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Entre dos Mundos por La_Oscura_Reina_Angel

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Notas del fanfic:

KNB no es de mi propiedad la historia si, esta historia tiene 10 capitulos y ya esta completita asi que subire un capitulo diario para asi terminarlo de publicar el 13 de abril ^^

Notas del capitulo:

Este fic participa en el reto de fic de kuroko no basket ~comunidad fujoshi~ ♥ de Facebook espero lo disfruten. Nota aclaratoria, el fic no es un AkaKuro lo digo por que con este primer capitulo puede dar esa imprecion ^^ 

Año 1640: 3 de octubre…. Castillo Akashi.

 

Lord Kuroko Tetsuya abrió los ojos lentamente. ¿Dónde Estaba? ¿Por qué se sentía tan mal? Se sentía como si le hubiesen dado una paliza literalmente, no había una sola parte de su cuerpo que no le doliera. De pronto recordó todo y abrió los ojos de golpe, con un sentimiento idéntico al terror.

 

Lord Tetsuya Kuroko estaba en él gran castillo de su familia pasando una tarde tan normal y aburrida como siempre en los amplios jardines del castillo Kuroko cuando de pronto un hombre se acerco por él camino empedrado del jardín, no presto mucha atención por un segundo pensó distraído que sería algún sirviente del enorme lugar. Pero antes de que él joven Lord pudiera decir una sola palabra vio con horror como él desconocida se arrojaba sobre él, quiso empujarlo hacer algo pero todo fue demasiado rápido, antes de darse cuenta sintió como los colmillos de él desconocido se clavaban en su cuello, dolía, dolía como nunca le había dolido nada en la vida, pensó que le arrancaban el pedazo de piel, que se lo trataban de comer, la sangre empapo todo el frente de su ornamentada y elegante camisa, trato de aferrarse a la conciencia, de empujar débilmente a aquel demonio desconocido, una voz en su subconsciente le gritaba que no se dejara llevar por la inconsciencia o seria su final, pero por más que trato de aferrarse a la conciencia la pérdida de sangre paso factura y las oscuras garras le arrastraron hacia el más profundo y negro sueño.

 

Salió de sus recuerdos mirando a su alrededor, estaba vivo, pero no tenía idea de donde estaba, no reconocía nada de lo que estaba a su alrededor.  Se levanto sentándose en la enorme cama de cuatro postes, se arrastro hasta la orilla de ella y puso sus pies en el suelo, la fina bata de seda resbalo hasta sus pies, alguien le había limpiado y cambiado poniéndole ropas de dormir. Se llevo una mano al cuello y sintió un vendaje en el, se lo arranco y pudo sentir las marcas de las hendiduras que le habían dejado los dientes de aquel extraño… bueno al menos dos marcas, dolía, no era un dolor insoportable pero si era molesto, suave y persistente.

 

Se puso los pequeños zapatos que estaban en el suelo junto a la cama y camino hasta la balconada de la habitación. El joven Lord se tuvo que agarrar con fuerza al barandal del balcón, con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. En vez de haber visto el bosque abundante y frondoso que rodeaba el castillo de su familia lo que vio fue un inmenso mar, hermoso y salvaje que rompía con bravío en la falda de la colina donde se levantaba el castillo donde él estaba o al menos el creía que estaba en un castillo se sentía lo bastante enorme como para que lo fuera. Pero la impresión de estar en un castillo no era lo que importaba lo que importaba era la horrible sensación de que fuera donde fuera que se encontraba estaba sumamente lejos de su hogar.

 

Lord Tetsuya tenía 25 años, era delgado, de corta estatura, su piel era pálida como la leche y sus ojos eran de color celeste, su cabello del mismo color que sus ojos le llegaba a la mitad de la espalda, libre, suave y sedoso. El joven se volteo y vio a él hombre de cabello rojo que le había atacado en el jardín de su castillo, ahí parado con toda tranquilidad, no era muy alto pero si un poco más que él, esbelto, de cabello rojo como la sangre y trenzado hasta media espalda, acompañado por unos intensos ojos bicolores, uno rojo el otro amarillo, que parecían resaltar en su piel de forma fascinante y también escalofriante.

 

-¿Quién es usted?

 

Pregunto él chico de piel pálida tratando de mostrar el orgullo de su posición y no el terror que sentía que le devoraba por dentro. 

 

-¿Asustado?-la voz del pelirrojo se escuchaba sarcástica al hacer la pregunta-Puedes llamarme Seijuuro Akashi.

 

-No estoy asustado- Mintió Kuroko automáticamente-señor Akahi...-Agrego tratando de parecer calmado y compuesto a pesar de la sensación de que esos ojos podían ver en su alma.

 

- Akashi no Akahi, pero de todos modos puedes llamarme Seijuuro…

 

-Seijuuro soy un Lord. Me llamo Lord Tetsuya Kuroko así que pronto mandaran a buscar por mí a cientos de persona. Si no quiere pasar un muy mal momento mejor déjeme ir.

 

Le advirtió él joven de piel pálida con más valor del que realmente sentía. Seijuuro que había estado en la entrada de pronto estaba al lado de Tetsuya ocasionando que este soltara un grito ahogado dado que ni siquiera le había visto moverse. 

 

-Lord Kuroko. No Lord Kuroko no… Tetsuya- sonrió Seijuuro, su sonrisa era odiosamente superior, Tetsuya quería corregirlo por su atrevimiento de llamarlo por su nombre pero no podía abrir la boca, él otro hombre poseía una belleza que le tenía hechizado… inmovilizado. –Estas muy lejos de tu hogar. Aquí nunca nadie te encontrara te lo aseguro-Tetsuya tuvo la absoluta certeza de que él otro tenía razón, el más profundo miedo que había sentido hasta ahora en su joven vida atenazo su corazón. Presa del miedo hizo un movimiento rápido… rápido y profundamente estúpido, empujo a Seijuuro… o bueno al menos lo intento, se lanzo en una carrera desesperada e inútil hacia las enormes puertas de madera de la habitación, pero apenas había dado unos pasos cuando se sintió agarrado por el cabello y lanzado hacia atrás con tanta fuerza que su cuerpo se deslizo varios metros por el suelo antes de dar contra la pared, el golpe le aturdió y antes de que pudiera reaccionar sintió él peso de él pelirrojo sobre si solo nanos segundos antes de sentir de nuevo el dolor desgarrador en su cuello, la blanca bata de seda se tiño del hermoso color de la sangre. Poco a poco una vez más sintió como sus ojos se volvían pesados y se iban a oscureciendo. Iba a morir, estaba vez iba a morir tenía la absoluta certeza de eso. El pecho le dolía, ante la succión de sangre a su corazón se le hacía más duro distribuir la poca que quedaba en su sistema, sentía que le costaba respirar, sentía la horrible sensación de cómo su vida era drenada por él hermoso demonio de ojos bicolor. El pelirrojo al fin le soltó, pero ni aun así Tetsuya pudo mover un dedo solo podía mirar desde su posición entre el suelo y la pared como él pelirrojo levantaba su mano y hacia un corte en su muñeca que empezó a gotear en el suelo mezclándose con su propia sangre.

 

-Tomad-le ordeno él pelirrojo acercándole la muñeca a la boca. Tetsuya trato de mover débilmente su cabeza negándose, ni siquiera tenía la fuerza para abrir la boca y decir no-Ya has sido suficientemente valiente por una noche muchacho, bebe y todo él sufrimiento acabara te lo prometo-le susurro él pelirrojo con voz dulce. Esa voz era tan dulce, parecía tan sincera y le dolía tanto, quería que dejara de doler, abrió con sus últimas fuerzas su boca y dejo que la sangre goteara dentro de ella. Sabía a vida, sabía aun mejor que la más deliciosa bebida que hubiese tomado en toda su vida, no existían palabras que pudieran describir esa sensación. Cerro su boca alrededor de él muñeca de Seijuuro y tomo la sangre que tan libremente se le ofrecía. La tomo con la desesperación de un infante mamando los senos de su nodriza.

 

-Ya pequeño es suficiente-la suave mano acariciaba sus cabellos, pero Tetsuya no quería parar no quería  dejar la fuente de ese delicioso Elixir-¡Basta!-Le ordeno con fuerza separándose de él joven Kuroko. En cuanto paro de tomar al serle arrebatada su fuente sintió un dolor aun más profundo que el que había sentido cuando Seijuuro le estaba desangrando, se retorció por el suelo, grito tan alto que los muertos seguramente se estremecieron, mientras su corazón se detenía. Horrible, intenso, doloroso y aun así no estaba cerca de describir como se sentía realmente.  Pero tan fuerte y repentino como comenzó así mismo acabo, las heridas que antes le había hecho Seijuuro sellaron solas, sintió él momento exacto en que su corazón se detuvo por completo… la transformación se había completado, ya no estaba vivo… pero tampoco estaba muerto, estaba atrapada entre dos mundos ahora… para siempre.

 


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