MY FIRST LOVE
CAPITULO I:
El amor es intenso, hermoso, incontrolable, paciente, entregado, doloroso y mucho más, sin embargo de todos los amores que tiene el ser humano, el primer amor es único, muchos dicen “el primer amor nunca se olvida” o “el primer amor nunca es duradero” puede que esto sea cierto pero… aquella persona que fue capaz de vivir su primer amor al máximo aun a pesar de si perduro o termino de una u otra manera debería sentirse afortunado por haberlo vivido porque hay muchos que no tienen siquiera esa oportunidad, porque a pesar de haber encontrado su primer amor muchas veces el destino o el mismo corazón les impide llegar a él y vivirlo como debería.
Por eso me gustaría narrarles una corta historia a cerca del primer amor que surgió en tres corazones enredándolos y uniéndolos para vivir alegrías y sufrimientos, pero esta historia probablemente no comienza del principio… así que lean muy atentamente.
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“— Hey Sasuke ¿quieres que seamos amigos?”
Se oía una suave y dulce voz llevada por el viento, no había nadie más en el cementerio en esos momentos, sin embargo a lo lejos se podía ver a un azabache vestido enteramente de blanco parado frente a una tumba sosteniendo un clavel en su mano, el flequillo le tapaba los ojos y las lágrimas formaban caminos en sus blancas mejillas, los espasmos del llanto y la tristeza recorrían todo su cuerpo, nunca había sentido un dolor tan grande. ¿Por qué todo había terminado así? Se suponía que su vida iba a ser llena de felicidad junto a su nueva familia pero… ¿Por qué tenían que arrebatarle a la otra mitad de su alma? ¿Acaso no sabían que al habérselo quitado le habían arrebatado también su felicidad? En este momento los recuerdos de todo lo que vivió con él, de cuando se hicieron amigos… aún podía oír su dulce voz diciéndole “Sasuke ¿quieres que seamos amigos?” en ese momento fue la persona más feliz sobre la faz de la tierra porque él sabía lo que esa frase significaba, un significado solo para ellos dos un significado que nadie más conocía.
En estos momentos lo único que llenaba su mente y su corazón eran los valiosos momentos que vivieron juntos, el día que se le declaro, el día que por fin acepto compartir su vida, el día más feliz de su vida cuando unieron sus vidas para siempre frente a Dios y a los hombres.
FLASH BACK
Estaba parado frente al altar nervioso a más no poder ese era el día que el Guruji* había designado como el más propicio para unir su vida a su doncel tal y como dictaban las tradiciones, mientras se estaba alistando en la habitación con ayuda de su hermano no pudo evitar pensar “¿Qué pasara si se arrepiente?” eso lo puso aún más nervioso, tanto que su hermano se dio cuenta fácilmente, con lo observador que era, que algo aparte de la boda lo inquietaba y le había preguntado qué pasaba.
— ¿Qué sucede otouto?
— Nada
— Sabes que es imposible que me mientas me doy cuenta así que mejor dime que es lo que te inquieta… — le hablo con una sonrisa tranquila a pesar de que su hermano intentaba desaparecerlo con la mirada.
— Pues… ¿Qué tal si se arrepiente de casarse conmigo? ¿Qué hare?
— Otouto-baka eso no sucederá él te ama tanto como tú a él, sinceramente no sé cómo lograste conquistarlo con lo hermoso, dulce y perfecto que es — dijo mientras su hermanito con el ceño fruncido se disponía a cumplir esta vez lo que su mirada no pudo lograr, desaparecer a su hermano — jajaja no te enojes otouto pero todo saldrá bien ambos se quieren, veras que pronto serás un hombre casado y feliz tal y como yo lo soy ahora — le dijo con una sonrisa sincera.
Ahora se encontraba parado esperando la entraba de aquel ser con el cual iba a compartir su vida y todo lo que tenía por el resto de sus vidas; cuando lo vio entrar realmente creyó lo que su hermano le había dicho… ¿cómo es que alguien tan bello como ese ser había aceptado casarse con él? Realmente le agradecía a kami el haberle concedido semejante regalo del cielo…
El doncel comenzó dando pasos cortos de acuerdo al ritmo de la ceremonia hasta llegar a su lado una vez allí ambos dieron sus votos y el Hokage los unió en matrimonio, al terminar los testigos amarraron el lazo alrededor del cuello de ambos simbolizando así su unión… después de la ceremonia y el beso al día siguiente se fueron de luna de miel a la ciudad de Suna.
FIN FLASH BACK
Recordó el día que fue el segundo día más feliz de su vida, el día que su esposo le dijo que estaba esperando un bebe de ellos dos, el fruto de su amor.
FLASH BACK
Había llegado un poco antes a casa ya que salió temprano del trabajo, era extraño nadie salió a recibirlo busco a su madre en la cocina pero no la encontró busco a su esposo pero tampoco lo encontró solo faltaba su habitación subió las escaleras y entro, ahí encontró a su esposo sentado en la cama sollozando débilmente con la cabeza gacha, eso realmente le preocupo así que se acercó rápidamente hacia él se arrodillo para quedar a su altura y con sus manos le levanto el rostro suavemente.
— ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? ¿Acaso te duele algo? — hablaba apresurado, temeroso por la respuesta… nada lo preparo para lo que vio… su doncel sonreía con lágrimas en los ojos, lejos de mostrar sufrimiento en ellos podía ver una infinita felicidad, aun así pregunto — Amor ¿estás bien? — sosteniendo con sus manos sus mejillas.
El doncel puso sus manos por sobre las de su marido y sonrió aún más mientras las lágrimas seguían cayendo solamente asintió en respuesta a la pregunta de su marido
— Es solo que estoy muy feliz — es todo lo que dijo, al ver la cara de desconcierto del azabache cogió un papel que estaba sobre la mesita de noche y se lo extendió para que lo viera.
Sasuke tomo el papel y lo leyó con miedo y nerviosismo, adentro solo una línea capto su total atención:
Embarazo: positivo Tiempo de gestación: 2 meses
Miro interrogante a su esposo a lo que este solo sonrió borrando todas las dudas del azabache… no podía creerlo iba a ser ¡papá! Sin esperar más cogió al doncel de la cintura y le hizo dar vueltas… estaba tan feliz.
FIN FLASH BACK
Sin poder evitarlo sonrió entre lágrimas al recordar esos momentos, el ultimo recuerdo fue feliz pero doloroso también; fue cuando nació su bebe.
FLASH BACK
Estaba en el hospital acompañado por su madre, su esposo había entrado a quirófano hace unos largos momentos, daba vueltas en círculos estaba inquieto; cuando llego su padre político* trato de calmarlo diciéndole que todo saldría bien pero no era muy convincente siendo que el también daba vueltas en círculos, no podía evitarlo… oyó el llanto de un bebe… ahora era papá sonrió como nunca antes.
Minutos después unas enfermeras salieron, una con el bebé en brazos para que conociera a su oto-san, cuando el azabache lo tuvo en sus brazos no pudo contener unas lágrimas de felicidad era hermoso, la enfermera le dijo que era un doncel; esperaba que se pareciera a su oto-chan así de hermoso y dulce, lo presento a sus abuelos que lo amaron desde que lo vieron… las enfermeras miraban emocionadas al bebe había nacido en noche buena, además que llegaron a conocer y apreciar al padre y a la “madre”.
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Antes de que pudiera entrar a ver su esposo la doctora que estaba a cargo del embarazo del doncel lo llamo tenía algo muy importante que comunicarle. Cuando entro al consultorio de la doctora Tsunade esta le hizo tomar asiento y comenzó a hablar.
— Sasuke hay algo muy importante que debo decirte — decía seria, al ver que tenía la atención del azabache continuo — Él está en estado crítico, Sasuke… no tiene mucho tiempo. Hemos hecho lo mejor que pudimos pero… tenía una hemorragia interna severa y no pudimos hacer nada.
— ¿Pero acaso no estaba bien en los controles? — hablo agitado con el corazón a punto de hacerse trizas, la doctora pudo verlo en su mirada.
— Si, pero detectamos que su embarazo era de riesgo y podía presentar complicaciones…
— Y ¿Por qué no nos dijeron nada? — alzo la voz.
— Él sabía acerca de las complicaciones del parto — el azabache no sabía qué hacer ante semejante declaración.
— ¿Cómo?
— En una de las revisiones le informe acerca de los riesgos que corría si mantenía su embarazo hasta el final, había un 50% de probabilidades de que presente complicaciones, pero él me dijo lo feliz que estabas al saber que ibas a ser padre y también sabia como querías al bebe; él ha querido al bebe más que a su propia vida.
— No — susurro, lo estaba perdiendo y no podía hacer nada.
— Lo siento mucho — decía triste por tener que dar semejante noticia
Sasuke lloro amargamente en ese momento no podía hacer nada, tuvo que darles la desgarradora noticia a su padre político y a su madre.
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Mientras tanto dentro de la habitación de hospital la madre de Sasuke había llevado al bebe para que conozca a su oto-chan.
— Se parece a su padre ¿verdad? — sonrió al ver a su pequeño.
— Si tienes razón — con una sonrisa triste enmarcando su rostro.
— Madre — decía el doncel cogiendo a su hijo en sus brazos — Quiero que mi bebe me conozca… quién era su oto-chan… cómo era y todas esas cosas quiero que el mismo pueda responderse esas preguntas — decía llorando mientras arrullaba a su pequeño— Me duele no poder verlo cuando de sus primeros pasos, cuando diga su primera palabra… cuando vaya a su primer día de clases… cuando tenga su primer novio ah — sollozaba mientras su madre política lloraba de tristeza por su “nuero” ella sabía de los riesgos pero había tenido la esperanza de que todo salga bien, sin embargo… — No podre estar ahí para el pero quiero que sepa de mí, que sepa que lo quiero mucho, que lo cuidare desde donde este y que aunque no pueda verme yo estaré ahí protegiéndolo y apoyándolo ah… ah Te amo mi pequeño — decía mientras besaba la coronilla de su bebe.
— Sabrá de ti, nosotros le contaremos todo lo que quiera saber de ti — miraba con melancolía y tristeza a la persona que más amaba su hijo.
— Quiero ser yo el que pueda contarle de mí y aconsejarlo… pero no podré hacerlo — sollozaba — Por eso dejo estas 8 cartas para él… una para cada uno de sus primeros 8 cumpleaños — decía entregándole las cartas — Estas cartas contienen todo lo que me gustaría decirle a mi hijo, estas cartas serán sus recuerdos… — aun con las lágrimas recorriendo sus mejillas comenzó a repartir besos sobre toda la carita de su bebe — Cuanto lo amo — entrego a su hijo para que su madre lo agarrara — Por favor madre cuídalos mucho a mi bebe y a su padre.
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Estaba sentado en la cama donde estaba recostado su esposo.
— Eres muy malo
— Sasuke, mírame — viendo como su marido negaba con la cabeza.
— No, eres malo ¿Por qué me dejas?
— Sasuke, por favor — decía mientras cogía el brazo de su marido
— ¿Por qué me dejas? Te vas a un lugar al que no puedo seguirte. — lloraba lagrimas amargas por perder a su primer amor.
— Sasuke mírame — hizo que el azabache volteara a verlo, cogió su mano y le dio un beso — Sasuke ¿quieres que seamos amigos?
El azabache solo negaba con la cabeza
— Prométeme que no lloraras, trataras de ser feliz junto a nuestro hijo.
— No ¿Cómo seré feliz sin ti? — su marido lloraba negando con la cabeza, negándose a perderlo, eso realmente le dolía al doncel no le gustaba verlo sufrir.
— ¿Sabes? De todas maneras, pareces muy feo cuando lloras — mientras intentaba sonreír — Prométeme una cosa… — el pelinegro seguía negando — Por favor — acariciando el rostro de Sasuke — Prométeme que nuestro hijo se llamara… Naruto… prométemelo — mirándolo directamente a los ojos — Perdóname, Sasuke. Lo siento mucho — llorando con más intensidad.
— No te vayas, no me dejes — abrazo a su esposo recostándose a su lado en la cama sintiendo como poco a poco el agarre de los brazos del doncel se iba debilitando mientras este cerraba sus ojos para siempre.
FIN FLASH BACK
Ese fue el último recuerdo que tuvo con su amado, su primer y único amor… lo último que oyó en su cabeza fue la promesa que su esposo le pidió…
Prométeme que nuestro hijo se llamara Naruto.
Promételo.
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8 años después
En una habitación decorada con cuadros de cantantes, actores y diversos artistas
Se podía ver a un pequeño doncel de 8 años de cabello castaño corto, con lentes de sol en su cabello, vestido con una polera manga larga color naranja y un overol azul oscuro, tenía un micrófono en mano y estaba frente a una cámara.
— ¡Hola! Me llamo Naruto y usted está viendo el canal de… Naruto — haciendo gestos y maniobras con el micrófono — Cuando sea grande voy a ser presentador… ¿sabes? justo como Sai — apuntando un poster a su lado donde se podía ver un doncel pelinegro de pelo corto son unos lentes de sol sobre su cabeza y con una gran sonrisa — ¡¡Hey!! Corte, corte… ups regresare después de la pausa.
Pasó un rato y ahora se lo veía sentado en su cama abrazando un gran perro de peluche, nuevamente frente a la cámara.
— ¡¡Ya regrese!! Mmm mis pasatiempos son comer chocolates… golpear a los chicos, molestar a la abuela… y… leer las cartas de mi oto-chan — su rostro reflejo tristeza por un instante, pero luego cambio su expresión por una de sorpresa — Oh ya es tarde, debo vestirme para recoger a mi oto-san… Regresare la próxima semana a la misma hora, en el mismo lugar — se despedía frente a la cámara de video — Mírame.
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Estaba cansado de esperar en aquel puente ¿Cuánto tiempo ya estaba esperando ahí? ¿Dos horas? Ya eran las 4:00 y ni rastros de su padre, esto ya era el colmo ¿Cómo podía hacer esperar tanto a su hijo, la luz de sus ojos? Definitivamente estaba muy enojado con su padre… miraba de rato en rato el camino por donde supuestamente debía venir su oto-san, luego miro su reloj…
De pronto un ramo de rosas amarillas apareció frente a su rostro, ya sabía quién era el causante pero no lograría tan fácil su perdón.
— Hmp — volteo su cara al lado contrario en señal de un berrinche para no verlo.
Su padre al ver que rechazaba el ramo lo arrojo al suelo y saco unos bombones para ofrecérselo en ofrenda de paz, pero el castaño volteo nuevamente el rostro, los pobres bombones sufrieron el mismo destino que las flores, por último apareció un oso de peluche frente a él… bueno aun si no lo perdonaba por ahora todavía podía quedarse con el peluche ¿verdad? Así que lo cogió.
Frente a él estaba un hombre de ojos negros como pozos sin fondo, cabello negro azulado y piel blanca como la leche, realmente era atractivo…
— ¡Hola!... — apenas pudo mencionar esa palabra cuando su hijo ya se estaba yendo por el camino contrario al que llego — Naruto, escúchame… — comenzó a seguirlo — Mira, mira… yo solo estoy… retrasado mmm — mirando el reloj de su hijo — 2…horas
— Tienes razón
— De acuerdo, perdóname ¿sí? Estaba ocupado.
— Yo también, oto-san. Aun no he mirado mi programa favorito el día de hoy…
— Hmp, ya veo.
— Todo porque debí venir a hacer tus cursos, eso no es justo oto-san. No puedo ocuparme de todo. Soy tu hijo no tu esposo. — en ese momento se dio cuenta de que lo que dijo probablemente hirió a su oto-san, así que se mordió la lengua.
— ¿Por qué no? Si yo puedo ser tu oto-san y tu oto-chan a la vez — vio como su hijo agachaba su cabecita — ¿Por qué no puedes ser los dos? Hmp de acuerdo — dijo quitándole el oso de peluche y volteo su rostro mirando al lado contrario de su hijo.
El doncel jalo del brazo a su padre para que este le mirase a lo que Sasuke solo giraba y ejercía algo de fuerza para soltarse haciendo un berrinche similar al que hizo su hijo, cuando el pequeño jalo con más fuerza de su brazo ambos se pusieron de cuclillas.
— ¿Qué? — dijo fingiendo molestia.
— ¿Estas molesto?
— Un poco.
— ¿Me perdonas?
— Hmp de acuerdo
Naru extendió las manos como para recibir algo, Sasuke las miro extendió también sus manos y las choco con las de su pequeño dos veces y ambos tocaron la punta de la nariz del contrario con el dedo índice.
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— Es por eso que decimos que hay solamente un Dios — decía Mikoto a un grupo de damas reunidas en su casa — Cualquier muestra de devoción que nosotros tengamos para con Dios, él las conoce, por eso es importante guardar una buena relación con él.
— Eso es cierto — decían las damas de la congregación devota a la que pertenecía Mikoto las cuales se reunían una vez a la semana para hablar de Dios y de los deberes de una dama en el hogar, de la educación, derechos todo lo que una mujer debe conocer para ser una buena esposa, madre, etc.
— Eso es todo por hoy — mirando a todas para dar por finalizada la reunión, cuando la interrumpieron…
— Y esto es lo que me regalaron para San Valentín este año y como mañana es noche buena pues lo estoy usando — decía una pelirroja mostrando a las otras damas jóvenes un collar de perlas que llevaba en el cuello.
— Karin — hablo sobresaltando a la muchacha.
— ¿Si?
— Karin repetirá para todos los deberes que aprendimos hoy.
— ¿Yo
— Vamos Karin
— mmm si… los deberes jeje… no los recuerdo — dijo agachando la cabeza.
— ¿Eh? Como que no los recuerdas ¿Pueden creerlo? Una mujer debe conocer los deberes ¿Qué les enseñaras a tus hijos? Nuestra manera de pensar de decir las cosas, todo… tiene un impacto profundo sobre nuestros hijos, así que… — justo en ese momento fue interrumpida por un alegre grito.
— ¡Abuela! — un pequeñin corría hacia ella y la abrazaba para luego besar su mejilla.
— Oh, hablando de los hijos… mi Naruto ya llegaste… — mientras acariciaba la mejilla del castaño.
— ¡Hola sexy! — grito dándole un empujón coqueto a su abuela provocando que todas las mujeres que se encontraban ahí rieran disimuladamente y la pelinegra se avergonzara por el acto.
— ¿Quién te ha enseñado eso?
— Oto-san — señalo a su padre que estaba parado a los pies de la escalera mirando la escena.
Mikoto volteo rápidamente para regañar a su hijo, sin embargo este subió apresuradamente las escaleras antes de ser víctima de la ira de su madre por lo que esta tuvo que resignarse.
— Naru ve a vestirte para el evento de tu escuela. — empujándola para que subiera a su habitación.
— Abuela — abrazándola por el cuello
— ¿mmm
— La carta
— ¿Cuándo es tu cumpleaños?
— Mañana
— ¿Entonces?
— Oh — dijo yendo a alistarse
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En la escuela había un evento de improvisación de las estudiantes de 4º de primaria.
— Bienvenidos señoras y señores a la competencia de “Un minuto” — decía la profesora — cada estudiante será llamado y pasara al frente para sacar un bolillo donde estará escrita una palabra sobre la cual deberán hablar, solo tienen un minuto…
Mientras la profesora seguía explicando acerca de la competencia, Sasuke y su madre se acomodaban en sus respectivos lugares.
— Buenas noches, señor Uchiha siéntese — decía un hombre con corte de hongo, cejas espesas y un traje verde oscuro con camisa y corbata de verdes de distintos tonos, sentado junto a su esposa una pelirrosa con un vestido negro con matices rosado.
— Buenas noches señor Rock, señora — saludo al igual que su madre.
— Es una competencia muy extraña ¿verdad? Los niños deben hablar sobre el tema que les haya tocado a la suerte en esos bolillos extraños, pero ellos tienen que sacar ¡el poder de la juventud! — hablaba extasiado golpeando el hombro del azabache.
— Basta Lee — dijo su esposa — ¡contrólate!
— Descuide no hay problema — dijo Sasuke ante la mirada reprobatoria de su madre.
— Pero ¿puede creer que solamente les darán un minuto? — hablaba nuevamente excitado Lee, apoyado en el hombro del azabache.
— Tiene razón es muy injusto
— Pero mi hija es muy inteligente estoy segura de que ganara sin ningún problema como todos los años — decía la pelirrosa.
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En el escenario Naru y Yuna se miraban retadoramente.
— Buena suerte Yuna
— Igualmente — respondió la niña
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— Nuestra Yuna es la mejor, siempre muestra su poder de la juventud.
— Pues la verdad Naruto también está participando.
— Puede ser segundo, no hay problema
— Hmp, claro gracias — dijo con sarcasmo el azabache.
— De nada
La competencia de “Un minuto solamente” dio inicio…
— La primera competidora es Yuna Rock — la pelinegra paso al frente y saco un bolillo.
— ¡¡¡Siiii, muéstrales el poder de la juventud!!!
— Buenas noches — la niña hizo una ligera reverencia — mi tema es la oración. Todas las mañanas nosotros oramos al señor, mi oto-san dice que debemos orar porque así Dios se pone contento y nos protegerá de cualquier mal… oka-san dice que si oramos la abuela buena y nos dejara la gran casa en su testamento. — Al oír eso los padres comenzaron a reír para bochorno de su madre — mmm… oración…oración mmm si la canción de mi cantante favorito se llama La oración. Gracias.
Los aplausos se dejaron oir en el gran salón.
— Ahora el siguiente es el estudiante Naruto Uchiha — el castaño paso al frente y tomo un bolillo, fue a pararse al centro del escenario guiñándole un ojo a su oto-san quien le correspondió con una sonrisa y un pequeño beso volador que hizo sonreír al doncel. Vio la palabra que estaba escrita en el bolillo e inmediatamente la sonrisa se le borro del rostro.
— Tu tiempo comienza desde ahora — dijo la profesora.
El silencio se extendió, Sasuke no entendía porque su hijo no decía nada si días antes estaba tan emocionado de participar en esa competencia y ahora lo veía mirar hacia todos lados, nervioso sin pronunciar palabra ¿Qué sucedía? No entendía hasta que…
— “Madre” — pronuncio Naru en un susurro que debido al silencio pudo oírse. Ahora entendía todo su hijo no tenía a su oto-chan — Mamá — repitió el castaño — Mamá… — mientras las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas — Lo siento — estaba a punto de retirarse del escenario cuando…
— Madre — se oyó una voz grave que venía desde el público, el castaño se volteó al reconocer la voz de quien había hablado — Una madre es alguien que nos ama por sobre todas las cosas, tanto que a veces no logramos comprenderlo… — decía Sasuke de pie mirando a su hijo — Una madre hace que comprendamos que somos buenos… Que no hay nadie mejor que nosotros… — decía caminando hacia la tarima — Su felicidad es nuestra risa… — parándose frente al castaño, apoyando sus manos en sus hombros — Y nuestro dolor es el suyo… es alguien sin quien no podemos vivir… lo es todo — decía con lágrimas poniéndose de cuclillas para estar a la altura del niño viéndolo llorar de tristeza — Solamente que ya no lo tenemos… pero todavía tenemos a papá y es muy bueno también — colocando una de sus manos en el pecho de Naru — ¿verdad? — Lo vio asentir con la cabeza — entonces ¿me das un abrazo?
Ambos se abrazaron mientras el doncel lloraba, Lee se puso de pie y grito.
— Es el número uno, el poder de la juventud — los aplausos sonaron felicitando el acto de padre e hijo.
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En un edificio, en el último piso, precisamente en una terraza rodeada de macetas con diversas plantas, con paredes de piedras enormes, se encontraba Sasuke jugando con una pelota de básquet rebotándola contra un punto específico en una de las paredes; mientras hacía esto su madre llego sosteniendo una bandeja con 1 taza, una tetera y una azucarera, miro a su hijo y se detuvo momentáneamente en la puerta para limpiar las lágrimas que se encontraban retenidas a penas en sus oscuros ojos.
— Sasuke, ¿recuerdas al Sr. Yamanaka? Llamo hace unos días
— ¿Quién? — mientras seguía rebotando la pelota.
— Nuestro vecino de la avenida Kirigakure.
— Ah, si ¿Qué quería
— Ha enviado un pedido de matrimonio. — decía mientras servía el té
— ¿Para quién? — pregunto sin dejar de rebotar el balón.
— Para mí
— jaja oh vamos no hables mamá
— ¿Cómo te atreves? — Dijo fingiendo sentirse ofendida mirando acusadoramente a su hijo — Dijo que su hija es muy gentil y hermosa… y que estaría encantada de conocerte… pero yo me negué rotundamente. He hecho bien ¿no es verdad?
— Hmp — contesto sin mirarla, jugando todavía.
— ¿He hecho bien? — mirándolo con sorpresa.
— Si
— Entonces ¿tengo razón? — insistió nuevamente.
— Si, oka-san — suspiro con cansancio, mirándola esta vez.
— mmm ya veo como siempre tengo la razón — murmuro con resignación colocando la taza en la mesita que estaba acomodada ahí en la terraza. — Yo nunca me equivoco… ¿Qué importa si es gentil y hermosa? — Decía exagerando sus gestos para dar más énfasis y drama a lo que decía — Todo el mundo es hermoso o hermosa actualmente
— Hmp — sonrió con comprensión a su madre y se acercó a ella
— ¿Quién quiere casarse? El Sr. Yamanaka está loco, todavía continua enviando los pedidos de matrimonio. ¿Por qué no se casa… y nos deja en paz?
Sasuke se sentó a su lado y paso un brazo por sus hombros abrazándola con cariño mientras ella simplemente recostó su cabeza en el hombro de su hijo.
— ¿Cuál es el problema oka-san?
— Siento que esta familia está incompleta
— ¿Por qué? Tú estás aquí… yo estoy aquí… y Naruto está aquí. Yo no la siento incompleta.
— Cuando salgo con mis amigas… todas se quejan de sus nueras o sus nueros y yo… no tengo de quien quejarme.
— Ohh ya veo, ese sí que es un gran problema. Entonces necesitas una nuera o un nuero para quejarte — decía poniéndose en pose pensativa.
— No, hijo. Yo solamente quiero que seas feliz.
— Yo soy feliz oka-san, con ustedes soy muy feliz.
— Entonces ¿no te volverás a casar?
— Oka-san… — se puso de pie comenzando a caminar dirigiéndose hacia el salón — Nosotros vivimos, morimos y nos casamos solamente una vez…… Y solo nos enamoramos una vez mientras vivimos. — Se detuvo para mirar fijamente a su madre — Nunca hacemos nada de eso por segunda vez.
— Para ti eso está bien, pero piensa en Naruto — también se puso de pie mirándolo a los ojos.
— ¿Por qué? Acaso ¿le pasa algo? — apartando la mirada, en su expresión se denotaba la tristeza.
— ¿Acaso no piensas que él no necesita una oka-san o un oto-chan?
— El estará bien, estará muy bien — agachando su cabeza mientras su madre lo miraba interrogante — Él tiene algo que ni siquiera yo tengo… tiene las cartas de su oto-chan
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Al día siguiente a las 6 de la mañana sonaron las alarmas de más de 3 relojes en una misma habitación en cuya cama dormía una pequeño y hermoso doncel castaño de 8 años quien al escuchar todas las alarmas se levantó de un salto de la cama diciendo.
— Feliz cumpleaños Naruto
Inmediatamente salió de su cuarto y bajo corriendo las escaleras hacia el salón donde estaba lo que tanto había esperado, al llegar observo sobre la mesa del centro una montaña de regalos, se abalanzo sobre ella y comenzó a tirar los regalos por doquier buscando lo que quería hasta que en el fondo lo encontró, la carta de su oto-chan para su 8º cumpleaños, muy emocionado la agarro y la abrió con una enorme sonrisa en su rostro, la desdoblo y leyó.
“— Feliz cumpleaños Naruto, ahora tienes 8 años, ya eres un niño grande — decía la carta — Estoy seguro que te pareces mucho a tu oto-san… los mismos ojos, el mismo rostro, la misma sonrisa…
— No es cierto — dijo el pequeño haciendo un tierno puchero — Me parezco más a ti
“— ¿Tu oto-san sigue durmiendo con los zapatos puestos?”
Naruto simplemente asintió con una sonrisa en el rostro por recordar a su oto-san tirado en la cama o en el sillón con los zapatos puestos, jeje
“— jeje a veces los hábitos no cambian ni con el tiempo… bueno Naruto como hoy ya eres un niño grande entenderás lo que te voy a contar… Hoy voy a contarte un cuento… acerca de tu oto-san, de mí y de Naruto”
— ¿Naruto? — dijo el pequeño doncel con una interrogante en sus bellas orbes negras mientras se disponía a seguir leyendo lo que su oto-chan quería contarle en la carta.
Continuara…