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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del fanfic:

Tras Star Trek: En la Oscuridad, película de la Paramount y perteneciente a la franquicia de Star Trek, creada por Gene Roddenberry (descanse en paz en las estrellas), he tomado a los personajes para contar esta historia donde continuan sus aventuras.

SPIRK. Kirk/Spock. Otros personajes de la franquicia Star Trek.

Temas: Universos alternativos, ciencia ficción, amor homosexual, erotismo.

Notas del capitulo:

CAPÍTULO REEDITADO.


Nace una historia de amor entre Spock y Kirk. O Re-Nace, según se mire.

T'hy'la



                                    Spock no halla el vínculo con Uhura a pesar de intentarlo repetidamente y eso le frustra. Por su parte Jim y Carol no funcionan como pareja; ella detesta la Federación, su aspecto militar y se burla continuamente de él llamándole “soldadito”.

    En una de sus misiones sobre la superficie de un planeta minero, Spock une su mente por casualidad con la de Jim... Y ahí está, sin esperarlo, el vínculo que llevaba años buscando con Nyota surge de pronto entre los dos hombres, envolviéndoles en un ardiente deseo que, por pudor, no llegan a consumar.

    Sin saber muy bien qué había sido aquello, Jim se pregunta qué va a pasar en adelante con su primer oficial. Ya nada podrá ser igual, no le ve del mismo modo porque ahora, cuando le tiene cerca, solamente puede soñar despierto con la piel desnuda del vulcano y sus labios rozándole por todo el cuerpo.

    Spock se vuelve más inaccesible que nunca, tanto para Jim como para Uhura, ocultándose tras su máscara de lógica y carencia de emoción. Ella acaba por darse cuenta de que algo importante ha ocurrido y le sonsaca en una calmada conversación para, finalmente, romper con él.
- Sé feliz con quien tu vínculo te une. Yo nunca podría darte eso y es muy importante para ti.

    Pero el vulcano se niega a que entre él y su capitán haya otra cosa que no sea amistad. Se niega a sí mismo aquello que más desea: completar el vínculo en una unión espiritual y carnal de por vida.

    Entre tanto Carol, cuya relación con Jim ya estaba muy deteriorada, se da cuenta de que ha quedado embarazada. Sin decirle nada a nadie sobre el asunto, se marcha del Enterprise a una misión científica en un alejado planeta. Allí podrá tener a su hijo, lejos de la Federación que tanto detesta y de la nefasta influencia del “soldadito”.


            Un día Jim recibe una llamada de auxilio del viejo Spock, el del otro Universo. Le necesita para que le ayude a traer a este mundo al otro Kirk, quien viaja sin saberlo entre ambas dimensiones en el lazo llamado Nexus.
    Jim se ausenta del Enterprise poniendo como excusa un compromiso con un pariente, deja a su primer oficial al mando y parte a reunirse con el otro Spock para ayudarle.
    Él no puede entrar al lazo sin correr el riesgo de quedar allí atrapado. Ha calculado el momento en el que el fenómeno rozará un gran asteroide desierto y allí le espera, junto a Jim, cuya misión es penetrar en la anomalía interdimensional y traer consigo al otro Kirk.
    No sin dificultades consigue convencerle para que le siga y logra así unir a ambos, los alternativos Kirk y Spock, al fin en un abrazo... ¡y un apasionado beso!

- ¿Sois amantes? - Prenguntó el capitán incrédulo.
- Jim es mi amigo, mi compañero, mi amante... - Respondió Spock sin soltar de sus brazos a su amado Kirk.
- El joven Spock y tú... ¿aún no habéis descubierto el vínculo que os convierte en uno sólo? - Le preguntó extrañado el almirante.

    Jim observó un tatuaje en su espalda desnuda, el dibujo de unos extraños caracteres en línea que terminaba sobre la nalga derecha partiendo de su zona lumbar.

- ¿Qué significa ese tatuaje? - Dijo lleno de curiosidad.
- T'hy'la! – Respondió en una sonrisa Spock mientras abrazaba y besaba a su, durante tanto tiempo, añorado amante.
- No me mostraste eso al unir tu mente a la mía cuando nos conocimos, Spock. - Jim parecía  enojado porque le hubiese ocultado semejante secreto.
- No debía hacerlo, tú y el otro Spock tenéis que recorrer vuestro propio camino. - El vulcano hablaba con calma, tratando de reponerse de la intensa emoción de tener de vuelta a Kirk. -  Es obvio que ambos universos son diferentes...
- Pero sí me dijiste que yo debía ser el capitán de la Enterprise, no él... y que descubriría que a Spock y a mí nos uniría una gran amistad... ¡Amistad! - Repitió la palabra con énfasis e ironía. Se sentía engañado por Spock.
- Mi planeta no fue destruido en mi Universo, el padre de Jim no murió antes de nacer él, y la historia con Khan fue muy diferente, créeme...  - Se dio cuenta de que Kirk tenía miles de preguntas que hacerle al respecto y le puso la mano sobre los labios aplazándolas para más tarde. - Puede que haya similitudes entre ambas realidades, pero no son la misma. No debería condicionarte la clase de relación que Jim y yo tenemos... Tú y Spock sois completamente distintos a nosotros.

        Jim, aturdido por todo aquello, dejó de inmediato el asteroide y se dirigió a la estación interplanetaria más cercana a esperar ser recogido por el Enterprise. Allí bebió, como era su costumbre, tanto para no pensar en sus problemas como para evitar tener el remordimiento de no hacerlo. Acabó despertando en un tugurio de mala muerte con resaca y desnudo junto a una humanoide de tres pechos cuyo nombre era incapaz de recordar. Se dio una ducha y al ir a ponerse el uniforme vio un tatuaje en la parte baja de su espalda que le alcanzaba hasta la nalga derecha: T'hy'la. Se había tatuado durante la borrachera aquella palabra en vulcano cuyo significado aún no alcanzaba a comprender. Maldito idiota, se dijo.
    Debía procurar que absolutamente nadie supiera de aquella estupidez. ¿En qué estaba pensando? Y la piel desnuda y sudorosa del vulcano frente a sus ojos acudió a su mente como única respuesta...


            Pasados unos días, Spock cedía a duras penas a mostrarse tras su muro vulcano de ausencia de emoción. Durante unos ejercicios en el gimnasio observó que el capitán luchaba más por mantener la camiseta en su sitio que por vencer a su rival, el señor Sulu en aquella ocasión. McCoy también se dio cuenta y una vez finalizada la lucha se acercó a Jim y sin previo aviso levantó su ropa para exclamar uno de sus “¿Qué diablos, Jim?” mientras él se ponía completamente colorado y trataba de salirse literalmente por la tangente.
- Como oficial médico jefe de esta nave debo tener conocimiento de cualquier cambio en el físico de cada miembro de la tripulación. Eso os incluye a ti y a tu nuevo dibujito... ¿se puede saber qué te has tatuado? - McCoy se reía tratando de ver lo que su amigo tenía en la espalda.
- Vale ya, Bones... - Protestó Jim revolviéndose y soltándose de sus manos. - ¡No va contra el reglamento, que yo sepa...! ¡Déjame en paz! ¿Quieres?
- Debo tomar nota, Jim... - Bromeó Bones, intentando agarrarle por el uniforme.

    El capitán notó que todos le observaban y su cara ya era un maldito tomate. Uhura se había acercado también y ahora se inclinaba para leer en su espalda...
- Es vulcano... T'HY'... no puedo ver el resto. - Dijo la teniente que por supuesto conocía la lengua.
    Jim se revolvió y se tapó el tatuaje.
- ¡Ni lo verás! - Gritó.

    Miró a Spock quien ahora también se había ruborizado. Lo supo por la inusual sombra verdosa que asomaba en sus mejillas vulcanas. Fantástico, pensó, ya lo sabe.

    Jim echó a correr hacia el corredor de su dormitorio, seguido de cerca por su primer oficial. Ambos habían dejado atrás a unos atónitos McCoy y Sulu y a una carcajeante Uhura que no dejaba de repetir entre risas “¿Con él, con él...?” Spock no había llegado a revelarle nunca con quién había sentido que podía alcanzar el vínculo. Ahora Uhura sabía la verdad, lo cual no dejaba de hacerle gracia.

    El capitán llegó jadeando a la puerta de su camarote y al entrar fue empujado por la  fuerte mano del vulcano que cerró detrás de sí.
- ¿Qué es esa marca que te has hecho? ¡Enséñamela...! - Spock nunca había exigido nada a su capitán, no desde que le reconoció el mando de la nave tras la desaparición de Vulcano.
- ¡Eh, el capitán soy yo! ¡Yo doy las órdenes...! - Gritó Jim haciendo valer su autoridad. - ¡Y mi orden es que salgas de mi habitación ahora mismo Spock!
    En lugar de obedecerle, como había hecho hasta el momento, se acercó con cautela mirándole con aquellos penetrantes ojos negros, ahora tan cerca que Jim sentía que se iba a desmayar por el deseo... su piel, su piel... sentía sin pensar.

    Spock le besó. Rotundo. En los labios. Sin darle la posibilidad de reaccionar. Al tiempo que le abrazaba y llevaba una de sus manos al tatuaje, la otra a la cara, hasta situar los dedos en la posición de fusión mental... Jim se daba perfecta cuenta de lo que le estaba haciendo, pero no quería ni podía oponerse a aquello que anhelaba con toda la fuerza de su acelerado corazón.

    Spock estableció el vínculo con él, en cuerpo y alma, unidos para siempre. Cuando le tuvo tumbado boca abajo sobre la cama y retiró los pantalones y la ropa interior, contempló el tatuaje en toda su plenitud. Pasando sus dedos por encima leyó en voz alta la palabra vulcana, para él sagrada, “T'hy'la...” y supo que nunca llamaría así a nadie más que a Jim.


Notas finales:

Continuará. Agradecería comentarios.


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