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Geheim por VampireDark

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Baekhyun despertó al escuchar algunos ruidos en la habitación, pero no abrió sus ojos debido al cansancio que aún se apoderaba de su cuerpo, por lo cual, cuando sintió un cuerpo acomodarse a su lado en la cama y una mano en su cadera, simplemente ronroneo con algo de molestia al ser despertado en aquel momento.

—Kai, maldición… solo un poco más… necesito descansar… —suspira al sentir como la mano se aleja de su cadera, esperando al fin poder dormir un poco más.

Sin embargo, este pensamiento se vio totalmente olvidado en su cabeza en el instante en que ambas manos volvieron a tomarlo de la cadera y le hicieron voltear quedando boca arriba en la cama.

Debido a esto, gruño abriendo sus ojos mientras estaba dispuesto a insultar a su mejor amigo, sin embargo, sus palabras se acallaron al observar la escena frente a él. Por supuesto, reconocía la habitación como aquella en la que solía quedarse cuando estaba en la casa de Kai, sin embargo, el hombre que estaba sobre él no era el moreno con el que se conocían desde que eran unos niños.

Chanyeol le observaba fijamente, sin ningún tipo de expresión en su mirada, mientras sus manos aún se encontraban aferradas a su cintura, haciendo que su respiración se detuviera por la intensa mirada que el otro le estaba ofreciendo.

—P-Park… ¿Qué mierd…? —sus palabras se vieron hábilmente calladas por los labios del mayor, los cuales rápidamente se apoderaron de los suyos, mientras sus manos acariciaban suavemente su cadera y pecho, desnudos ante su tacto.

No puede evitar que un jadeo suave salga de su boca, ahogándose en el intercambio que ambos estaban teniendo en esos momentos, su cuerpo simplemente respondía ansioso a cada una de las acciones del alto, el cual parecía disfrutar de explorar cada espacio a su alcance en el cuerpo del menor, encargándose incluso de empezar a quitarle aquel molesto pantalón de pijama, la cual era la única prenda que le cubría.

—Chan… —su cuerpo se estremece cuando una de esas grandes manos empieza a acariciar su miembro, no de manera delicada o dulce, sino con un tacto salvaje y ansioso, desesperado por obtener incluso más de él, y Baekhyun en ese momento había olvidado todo el enojo que sentía hacía el hombre, dispuesto a darle todo lo que este quisiera.

—Eso es… di mi nombre —gruño por lo bajo mientras empezó a pasear sus besos por el cuello del chico, empezando a bajar de forma lenta por su pecho, sin detener las caricias en su miembro—. Tienes prohibido mencionar cualquier otro maldito nombre mientras yo esté presente, mientras sea yo quien te haga sentir placer.

Fue en ese momento en que Baekhyun soltó un fuerte gemido al sentir como Chanyeol acercaba su boca a su miembro, sintiéndose ansioso porque lo probara de una maldita vez, paso una mano por su cabello de manera necesitada y le miro a los ojos, sintiendo aquella mirada profunda invadiéndole por completo.

Cuando menos se dio cuenta, aquella mirada era lo único que realmente podía captar, se perdió completamente en ella sintiendo la excitación invadirlo y hacerse más poderosa en su cuerpo. Y entonces, justo en aquel instante despertó.

Al principio le costó un poco captar en donde se encontraba o que era lo que había ocurrido realmente, su cuerpo se encontraba sudoroso y ansioso, el roce de la sabana sobre su cuerpo le estimulaba de una manera en que nunca se había sentido antes y su miembro se sentía a punto de estallar dentro de sus pantalones. Mientras, a su lado, Kai dormía plácidamente, completamente ajeno a la situación que estaba viviendo su mejor amigo.

—¡Maldita seas, Park! —gruñe bajo y pasa una de sus manos por su propio cabello, antes de levantarse molesto, jadeando al sentir el roce en su miembro, y luego gruñendo por la frustración mientras golpeaba uno de sus puños en la mesita a su lado—. Maldito y jodido hombre de mierda, ¿Por qué ahora te da por aparecer y atormentarme en mis jodidos sueños? Maldito hijo de…

—Baekhyun… —la voz adormilada de Kai le hizo guardar silencio mientras volteaba a mirarle con algo de duda, ya que no pensó que se despertara—. ¿Qué mierda ocurre? ¿Por qué estás haciendo tanto escandalo tan temprano? ¿Es qué no te quedo claro que si mamá te ve va a …?

El moreno vio interrumpidas sus palabras cuando el mayor se acercó en un rápido movimiento, besando sus labios y acariciando ansiosamente el cabello del menor, buscando atraerlo a su juego, mientras se colocaba en medio de sus piernas.

Y rápidamente Kai se dejó envolver en aquella situación que planteaba su mejor amigo, correspondiendo su beso y cerrando sus ojos, mientras acariciaba el cuerpo ajeno y lo dejaba caer recostado en la cama, colocándose sobre él mientras dejaba que sus miembros se rozaran.

Al parecer aquella manera de despertar de Baekhyun no sería tan frustrante como el adolescente lo había pensado en un primer momento.

 

 

 

 

 

Aquella mañana estaba siendo simplemente un completo caos en su vida, el sofá no era un adecuado compañero a la hora de tener un sueño reparador, tampoco era útil para permitirle pensar con claridad en todas las cosas que estaba experimentando en su vida en aquel momento.

Menos funcional aún, era el hecho de que Kyungsoo hubiese despertado aquel día de un humor peor que el anterior y le hubiese casi tirado del sofá para que juntos repararan aquel desastre que seguía siendo la sala y el resto de la casa; sin embargo, no le había hablado de absolutamente nada más, al parecer mantendría su palabra de no acercarse hasta que no tomara una clara decisión respecto a Baekhyun y sus acciones.

A pesar de esto, la decisión de Chanyeol seguía siendo la misma y se mantenía completamente claro en lo que quería, su hijo no se iría de la casa y mucho menos tendría cargos legales por la situación que estaban viviendo en aquel momento.

Y sabía que tal vez aquello no sería lo correcto, después de todo, tenía claro y de primera mano, debido a su trabajo, que cuando los padres eran demasiado permisivos en los momentos en que sus hijos cometían actos indebidos, estos podían llevar a que la situación fuera incluso peor y que cometieran actos incluso peores. Pero él, en el fondo, creía que la situación de Baekhyun sería más fácil de manejar si era él mismo quien tomaba las riendas correspondientes en el asunto.

Aunque conocía perfectamente las consecuencias que ocurrirían si seguía teniendo cerca a su hijo, pero por más que supiera que era lo correcto, él no tenía el valor para echarlo de su vida.

Suspiró pensando en ello y ya cansado de las malas miradas que Kyungsoo le dirigía, decidió encaminarse a la habitación de Baekhyun para encontrar la manera de tener una conversación mucho más civilizada, en la que lograra hacer entrar en razón a su hijo frente a las acciones que habían cometido y, por fin, llegar a un acuerdo en que el chico devolviera las cosas y pudieran ser una familia normal en todo el sentido que eso conllevaba.

Encontrarse con la habitación vacía una vez se encargo de quitar el seguro fue un completa sorpresa, pero más aún notar la ventana abierta y la, de hecho, anticuada manera en la que Baekhyun había logrado escapar.

Llego a sentirse incluso como un estúpido, ya que él debería haber incluso previsto un tipo de escape como ese, no había sido padre de familia antes de Baekhyun, pero maldición si él mismo no había escapado así de casa millones de veces, incluso era policía, debería prevenir y ver venir ese tipo de situaciones.

Sin embargo, lo que realmente llego a partirle el corazón y dejarle en una situación realmente compleja para si mismo, fue notar que la ropa y demás pertenencias de su hijo se habían ido junto con él.

Baekhyun había desaparecido nuevamente de su vida… lo había abandonado de la misma manera en que él lo había hecho años atrás.

Y fuera del hecho de que eso solo demostraba que, para su tristeza, Baekhyun si era el culpable de aquel robo, ya que alguien inocente jamás hubiese huido, también dejaba en claro que Baekhyun había tomado una decisión por él; al menos por ahora las cosas con su novio se calmarían y tal vez de paso, aquello sentimientos impertinentes que habían nacido alguna vez por su hijo desaparecerían nuevamente.

Después de todo, fue debido a que su pequeño hijo despertaba en él cosas que definitivamente no eran correctas y por las que muchas veces había tenido que recurrir a su completo autocontrol, que había decidido darse una oportunidad con Kyungsoo e irse de aquella vida que tenía antes, para siempre.

Había pensado, en aquel entonces, que la única manera de salvar a su hijo de él mismo había sido alejándose, y fue por eso que le dolió tanto reencontrarlo de aquella manera. Por supuesto, había logrado salvarlo del peligro que él representaba para Baekhyun, pero a cambio de eso, lo había hundido en otros peligros que a él mismo le aterraba si quiera pensar.

Y ahora, que de nuevo esos sentimientos estaban saliendo a la luz, podía excusarse en la estúpida idea de que su hijo ya no era un niño pequeño, que ya él no estaría dañándolo o incluso corrompiéndolo con sus sentimientos. Pero sin duda, no podía negar que eso no volvía correcto lo que sentía y menos aún lo que había hecho.

Por lo que olvidar esos sentimientos de nueva cuenta era sin duda la mejor cosa que podría hacer jamás, y era debido a eso que, la decisión de Baekhyun de alejarse, aunque dolorosa, le había parecido correcta. Al menos por ahora.

Y es que, una vez lograra que sus sentimientos se calmaran y pudiera encerrarlos de nuevo en aquella caja de hierro en la que habían estado por años, entonces, y solo entonces, correría a buscar a su hijo, y lo sacaría de aquel maldito infierno en el que no dudaba, el pequeño se metería o, probablemente ya se estaba metiendo.

Baekhyun solo tenía que esperar un poco más, muy poco, tener que valerse por un poco tiempo más por su cuenta antes de, definitivamente, poder encontrar la paz y el amor que solo una verdadera familia, un verdadero padre, con sentimientos puros y correctos podía ofrecerle.

Con estos pensamientos, limpio algunas lágrimas traviesas que habían logrado escapar de sus ojos por la sola idea de perder a su hijo de nuevo, y se encamino hacía Kyungsoo, agradeciendo mentalmente a Baekhyun por tomar la decisión que él jamás habría podido tomar solo.

—Él se ha ido… —dijo de forma tranquila, mirando fijamente al pequeño hombre frente a él, que le miraba con duda por las palabras que el mayor estaba pronunciando—. Baekhyun, se ha ido, no nos molestara más.

La sonrisa que se coloco en el rostro de Kyungsoo inevitablemente hizo que su estomago se revolviera un poco, a veces no entendía las razones del más bajito, como era posible que sonriera ante aquello que, sabía, a él le provocaba un dolor inexplicable.

Pero, a veces, tampoco entendía sus propias reacciones frente al chico que era su pareja, aquella con la que había soñado desde que era bastante joven, y aquella en la que había visto reflejado lo que había querido que Baekhyun, su hijo, fuera en un futuro.

Y es que si, aquel pequeño que ahora le abrazaba con emoción por las palabras que había pronunciado, era prácticamente el hombre perfecto ante sus ojos, su deseo de vida. Entonces… ¿Por qué a veces sentía tan incorrecto el estar a su lado? O peor aún ¿Por qué en momentos como ese llegaba a sentir asco de todo lo que su querido hombre representaba?

Realmente no tenía respuesta a aquellas interrogantes, pero tampoco quería tenerlas. Tal vez porque de alguna manera sabía que la respuesta que se encontraría al final de aquella molesta niebla de preguntas tenía que ver con su hijo y aquellos molestos sentimientos que tenía hacía él.

Tal vez Kyungsoo tenía razón y la raíz de todos sus problemas era nadie menos que Baekhyun. Y ese solo pensamiento hizo que sintiera asco de sí mismo.

 

 

 

 

 

Andaba viendo la televisión bastante frustrado, se sentía como un completo idiota por haber dejado que las cosas ocurrieran de aquella manera y ahora solo quería insultar a cuanta persona apareciera en su camino.

Por eso la decisión más sabía había sido quedarse en casa, con una bolsa de hielo en su cabeza e ignorando los mensajes que aquella estúpida profesora de Kínder Garden no dejaba de enviarle diciéndole lo horrible persona que era por haberle dejado con aquella cuenta la noche anterior.

Suspiro con fuerza y volvió a cambiar el canal sin prestar verdaderamente atención a lo que estaba ocurriendo en la pantalla, mientras en su mente solo podría procesar las mil maneras en las que podría matar al imbécil de Baekhyun, y como realmente disfrutaría de aquello.

Cuando despertó la noche anterior, lo único que pudo entender en un primer momento es que estaba tirado en el sucio suelo de un callejón, completamente solo, mientras un ruido algo fuerte pero relajante le permitía a su mente no estresarse demasiado en su, aún, estupor inicial.

Lo segundo que su mente logro captar, fue el horrible frio que estaba sintiendo y como su ropa pesaba el doble mientras intentaba levantarse, por supuesto esta estaba empapada, y fue allí cuando noto que aquel ruido provenía de la lluvia que estaba cayendo justo encima suyo, causando evidentemente sus sensaciones anteriores.

Y fue cuando estuvo de pie, y que sintió el fuerte mareo inundar sus sentidos, que capto que el agua que corría por su rostro y que se encontraba en el suelo donde había estado momentos antes estaba manchada de rojo. Esto, junto al dolor de cabeza y su mano igualmente manchada cuando llevo su mano al lugar afectado, fue lo que le permitió recordar por completo, aquello que había ocurrido aquella noche.

Frustrado, llevo su mirada a su muñeca buscando saber cuanto tiempo había pasado desde que su encuentro con el idiota de Byun se había visto interrumpido, solo para darse cuenta de que su fino reloj Piaget Altiplano Skeleton había desaparecido.

Maldijo por lo bajo y empezó a buscar su celular dentro de sus bolsillos, notando que tanto este como su dinero habían desaparecido de la misma manera, junto a las preciadas llaves de su auto. Observo como ultima esperanza a su alrededor, observando todo el frio suelo sin encontrar nada, frustrándose aún más.

Al final, había tenido que caminar desde el lugar hasta su casa, bastante mareado por los golpes junto a la pérdida de sangre y con el enojo llenando cada uno de sus poros, mientras el cansancio se acumulaba a cada nuevo kilómetro recorrido.

No se sintió más contento al entrar en su departamento, siendo observado con ojos curiosos por el encargado de la vigilancia, quien inteligentemente guardo silencio y le permitió el paso sin dejar de observarle hasta que se perdió completamente de su vista.

Y una vez en el lugar, había simplemente tirado aquella ropa que tenía puesta a cualquier lugar de la casa mientras se daba un baño que le permitiera a su cuerpo relajarse y eliminar cualquier exceso de suciedad y sangre que pudiera tener, en especial en su herida ya cerrada, pero aún en extremo dolorosa.

Cuando ya estuvo listo, opto por ponerse un pantalón de pijama cómodo y sentarse en su sofá a maldecir a los cuatro vientos a su maldito alumno, mientras configuraba el celular de repuesto que mantenía en casa al ser un hombre extremadamente precavido.

Con toda esa frustración la mañana había pasado rápidamente mientras no podía dejar de maldecir a cualquier persona que cruzara por su mente en ese momento.

Es por ello que no duda en insultar al señor Lee, aquel anciano que se encargaba de cuidar el edificio en el que vivía, cuando el timbre de su hogar sonó anunciando visitas. Se suponía que, si pagaba por un servicio de vigilancia, era exclusivamente para que no cualquier persona pudiera llegar a su departamento. Y que él fuera el primero en enterarse si tenía una jodida visita.

¿Para qué otra mierda pagaría la maldita seguridad que se supone produce un maldito servicio de departamentos?

Y si tal vez estaba exagerando un poco, pero en aquel momento lo único que deseaba era desahogar con alguien toda la frustración que sentía, y su pobre victima sería el idiota que se había atrevido a ir a interrumpirle en la comodidad de su perfecto hogar.

En tres zancadas largas, había logrado llegar de la comodidad de su sofá a la molesta puerta que, de nuevo, dejaba escuchar el molesto sonido del timbre; cosa por lo cual, simplemente abrió la puerta encargándose de colocar su mejor cara de odio a la humanidad, la cual se vio interrumpida por una mueca de asombro al notar quien se encontraba en ese momento en la puerta de su casa.

 

 

 

 

 

Oh Sehun no era precisamente un hombre con grandes ocupaciones, había terminado sus estudios hace poco y tenia un trabajo estable como instructor de danza en una escuela pequeña, pero que poco a poco estaba creciendo, teniendo un poco de renombre por los alrededores, debido a algunos concursos que habían logrado ganar.

Su vida era feliz, había logrado independizarse a temprana edad, con la ayuda de ese fantástico trabajo, y pagar sus estudios sin mayores problemas. Y ahora que ese molesto gasto había sido eliminado, no podía estar más que contento por todo lo que la plata parecía sobrarle en aquel momento.

Era un hombre tranquilo, y por ello había buscado para vivir un barrio que se adaptara a esa sencilla necesidad de paz que hacía parte de su día a día. Y en aquellos tres años, esa tranquilidad no se había visto perturbada, a excepción de los dramas y exageraciones de la señora Kim sobre su hijo y sus amistades.

Y podía aceptar que era una exageración ya que conocía a JongIn, no podía decir que eran amigos o personas cercanas, pero si había tenido la posibilidad de convivir con él antes debido a la academia de música.

Todos los años, la academia tenía la costumbre de realizar la “Dance Week”, semana en la que todas las personas que quisieran podían recibir clases gratuitas, todo con el fin de que más personas se terminaran uniendo a ellos.

Fue así como termino conociendo a JongIn, el chico tenía una capacidad única para el baile que poco había visto en cualquiera de sus alumnos o compañeros de clases, además que su pasión hacía pensar a Sehun que cualquier cosa que el menor se propusiera lo lograría sin ningún inconveniente.

Lastimosamente, el chico no parecía interesado en tomar clases más allá de la semana que se le permitía en la academia, cosa que no parecía acorde a la emoción que le veía en aquellos momentos en que el moreno podía pisar la escuela, o cuando veía desde la ventana de su habitación como el menor, poniendo música a todo volumen se dedicaba a practicar complejas coreografías.

Y no es que Sehun le espiara o algo similar, solo había adquirido cierta curiosidad por aquel vecino de junto, que parecía tan interesante y misterioso a la vez, tan interesado en la música, pero tan resistente a seguir sus sueños.

Y fue debido a este interés, que se entero del verdadero problema, la verdadera razón por la que el chico se resistía tanto a iniciar clases de baile. Su madre. Al parecer la mujer no solo creía que sus amigos llevarían a la perdición a su hijo, sino que además el baile también parecía estar en la lista negra de la mujer.

Lo supo al momento de hablar con ella acerca del increíble talento de su hijo, y recibir respuestas como “el baile es cosa de mujeres, los hombres que se respeten como tal no deberían hacer ese tipo de cosas”; o incluso el bien conocido “mi hijo debe dedicarse a algo que realmente le permita salir adelante, no a sueños de niña que lo lleven a andar pidiendo monedas en la calle”.

Y si, fue ahí cuando supo que la única verdadera “perdición” que podría tener aquel chico era su propia madre, pero por supuesto, él no era quién para meterse en la vida de sus vecinos, menos en el de una mujer que al parecer creía que cualquier cosa llevaría a su hijo a vivir debajo de un puente.

Y es por la actitud demente de la mujer y los conocimientos que ya tenía de la familia, que no le extraño aquel día ser despertado por los gritos y peleas de la casa de al lado, que parecían en aquel día más extremas de lo que nunca hubiese podido presenciar.

No se tomó la molestia de ocultar su curiosidad y, al igual que el resto de los vecinos, salió por la ventana dispuesto a observar que era lo que estaba ocurriendo.

La señora Kim parecía desesperada, peleaba con aquel chico bajito que siempre se la pasaba con el moreno, mientras lo sacaba a empujones de su casa, recibiendo gritos dentro de la casa que sabía que pertenecían al menor, el cual no tardo en aparecer en la escena para defender a su amigo.

Los gritos eran confusos, rodeados de una gran cantidad de “estas arruinando tú vida”, “estás dañando a mi hijo”, “no puedo creer que nunca note esto” y otro poco de gran “Tengo derecho a hacer lo que quiera con mi vida” y “No puedes obligarme a abandonar a su suerte a alguien que me importa”.

La escena incluso hubiese podido ser graciosa, de no ser porque la mujer no dudo en dar una fuerte cachetada a su hijo, haciendo que toda la escena quedara en silencio por algunos instantes, antes de que el chico más bajo, se interpusiera entre ambos y diera un fuerte empujón a la mujer, alejándola de JongIn, quien aun parecía sorprendido por lo ocurrido.

Luego de ello la mujer se puso aún más histérica, cerro la puerta en la cara a ambos chicos y repentinamente, desde la ventana del segundo piso, la ropa empezó a volar, cayendo a la calle donde ambos miraban impresionados la escena, junto con el resto de los vecinos que se encontraban casi en las mismas condiciones.

La mujer estaba echando a su hijo de casa, mientras todos veían la escena e incluso algunos grababan divertidos, eso y el dolor en el rostro de ambos chicos le hizo sentir una lástima increíble que le obligo a ponerse algo de ropa decente y bajar para ayudar a los jóvenes con todo el desastre que la señora Kim había causado.

Al bajar logro notar algunas lagrimas en el rostro de JongIn, mientras su amigo ayudaba recogiendo la ropa que ahora se encontraba esparcida por toda la calle, por lo que él simplemente le brindo una sonrisa de apoyó y ayudo al otro a recoger la ropa, mientras le daba una mirada sería a todos los que se atrevían a observar, haciendo que rápidamente todos se disiparan.

JongIn se mantuvo todo el tiempo paralizado, observando fijamente hacía la ventana, ahora cerrada, donde su madre había botado todas sus pertenencias y solo pudo suspirar, mientras el más bajo iba a abrazar a su amigo, dándole algunas palabras de apoyo al oído, limpiando suavemente algunas de sus lágrimas.

Y él simplemente no sabía que hacer en ese momento, nada de lo que había vivido en su vida hasta el momento le había preparado para algo como eso, dos adolescentes habían sido dejados sin hogar frente a sus narices, por una mujer claramente con problemas bastante graves de entendimiento sobre que significaba que su hijo no acabara en malas situaciones.

Suspiro con fuerza y simplemente se acerco a los chicos con un montón de ropa ajena en sus brazos, sonriéndoles de manera conciliadora una vez ambos le miran fijamente.

—¿Tienen donde ir en este momento? —fue lo único que se le ocurrió preguntar en aquella situación y, al ver como ambos se miran antes de que JongIn negara observándolo suspira y hace una seña hacía su casa—. Sigan… preparare algo de desayuno, en lo que deciden o piensan en algo que puedan hacer.

Siguió hacía su casa, viendo como ambos jóvenes se quedaban discutiendo algo en el mismo lugar donde los había dejado, antes de que el moreno jalara al contrario hacía la casa. Él podía entender las dudas del más bajo, pero el hecho de que su vecino confiara en él de aquella manera le hizo sonreír.

Y ahora solo tenía que saber en qué lio se estaba metiendo al llevar a ambos adolescentes a su casa.

 

 

 

 

 

Kai no pudo hacer más que maldecir cuando la puerta de su cuarto se había abierto de golpe, y el grito de su madre había llenado toda la habitación. Se separo rápidamente de Baekhyun, el cual gruño por lo bajo antes de levantarse sobre sus codos para observar a la mujer que los miraba horrorizada.

Por suerte para ellos, no habían podido llegar muy lejos, antes de que la mujer los descubriera, o eso se abría convertido en algo realmente vergonzoso para ambos.

Aunque, al parecer, bastante contraria a los pensamientos de su hijo, la mujer estaba horrorizada, miraba a ambos como si fueran alguna especie de animal peligroso que se encontraba en su hogar, y que al más mínimo movimiento podría atacar hasta desollarla por completo.

Si esa mirada entre horror, molestia y asco fue lo que hizo que Kai se levantara de golpe, con su erección ya completamente desaparecida mientras iba tras la mujer que salió de la habitación como si su vida dependiera de ello.

Cuando la mujer se detuvo en la sala él intento acercarse de manera tranquila, tomando suavemente su hombro, intentando darle un tiempo a la mujer para que procesara lo que acababa de ver, y se maldijo internamente, ya que podía jurar que había cerrado la puerta con seguro la noche anterior.

—Mamá… debes tranquilizarte… necesitamos hablar, por favor —lo que el moreno recibió como respuesta de su madre fue un manotazo que hizo que su mano fuera alejada de su hombro, mientras la mujer le devolvía su mirada, esta vez siento la ira el sentimiento que predominaba en sus facciones.

—Sabía que ese chico te estaba destruyendo, sabía que era una maldita mala influencia, pero nunca imagine que fuera para tanto… nunca imagine que estuviera haciendo semejante cosa contigo…

—Mamá… no seas ridícula… Baek y yo no estábamos haciendo absolutamente nada malo, no puedes actuar como si nos hubieses visto asesinar a alguien en mi propia habitación…

—Que me castigue dios y todo su poder si no hubiese referido semejante cosa, aquello que vi es una aberración, ¡Preferiría que fueras un maldito asesino!

—Con todo respeto, señora Kim… esta actuando como una completa mierda al decir eso —Baekhyun, con su maleta en mano, no pudo evitar interponerse al notar la mirada dolida de Kai por las palabras de su madre.

Y fue entonces cuando las cosas se salieron de control.

Kai apenas pudo notar como su madre se acercó rápidamente hasta su amigo empezando a empujarlo fuera de la casa, mientras este intentaba defenderse de algunos golpes que la mujer lanzaba completamente fuera de sí.

—¡Tú, maldición! No se en que momento tuve la desgracia de dejarte entrar a mi casa. ¡Estás dañando a mi hijo! ¡Arruinaste su vida! ¡Lo único que deberías hacer es morirte y dejarnos en paz!

Y Kai no pudo evitar salir corriendo detrás de ellos, interponiéndose entre ambos para intentar calmar las cosas, importándole poco que todos los malditos vecinos estuvieran pendientes de la escena.

—Maldición, mamá… para de una vez. Estás montando una maldita escena…

—¡Cállate, JongIn! ¿A caso no te das cuenta qué estas arruinando tu vida? Es que… no puedo creer que nunca me diera cuenta de esto… ustedes dos se han burlado de mi en mi cara todo este tiempo… —niega varias veces, y Kai solo podía pensar en lo histérica que la mujer se veía en aquel momento—. Se acabo, mañana mismo iras a un psicólogo, por ahora solo manda a ese niño a la calle de una vez, si lo alejas de tu vida para siempre entonces tal vez perdone semejante cosa tan horrible que has hecho.

—Maldición… no puedes obligarme a abandonarlo a su suerte, mucho menos puedes controlar mi vida como se te de la gana… ¡Ya estoy cansado de esto! ¡solo déjame en paz! —guardo silencio, y quedo completamente petrificado en el instante en que su madre le dio un fuerte golpe en su mejilla.

A penas fue consiente de lo que ocurrió después de ello, Baekhyun empujo a la mujer, mientras decía algunas cosas en voz baja que, por como conocía a su amigo, seguramente no eran para nada agradables.

Y entonces su madre entro a la casa, dejándolos solos por unos pocos instantes, antes de que el menor pudiera notar que una lluvia de su propia ropa estaba cayendo sobre ellos, antes de ver como la mujer cerraba la ventana y con ello le dejaba claro que no era bienvenido de nuevo.

Antes de poder captar siquiera lo que estaba ocurriendo, una tercera persona se unió a la escena y ayudo a Baekhyun a recoger sus pertenencias, mientras él simplemente se encontraba sin poder moverse de su lugar, esto al menos, hasta que sintió los brazos de su amigo rodearle. Y entonces supo que sin importar que ellos estarían bien, porque estaban juntos.

Él hombre que les había ayudado no era un completo desconocido para él, lo había conocido por las clases de baile que daba en una academia cercana, y claro, porque era el vecino impertinente que solía espiarle mientras bailaba pensando que el moreno no lo notaba.

Sehun, como era el nombre del sujeto lo invito a su casa, y él accedió convenciendo rápidamente a Baekhyun, necesitaba pensar con claridad, y era un hecho que a la vista de todos sus vecinos no podría tomar una decisión. Quería ayudar a Baekhyun, y tal vez para ello necesitaría esa pequeña ayuda extra que el mayor les estaba ofreciendo en ese momento.

Por suerte Sehun no hizo demasiadas preguntas, simplemente les preparo el desayuno y se mantuvo observándolo más de lo que hubiese considerado pertinente de cualquier otra persona, pero decidió darle una pequeña sonrisa de regreso, ya que el hombre realmente estaba ayudándolos en aquel momento.

—Gracias por la comida… pero no dejo de preguntarme. ¿Qué es lo que va a querer a cambio de ayudarnos? —quien decidió romper el silencio al final fue Baekhyun, cosa que definitivamente no le extrañaba, ya que el chico tenía una alta facilidad de desconfianza ante las personas, más aún después de lo que acababan de vivir, de seguro.

Pero por extraño que pareciera Sehun mostro una pequeña sonrisa casi imperceptible, no aprecia burlona, tampoco como si se sintiera ofendido o hubiese sido descubierto, simplemente era una sonrisa, aunque efímera, que lucía sincera.

—No necesito ganar nada para ayudar a mis vecinos… menos en situaciones como estas… —suspira suavemente y luego su mirada queda clavada nuevamente en el moreno, mirándole con algo de tristeza—. Perdóname que te lo diga, pero tu madre esta loca… Nadie en su sano juicio hace semejante escena en la calle y menos contra su hijo.

—Bueno… no venimos de familias precisamente normales —la voz de Baekhyun fue la que contesto las palabras del contrario, ya que Kai no parecía en la capacidad de contestar algo al respecto, todo era demasiado extraño y doloroso aún—. En fin, gracias por la comida, pero mi amigo y yo debemos buscar donde quedarnos, además debo recuperar algo que me pertenece antes de hacer una pequeña visita. Y ya que no creo conveniente hacer todo eso con ropa y maleta en mano, debemos apresurarnos.

Kai inmediatamente capto el doble sentido en las acciones y palabras del más bajo, Baekhyun era por naturaleza un chico reservado que no solía soltar mucha información de sus acciones, menos a desconocidos, al menos claro que de alguna manera eso le conviniera, como en ese instante. Kai maldijo mentalmente a su amigo y se dispuso a intervenir en ese momento. Pero Sehun le gano la palabra.

—Yo… tengo un cuarto extra… si es lo que quieren pueden quedarse el tiempo que necesiten… o al menos dejar sus pertenencias aquí en lo que hacen todo eso que dicen en este momento —al darse cuenta de que sus palabras podían ser malinterpretadas se sonrojo un poco y negó varias veces intentando arreglar sus lo que había dicho—. No soy un desconocido para JongIn, tampoco soy un pervertido o algún tipo de ladrón, solo… bueno, me gustaría poder ser de ayuda eso es todo.

El moreno siente la mirada significativa que le lanza el más bajo, y cuando lo mira nota la sonrisa burlona en los labios de este y jura que apenas tenga la oportunidad va a golpearlo por ser un jodido enano impertinente.

—Eso suena genial… realmente nos resultaría bastante útil un lugar para quedarnos, así como también un poco de din…

—En verdad gracias por todo, instructor Oh —interrumpe a su amigo antes de que termine su estúpida oración y hace una pequeña reverencia suspirando con fuerza—. No creo que sea necesario quedarnos, sin embargo, creo que por ahora si dejaremos nuestras cosas aquí, al menos hasta la noche.

La nueva sonrisa en el rostro de Sehun le hizo que no dudara en corresponder de regreso, aunque la suya se apago con la risa ahogada que Baekhyun lanzo, lo cual le hizo negar de nueva cuenta.

—Por ahora tenemos cosas que hacer… vendremos por nuestras pertenencias en la noche. Muchas gracias.

Y con estas últimas palabras, tomo a Baekhyun del brazo y lo obligo a salir de la casa antes de hacer él mismo una ultima reverencia y salir del lugar, mientras a risa de burla se escuchaba de los labios de Byun, mientras se dirigían a la casa de los Park.

 

 

 

 

 

—Por favor… es demasiado evidente que le gustas… yo de ti aprovecharía más esa situación, podría sernos el idiota útil del año —Baekhyun no podía evitar burlarse, más al ver las muecas de disgusto que su amigo hacía por sus palabras.

—Deja de ser un idiota, Byun… es enserio… no todas las personas son peones en tu juego —suspira con molestia y se detiene a unas pocas cuadras de la casa de los Park—. ¿Estás seguro de que no hay nadie en el lugar?

—Hasta donde se no dan permisos en el trabajo porque robaran tu casa, siendo así justo estamos en la hora perfecta donde ambo se encuentran en turno —sabía que Kai estaba intentando cambiar el tema, sin embargo, aquello en ese momento era más importante que burlarse de su amigo.

—Entonces ve de una vez y saca la maldita moto, no tenemos ni un maldito minuto que perder…

Y Baekhyun no pudo evitar sonreír de medio lado, aunque esta sonrisa no alcanzo sus ojos y rápidamente se vio opacada. Por lo que simplemente se encamino a la casa y entro con la llave que por suerte no había dejado el día anterior.

Como sospechaba la casa estaba completamente sola, pero eso no evito que algunos recuerdos llegaran a su mente, como el beso impertinente que Chanyeol le había dado días atrás, cosa que, de otra manera, trajo el recuerdo de aquel sueño que había tenido esa mañana.

Baekhyun simplemente gruño con fuerza antes de negar intentando alejar aquellos molestos pensamientos de su cabeza y se dirigió al garaje, sacando su moto del lugar con rapidez. Una vez ya se encontraban afuera, volvió a la casa para lanzar las llaves a una de las mesas como prueba a si mismo de que nunca más volvería a ese lugar.

Promesa que se hizo cuando salió y subió a su moto, encaminándose junto a Kai hacía la casa de Wu Yi Fan para acabar con ese jodido circo de una vez por todas.

Se encargaría de vengarse de ese enano de mierda, y luego simplemente desaparecería para siempre de la vida de esas personas. Ya que lo único que deseaba era un nuevo comienzo, uno donde en verdad pudiera encontrar algo de paz.


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