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Extraños encuentros por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de la serie Grimm no me pertenecen, sino a su autor Stephen Carpenter y a la NBC, la serie Grimm inspirada en los cuentos de los hermanos Grimm, Sherlock Holmes pertenece a su autor Sir Arthur Conan Doyle y la serie Sherlock pertenece a la BBC y sólo haré mención de los personajes, por lo que no es un crossover como tal. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Monroe/Nick.

Aclaraciones: Esté fic es una pre-secuela de mi fic “Grimm” del fandom de Sherlock.

Advertencia: Este fic contiene Slash, lemon, mención de mpreg (algo de omegaverse), y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

Beta: ChechuFujoshi.

 

 

Resumen: Nick conoce a un joven bastante particular que le hará descubrir que ser Grimm es más de lo que él pensaba.

 

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Extraños encuentros

 

 

 

Capítulo 01.- Niños Grimm

 

 

Nick y Monroe habían  decidido dar un paseo por el bosque. El Grimm había comenzado a tener discusiones cada vez más serias con Juliette —a pesar de que ésta ya sabía su secreto y ya no existía nada que le ocultara—. Por otro lado, el blutbad había terminado su relación con Rosalee al darse cuenta que sus sentimientos le pertenecían a otra persona.

 

—Algo de calma es lo que necesitábamos —dijo Monroe dando un suspiro pesado y relajando los hombros. Nick asintió con la cabeza pero sin prestar demasiada atención a su amigo.

 

De pronto, un grito se escuchó a lo lejos;  ambos corrieron a investigar. A unos cien metros de donde ellos se encontraban, un niño y una mujer joven eran atacados. El más pequeño estaba luchando contra sus atacantes con una agilidad y habilidad ajena a alguien de su edad, mientras que la chica estaba en el suelo junto a una silla de ruedas volcada. Bastaron unos segundos para que Nick y Monroe se dieran cuenta que los agresores eran wesen y decidieran interferir.

 

 

—Grimm… ¡retirada! —dijo uno de los wesen y sus compañeros huyeron de inmediato.

—¡No huyan, cobardes! —les gritó el niño con claras intenciones de darles alcance.

—¡William déjalos ir! —le ordenó la joven siendo ayudada por Monroe a subirse a la silla de ruedas nuevamente. El aludido apretó los puños pero hizo lo que le ordenaron. —Gracias por ayudarnos, no sabíamos que existía otro Grimm en esta ciudad.

—Ni que tuviera a un wesen trabajando con él —agregó el niño haciendo una mueca de asco.

 

La joven tenía diecinueve años, tenía el cabello castaño que le cubría una fea cicatriz que le recorría desde la sien derecha hasta la comisura del labio, usaba una chaqueta, pantalones y guantes que le cubrían el cuerpo por completo. El niño tenía catorce años, de rizados cabellos negros, afilados pómulos y ojos entre gris y verde, era alto para su edad.

 

—Soy Anastasia Holmes, él es mi primo William —el menor únicamente asintió a modo de saludo, pero no despegaba la mirada de Monroe, poniéndolo cada vez más nervioso.

—Nick Burkhardt.

—Monroe.

—Nos volveremos a ver.

 

 

 

 

El capitán Renard se encontraba almorzando en su restaurante favorito. Las noticias de Inglaterra aún seguían llegando, a pesar de los cinco años que habían pasado desde la masacre, (después de todo los Holmes eran la familia Grimm más prestigiosa del Reino Unido e incluso muchos se atrevían a decir que también del mundo, su fama no era para menos, ya que, sus miembros no sólo eran excelentes cazadores, eran verdaderos prodigios y genios en cualquier cosa que hicieran. Especialmente los de la rama principal).

 

Por eso, cuando sucedió el atentado, nadie pudo creer que un grupo de wesen pudiese haber matado a tantos Grimm; aquello había ocasionado demasiado revuelo y estuvo a punto de causar una guerra entre las familias reales y el consejo wesen, pero todo había llegado a feliz término, gracias a la astucia de Sherrinford Holmes, considerado el rey Grimm.

 

Pero en esos meses, los Holmes volvieron a estar en el ojo del huracán, todo gracias a Sherlock Holmes, el príncipe y hermano menor del monarca. Gracias a él, los responsables de la matanza habían sido detenidos y condenados a muerte.

 

 

 

Algo llamó la atención de Renard. En la entrada, se encontraba una joven mujer, estaba en silla de ruedas, junto a ella estaba un niño, ambos tenían algo que intrigaba a capitán, pero no tenía idea de lo que era. Cuando la pareja pasó a su lado, el infante se detuvo y le dedicó una sonrisa socarrona.

 

—Will, nuestra mesa espera —lo llamó Anastasia y el menor la siguió, dejando a un muy intrigado Renard.

 

 

Ambos Grimm se sentaron lejos del capitán, pero no lo suficiente para no verlo con cierto detalle.

 

—No esperaba ver a un miembro de la familia real austriaca en un lugar como este —comentó Anastasia con cierta seriedad.

—Supongo que el Grimm que vimos, está a sus órdenes —dijo William quitándole importancia al asunto. Lo cierto es que había intrigado al joven, después de todo, su clase no solía trabajar con wesen (salvo los Holmes), en especial con los blutbäder. Quizás sería prudente darle una visita.

 

….

 

 

A la mañana siguiente, Nick estaba en la comisaria trabajando en el papeleo de su último caso mientras le contaba a Hank lo sucedido la noche anterior.

 

—¿Dos chicos atacados por wesen? —el Grimm asintió con la cabeza.

—El niño realmente sabía pelear, estoy seguro que de no haber llegado, él los hubiese derrotado sin problemas —dijo Nick recargándose en el respaldo de su asiento —. No se sorprendieron cuando Monroe entró en woge.

—¿Grimms? —el más joven asintió con la cabeza, aún desconcertado por el encuentro.

 

No pasó mucho tiempo antes de que Wu se acercara a ellos, con él iba William, quien no tardó en analizar todo lo que le rodeaba —si bien sus habilidades deductivas aún no se podían comparar con las de su padre y mucho menos con las de sus tíos—, era lo suficientemente bueno para poder leer a los presentes.

 

 

—Gracias por todo, señor policía —dijo el joven Grimm con tono infantil e inocente. Wu asintió, sonriéndole antes de retirarse. William no necesitaba de mucho para saber su vida; soltero, a juzgar por los pequeños pelos en el uniforme, tenía un gato, vivía solo, quizás porque su trabajo le demandaba demasiado como para poder tener un romance o porque estaba enamorado de alguien que no le hacía caso.

—¿William, verdad? —preguntó Nick obteniendo un asentimiento del menor quien lo observa con atención. Detective, recientemente separado de su novia con la que vivió durante un par de años…   — ¿En qué puedo ayudarte?

—Quería hablarte del pequeño asunto de ayer… a solas —dijo mirando a Hank; 37 años, divorciado. No tiene suerte en el amor, pero es leal.

—Puedes hablar, él sabe sobre los Grimm y wesen —William levantó una de sus finas cejas.

—Gracias por habernos ayudado… aunque no era necesario. Habría logrado acabar con ellos en 1.23 minutos —hizo una pausa —. Pero debo decir que fue una sorpresa descubrir otro Grimm en este país. Realmente creí que las hermanas Kessler eran las únicas, fue una pena lo de Marie, ella me enseñó mucho.

—¿Conociste a mi tía? —preguntó Nick sin poder ocultar su sorpresa. William fingió que era una casualidad, pero los Holmes no dejan nada a la casualidad  o a la suerte; por supuesto que sabía que él era pariente de Marie. Tenían rasgos parecidos en la fisionomía del rostro y en ciertos gestos, no de herencia, más bien de esos que se adquieren con la convivencia, lo que le indicaba que el Grimm mayor había pasado gran parte de su vida viviendo con su tía.

—Tal vez podamos reunirnos e ir de caza —dijo Will sonriendo con tanta inocencia que era difícil creer que estuviese hablando de asesinar wesen —. ¿En dónde están mis modales? —dijo extendiendo su mano a Nick y posteriormente a Hank. —William Víctor Holmes, encantado de conocerlos.

—El placer es nuestro. Hank Griffin —respondió Hank. El menor le había agradado, especialmente con esa pose de “caballerito” que tenía; nunca fue muy fanático de los niños, pero ese joven Grimm simplemente te hechizaba, con esos ojos azul grisáceo que te observaban con una mezcla de inocencia y misterio.

—Espero que acepte mi invitación a tomar el té como agradecimiento por habernos ayudado —dijo Will mirando a Nick —, por supuesto, la invitación también es para su amigo Blutbad y para usted, señor Griffin.

 

William les extendió una tarjeta en donde estaba anotada su dirección, en otras circunstancias, jamás invitaría a extraños a su casa, pero tenía curiosidad sobre Nick  y como buen Holmes, pensaba llegar al final.

 

 

Continuará…

 

 

….

 

 

Bueno, es mi primer fic de Grimm y es la pre-secuela de mi fic de Sherlock llamado “Grimm”, espero les gustara y nos leemos en la siguiente.


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