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Todo por Navidad por Kurara

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Notas del fanfic:

Título del fanfic: Todo por Navidad

Parejas: Wonkyu

Tipo: Yaoi

Género: Angst, rántico e intento de fluff.

Clasificación: {G}

Advertencias: Es un escrito un poco amorfo.

 

Notas del capitulo:

Hola, hola, hola!

¿Sorprendidas? Probablemente. No tenía intención de hacer aparición por aquí, peeeero, este escrito se lo debo a alguien desde hace ya demasiado tiempo y era momento de entregárselo. Esto es un regalo muuuuuuy atrasado de Navidad para mi querida Rosale. Me pediste una pelea fluff debajo de la nieve... Bueno... digamos que hay nieve... hubo una pelea... y... ¿fluff? Mmm No sé. Lo siento pero no se me da! Aún así lo intenté, lo juro! Esta cosa lleva escrita casi dos semanas, pero cuando lo terminé y lo releí lo vi extraño y como inconexo y lioso, no sé, no me gustó, así que decidí dejarlo un poco y arreglarlo más adelante y bueno, lo he releído y lo he arreglado un pelín, pero sigo pensando que está un poco inconexo y lioso. No sé este escrito es algo raro, pero está escrito, y es tu regalo, y ya era hora de que te lo diera, no quería hacerte esperar más así que.... ¡Aquí lo tienes! Y si no te gusta pues... ya te regalaré otra cosa más adelante, ¿sí?

El título también es raro, como todo lo demás en este fic.

Un beso enorme del pequeño choi multitalentoso que al parecer perdió todo su talento antes de escribir esta cosa amorfa...

 

Todo por Navidad

 

Tumbado boca arriba en su cama de aquel cuarto que había ocupado durante los veintidós años de su existencia, Kyuhyun era incapaz de pegar ojo. Parecía que se hubiera tomado una sobredosis de aquel dulce café que su omma siempre preparaba para él. Los efectos eran los mismos que aquella vez que se tomó más de diez tazas porque ella dejó la cafetera hecha y él se coló en la cocina sin que lo vieran. Aquella noche fue incapaz de dormir y además, se la pasó con el estómago revuelto. Tanto café era dañino para un niño de catorce años. Pero ahora, aunque no estaba del todo convencido que su estómago aguantara semejante paliza, no debía preocuparse por el efecto secundario que la bebida lo empujó a pasar la noche en el baño. Sin embargo el insomnio sí que era el mismo que el que resultó de aquella bomba de cafeína.

 

¿Y cuál era la razón de su imposibilidad para dormir?

 

Aquella estúpida nieve que no había cesado en toda la tarde y que se amontonaba en el alféizar de su ventana como un vil recordatorio de lo que había sucedido horas atrás bajo aquellos mismos copos...

 

Resopló molesto y se giró en la cama, dándole la espalda a la ventana, no queriendo que aquel montoncito blanco le recordara lo que había pasado aquella tarde cuando salió de la universidad. En cambio, la foto de su mesita de noche le devolvió la mirada, cruelmente a su parecer. ¿Porqué tenía que ver en ese momento el rostro sonriente de su novio cuando no quería pensar en él? ¿En qué momento se le ocurrió aceptar aquel regalo y ponerlo en su mesita?

 

Alargó un brazo enfadado y volcó la fotografía, eliminando así la sonriente mirada de Siwon de su persona. Lo último que quería ahora era verlo sonriéndole como si la discusión que habían tenido aquella tarde no hubiera sucedido. Como si por verle sonreír fuera a perdonarlo. No. No le daba la gana. Estaba enfadado con él. Y con razón. Él muy estúpido todavía negaba que lo estuviera engañando cuando él mismo lo había visto con sus propios ojos.

 

-Aishhh... -se lamentó empezando a rodar en la cama.

 

¿Porqué tenía que pasarle esto a él? ¿Porqué tenía que ser Siwon? Kyuhyun podía haberse esperado aquello de muchos tipos, pero no de Siwon. Siwon siempre había sido el novio perfecto, caballeroso, atento, simpático, agradable, siempre con una sonrisa, dispuesto a echarle una mano siempre que lo necesitara, siempre ahí para apoyarlo. ¡Por el amor de Dios, Siwon había sido el hombre por el cuál él se había atrevido a dar la cara frente a sus padres y confesarles su homosexualidad! ¡Y ahora todo se había ido a la mierda!

 

-Imbécil, Kyuhyun... Eres un imbécil... -se maldijo a sí mismo.

 

¿Cómo se había dejado engañar de aquel modo? ¿Cómo no se había dado cuenta antes que Siwon no era más que una fachada? ¿Cómo no se había percatado de lo falso que había sido?

 

¿Pero cómo iba a darse cuenta? Si Siwon había sido siempre el hombre perfecto... Jamás hubiese podido esperarse algo así de su parte... Y por eso le dolía todavía más...

 

Nunca se lo dijo a él, nunca se lo dijo a nadie, pero él le admiraba por como era.

 

Cuando Siwon se le declaró, Kyuhyun tardó demasiado tiempo en asimilarlo porque ¿cómo alguien como Siwon iba a fijarse en alguien como él? Kyuhyun lo sabía, siempre lo había sabido. Él nunca había sido suficiente para Siwon. Cualquiera que los viera juntos, pensaría que algo estaba mal. La mayoría de la gente pensaría incluso que él se estaba aprovechando de Siwon porque claro... ¿Sino de qué el buenazo y amable de Siwon estaría con un chiquillo impertinente, orgulloso y sarcástico como él?

 

Kyuhyun siempre había creído que Siwon terminaría dejándole cuando se hartara de él, sin embargo, parecía que ese momento no llegaba nunca. Siwon aguantaba sus impertinencias con estoicidad, incluso a veces se reía de ellas, si bien es cierto que también alguna vez se ganó alguna regañina de su parte por su comportamiento hacia otros, Kyuhyun sabía como conseguir luego su perdón y Siwon al final siempre le brindaba una de aquellas preciosas sonrisas suyas.

 

Kyuhyun envidiaba la facilidad de Siwon para conversar con cualquiera, envidiaba y admiraba a partes iguales la forma de ser del mayor, tan abierto y tan expresivo, tan sincero que invitaba a todo el mundo a acercársele. Para alguien como él que era borde y daba cortes a la gente sin importarle lo más mínimo lo que pensaran de él, aquella cualidad del mayor le era francamente atractiva y... deseada. En el fondo, a Kyuhyun siempre le hubiera gustado ser como él...

 

Pero por mucho que trató, nunca se le dio eso de ser amable simplemente porque sí, su mordacidad y altanería estaban demasiado arraigadas en su carácter como para desprenderse de ellas tan fácilmente. Sin embargo, poco a poco, Kyuhyun fue perdiendo esa faceta suya ante Siwon, permitiendo al mayor conocerle como verdaderamente era, permitiéndose él mismo ser de vez en cuando algo cursi y romántico cuando estaba a  solas con él. Kyuhyun todavía recordaba la vergüenza que pasó frente a él el día que le regaló al mayor una pluma carísima que había estado mirando en un catálogo días atrás y comentando lo maravillosa que le parecía.

 

"-¿Y esto porqué es? -le preguntó Siwon francamente asombrado, pues aquel no era ni su cumpleaños, ni su aniversario, ni ningún día especial que requiriera de regalos como aquel y era incapaz de comprender porqué Kyuhyun le estaba regalando aquello.

 

-Sólo porque te quiero -y aunque le costó un mundo, Kyuhyun se forzó a decir aquellas palabras, porque eran verdad y porque Siwon se merecía oírlas de su boca aunque fuera sólo una vez a cambio de las cien veces que por lo menos él se las había dicho."

 

¿Y todo eso para qué? Para que ahora Siwon decidiera engañarle.

 

-Imbécil -se repitió incorporándose en la cama.

 

Kyuhyun se arrepentía, se arrepentía de haber dejado calar tan hondo a Siwon en su corazón. Aquello no le estaría doliendo tanto si se hubiese estado comportando como siempre, si hubiera mantenido aquella coraza que evitaba que los demás le hirieran. Pero no... Siwon había interpretado muy bien su papel y él había caído en sus encantos como una adolescente enamorada de su príncipe azul....

 

-Imbécil -maldijo una vez más mientras se levantaba de la cama dispuesto a bajar a la cocina a por algo caliente de beber y quizá algún somnífero o algo...

 

Tembló un poco cuando se apartó de las calientes mantas que le habían estado protegiendo y cogió una chaqueta de las de andar por casa, de esas feas y horteras que jamás te pondrías para la calle, pero que calentaban como si fueran una estufa.

 

Salió de la habitación tratando de no hacer ruido para no despertar a sus padres que dormían en el cuarto de al lado y recorrió el pasillo hasta las escaleras para bajar por ellas. Una vez abajo, torció a la izquierda y anduvo hasta la cocina.

 

Dudó entre prepararse alguna infusión o una taza de leche caliente, al final optó por abrir la nevera y verter leche en su taza favorita, aquella de rayas de color azul que Ahra le regaló unas Navidades años atrás. La metió en el microondas ajustando la temperatura y guardó el cartón de leche en la nevera otra vez.

 

-¿Kyu?

 

Asustado al oír su nombre proceder de la penumbra del comedor, se giró a toda prisa.

 

-Noona... -suspiró aliviado al ver a su hermana entrar en la cocina en pijama-. ¿Qué haces despierta tan tarde?

 

-Eso mismo podría preguntar yo -respondió ella llegando a su lado-. ¿No puedes dormir?

 

-No -negó Kyuhyun apoyándose en la encimera esperando porque su leche se calentara.

 

-¿Te encuentras mal? -se preocupó ella parándose frente a él y poniéndose de puntillas para llevar una mano a su frente.

 

Kyuhyun sonrió y negó mientras retiraba la mano de su hermana de su frente, Ahra siempre había sido muy sobreprotectora con él.

 

-Estoy bien -la tranquilizó-. Sólo no puedo dormir...

 

Ahra le miró haciendo un mohín, pero él le sonrió. El microondas pitó y Kyuhyun se incorporó para coger su taza, pero Ahra fue más rápida y la cogió por él. Kyuhyun fue a quejarse al pensar que Ahra pensaba beberse su leche, pero se silenció al ver que su hermana abría la alacena de encima del microondas y se estiraba para coger el tarro de cacao en polvo.

 

Sonrió y se sentó en la mesita pequeña de la cocina a esperar a que su hermana le preparara el cacao con leche que le hacía cuando era más pequeño. Cuando lo tuvo delante, no pudo evitar llevar ambas manos hasta la taza para cogerla, como lo hacía cuando era un niño y no podía sujetarla con una sola mano.

 

-Cuéntame -le pidió ella sentándose delante suyo-. ¿Qué es lo que pasa?

 

-Nada, noona -negó después de darle un sorbo al chocolate-. Que padezco de insomnio -bromeó.

 

Ahra le miró seria.

 

-Has estado despistado durante toda la cena Kyu, a mí no me engañas -le indicó su hermana.

 

Kyuhyun fue a responder, pero un sonido provinente del jardín les obligó a ambos a girar la cabeza extrañados.

 

-¿Qué ha sido eso? -preguntó Ahra.

 

-No sé... ¿Venía del jardín, no?

 

-¿Hay alguien en el jardín? -preguntó ella asustada.

 

Kyuhyun se puso en pie, dejando la taza encima de la mesa y salió al comedor, mirando con reticencia hacia la puerta cristalera que daba al jardín delantero de la casa, Ahra fue tras él.

 

-¿Ves algo? -preguntó cogiéndose a la manga de su hermano.

 

Kyuhyun rió, Ahra era muy asustadiza.

 

-No hay nada -aseguró-, probablemente se habrá colado un gato o algo...

 

Pero de nuevo un sonido extraño les obligó a fijar la vista en el cristal, escrutando la oscuridad del jardín. Una extraña sombra se movió en el fondo y Ahra dio un bote asustada, de poco no hace a Kyuhyun saltar también.

 

-Voy a despertar a papá... Hay alguien ahí fuera... -indicó la chica.

 

-No, noona -la detuvo Kyuhyun, él había reconocido aquella sombra.

 

-¿Cómo que no? ¡Se nos ha colado alguien en casa, Kyu!

 

-Es Siwon... -murmuró Kyuhyun mirando hacia afuera, justo a tiempo de ver como su ahora ex-novio se acercaba a la puerta de cristal al darse cuenta que él y su hermana estaban en el comedor.

 

Ahra soltó un suspiro aliviada y liberó el agarre que mantenía en la manga de la chaqueta de su hermano.

 

-¡Jolín, Siwon! -lo regañó ella cuando quitó el seguro a la puerta y la deslizó para permitirle pasar.

 

-Lo siento, noona. No quería asustarte -se disculpó.

 

-Pues no te aparezcas de la nada en el jardín de casa -le replicó-. Usa el timbre, como todo el mundo.

 

-Es muy tarde, no quería despertaros. He llamado a Kyuhyun un par de veces, pero tiene el móvil apagado -se explicó.

 

Ahra rodó los ojos y miró a su hermano.

 

-Me voy a la cama -le indicó-. No se puede quedar a dormir -le advirtió-, o a papá le dará un infarto como se entere.

 

Kyuhyun solamente asintió, no tenía ganas de decirle a su hermana que si por él fuera, ni siquiera le habría abierto la puerta.

 

Cuando Ahra se marchó escaleras arriba, Siwon se atrevió a hablar.

 

-Venía a hablar contigo...

 

-Yo no tengo nada que hablar contigo -respondió el menor molesto.

 

-Oh, vamos Kyun...

 

-No te atrevas a llamarme así -le advirtió con una fría mirada.

 

Siwon suspiró.

 

-Esto es una tontería, Kyuhyun....

 

-Sí, estoy de acuerdo -aceptó-. Es una tontería que hayas venido.

 

-Tenemos que hablar de esto -insistió el mayor al verlo tan a la defensiva.

 

-Ya lo hemos hablado bastante.

 

Siwon suspiró otra vez. La actitud del menor no le estaba ayudando en lo más mínimo.

 

-Kyuhyun, por favor -le pidió-. Ya te he explicado que no es lo que parece...

 

-¿Y pretendes que me lo crea? -preguntó Kyuhyun enfadado-. ¡Yo te vi!

 

-Pero... No es lo que crees... -trató de explicarse.

 

-¿Ah no? ¿Y qué es entonces, eh hyung?

 

Siwon dudó un par de segundos.

 

-Yo... No puedo decírtelo... -dijo al final.

 

Kyuhyun soltó una seca carcajada.

 

-¿Qué es lo que no puedes decirme, hyung? ¿Qué te acostabas con ella a la vez que conmigo? Pues ya te lo digo yo si tanto te cuesta.

 

A Siwon le dolió el tono venenoso y crítico que el menor usó contra él, le recordó a la discusión a grito pelado que habían tenido aquella tarde en plena calle a la salida de la universidad.

 

-Eso no es cierto -negó el mayor.

 

-¿Ah no? ¿Qué pasa? ¿Que encima es una estrecha? ¿Para eso estabas comprándole un anillo en esa joyería? ¿Para conseguir meterte en sus bragas?

 

-¡Kyuhyun, por favor! -gritó Siwon al final, cansado de su actitud.

 

-¡¿Por favor, qué?! ¡No me interesa nada de lo que quieras decir! ¡Te dejé muy claro que no quería volver a verte!

 

Kyuhyun sabía que sus gritos iban a despertar a sus padres, pero poco le importó. Si así lo hacían, Siwon se marcharía de la casa en cuanto su padre hiciera aparición.

 

-¿Porqué no puedes confiar en mí? -preguntó Siwon dolido.

 

-¡Porque no soy estúpido! -gritó.

 

-¡Sí, sí lo eres! -exclamó Siwon-. Si no estuvieras siempre tan a la defensiva, te darías cuentas que yo te quiero y que nunca he hecho nada para que desconfíes de mí así.

 

-No que va -ironizó el menor.

 

-¿Kyuhyun? -la voz de su padre llamándole desde el piso de arriba les obligó a ambos a mirar hacia la escalera, a tiempo de ver encenderse la luz del pasillo.

 

-Más vale que te vayas -le advirtió el menor-. No le va a hacer gracia verte aquí.

 

Siwon le miró a los ojos.

 

-El día de nochebuena a mediodía te esperaré en la cafetería dónde quedamos en nuestra primera cita.

 

-No pienso ir -dijo el menor instintivamente-. ¿No te ha quedado claro que ya no quiero nada contigo?

 

-Te estaré esperando, Kyuhyun -le indicó el mayor antes de desaparecer por la puerta que daba al jardín.

 

-Hijo, ¿qué haces? -llegó su padre al piso de abajo-. ¿Porqué gritas?

 

-Nada, papá -negó-. No es nada -aseguró andando hacia las escaleras para desaparecer en el piso de arriba.

 

 

 

Kyuhyun trató durante toda la semana siguiente de olvidarse de Siwon. Fue a sus clases, mantuvo su cabeza ocupada en las lecciones y trabajos que debía entregar antes de las vacaciones de Navidad y, sobretodo, evitó por todos los medios cruzarse con Siwon en el edificio.

 

Sin embargo, cuando llegaba el momento de irse a dormir, su cabeza tenía otros planes para él y se pasaba largas horas dando vueltas en la cama sin poder dejar de pensar en Siwon y en lo que éste le había dicho.

 

No quería creerle, no quería confiar en sus palabras y que después todo se malograra otra vez. Él no era tonto, él había visto como Siwon estaba con una chica en la joyería que había enfrente de la universidad y cómo ésta se probaba un anillo que después Siwon compraba. No iba a ser un estúpido y confiar en él cuando ni siquiera le había dado una explicación coherente de la situación. Ni coherente ni de ningún tipo. Siwon sólo había dicho que no podía decirle qué estaba haciendo con ella allí. Claro, porque Siwon nunca había sido lo suficientemente ingenioso como para inventar una excusa en pocos segundos. Nunca había tenido la necesidad de eso tampoco.

 

Kyuhyun quería dejar de pensar en él, pero no sólo su subconsciente le traicionaba haciendo vagar su mente hacia ese tema que tenía prohibido, sino también su familia de repente había parecido despertar un repentino interés por él.

 

-¿No sales hoy con Siwon tampoco, hijo? -preguntó su madre una tarde al verlo llegar de la universidad.

 

-¿Vais a hacer algo especial Siwon y tú en Navidad, Kyu? -se interesó su hermana unos días antes de la fecha señalada.

 

-Deberías decirle a Siwon que viniera un día de estos a comer con nosotros, hijo -comentó su padre durante la cena de su primer día de vacaciones-. Hace mucho que no aparece por aquí.

 

Kyuhyun simplemente daba un cabeceo de asentimiento como única respuesta. Todavía no les había dicho nada a sus padres ni a su hermana. Ni siquiera sabía porqué no lo había hecho. Él no tenía intención de perdonar a Siwon, por lo que una reconciliación estaba fuera de la conversación, pero... no quería que su familia se enterara. Sus padres y su hermana tenían un gran aprecio y cariño por él, Siwon también se los había metido en el bolsillo y no quería contarles la verdad y verlos también decepcionados y dolidos por su culpa. ¿Qué derecho tenía Siwon a hacer que sus padres se sintieran dolidos? Se enfadó todavía más por eso.

 

Pero, aún y todo su esfuerzo, cuando llegó la mañana de nochebuena, se dio cuenta que apenas había podido dejar de pensar en él. Se prometió que no iba a ir a su encuentro. Lo había decidido desde el mismo momento en que Siwon le propuso aquella estúpida idea, él no pensaba ir ahí. ¿Porqué tenía que ir cuando el mayor se había portado así con él? Siwon no merecía una segunda oportunidad.

 

Sin embargo, a medida que las horas pasaban, Kyuhyun cada vez dudaba más. ¿Y si Siwon realmente le había dicho la verdad cuando le dijo que nada de lo que él pensaba era cierto? Al fin y al cabo... Siwon no le había mentido nunca... Pero entonces... ¿Porqué el mayor no le decía qué puñetas hacía con esa tipa? ¿Y si cuando fuese a verle, Siwon sólo le daba una excusa? Esta vez había tenido mucho tiempo para planificar una mentira con la que cubrirse las espaldas...

 

-Estoy harto de esto -se quejó desde el sofá, llevándose las manos a la cabeza y revolviéndose el pelo molesto.

 

-¿No dan nada, verdad? -preguntó su madre sacando la cabeza al salón-. ¿Porqué no dejas la televisión y vienes aquí a ayudarme?

 

-¿Eh? -preguntó Kyuhyun dándose la vuelta para mirarla.

 

-Que sueltes el mando de la tele y vengas a ayudarme a hacer la comida -le señaló.

 

-¿No te puede ayudar Ahra? -preguntó fastidiado poniéndose en pie.

 

-Ahra se fue a comer con unas amigas -le respondió.

 

-Mírala que oportuna -murmuró dirigiéndose a la cocina.

 

Pero por lo menos, ayudar a su madre con la comida le ayudó a dejar de pensar en Siwon un rato. Pero sólo un rato, pues en cuanto se sentaron a comer, miró el reloj y se dio cuenta que Siwon ya debía estar esperándole en la cafetería.

 

-Hijo, ¿no comes?

 

Sin darse cuenta, llevaba ya veinte minutos sentado a la mesa en los que lo único que había hecho había sido remover su sopa.

 

-No tengo hambre -se disculpó levantándose de la mesa para marcharse a su cuarto.

 

Cuando entró en el pasillo con la intención de enfilar las escaleras, Ahra apareció por la puerta.

 

-¡Hola! -saludó.

 

Kyuhyun sólo le dedicó un murmullo como respuesta mientras subía escaleras arriba.

 

-¡Capitán Cho! -le llamó-. ¿Sabes a quién he visto en el centro?

 

-No me interesa, noona -le respondió sin detenerse.

 

-A Siwon -respondió ella de todas formas-. Estaba esperando a alguien frente a la cafetería aquella tan mona dónde hacen ese batido que tanto te gusta.

 

Kyuhyun se detuvo.

 

-¿A qué hora le has visto? -interrogó.

 

-Uhm... -pensó ella-. Creo que era a las once o así, iba de camino a dónde había quedado con unas amigas -se explicó.

 

-¿Las once? -preguntó Kyuhyun dirigiendo de nuevo la vista al reloj que colgaba en el recibidor.

 

Eran ya las tres de la tarde.

 

-¿No me digas que habías quedado con él y se te ha olvidado? -preguntó alucinada.

 

-No... Yo no había quedado con él... -negó.

 

-¿Seguro? -preguntó su hermana mirándole con el entrecejo fruncido.

 

-Sí, seguro -afirmó dándose media vuelta para desaparecer escaleras arriba. No quería seguir más tiempo hablando con ella, Ahra siempre había sido demasiado perspicaz.

 

Cuando entró en su cuarto, Kyuhyun se prohibió pensar más en él, era estúpido creer que Siwon seguiría todavía allí y si allí seguía era porque el estúpido era él. Él ya le había dejado en claro que no pensaba aparecer por allí. Y, para evitar pensar más en eso, se sentó frente a su ordenador, se colocó los auriculares grandes que le aislaban del resto del mundo y se dedicó toda la tarde a jugar Starcraft.

 

No fue hasta casi las diez de la noche que su consciencia regresó al mundo real.

 

-Kyu... -su hermana golpeando su hombro fue lo que le hizo volver.

 

-¡Noona! -exclamó Kyuhyun asustado, estaba tan abstraído en el videojuego que ni la había oído entrar.

 

-¡Oye no me grites! -le replicó ella quitándole los auriculares de las orejas-. He llamado a la puerta treinta veces, pero no contestabas.

 

-¡Estaba jugando! -se defendió recuperando sus cascos-. ¡¿Qué quieres?!

 

-La cena ya está en la mesa -le indicó-. Y cambia ese humor antes de bajar -le advirtió dándose media vuelta para desaparecer por la puerta.

 

Kyuhyun bufó y regresó la vista a la pantalla un minuto para cerrar su juego antes de bajar al piso de abajo.

 

-¿Piensas pasarte todas la vacaciones encerrado en casa? -interrogó su padre cuando empezaron a cenar.

 

-No, papá -negó.

 

-Llevas ya cuatro días de fiesta y no has puesto un pie en la calle -le respondió.

 

-Pensábamos que quedarías con Siwon hoy por lo menos -comentó su madre-. Siendo nochebuena...

 

-No, no he quedado con él -respondió secamente.

 

-Mañana tenemos la comida familiar en casa de los abuelos y pasado salimos de viaje, ¿recuerdas? -apuntó Ahra.

 

-Sí, lo sé -afirmó fastidiado por tanta insistencia.

 

-¿No piensas verle antes de que nos vayamos? -preguntó su madre

 

-¡No! ¡No voy a verle! -gritó poniéndose en pie harto de su actitud-. ¡No tengo ningunas ganas de verle! ¡Y más vale que os olvidéis de él porque no pienso dejar que vuelva a poner un pie en esta casa! -sentenció saliendo del comedor en dirección a la puerta.

 

-¡Kyuhyun! -gritó su madre al verle agarrar su chaqueta-. ¡¿Adónde vas?!

 

-¡Adónde me de la gana! -espetó antes de cerrar con un portazo y enfilar la calle dispuesto a alejarse cuanto pudiera de la casa.

 

¿Porqué su familia tenía tal insistencia en el tema? Estaba harto de que no hicieran otra cosa que hablar de Siwon. ¡Ni que fuera su hijo!

 

-¡Estoy harto de esto! -bufó a la calle solitaria.

 

¿Porqué no hacían más que hablarle de él? ¿Porqué no le dejaban olvidarse de él en paz? ¿Es que no veían que si no dejaban de hablarle de él, iba a ser incapaz de olvidarle?

 

Sin saber ni cómo ni porqué, Kyuhyun se encontró a sí mismo un rato después en el centro de la ciudad. Asombrado por haber andado semejante trecho casi sin darse cuenta, miró a su alrededor. La calle estaba decorada con luces de colores formando típicos motivos navideños, los escaparates de las tiendas ya cerradas estaban engalanadas con guirnaldas y muñecos de Santa Claus acompañados de falsos muñecos de nieve y renos de peluche. Al fondo, en el centro de la plaza, un inmenso árbol de Navidad presidía el lugar con una brillante estrella iluminada coronándolo.

 

Kyuhyun no quería, pero recordó que el año anterior, aquel mismo día, en aquel mismo lugar, Siwon y él se habían besado por primera vez. Recordaba perfectamente el momento y se odiaba por ser incapaz de olvidarlo. Se odiaba a sí mismo por ser incapaz de olvidar nada que tuviera que ver con Siwon.

 

Le dolía. Verdaderamente le dolía lo que Siwon le había hecho. Jamás creyó que se iba sentir así, siempre pensó que él era fuerte, que no se le podía herir tan fácilmente. Siempre pensó que si en algún momento de su vida, alguien le engañaba de aquel modo, encontraría la forma de superarlo fácilmente y hacérselo pagar al susodicho. De hecho, estaba convencido que sería capaz de hacer eso con cualquiera. Con cualquiera excepto con Siwon. Siwon había sido la única persona que había logrado entrar de esa forma en su corazón. Y lo odiaba, lo odiaba por ser la única persona capaz de significar tanto para él y, precisamente por eso, la única capaz de herirle hasta ese punto.

 

-¿Porqué él? -se preguntó dolido. Inesperadamente tenía ganas de llorar.

 

De repente una fría gotita se posó en su nariz y elevó su mano dispuesto a retirarla a la vez que alzaba la cabeza, queriendo comprobar la procedencia de esa gota.

 

-Nieve... -murmuró estirando una mano y recibiendo en ella un par de copos que se derritieron ante el contacto con su piel.

 

Dejó la vista clavada en el cielo unos segundos, viendo aquellos copitos blancos descender de él como pequeñas bolitas de algodón. De algún lugar empezó a sonar un villacinco, Kyuhyun lo reconoció como la musiquita que de vez en cuando sonaba desde aquel árbol de Navidad gigante que decoraba la plaza. Recordaba que el año anterior, Ahra se había puesto a cantar cuando lo escuchó una tarde que pasaron por allí mientras iban de compras navideñas y le obligó a seguirla en la canción.

 

-Este año será una blanca Navidad -comentó-. Ahra estará feliz.

 

Recordando a su hermana, se dio cuenta que llevaba ya demasiado tiempo fuera de casa. Revisó sus bolsillos en busca de su teléfono móvil, él no era tonto, sabía que su familia se había quedado preocupada al verle salir de casa de ese modo y decidió avisarles de que ya estaba por regresar. Sin embargo, el móvil no apareció y entonces recordó que el aparato se había quedado encima de su escritorio, junto a su portátil. Chasqueó la lengua, le esperaba una buena reprimenda cuando llegara a casa.

 

Suspiró y hundiendo las manos en sus bolsillos, decidió regresar. Cuando cruzó la plaza para dirigirse al paso de peatones y llegar a la avenida por la que había venido, no pudo evitar el impulso de girar su cabeza a la izquierda y echar un vistazo a la ya cerrada cafetería dónde Siwon le había citado aquel mediodía. Cómo si quisieran recordarle que ya era demasiado tarde, el local apagó sus luces, terminando ya con la jornada y los empleados de la cafetería salieron por la puerta. El último de ellos se detuvo a cerrarla con llave antes de enfilar la calle con el resto de sus compañeros. Todos salvo uno. Un chico con abrigo naranja permanecía apoyado contra la pared del edificio con la capucha subida y las manos escondidas en sus bolsillos.

 

Kyuhyun jadeó al reconocerlo. Lo reconocería en cualquier parte, incluso en aquel momento en que su cara quedaba oculta bajo la sombra que la capucha producía.

 

-¿Sigue ahí? -murmuró sin poder creérselo.

 

Rápidamente viró la vista a su muñeca, buscando su reloj. Las once y media de la noche. Regresó la vista alucinado hacia él a tiempo de verle estornudar.

 

-¡¿Eres imbécil?! -las palabras salieron sin poder detenerlas.

 

El grito alertó a Siwon, el cuál alzó su cabeza rápidamente en busca de aquella voz que reconocería en cualquier lugar. Kyuhyun cruzó la carretera a paso veloz y se detuvo frente a él.

 

-Kyu... -le llamó con alivio.

 

-¿Kyu? ¿Cómo que Kyu? ¡¿Acaso te has vuelto estúpido?!

 

Siwon juntó las cejas en una clara mueca de confusión.

 

-¡¿Se puede saber cuántas horas llevas aquí fuera?!

 

-Eehh.... No sé -confesó-. Llegué a las diez -respondió sacando la mano de su bolsillo dispuesto a mirar su reloj.

 

-¡¿Las diez?! ¡¿Las diez de la mañana?! -exclamó al recordar que su hermana le había dicho que lo había visto allí a las once.

 

Siwon solamente asintió.

 

-¡Eres idiota! ¡¿Porqué te quedas a la intemperie más de doce horas?!

 

-Te estaba esperando -respondió como si fuera la cosa más obvia del mundo.

 

Kyuhyun agrandó los ojos alucinado con toda la situación. Siwon estornudó otra vez.

 

-¡¿Y cuánto más pensabas esperarme?! ¡¿Hasta quedarte congelado de frío?! -le regañó cogiendo su mano para intentar calentarla-. ¡Estás helado! -exclamó.

 

-¿Puedes dejar de gritarme? -le pidió con una sonrisa, sabía que no debía estar tan feliz, Kyuhyun estaba enfadado con él y encima le estaba regañando, pero no podía evitar sonreír al darse cuenta que el menor estaba preocupado por él.

 

-¡¿Cómo quieres que deje de gritarte?! -vociferó-. ¡Vas a pillar una pulmonía!

 

-Eh, no todos tenemos un sistema inmunológico tan deprimente como el tuyo -le respondió soltando su mano y llevándola hasta la capucha de Kyuhyun para subírsela y cubrirle la cabeza y las orejas con ella-. Abrígate mejor cuando salgas a la calle -le recomendó.

 

-¡¿Y tú te atreves a darme consejos?!

 

-Te los doy siempre aunque nunca me haces caso -le recordó-. ¿Y puedes hacer el favor de dejar de gritar? La gente pensará que te estoy haciendo algo.

 

Kyuhyun resistió el impulso de tirarse de los pelos, desesperado ante la actitud de su hyung y agarró su brazo tirando de él a la vez que empezaba a andar.

 

-¿Adónde me llevas? -preguntó.

 

-A algún sitio dónde pueda gritarte sin gente y dónde puedas volver a entrar en calor -respondió secamente.

 

Siwon se encontró minutos después siendo arrastrado al interior de un Love Hotel. Kyuhyun no le permitió hablar cuando trató de rehusarse a entrar a aquel lugar. El menor pagó por una habitación en la recepción y tiró de él hacia el ascensor que segundos después los dejó en la segunda planta. A Siwon le molestó la comodidad con la que Kyuhyun parecía moverse en aquel lugar, no había tenido el más mínimo problema con la máquina automática que dispensaba las llaves de las habitaciones, así como tampoco lo tuvo para introducir la tarjetita en el extraño mecanismo de la cerradura.

 

Cuando estuvieron dentro de la habitación, Kyuhyun se volteó a mirarlo. En ese momento, bajo la blanca luz de la habitación, se percató realmente de la apariencia de Siwon. Su piel estaba pálida, excesivamente pálida para su tono ligeramente tostado natural, sus labios habían perdido todo el color y se aproximaban peligrosamente a un azul hipotérmico nada agradable. Deslizó una mano hacia las suyas y las sintió casi heladas cuando las sostuvo, notando el ligero temblor que recorría el cuerpo del mayor.

 

-Te voy a llenar la bañera -señaló dándose la vuelta para dirigirse al baño sin mirarle a los ojos, se sentía culpable por el estado en que Siwon se encontraba, sino hubiera sido tan cabezota y hubiese ido a verle a mediodía como él le pidió, ahora no estaría a punto de congelarse, probablemente el mayor enfermaría por su culpa.

 

-Kyuhyun, espera -le detuvo cogiendo su mano, Kyuhyun tembló por la helada temperatura-. Tenemos que hablar...

 

-Hablaremos luego -le respondió soltándose de su mano-. Antes tienes que entrar en calor.

 

Siwon vio al menor dirigirse hasta el baño de la habitación y torció el gesto ante el tono serio que estaba adquiriendo todo aquello. No es que no lo fuera realmente, al fin y al cabo él le había citado para intentar arreglar las cosas, pero no le gustaba la expresión que había puesto Kyuhyun antes de entrar en el baño.

 

Suspiró y metió las manos en sus bolsillos antes de seguir al menor. Cuando entró, se encontró a Kyuhyun agachado junto a la bañera con el grifo abierto y una mano metida debajo del chorro de agua para comprobar la temperatura.

 

-Kyu, déjalo. Puedo hacerlo yo -se ofreció.

 

-No, es igual -respondió escuetamente.

 

Siwon le miró dudoso unos segundos y al final optó por sentarse en el inodoro a esperar. Cuando estornudó por tercera vez, Kyuhyun se giró a mirarlo.

 

-Sólo un minuto -le dijo-, y salgo para que puedas meterte.

 

Siwon rodó los ojos.

 

-No es necesario que salgas.

 

-No, sí es...

 

-La pared es de cristal, Kyuhyun -le indicó antes de que terminara de hablar.

 

Kyuhyun giró la cabeza y abrió los ojos sorprendido al percatarse que la pared que separaba el cuarto de baño de la habitación era una pared cristalera que no dejaba nada de intimidad entre una habitación y otra.

 

-Ah, ya -murmuró no sabiendo qué más decir. Había sido estúpido por no darse cuenta de eso antes.

 

Siwon se puso en pie y se desabrochó el abrigo para después quitarse su jersey con agilidad. Kyuhyun desvió la mirada rápidamente. No es que él fuera tímido o un puritano, había visto ya suficientes veces a Siwon desnudo como para sorprenderse. Sin embargo, por alguna razón no le parecía correcto en ese momento en que se suponía ellos ya no eran una pareja. Aunque eso no parecía importarle demasiado a Siwon, pues con el rostro girado hacia el otro lado, todavía era capaz de oír el susurro de la ropa al caer al suelo. ¿Es que al mayor no le estaba incomodando la situación? ¿Porqué se desnudaba como si nada?

 

El sonido del cuerpo de Siwon sumergiéndose en el agua fue lo que lo sacó de sus pensamientos.

 

-Ahh... Se está calentito... -suspiró.

 

Kyuhyun giró la cabeza de nuevo y le miró, viéndole con la cabeza recostada contra el borde de la bañera y los ojos cerrados complacido por la temperatura del agua. Su estómago se contrajo en un nudo de culpa, Siwon casi se muere de hipotermia por su cabezonería.

 

-¿Porqué no te has metido en la cafetería si tenías frío? -le preguntó-. ¿Porqué tenías que esperar fuera?

 

-Porque sé que antes de entrar, habrías estado dando vueltas por la plaza pensando qué hacer -respondió-. Simplemente quería evitar que te arrepintieras de ir hasta allí y te marcharas sin entrar.

 

-¿Porqué me has esperado tanto rato? -interrogó después de un largo silencio en el que ninguno de los dos se atrevió a hablar-. ¿Porqué no te marchaste cuando no aparecí a mediodía?

 

-Porque sabía que terminarías viniendo.

 

-¿Y si no llego a venir?

 

-Habría seguido esperando -sentenció.

 

Kyuhyun suspiró y se acomodó en el suelo, junto a la bañera.

 

-No tenía intención de venir -confesó.

 

-Lo sé -admitió Siwon.

 

-¿Y aún así esperaste?

 

-Ajá.

 

-¿Porqué?

 

-Porque tarde o temprano aparecerías.

 

-Pero...

 

-Dime... ¿Has estado pensando en mí estos días? -le cortó.

 

Kyuhyun gruñó por el cambio de tema, pero al final suspiró y apoyó sus brazos en el borde de la bañera para recostar su cabeza en ellos y mirar al mayor. Por alguna razón, la compañía de Siwon ahora le hacía sentirse relajado, sin saber porqué, el enfado que tenía con él ya no estaba, sólo quedaba en su corazón aquella angustiosa punzada de dolor por lo que le había hecho.

 

-Sí... -susurró.

 

-Por eso sabía que vendrías -le indicó-. Si no hubieras aparecido hoy, habrías sido incapaz de dormir pensando que quizá yo te seguía esperando ahí. Habrías acabado viniendo en plena noche -rió-. ¿Y qué hubiera pasado si yo ya no estuviese ahí? -preguntó-. Habrías ido hasta mi casa y hubieses montado una escena que despertaría incluso a mis padres -relató.

 

-¡Yo no habría...! -trató de negarlo.

 

-Sí habrías -le cortó el mayor-. Cuando te obsesionas con algo no hay quién te saque esa idea de la cabeza hasta que lo consigues.

 

Kyuhyun bufó. ¿Porqué tenía que conocerle tan bien? Odiaba eso también.

 

-Bueno, lo que sea -murmuró poniéndose en pie.

 

-¿Adónde vas? -preguntó Siwon al ver que pretendía marcharse.

 

-A mi casa -respondió-. Mis padres no saben dónde estoy y estarán preocupados, no llevo el móvil encima.

 

-Me has dicho que hablaríamos -le recordó.

 

-No tenemos nada de qué hablar -le replicó el menor.

 

-Kyuhyun... -suspiró Siwon-. Por favor...

 

-Hyung, no... No quiero hablar de esto -negó, le dolía el tono lastimero con que Siwon había pronunciado aquellas palabras, pero él no pensaba doblegarse por eso, no iba a perdonar a Siwon por muchas horas que se hubiese pasado a la intemperie-. No quiero oír excusas... Esto se acabó.

 

-¡No! ¡No se acabó! -replicó el mayor súbitamente enojado-. ¡Deja de decidir las cosas por ti mismo sin dejar que me explique!

 

-¡Yo te dejé explicarte! -le recordó en un grito, no le gustaba que el mayor le alzara la voz-. ¡Pero tú no quisiste hacerlo!

 

-¡No podía hacerlo entonces! -indicó Siwon poniéndose en pie dispuesto a salir de la bañera para seguirlo.

 

-¡Métete en el agua! -le ordenó al ver que levantaba una pierna para salir de la tina.

 

Siwon le miró.

 

-Sólo si te quedas y me dejas explicarme -indicó al darse cuenta que aquella era su única opción para retener a Kyuhyun allí.

 

Kyuhyun resopló.

 

-Mira que soy capaz de seguirte así como salgas del cuarto -le indicó.

 

Kyuhyun bufó.

 

-¿Porqué haces esto? -le preguntó-. ¿Porqué te quedas horas esperándome? ¿Porqué insistes en hablar conmigo después de dos semanas? ¿Porqué te arriesgas a enfermarte por mí? -dudas y más dudas asaltaban su cabeza, Kyuhyun ya no encontraba sentido a nada en la actitud de Siwon.

 

-Porque te quiero, Kyuhyun -le respondió-. Pero no sé cómo decírtelo para que me creas...

 

-Prueba a decírmelo cuando no haya una tipa de por medio -le recomendó con sarcasmo, el cuál en realidad sólo escondía el dolor de la traición de Siwon.

 

-Kyuhyun, no es lo que tú piensas.

 

-¿Y qué es entonces, eh hyung? -preguntó mirándole a los ojos.

 

Siwon suspiró.

 

-Dame mis pantalones -le pidió extendiendo un brazo.

 

-No, hyung -negó-. Métete en el agua, te enfriarás de nuevo sino.

 

-Kyuhyun...

 

-No me voy -aceptó sentándose en el inodoro, sabía que Siwon era capaz de seguirle en pelotas si decidía salir en ese momento de la habitación-, pero tú métete ahí dentro otra vez.

 

Siwon le observó un par de segundos y entonces se sumergió de nuevo, agradeciendo la caliente temperatura del agua envolver su cuerpo.

 

-Coge mis pantalones -le pidió.

 

-Hyung, no...

 

-Sólo quiero que saques algo del bolsillo -le indicó.

 

Kyuhyun parpadeó confundido un par de veces y entonces dirigió su vista al montón de ropa que habían formado las prendas de Siwon en el suelo junto al retrete. Revolvió un poco en ellas y sacó el pantalón.

 

-En el bolsillo derecho del frente -le señaló.

 

Kyuhyun localizó el bolsillo y metió la mano, encontrando en el interior un objeto cuadrado. Lo agarró y lo sacó, viendo una pequeña cajita cuadrada de terciopelo azul oscuro.

 

-Ábrela -le pidió-. Es tu regalo de Navidad.

 

Kyuhyun dudó unos segundos, no creía que debiera aceptar eso ahora que ya no eran pareja, pero la curiosidad pudo más y la abrió, encontrando en su interior un anillo plateado.

 

-Sabes que no tengo buen gusto para esas cosas -le recordó-. Y bueno... tus dedos son muy finos y un poco huesudos... no podía probármelo yo para saber si te estaría bien... así que le pedí a una amiga que me ayudara a escogerlo...

 

Kyuhyun observó aquel fino anillo durante más de un minuto en absoluto silencio intentando aclarar su cabeza. A ver... ¿Se suponía que Siwon le estaba diciendo que aquella chica con la que le había visto en la joyería frente a la universidad era en realidad una amiga que le estaba ayudando a escoger el anillo que sería su regalo de Navidad? ¿Realmente aquella escena tenía una inocente explicación tan simple como esa? ¿De veras había llegado a malinterpretar tal acto cariñoso del mayor hasta ese punto?

 

-Y bueno... ella quiso probárselo... No es que yo diga que tienes manos de chica, pero... a ella le quedaba un pelín suelto... y yo pensaba que te estaría grande... y no quería tener que devolverlo... pero ella insistió que probablemente te estaría bien... Yo sé que no sueles usar anillos... pero... bueno... no sé... videojuegos tienes muchos y... a mí me hacía ilusión que lleváramos anillos a juego... pero... si no te gusta...

 

-¡Oh, por Dios Siwon! -cortó Kyuhyun su balbuceó nervioso poniéndose en pie-. ¡¿Sólo estabas con ella para comprarme esto?!

 

-¿Eh? -preguntó al verse interrumpido-. Sí, claro -afirmó, ¿es que no se había explicado bien?

 

-¡¿Y porqué cojones no me lo dijiste entonces?! -le gritó exasperado.

 

-Porque no podía decirte que había ido a comprar tu regalo de Navidad -respondió como si fuera la cosa más obvia del mundo-. No sería una sorpresa sino.

 

Kyuhyun le miró alucinado. Estúpido, definitivamente tenía un novio estúpido.

 

-¿Y te parece mejor hacerme creer por más de una semana que me has engañado con una tipa a la que le compras joyas?

 

-En realidad creí que confiarías más en mí y no lo malinterpretarías de ese modo... -confesó el mayor.

 

-¡¿Y cómo quieres que no lo malinterprete si te veo comprando anillos con una mujer?! -preguntó alborotado.

 

-Porque yo te quiero Kyuhyun, sabes que no te engañaría con nadie, ¿porqué no me crees?

 

A Kyuhyun le atravesó el corazón el tono dolido en la voz de Siwon. ¿Cómo había podido ser tan mala persona de desconfiar de él? Siwon jamás le había dado motivo para ello, pero... él mismo no comprendía porqué Siwon no lo había engañado nunca teniendo a su alrededor a personas maravillosas mucho mejores que él. Ni siquiera ahora sabía porqué Siwon decía quererle. ¿Qué era lo que había visto en él?

 

-¿Cómo quieres que te crea? -susurró bajando la vista al suelo, tratando de evitar sus ojos-. No tiene sentido que una persona como tú me quiera...

 

-¿Kyu? -preguntó Siwon confundido por sus palabras.

 

-Soy egoísta, borde, seco, orgulloso, antipático, no soy cariñoso, no soy amable, no me paso el día sonriendo como tú... No tengo nada por lo que puedas quererme, Siwon. No tiene sentido que me quieras... -Kyuhyun sintió que se libraba de un gran peso al decir eso, siempre había creído que Siwon no lo conocía como era de verdad y aquello lo agobiaba porque le hacía sentir inseguro. Inseguro por no saber qué pasaría el día que Siwon descubriera realmente como era.

 

-Kyuhyun....

 

-Yo sé que te cansarás de mí. Yo sé que terminarás dejándome... ¿Qué se supone que tengo que hacer cuando lo hagas? -un nudo se formó en su garganta al pronunciar aquellas últimas palabras. Él quería que Siwon le conociera tal y como era, pero a la vez, sabía que aquello sólo terminaría con su ruptura, pues Siwon nunca podría aceptar su carácter.

 

-Oh, Kyun, por favor... -susurró Siwon estirando un brazo para coger la mano de Kyuhyun y obligarle a agacharse junto a la bañera para tenerlo a su altura-. Yo no voy a dejarte, no voy a cansarme de ti -aseguró-. Te quiero como tú eres, con tu sentido del orgullo, tus borderías y tus sonrisas de autosuficiencia...

 

-¿Porqué? -preguntó incapaz de encontrar sentido a aquellas afirmaciones.

 

Si realmente Siwon decía conocerlo, era imposible que siguiera queriéndolo a pesar de su mal carácter.

 

-Porque sé que debajo de todo eso hay una persona maravillosa que sabe ser cariñosa cuando debe, que relaja su lengua y su presunción cuando está con personas que realmente aprecia, y por sobre de todo eso porque sé que esa persona maravillosa me quiere aunque le sea muy difícil demostrarlo.

 

Kyuhyun le miró a los ojos.

 

-¿Lo sabes?

 

-Oh, claro que lo sé -afirmó con una dulce sonrisa-. Aunque no me lo digas seguido, yo sé que me amas tanto como yo a ti -aseguró-. Y lo sé porque no le sonríes a nadie como lo haces para mí, ni miras a nadie con esos preciosos ojos tuyos tan brillantes como a mí me miras, ni dejas que nadie te consienta tanto como yo -añadió con una sonrisa-. Pero me dejas porque sabes que me gusta consentirte y me gusta abrazarte y cogerte de la mano por la calle, y tú me dejas porque me quieres y a la vez esa es tu manera de consentirme a mí...

 

-También me gusta que me abraces o me cojas de la mano -murmuró Kyuhyun avergonzado, jamás creyó ser un libro tan fácil de leer para Siwon.

 

Siwon sonrió.

 

-También sé eso.

 

Kyuhyun alzó la vista y le miró a los ojos. Respiró profundamente y sintió el calor arremolinándose en sus mejillas antes de hablar:

 

-Te quiero, hyung...

 

Y aunque no fue más que un susurro, pues Kyuhyun no parecía ser capaz de decirlo más alto, eso no evitó a Siwon oírlo. Kyuhyun sintió un gran alivio expandirse por todo su cuerpo al decir aquellas palabras.

 

-Lo sé -respondió Siwon sonriendo ante el esfuerzo que sabía le había costado a Kyuhyun pronunciar aquellas palabras, antes de estirarse un poco y alcanzar los labios del menor en un tierno beso, aliviado por fin de que todo aquel problema que se había formado por su mala previsión (pues si hubiera comprado el regalo en otra joyería, Kyuhyun no se habría enterado), se hubiera resuelto.

 

-Pero hay algo que no sabes -le señaló el menor aún algo ruborizado cuando se separaron.

 

Siwon le miró con curiosidad.

 

-Soy muy celoso -le indicó-, así que la próxima vez que pretendas comprarme joyas, ve con tu hermana o tu madre, porque como te vuelva a ver con una mujer en una joyería o similar, te juro que te mato.

 

Siwon rió.

 

-Me lo apuntaré para no olvidarlo -respondió.

 

-Más te vale -le advirtió antes de llevar una mano a su nuca y atraerle a sus labios para besarle otra vez, queriendo asegurarse que aquella amenaza quedaba bien grabada en su mente a través de ese pasional beso.

 

En algún lugar al otro lado de la ventana, la campana de alguna iglesia tocó doce campanadas, indicando la medianoche. Siwon y Kyuhyun separaron sus labios y se miraron a los ojos. Siwon cogió la mano que Kyuhyun mantenía apoyada en el borde de la bañera y con una sonrisa le dedicó un par de palabras antes de besarle una vez más esa noche:

 

-Feliz Navidad, Kyun.

 

Notas finales:

 No se enfaden, ¿sí? Yo sé que suelo escribir cosas mejores peeero... todas tenemos malos días, no? u.u

Aún así espero algún comentario aunque sea para tirarme tomates!

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