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The puppet master por karcris

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Notas del capitulo:

Decidí tomarme un tiempo con mi otro fanfic The boring book, de verdad sentí que estaba escribiendo algo que yo no era...como si hubiera perdido mi toque personal y me sentí molesta...traumas mios...pero prometo que lo terminare.

Como recompensa les dejo éste oneshot

Inspirado en las canciones del albúm The puppet master de King Diamond.

Los personajes de gravitation son de Maki Murakami

THE PUPPET MASTER

“Haz lo que te diga, Obedéceme y no pienses en escaparte porque éste será tu hogar por siempre”

 

-Buenas tardes soy Shuichi Shindou y  les contare la historia del Puppet Master, soy  una marioneta y esta es la historia…de cómo yo me transformé en  una de ellas, Ahh hará que su sangre se congele y sus huesos tiemblen…

Desearía que el tiempo fuera más largo para poder contarles  sobre todo el sufrimiento y la miseria que vi en éste lugar a lo largo de los años. Aunque de verdad no sé cuánto tiempo llevo aquí, hace tiempo que dejé de contar las estaciones a través de cómo visten las persona.

Era una noche fría de navidad en  principios del siglo XVIII en Budapest, Hungría. Caían copos de nieve y el frío no daba tregua pero allí seguían ellos, esperando para ver las mejor función de sus vidas…las personas formaban largas filas para entrar a ver un espectáculo sin igual, las entradas estaban agotadas, el anfitrión de la noche sabía como agasajar al público para que siempre quisieran volver a verlo.

Era la primera vez que aparecía en ése lugar misterioso y mágico, mi amigo Hiro había pasado por mí diciéndome que su novio un americano un sujeto que se hacía llamar k, que tenía mucho dinero, le regaló los tan afamado tickets.

Nos sentamos en la tercera fila frente al escenario a esperar por el comienzo del espectáculo. Llámenme loco si quieren…pero lo presentía, presentía que algo en ese lugar estaba mal, el aire estaba denso, casi como si algo invisible buscara asfixiarte.

Rumores se corrían sobre el titiritero, que era un hombre fascinante, talentoso y exitoso. Se codeaba con la elite como un artista que vende sus obras.

 Decían que si mirabas a sus ojos verías un fuego tan intenso que caerías inevitablemente en un hechizo de pasión y lujuria…por supuesto que eran habladurías de todas esas mujeres que desean que el Puppet Master simplemente les diera una mirada.

Él viajaba por todo el mundo con su espectáculo al lado de una mujer…se decía que era su prometida, una joven castaña de ojos azules de expresión perdida. Se llamaba como luego supe muy bien Ayaka.

The puppet Master apareció  por el costado del escenario y recuerdo haber pensado “Oh, Dios…que creación tan seductora y atractiva” inconscientemente pude entender por qué esas mujeres estaban tan enloquecidas por él.

Sus labios eran finos e invitaban a besarlos, su rostro era frío y terminaban en forma de cristal, su pálida piel sin defecto alguno. Era como ver un ángel me era imposible despegar mis ojos de él. Nunca me sentí atraído hacía un hombre, pero aquel era algo de otro mundo…jamás en mi vida vi algo más hermoso que él.

A medida que subía la escalera con elegancia  el giró su mirada hacía mí, y puedo jurar que vi ese fuego del que hablaban, nuestras miradas se conectaron por unos tres segundos que parecieron eternos, temblé involuntariamente hasta que se paró sobre el escenario en la altura.

  El telón se abrió y dejó al descubierto a tres marionetas de tamaño humano que aparecieron en el escenario, eran tan grotescos como nunca nada vi en vida y sus ojos parecían brillar moviéndose entre la gente.

El primero en aparecer caminando en línea se parecía al titiritero, pero su cabello era azabache y sus ojos negros. El segundo en aparecer era uno de pelo verde y ojos azules y a Shuichi le daba la sensación que se parecía a sí mismo. El tercero en aparecer era una mujer de pelo azul-grisáceo y ojos oscuros.

Al verlos moverse a través del escenario  a través de unas finas cuerdas casi invisibles me asusté porque estaba seguro que eso era magia, pero yo no creo en la magia…pero juro que no había otra explicación posible para lo que veía, parecía…parecía piel humana lo que colgaba de la mano de uno de ellos que tocaba un tambor, creo que me miro ¿Estaba vivo? había un corte en una de sus manos, la sangre brotaba de una de sus manos.

Eso no podía ser real ¿por qué nadie hacía nada para detener ese morboso espectáculo? Miré a mi alrededor aterrorizado y todo el mundo miraba el escenario, niños y adultos aplaudían, reían asombrados…sentí como mi estómago se revolvía dentro mío.

“Oye Shu ¿Está bien?” Mi amigo preocupado, me sostuvo y no quise quedar como un idiota “sí, estoy bien” como iba a explicar la repulsión que me producía ese espectáculo.

El espectáculo finalizó luego de agónicos cuarenta minutos, el Puppet Master bajó las escaleras, mientras sus creaciones permanecían en el suelo, se acercó con elegancia sosteniendo la mano de su prometida para saludar al público dando incansables reverencias  con su sombrero de copa sosteniéndolo en su pecho y una sonrisa de gentileza en sus labios.

-El espectáculo ha llegado al final, espero que lo hayan disfrutado. Mis pequeños niños, Tatsuha, Ryuchi y Noriko, están muy felices de haberlos vistos a ustedes ésta noche con nosotros.

Se levantó recto y soltó la mano de Ayaka y dio dos aplausos que resonaron en toda la sala, mientras fijó nuevamente sus ojos en los míos, increíblemente las tres marionetas se levantaron del suelo dieron una reverencia al público sin que nadie se lo esperara  porque no había forma que sostuviera las cuerdas e inmediatamente el telón se cerró y desaparecieron del lugar sin dejar rastros.

 

Cuando salimos de ahí Hiro, mi amigo no creyó que lo vimos fue magia, es más comenzó a reír sobre lo que le había dicho. “Vámonos” giró y comenzó a caminar unos metros delante de mí. Pero estaba seguro que allí había algo más…algo malévolo entre las sombras que estaba observándonos desde la salida de emergencia del lugar.

Un repentino frío susurro llego a mis oídos algo que retumbó en mi cabeza, algo parecido a susurros ininteligibles comenzó a molestar, no entendía lo que decía y de verdad no me gustaba sentirlo. Miré hacía todos lados y lo último que pude escuchar  fue “Nunca olvidaré esta noche, hemos visto la magia en nuestro ojos mutuamente”.

Mis ojos vislumbraron en las sombras a una figura alta con una galera que me miraba con unos ojos refulgentes del más seductor dorado. Volví a mirar donde se suponía que mi amigo estaba y ya había desaparecido de vista…genial ahora no solo estaba asustado sino que debía volver solo, pensé eso Pero había algo mal…era imposible que mi amigo despareciera  así alrededor ya no había personas y mis ojos llegaban a ver a la distancia, era muy poco el tiempo que tuve de distracción como para perderlo de vista por un lugar tan abierto.

Debía volver al teatro, sabía que había algo que le decía que mi amigo estaba allí. Con el corazón palpitándome  en la cabeza, temeroso de que algo le pudiera haber ocurrido a mi amigo llegue a la parte de la salida de emergencia que era la única puerta que estaba entreabierta, al abrir se dejó ver frente a mis ojos una escalera que dirigía a algo que debía ser el camarín, aunque más parecía un sótano.

-Tengo que encontrarlo.- dije temblando en un hilillo de voz.

-¿Qué haces aquí?

Me sobresalté al escuchar su seductora voz detrás de mí, me miró con esos ojos como me imagino que la bruja de hansel y gretel los miraba antes de devorárselos. Sonreía algo burlón. Sentí  frío como un susurro, era una especie de fantasma a mi lado “Solo entrégate”, sacudí la  cabeza, no sabía si era un oscuro deseo o si era otra voz en mi cabeza.

Aún vestía su traje con el cual había hecho la presentación y su galera. Se dejó ver su brillante cabello rubio su piel blanca y su cuerpo bien formado. Se sacó el saco y lo colocó en el respaldo de una silla.

-E-estoy buscando a-a- un amigo.- Se volvió hacia mí y me miró de arriba abajo, se acercó y me tocó la mejilla y rozó la comisura de mi labio con su pulgar.

Sentí mi cuerpo enfermo, pero antes de perder por completo la batalla contra la sensatez, deseé que me hiciera suyo…no sabía por qué no había lógica pero me sentía caliente y no podía creerlo era frente a un hombre  y él solo sonreía.

-¿Crees en la magia?

-¿Qué?

-Se que crees en la magia.- Afiló más su mirada- Sé que crees que lo que viste esta noche es magia.

-Yo no creo en nada.

-¿Estás seguro?- Se paró adelante mío, y pude ver un brillo especial en su rostro.-Mira a tu alrededor.

Cuando giré pude ver a sus tres marionetas...y juro que ellas no estaban ahí, cuando entré. Tatsuha estaba sentado frente a Ryuchi y Noriko más lejos al fondo entre ellos dos.

-¿Cómo puedes decir esas cosas frente a mis niños?

Me acerqué hipnotizado hacía las marionetas...en especial a aquella que se llamaba Ryuchi, sus ojos me miraban y escuchaba un murmullo más fuerte cuando me acercaba a él. Ahora entendía mi incomodidad la piel de ellos era muy real...pero no eran simplemente pálidos...su palidez era como la de los cadáveres en las casas mortuorias. Pude escuchar solo una frase al acercarme y mirar directo a sus ojos azules, me dijo: quiero estar cerca de Tatsuha, pensé que estaba loco pero observé que sus ojos miraban con tristeza a la otra marioneta.

Me volví sorprendido hacia el "Master" y el pareció muy contrariado por mi rostro. Decidió acercarse y los murmullos inmediatamente cesaron frente a su cercanía...eso no estaba bien, así que decidí hacerme el desentendido.

-¿Qué ocurre?

-Nada...solo pensaba... si puedo mover a la marioneta para ponerla junto a la otra.

-¿Por qué?-Sonreí como si me pareciera lo más adorable del mundo lo que tenía en mi mente.

-Porque hacen una pareja maravillosa ¿No lo crees?

Me miró con un toque de  desconcierto y sospecha...fijó sus ojos en los míos,creí que trataba de entrar en mi mente y estoy seguro que lo intentaba en ese momento.

Vencido desistió con un suspiro.

-De acuerdo. Muévelo si quieres.

-¿Qué?..¿Yo solo?

-Es tu idea. -El tono utilizado fue tan burlón que me enojó...ahora tendría que mover esa figura que tenía mi misma estatura...me acerqué y cuando me preparé para alzarlo...sorprendentemente era mucho más ligero de lo que había creído que debía pesar. Era como alzar el peso de un maniquí de una tienda e increíblemente flexible. Me volví a mirarlo con los ojos abiertos.

-¿Pensabas que pesaban más?

Asentí un poco avergonzado y llevé al muñeco hasta que estuvieron juntos, lo senté al lado de Tasuha y entre nuevos murmullos escuché: Gracias, a lo cual sonreí...el aire era mucho menos denso que al principio.

-¿Y quieres hacer algo con Noriko?

Miré a la preciosa muñeca y decidí acercarme...tal vez escucharía más si me acercaba a mirar sus ojos, solo escuchó: frío...tengo frío..., al ver donde estaba supo entenderlo...era un lugar al fondo de la habitación donde la brisa entraba por un hueco que daba por la rendija de una ventana cerrada.

-Creo que la puedo mover para que esté cerca de ellos dos.

Así lo hice y escuché nuevamente una voz que decía "gracias" y luego volví a donde estaba el master, me senté cerca de él en una silla ya que estuvo todo el tiempo mirándome sentado en un sillón con curiosidad.

-Eres raro.

-¿Por qué?

-Nunca vi a nadie hacer cosas por mis marionetas y sonreírles mientras lo hace.

-El raro eres tú.

-¿Por qué?

-¿A quién se le ocurre tener ese tipo de marionetas?

-Ten cuidado con lo que dices. Ellos nos escuchan.-Me reí levemente por dicho comentario.

-Solo pensaba decir que me ponen la piel de gallina por lo real que parecen.

A esto el permaneció serio y silencioso, mirando a sus creaciones. Dios ése hombre era hermosísimo si se permite hablar así de un hombre cuando eres uno. Él me miró y frente a esa mirada intensa me sentí desfallecer...entonces escuché en mi cabeza.

-Bésame ahora.

Me acerqué a él y nos besamos. Eso sin dudas fue magia. No debía haber vuelto a entrar a ese lugar, era magia lo que se veía en su mirar, me envolvía. Su cuerpo estaba increíblemente frío no como el mío que estaba haciendo un contraste con la temperatura ambiente del lugar.

Miré de reojo  a sus niños como él los llamaba y ya no estaban, me sentí extraño pero no di importancia. Cuando el beso se cortó por falta de aire su voz me llamó la atención.

-¿Te molesta que lo hayamos hecho?

-¿Qué cosa?

-Besarnos.

-La verdad no...

-Puedo...¿volver a intentarlo?

-Por supuesto.

Me besó demandantemente, prácticamente e impulsivamente me tiré encima de él. La sangre del otro nos llamaba era una atracción irresistible y veía sus ojos brillar.

-La gema de Lucifer debe estar brillando en este momento. Te mostraré el camino hacia la eternidad, por esta escalera volveremos a encontrarnos. La esfera de cristal se romperá y le entregaremos a Belial un alma nueva.

No entendí una sola palabra de lo que cantaban en mi cabeza...por momentos era su voz y por otros un murmullo oscuro y gutural, la voz de una mujer y la voz de un hombre. En nuestro idioma y luego en otros...algunos en lengua antigua.

Ignoré toda lógica, solo me concentré en verlo cuando me alejó...Se desprendió de la ropa y hubo algo que me llamó la atención…llevaba tatuados unos símbolos parecían pentagramas invertidas en varias partes de su cuerpo, sobre el ombligo, en los hombros y su pectorales.

Fuera de todo lo que se podría pensar, el cómo se los hizo etc. Lo hacían más sexi a la vista. Esa noche él  me hizo suyo, en un gran sofá que había entre todas las cosas que había en ese lugar y por momentos sentí que mi cuerpo se movió por medio de una voluntad que no era mía. Pero aún no habíamos tenido suficiente el uno del otro.

Me levantó y me llevó a donde a una mesa con un espejo. Apoyé mis manos allí hizo que levantara el mentón  para que me vea por el espejo y tocaba mi trasero clavando las uñas mientras se hundía su hombría en mí.

Comenzó a dejarme marcas...estaba siendo un tanto brusco por ser mi primera vez pero no importaba, mi cuerpo se sentía raro y al tiempo ningún rastro de dolor quedaba, solo había placer.

-Siempre he deseado un cuerpo como el tuyo…tan cálido y lascivo.

-OHH Sí...métete más profundo.

-Mmm que bueno eres…ahh ¿Te gusta así?

-Sí..sí…no pares

 Grité, gemí, enloquecí debajo de él, mientras mi aliento salía en forma de vapor. Movía descontroladamente mis caderas, mientras apretaba mis pezones, mordía mi hombro y cuello. Su olor, el sudor de dos cuerpos que se entregaban a los más bajos deseos y en mi caso por primera vez, mi  cuerpo enloqueció… era hermoso lo que sentía debajo de él, podría haber perdido todo rastro de cordura y no me importaba sentir nada más.

Me abrazó con fuerza, me tocaba y me acariciaba, pasaba su mano sin dejar de moverlas sobre mi piel. Me llevó nuevamente al sofá y me recostó. Apoyó su cabeza en mi vientre y dejaba que yo lo acariciara su cabello a su vez a él.

-Así debe sentirse hacerlo con un Dios.

El sonrió ante mi comentario, lo puso de muy buen humor.

-Eres hermoso…perfecto…Quédate conmigo.

-Siempre- respondí- siempre.

Debí haber sospechado la verdad detrás de esas palabras. Dicho eso miré hacía la puerta que estaba entreabierta y puedo afirmar que vi a alguien alejarse. Cuando desperté a la mañana por el frío que sentía  él ya no estaba, el dolor persistía  en mi parte baja, supe que todo había sido real y me encontraba extrañamente feliz. Decidí dejarle una nota diciéndole que volvería.

Me dije que nunca olvidaría esa noche, vimos la magia más real en nuestros ojos y lo sentí en todo mi cuerpo. Él lleno de magia todo mi cuerpo.

Salí de allí y fui a ver a Hiro a su casa y me dijo que había estado buscándome toda la noche, le dije que yo lo había buscado a él y que seguramente nos desencontramos.

Al jueves siguiente volví al teatro, cada jueves daba su presentación y yo iba a verlo, al otro y al otro…nos transformamos en amantes aún sin saber nada el uno del otro más que el nombre…se llamaba Eiri Uesugui. Nos encontrábamos en la parte trasera del  teatro al finalizar su espectáculo, nos quedábamos un rato hablando sobre los muñecos, comencé a tenerles cariño y a entender lo que él sentía al estar con ellos.

Parecía un niño enorme y bonito, porque adoraba a sus creaciones, jamás me confesó cual era su secreto detrás de su espectáculo. Yo los cuidaba  y me acostumbré a escuchar esos murmullos estaba convencido que ellos me hablaban aunque no podía profundizar si era de verdad o no. Pero también descubrí que él era diferente cuando estábamos solo con "sus niños", era… a su forma, considerado y hasta amable.

Dejábamos descansar a las marionetas para ir a su habitación Solo estábamos nosotros y lo hacíamos hasta que mi cabeza se comenzaba a nublar hasta llegar al éxtasi para nuevamente despertar solo en la cama a la mañana siguiente.

Pasaron así siete meses, mantenía oculto a todos mi relación con Eiri ¿Se imaginan que podría haber pasado si se enteraban que salía con un hombre? El deshonor a mi familia…yo no era nadie pero mi madre, mi padre y mi hermana menor no hubieran visto bien que el hijo del comerciante de la ciudad fuera homosexual.

 

Una noche caminé hasta el teatro que quedaba a unos veinte minutos a pie desde mi casa, solo había recorrido tres cuadras cuando distingo a la distancia en un lugar desolado a la prometida de Eiri.

Durante todo el tiempo que estuve con Eiri ella caminaba alrededor nuestro sin dirigirme la palabra y Eiri mantenía un trato bastante hostil con ella, hasta que ella se alejaba de nosotros y nos "dejaba en paz" según las palabras del máster. Cuando le pregunté sobre ella me dijo que su padre había arreglado el compromiso pero que él no lo aceptaba...pero  eso no quitaba el hecho de que parecía que ella sí sentía algo por él y lo digo por las miradas de odio que me dirigía.

Escondido detrás  de un árbol miré…solo una la luz de la luna me mostró lo que vi ¿que tenía en su mano? ¿Tiene un cuchillo en la mano? el filo del cuchillo brilló cuando lo alzó ¿Qué hacía con eso allí? Me pregunté.

Cuando veo el bulto oscuro que había delante de ella, hizo un movimiento rápido dándole una puñalada a dicho bulto delante de ella. Me tapé la boca para que no escapara ningún grito de mi boca, no estaba seguro de qué era lo que estaba viendo. Con ese pensamiento me di valor para seguir mirando.

“tiempo de matar” cantaba tétricamente mientras cortaba carne. Decidí acercarme un poco más para entender lo que decía, sin hacer ruido y entonces la vi mejor y escuché.

“Que extraño ver como la vida se aleja. En la oscuridad la sangre es negra y no roja”

 

¡Era sangre…eso era sangre! Debía tener mucha fuerza como para hacer ello pensé…porque era un bulto grande al cual metió dentro de un saco y posteriormente arrastró hasta un auto y lo cargó en él.

Corrí velozmente, Eiri ¿Estaba en peligro? No, no podía dar lugar a ése pensamiento. Ella entró por la puerta de emergencia  arrastrando con dificultad el saco y la puerta quedó levemente abierta. Decidí seguirla así que bajé la escalera a escondidas por un pasillo hasta llegar a una habitación que jamás había visto, Ayaka sale de la habitación sin el saco y se fue por el pasillo.

La luna y yo hemos sido testigo de algo que podría llegar a ser un asesinato, me dije. La veo perderse por el pasillo, y decido entrar…ése lugar era en verdad una carnicería, quise gritar de verdad quise hacerlo, pero por suerte ningún ruido salió de mi garganta…cerca  de tres litros de sangre o más se encontraba regada en el suelo símbolos dibujadas con la misma en las paredes y suelo. El olor nauseabundo a putrefacción llegó a mi nariz.

-¡Veo que encontré una enorme rata!

Antes que pudiera girar sentí un golpe en mi cabeza y todo se volvió negro. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente. Abrí mis ojos esperando acostumbrarme a la oscuridad. Allí se encontraba ella, con su mirada vacía que ahora estaba cargada de odio con ojeras, su piel pálida, su ropa manchada de sangre y yo atado a una silla.

-No te basta revolcarte con mí prometido ¿No?

Recibí un golpe a puño cerrado por parte de esa mujer que rompió mis labios…no era normal, una mujer de su contextura no debería tener tanta fuerza. Me alzó por la ropa que vestía para que la mirara.

-No tienes idea por el infierno que pasé para estar al lado de Eiri, por tanto tiempo-Se podía distinguir rabia en su voz.-…para que llegaras tú y te dedique gestos y caricias que nunca me dio a mí. Pensé que se aburriría de ti hace tiempo.

Ella tapa mi boca con su mano  y por más que la muerdo no me suelta.

-No importa que tan alto grites, él no está en casa. ¿Tienes idea de cuántas personas hemos matado durante tanto tiempo? Caíste en nuestro mundo sin ser uno de nosotros. Estamos más allá del tiempo y de la humanidad. Él es la gema de la vida desde que descubrió el secreto de la misma. -Me miró fijamente- No eres especial, morirás y envejecerás. Yo no envejezco porque vendí mi alma a cambio de quedarme siempre junto a Eiri.

Allí caí en la cuenta que ella sola no mataba…sino que ambos lo hacían…ambos eran asesinos. Además que estaban locos...era imposible todo lo que decía ¿cierto?

-Siempre te dieron impresión nuestras marionetas ¿No es así? Eso es porque los hacemos de partes humanas.

Recuerdo que en aquel momento comencé a llorar desesperado ¿Me iban a convertir en uno de ellos? Ella sacó su mano de mi boca.

-Eiri dice que tú eres capaz de entender lo que las marionetas dicen. Yo digo...que solo lo finges para mantenerte cerca de él. Ya suficiente he tenido con que salga a satisfacerse en otros lugares y cuando llegue a nuestro hogar se encierre en el cuarto de marionetas...con esos pedazos de carne que necesitan sangre para moverse y cambiar regularmente las partes para que no se pudran…como para compartir el tiempo que queda contigo.

-¿El también vendió su alma?-La mire asustado ella parecía ahora más frustrada que enojada.- ¿A cambio de qué?

-A cambio de convertirse en un Dios, el Dios de la vida...pero el trato no fue cumplido tal como el quería que fuera, la única forma que consigue crear vida que lo obedezca es crearla a través de destruir otras vidas. Es un niño jugando a ser Dios.

Se giró para no mirar a Shuichi, mientras se tomaba del pelo fuertemente como si tratara de pensar.

-¿Qué diablos tienes tú que yo no tenga? Me das tanto asco te pareces tanto a esa maldita marioneta…estoy segura que por eso aún no se deshizo de ti porque te pareces a una de sus creaciones, tal vez la que más aprecia.

La maldita cínica le importaba más su relación con ese tipo que la cantidad de personas que habían matado.

-¿Sabes?- Habló hasta transformar su voz en un susurro.- Nosotros... somos inmortales.-Me sonrió con cara de psicópata.- Eres uno más de los tantos amantes que ha tenido durante los últimos 180 años  pero me sorprende que no se haya aburrido hace tiempo de ti, además eres un hombre.

Se gira lentamente a mirarme como si fuera en cámara lenta, la veo caminar hacia atrás mío, no la puedo ver pero..Sé lo que sigue…sé lo que hará…toma mi cabeza la gira hacia atrás con violencia y grito. La puerta se abre violentamente y entra el Master  alarmado para presenciar la escena  su ojos pasan a uno de profundo odio dirigido hacia Ayaka  que se sorprende pero no cede en su cometido...Hunde el cuchillo en mi cuello con saña siento hundiéndolo en mi carne, siento algo caliente que moja mi ropa.

-¡Shuichi!

-EI-RI…

Eso fue lo último que pude decir de forma agónica, mi garganta debía estar destrozada. No podía parar la sangre que brotaba, permanecía atado en la silla mientras lentamente comenzaba a tener espasmos y frio. No distinguía nada de lo que pasaba a mi alrededor, era como si una bomba hubiera explotado cerca y me tumbaran los oídos, veía borroso y sombras que se movían rápidamente…gritos y luego…nada.

 

Abro los ojos violentamente, pero no puedo moverme. Tengo demasiado frio y  me siento entumecido mientras miro el techo. No puedo moverme para nada debo estar nuevamente en el sótano y ahora puedo distinguir.

Huesos vestidos en carne humano, cuerpos colgados, símbolos en sangre. Tantas marionetas en todos lados. Oh… ahora recuerdo todo.

Lleno de esqueletos sentados en todos lados quiero que alguien me diga que este es un sueño, que es un sueño

Ojos dorados que me miran y reconozco en la oscuridad tan vivos y sin expresión, pero los ojos de los demás también permanecen vivos.

-A veces es molesto que te miren y no se callen ¿no es así?

Libros viejos, las luces de velas encendidas y yo estoy lo que distingo como un altar. Veo un liquido rojo la voz del maestro pronunciando apalabras antiguas en un lenguaje desconocido…me siento de verdad extraño

Escucho su voz dentro de mi cabeza, caigo en pánico y me muevo frenéticamente hasta tirar el líquido. Eso de verdad lo enfureció.

-¿Cómo te atreves a destruir mi trabajo?

Se volvió un demonio enloquecido, sentí  su furia contra mí, no era él…no era Eiri. Sus palabras me estaban dando la vida eterna, para él mi alma era de oro. Pero todo eso era doloroso, tomó una aguja  que clavaba en mis pupilas mientras decía:

“IN NOMINE DEI NOSTRI SATANAS, LUCIFERI EXCELS”

Repitió la frase muchas veces, hasta que parecía que había más personas dentro de él pronunciándolas. No sé cuantas horas llevó el ritual. Pero cuando dejó de decir las palabras antiguas…se calmó como si le hubiera llevando un esfuerzo sobrenatural.

-Tus ojos, te haremos renacer y ya no habrá más miedo.- Me acercó su brazo, en el cual pude ver un nuevo símbolo, que acercó a mi labio.-Solo bebe y podrás estar conmigo para siempre.

La magia me invade, comienzo a sentir su sangre recorrer mi cuerpo y las sensaciones sobre mi cuerpo se vuelven reales y dolorosas nuevamente, retira las agujas de mis ojos. Estoy en una camilla de hospital ya no en un altar…intento mirar mi cuerpo y distingo marcas con escalpelo un símbolo en mi antebrazo reciente y otro que parece llevar más tiempo en ¿Mi pecho? y una jarra de sangre, en la mesa de luz.

Siento que ya no soy yo…Adiós a toda mi vida. No es mi cuerpo...Ese no era mi cuerpo. El Master se acerca y me acaricia mi rostro.

-Poco a poco aprenderás a caminar de nuevo y a hablar.-Lo miré temiendo lo que podría llegar a decirme.- Dijiste que te quedarías siempre junto a mí.

Cuando me acercó un espejo para que me mirara, no podía creer lo que veía. Yo era…yo soy…yo, son mis ojos, pero…mi cuerpo era el de una mujer…yo era Ayaka. Vestía un hermoso vestido de encaje, que me hacía aparecer una muñeca de porcelana.

-Lamento que tuviera que ser el cuerpo de una mujer pero…Ayaka vendió su alma para quedarse siempre a mi lado, siempre joven…como yo, eso significa que es el único cuerpo que no puede deteriorarse, así, que no necesitas “mantenimiento” y aunque es una forma indirecta el trato de Ayaka  sigue vigente aunque no de la forma deseada por ella. Eres mi obra maestra y nuestras almas estarán unidas por la eternidad.

El poseyó nuevamente mi virginidad como mujer, Ayaka siempre se mantuvo así para él y el mundo nos ve juntos como si eso estuviera bien. Si miramos el lado “romántico” de todo esto algún día nos casaremos y tal vez pueda dar a luz a un hijo…si miramos el otro lado…el inevitable…soy un prisionero y me aterra que esa es la única verdad.

No creí nada de lo que me dijo pero conforme los años pasaron  pude hablar, algo que parecía que nunca ocurriría…aún manejo con dificultad el cuerpo que hizo para mí. Digo que lo hizo  porque el cuerpo de su prometida estaba destrozado y él lo “remendó”. Esto me hace llorar pero cada vez que intento huir su voz me llama y mi cuerpo vuelve hacía el.

Soy una muñeca maldita que no puede huir de su amo por más que quiera. Hago el trabajo que Ayaka alguna vez hizo…mato para conseguir cadáveres y sangre, para las marionetas, ellos son mis únicos amigos y me hablan por medio de sus ojos.

Pero cuando entra la noche en mi cuarto el Master es mi amante, lo quiero y él me quiere, nos entregamos de la forma más pura. Es como una droga, él es mi Dios y yo soy su mundo. Seguiré a su lado hasta que el fin de los tiempos lo decida, por más que mi voluntad ya no lo quiera. Pero quiero que me mire solo a mí y que vea la magia que me hace sentir…

veremos por siempre la magia en nuestros ojos.

 

Notas finales:

Seguiré con una serie de one-shots dedicadas a lo que me gusta..crimenes, misterio y terror...hace tiempo que no se lee algo de eso por este fandom.

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