupantes.

-Shinobu-chan, Misaki-kun, necesito toallas, agua fría y caliente y el botiquín de emergencias. ¡Rápido!

Los Chaton corrieron e Inoue comenzó a trabajar en el hombre. Él con tristeza y dolor vio en su mente que el bebé de Mitsu ya había muerto. La arteria principal de Mitsu fue cortada varias veces y él tenía una hemorragia interna.

Su magia curativa estaba siendo rechazada por el poder de Mitsu, pero aun así él se concentró lo mejor que pudo en curar la hemorragia interna y partes de su arteria. Mitsu era inmortal, pero quien fuera que lo hirió hizo un buen trabajo casi matándolo, hiriéndolo en los puntos correctos.

Si bien alguien inmortal podía perder sangre y no morir, eso debilitaba, muchas veces aprovechando eso en batalla el contrincante. Inoue intuía que al escritor, al no poder matarlo, solo lo debilitaron con heridas que en cualquier otro hubiera matado. Una gran suposición era noquearlo hasta el desmayo, donde su cuerpo lentamente se sanaría, aunque tardaría mucho sin ayuda extra, poniendo en peligro de muchas secuelas al escritor. Razón principal por la que Inoue se estaba apresurando.

Sin saber porque, mientras presionaba su magia más, recuerdos de la vida de Mitsu llegaron a él. Por respeto Inoue los ignoro, más al ver escenas privadas del matrimonio y momentos vulnerables del hombre cuando vivía con su familia.

-Aquí están las cosas, Inoue- llamo Shinobu.

Usami tomo una toalla, la mojo en agua tibia y empezó a limpiar las heridas de su amigo mutuo. Inoue agradeció en silencio sin dejar de ver mentalmente lo que quería curar en Mitsu.

Él por fin estuvo más aliviado cuando el chico se curó internamente justo al momento en que su esposo llegaba. Inoue maldijo cuando Kaoru no hizo más que gritar asustado.

-¡Tranquilízate!- pidió Usami sujetándolo para que no fuera hacia el desmayado hombre.

-¡¡¿Cómo quiere que me calme?!! ¡Mitsu esta…!

-¡Lo sé, pero no ayudaras así!- interrumpió Usami aun reteniéndolo, su voz se oía desesperada.

>>Shinobu-chan, dale al sensei la inyección-calmante de Celes. Necesito a Kaoru-san rápido y calmado…<<

El Chaton obedeció rápidamente. Inoue jadeo cuando sintió su poder acabarse sin ayudar mucho a su amigo. Él aun sangraba y algo había que hacerse con el feto muerto, por desgracia.

-Kaoru-san, escuche. Debe calmarse o no podrá ayudar a su esposo. No lo perderás, pero por eso debes tranquilizarte…

El editor pareció hacerle caso a Usami. El hombre cayó de rodillas temblando, Usami aprovechando para inyectarlo. Inoue espero a que Kaoru se relajara por completo hasta intervenir.

-Necesito vuestra sangre, Kaoru-san- informo Inoue separándose de Mitsu, sus heridas sangrando de nuevo sin control.

El esposo corrió al lado de su amado, mordiendo fuertemente su muñeca hiriéndose. Inoue lo tomo y dirigió el hilo de sangre a la entreabierta boca, haciendo que Mitsu bebiera.

Kaoru empezó a susurrar oraciones desconocidas, tomando con una mano temblorosa la caída mano de su amante. A él no parecía importarle desangrarse mientras se salvara Mitsu.

Ante el alivio de todos las heridas del mago se cerraron ante sus ojos. Inoue ayudaba a la curación dando toda su energía, susurrando en la mente de su amigo porque no se diera por vencido.

-U-Usami-sensei… empiece a vendar l-las heridas… Cuando me d-desmaye llévenlo al… hospital– logro jadear Inoue débilmente comenzando a ver borroso.

El editor empezó a llorar discretamente, sus ojos aliviados y llenos de un amor tan profundo y poderoso que abrumo a Inoue.

Al perder el conocimiento atrapado con esfuerzo por los Chaton, Inoue egoístamente se lamentó por no tener a alguien que lo mirara así.

 

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-Nee, Kazu... ¿Podrías matarme?

Inoue sin expresión miro a Mitsu recostado en la cabecera de su cama. Sus ojos estaban cerrados pero aun así lágrimas de sangre caían. Su mano acariciaba inútilmente su vientre vacío.

-... ¿Deseas morir, Mitsu-san?

-Desde siempre, Kazu. Si eres tú, lo lograras...

Inoue sintió una vez más la presencia de Kaoru pasar por enfrente de la puerta, sin atreverse a entrar.

Una emoción increíblemente fuerte de cólera lo inundo, una sensación tan grande sin apoderarse de él desde que se había enfrentado a su madre en Imi-nashi.

Sin pensar llego a Mitsu y le dio una fuerte y violenta cachetada. El escritor lo miro con sus ojos abiertos en sorpresa y miedo, primeras verdaderas emociones que Inoue veía en él desde su ataque tres meses antes.

-¡¡No seas imbécil, Mitsu!!- le grito Inoue sacudiéndolo por los hombros. -¡¿Quieres morir?! ¿Qué sucederá entonces con la demás gente que se preocupa por ti? ¡Porque, idiota, hay personas que te quieren; fans, amigos e incluso familia! ¿Y que pasara con Kaoru-san? ¡¿Crees que él no está sufriendo?! ¡¡El llora la pérdida de su hijo y no poder salvar a su esposo!! ¡¿Simplemente harás sufrir a ese valioso hombre que te ama tanto?!

A Mitsu le temblaron los labios cuando Kaoru entro a la habitación con prisa. El editor llego a su esposo, quien lo jalo y lloro fuertemente, abrazando con fuerza a su amado. Sus alaridos llenos de dolor con su pérdida.

Inoue gimió y se dejó caer de nuevo en su silla. Distraídamente recordó que los dioses esperarían siempre de él que ayudara a crear lazos irrompibles. Viendo a Mitsu dar el primer paso para recuperarse, Inoue agradeció distraídamente a los dioses por poder ayudar a otros a conservar eso que a él siempre le seria negado.

Qué ironía tan cruel.

 

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-Espera, espera, espera… -exclamo asustado Inoue, luchando débilmente con el agarre en su muñeca de Stravros.

-¡¡Solo hazlo, Nii-san!!

-¡Risako!- él devolvió, cerrando abochornado sus ojos cuando Stravros divertido lo tomo por una mano y con la otra lo rodeo por su cintura. -¡Esto es incómodo!- rio Inoue totalmente tenso.

-Prometo no hacer nada que usted no quiera… -bromeo Stravros comenzando a baila con Inoue.

-Oh, vamos. Cállate… -musito Inoue sin poder evitar su roja cara. -S-se supone hoy bailes con tu esposa ante la ley, no conmigo…

-Solo quería ver si los rumores eran correctos y usted es tan buen bailarín- se encogió de hombros Stravros dándole una vuelta.

Inoue suspiro rendido concentrándose, dejándose llevar por su compañero como las reglas indicaban. En determinado momento vio a Miyagi y Shinobu pasar cerca de ellos. El Chaton ya era experto en el baile con música típica de Imi.

Más allá Johnny tenía complicaciones, siempre siendo instruido con paciencia y gracia de su amante. Sumi Keiichi tenía experiencia al viajar por tantos diversos mundos. El editor evidentemente quería compartir eso con el Chaton que sin duda se entregaba y dejaba guiar a ciegas.

La pieza continúo y él logro relajarse. No habría sido problema antes, pero era Stravros, teóricamente su cuñado. Era un poco incómodo estar tan cerca del hombre con el que bromeaba y solo veía como guardan y esposo de Risako. Eterno enamorado de la chica y con una mente fría y tranquila, contraria a los otros que siempre pensaban en algo. Era la razón de su familia en crecimiento.

La canción termino y él sonrió agradecido, aunque un pequeño sonrojo seguía por lo vergonzoso de la situación. Stravros rio antes de darle una lenta vuelta y hacer que Inoue caminara unos pasos. Cuando el logro estabilizarse estaba rodeado de Miyagi que sonreía divertido.

-¡¿Ah?!- se sorprendió Inoue siendo guiado en una nueva canción. -¿Qué rayos? ¡¡¿Soy una doncella que tiene que pasar por todos los hombres?!!- se ofendió, pero solo logro la risa de todos.

-¡Yo si soy una doncella!- salto Risako, riendo a carcajadas al ser sostenida de nuevo por su esposo que la beso con cariño y suavidad, abrazándola por la cintura que se estilizaba más por su bello vestido blanco.

-Solo baila, mariquita chillona- molesto sonriente Shinobu. Inoue lo busco con la mirada sin soltarse de Miyagi.

-Tu cállate, Chaton. Que ahora sea castigable que te golpee no significa que no lo haga- gruño. Miyagi girando los ojos lo levanto del suelo con forme la música, sacándole un gritito nada masculino.

-Eso no lo vi venir- rio apenas conteniéndose Miyagi al bajarlo.

-¡¡Miyagi!!- se quejó Inoue cada vez más rojo y avergonzado. Negando con la cabeza ambos continuaron con el baile.

Al terminar Miyagi le volvió a dar la vuelta. Al abrir los ojos algo irritado se encontró con la expresión sorprendida y algo suspicaz de Sumi. Ambos se quedaron mirando fijamente, en silencio concordando que ellos simplemente no se acercarían de esa manera ni siquiera si ahora eran también familia gracias al ritual que hicieron todos juntos cuando Johnny por fin se recuperó.

Sonriendo amable, Inoue se alejó del hombre y en un rápido movimiento robo a Johnny y comenzó a bailar con el risueño y feliz chico. La mirada de Sumi nunca los abandono, más por costumbre que por verdadera sospecha de que Inoue hiciera algo impropio con el pequeño.

Él se había cansado de decirle a Sumi que no veía a Johnny más que como un hermano pequeño, incluso tal vez como un hijo. A la larga lo entendió el editor, pero simplemente el hombre cuidaba a Johnny incluso de ellos que eran su familia.

Inoue sabía con certeza que simplemente la amistad de más de doscientos años con Miyagi evito que el profesor no dudara de él como Sumi, cuando se hizo tan amigo de Shinobu. Aunque pensándolo bien, su amigo también llego a verlo como lo hacía en ese momento el editor. ¡Que divertido!

-Le toca a Shinobu-chan~

Shinobu vio a Inoue. Una cara de pánico se adueñó del Chaton que se escondió detrás del divertido Miyagi.

-¡¡Aléjate de mí!!- grito, haciendo reír a Inoue. Él estaba feliz de la fiesta con ellos y lo bien que ahora todos se llevaban.

 

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Imágenes varias inundaron la mente de Inoue, que suspiro melancólico ante su último recuerdo. Era estúpido que a esas alturas él pensara en toda su vida y la sintiera como un lejano sueño. La fiesta después de la boda de los tortolos había sido tan solo un año atrás. Era un misterio porque ahora todo eso iba a su cabeza después de tanto tiempo.

Poco a poco el sonido de la pieza de piano de fondo, acompañando las conversaciones de los clientes del íntimo bar penetro en su aturdido cerebro. Aun entumecido miro el abandonado y triste trago, maldiciendo una vez más el no poder emborracharse nunca. Noches como esas odiaba estar solo y no poder hacer nada al respecto.

Y en los últimos dos años él no se había sentido así. Con el juicio por los Chaton ganados, el primer año pasó evadiendo a la prensa y a los deberes impuestos por su participación. También paso su tiempo libre ayudando a la raza Chaton a recuperarse, continuando por otro año más. Ahora incluso enseñaba su asignatura a Shinobu y Miyagi a Misaki, ambos bajo su tutela llevaban las mejores notas y los mejores ánimos ahora siendo libres.

Risako manejaba una asociación pública para ayudar en varios sentidos a la recuperada raza. Johnny desde Moonless era el vicepresidente de la misma asociación y ellos dos trabajaban por el bien de inocentes. El ultimo teniendo tiempo para sus estudios universitarios, su terapia y su pareja.

Stravros enseñaba defensa personal en todos los niveles. El ex-Protector siempre fue bueno en eso y ahora enseñaba principalmente a niños y adolescentes que vivían en Celes. Aunque ese conocimiento no era requerido en un seguro mundo como lo era Celes, aun así Stravros tenía bastante demanda y también enseñaba a otras personas que viajaban a mundos más peligrosos. El hombre ganaba bastante trabajando pocas horas cuando quisiera.

Su preciada familia se mantenía ocupada cuando Inoue ya no lo estaba.

Él había estado bien hasta poco antes, pero ahora, una vez más, el estúpido y egoísta sentimiento de no querer estar solo regresaba.

Inoue continuaba día a día a pesar de todo. Él debía mucho a su familia y solo por eso no abandonaría, aunque de nuevo la carga se volvía cada vez más pesada con el tiempo.

Volviendo a suspirar, Inoue vio de reojo al bello Chaton a unos metros de él, también apoyado en la barra mientras tarareaba distraído presionando el contorno del círculo de su copa con una yema de su dedo índice.

El Chaton reconociéndolo solo le había dado una fuerte mirada de respeto a Inoue cuando él llego a ese bar. El chico evidentemente era un “acompañante”, pero se había abstenido de ofrecer sus servicios a Inoue, lo cual él agradeció, pues no estaba de humor esa noche. El profesor de hecho no sabía porque estaba en un discreto y escondido bar una noche de entre semana, recordando su patética y solitaria vida.

-Hey, eres demasiado hermoso para permanecer solo…

Inoue suspiro cansado. Solo eso le faltaba.

Era de esperarse. Él no podía ir solo a un bar a menos que buscara una aventura, lo cual no hacia precisamente en ese momento. Lo malo para él, es que el tipo promedio que se creía digno no lo sabía y pretendía conquistarlo. Era casi cómico.

-Te estoy hablando… -empezó a gruñir molesto el hombre por la falta de atención de Inoue. Él de verdad quería irse sin buscar ningún problema…

Había prometido a su familia no hacerse más daño. Sus aventuras de una sola noche para olvidar serian ya nulas para él, y por primera vez lo dejaría en claro. Ese tipo era apropiado, de hecho.

-No estoy interesado… -susurro Inoue bebiendo tranquilo de su bebida, sin mínimo ver al aludido. Este farfullo.

-Yo todavía que te hago el honor, maldito…

Inoue vio que el hombre no se iría sin pelear. Su tonto cuerpo se movió hacia Inoue, que estaba dispuesto a enseñarle al hombre a no buscarle problemas, pero solo había decidido eso, el Chaton que había permanecido cerca actuó. Como tonto, Inoue permaneció quieto viendo al capaz chico someter al otro hombre, haciendo que este se tirara al suelo y presionara su rostro allí. El Chaton con agilidad doblo el brazo del tipo y se sentó aburrido encima de él mientras movía su colita café claro.

-El profesor dijo que no. Déjelo en paz…

El barman despertó más rápido que Inoue. Con rapidez salio de su zona de trabajo y ayudo al Chaton a levantarse, tomando relevo en sujetar al inquieto hombre en el suelo, reincorporando con malos modos sujetándolo por su hombro izquierdo y su torcido brazo derecho.

-Lo lamento, señor, está molestando a los clientes. Me temo que le pediré abandone el establecimiento… -susurro el atractivo hombre empujando al otro para sacarlo.

-¡¿Hablas en serio?! Ese estúpido Chaton fue el culpable por interrumpir algo que no…

-Love es un cliente muy querido aquí, señor- informo frio el barman mientras escoltaba al hombre, la obscuridad de una de las salidas del bar se tragó a ambos cuando salieron.

Los demás clientes gritaron gracias al Chaton que sonrió amable y divertido. Todos parecían conocer al chico.

Inoue distraído reviso una vez más al Chaton. Era muy bello y atractivo sexualmente. Sus ojos eran ámbar claro, su cabello castaño claro estaba planchado en un moderno peinado. Sus labios llenos y mirada amable, dulce y a la vez fuerte. Las puntiagudas orejas de Chaton en la cima de su cabeza parecían resaltadas y orgullosas, al igual que la imperativa y esbelta colita que se movía nerviosamente.

El chico era un perfecto acompañante, y era uno de los Chaton por los que Inoue se había esforzado tanto años atrás. Ese pequeño no era común a los demás chatones sumisos.

-Mm, gracias… -mascullo Inoue sin saber que más decir. El Chaton abrió inmensamente sus ojos y le dio una perfecta reverencia propia del feo y obscuro pasado anterior de los Chaton.

-Haría cualquier cosa que pidiera, profesor, sin dudar. Yo le debo mucho a usted y a todos los involucrados en el anterior juicio por los Chaton. Gracias a ustedes soy libre, tengo un trabajo digno, un salario bastante bueno, una sana relación amorosa e incluso un brazalete electrónico… No debe agradecerme…

Inoue rio entre dientes por el nerviosismo y honestidad del chico. Él sabía que después de todo, sus acciones habían ayudado a muchas personas necesitadas.

El barman regreso y tomo gentilmente por un brazo al Chaton. Apartándolo lo cuestiono preocupado, y entonces Inoue supo que ellos salían y se amaban. Él sonrió contradictorio.

Esa era una noche rara, y por experiencias pasadas, Inoue sabía que en situaciones como esas era una advertencia, pues algo importante pronto sucedería.

Su idea paranoica se cumplió cuando dirigió su vista al recién llegado del bar, que expreso con prudencia su sorpresa al encontrarse con Inoue en ese preciso momento.

El alrededor desapareció, como a través de un túnel Inoue vio al hombre que sonreía tranquilo y caminaba a su dirección con calma y agilidad, moviendo inconscientemente su cabello sedoso y negro. Su profunda mirada se fijó en él, haciendo que Inoue una vez más se inundara de la no-grata sensación de pérdida y debilidad en su siempre confiada personalidad.

Los ojos rubí brillaron misteriosamente, dándole más presencia peligrosa y enigmática. Su aspecto atractivo, masculino y alto atrajo muchas miradas, al igual que su costoso y negro traje, su ostentoso reloj material de oro y la acomodada de lado, capa rojo sangre obscuro. Sin embargo su depredadora mirada solo estaba enfocada en el anonado Inoue que siguió quieto asustado, viendo al hombre acercarse.

-¿No cree que es cruel?- susurro el recién llegado mirándolo indescifrablemente, su voz siendo irresistible. -Usted conoce mi nombre pero yo no el suyo, profesor.

-Sakurai…

 

 

Sakurai Daisuke sonrió al ver el aturdimiento de su futura pareja. Él ocultaba profesionalmente su sorpresa y alegría de encontrarse por sobre todos los lugares al dueño de sus pensamientos ahora.

Solo habían pasado dos años y medio en Celes, pero Sakurai no había olvidado al “elegido” para él. De no haber sido por arreglar las últimas cosas en su trabajo, que lo obligaron a alejarse, Sakurai hubiese reclamado al etéreo profesor con anterioridad.

El hombre palideció cuando Sakurai no pudo más y toco con suavidad la siempre fría piel. El contacto pareció infligir algo de reconfortante calor que hizo sentir mejor a Sakurai, pero también hizo reaccionar al profesor que se sobresaltó en determinado momento y se separó con rapidez.

Él con algo de culpa disfruto el exquisito rubor que adorno el bello y atractivo rostro. Las acciones del profesor parecieron torpes y desesperadas mientras buscaba algo con la mirada. Al ver al barman caminar cerca de la barra le hizo una seña apresurada, llamando su atención.

Sakurai había permanecido demasiado absorto devorando lo esplendoroso del hombre para darse cuenta, que de hecho, el profesor estaba pagando su cuenta y se iba. Él solo tuvo un atisbo de inteligencia antes de que el hombre se pusiera por completo su capa reincorporándose a unos pasos de la barra.

-¿Solo te iras?- pregunto Sakurai deteniéndolo por un brazo. Él inconscientemente dejo que su desesperación y miedo fueran visibles en cierta manera para el bello ángel enfrente de él.

El profesor gimoteo y con violencia se separó de él. Sakurai sin pensar lo siguió. Ambos al salir empezaron a correr con una velocidad increíble por las vacías y bien iluminadas aceras del sector 11.

Sakurai siguió decidido al hombre desesperado, que hacia ondear su singular cabello claro, el cual desprendía un seductor olor. Él se obligó a separar la esencia y solo concentrarse en otra cosa hasta poder poseer por completo el corazón del asustado hombre.

Él maldijo cuando el profesor cortó por una calle secundaria. Tuvo que acelerar sus pasos y poco después suspiro aliviado al enterarse que el hombre se había saboteado el mismo al escoger un callejón literalmente sin salida. Sakurai agradeció mentalmente por eso.

-¿Por qué huyes?- pregunto confundido y solo un poco molesto al llegar a él. El profesor mostro pánico en su profunda y experimentada mirada, pero no se movió de la esquina donde se recluyo.

Sakurai acorralo al hombre poniendo ambos brazo a cada lado de la cabeza del profesor. En ese momento agradecía a su padre por la herencia de su 1.86, contra el 1.75 del profesor evidentemente mayor que él.

Ignorando con rapidez todo, Sakurai dejo salir su reparación al ver a su conquista cerrar los ojos fuertemente, tentándolo. Él perdió el juicio y se acercó lo suficiente para rosar esos labios seductores y rosa pálido… O lo hubiera besado de no haber sido porque el profesor abrió los ojos con terror y enojo y lo empujo con eficacia, golpeándolo con su duro puño abriéndole el labio inferior.

Aturdido Sakurai vio el colérico profesor aparecer de la nada, y encima de su palma derecha, una lanza de hielo compacto y transparente. El hombre sujeto el arma con decisión y él sabía que sería asesinado si no actuaba. Tan pronto como Sakurai pensó en eso, el profesor se lamentó apretando dolorosamente la laza y solo desapareció enfrente de él a través de un pequeño remolino de nieve.

Los minutos pasaron pero Sakurai no se levantó del suelo, donde fue a parar por el golpe. Sus pensamientos y sentimientos un caos mientras su propia sangre caía dentro de su boca, despertándolo.

Con una obscura sonrisa, Sakurai lamio su herida, cerrándola inmediatamente. Disfrutando de la sangre en su lengua, sus ojos se iluminaron aún más, su piel se aclaró y sus colmillos bajaron despacio.

Continuara…

 

Notas finales:

Felices fiestas y no se excedan mucho ;D

Los leo en los comentarios, no sean malitos y regalenme eso de Navidad~

Nos vemos el Viernes. Capitulo de este fic y el de Haruhiko/Gaby xD

Cuidense mucho :3

Christal.


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