Chanyeol aún se encontraba algo atónito por lo que estaba pasando, incluso se asomaba algunas veces, de manera disimulada, a la puerta de la cocina, únicamente para asegurarse que Baekhyun siguiera allí.
Era increíble la manera en que la vida le daba vuelta a las circunstancias, la noche anterior había sido un terrible encuentro para ambos: policías, drogas, golpes e insultos; definitivamente esa no era la mejor manera de reencontrarse con su hijo. Sin embargo, ahora se encontraban dispuestos a convivir bajo el mismo techo, con Baekhyun viendo algo de televisión, mientras él servía dos porciones de comida, casi como si fueran una familia normal.
Tomo los dos platos y los llevo a la sala, intentando parecer tranquilo mientras le tendía uno al menor, quien hasta ese momento retiro la mirada de la pantalla para prestar atención al mayor, que le sonreirá con notable nerviosismo. Y aquello fue suficiente para hacer sonreír a Baekhyun, con diversión.
—¿Quieres algo de tomar? —La voz de Chanyeol salió temblorosa y Baekhyun decidió que quería jugar un poco—. Puedo ofrecerte jugo, gaseosa, ag…
—Una cerveza —dijo el menor sin despegar la sonrisa de su rostro.
—¿Disculpa?
—Quiero una cerveza, Park. ¿Podrías traerme una?
—En esta casa no se consume alcohol —la sonrisa del más alto había desaparecido por completo y un semblante bastante sombrío se apodero de sus facciones—. Pero eso ya deberías saberlo.
—No esperaba que su amante fuera tan aburrido como usted —la sonrisa nunca desapareció del rostro del menor, pero la tensión que estaba empezando a llenar el ambiente lo obligo a parar con su diversión—. Entonces… lo que sea está bien, la verdad no me importa.
El menor vio como Chanyeol tomo una respiración profunda, probablemente intentando tranquilizarse, antes de dirigirse a la cocina nuevamente. Y, de algún modo, el haberlo hecho recordar aquellas épocas no le pareció tan divertido. Después de todo, aquella época tampoco resultaba grata para él.
Chanyeol al poco rato ingreso a la habitación con dos vasos de jugo, mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa sincera, y Baekhyun llego a cuestionarse la salud mental del sujeto que tenía enfrente. Después de todo, la gran virtud de Baekhyun solía ser el alejar a las personas con sus actitudes y palabras, pero Chanyeol, al contrario de lo que esperaba, parecía estar cada vez más apegado a él.
—No te entiendo —esas palabras descolocaron totalmente a Chanyeol, no solo porque no sabía a que se estaba refiriendo el menor. Además, era la manera en que su hijo se había dirigido a él, tan informal, tan lleno de cariño.
—¿Qué es lo que no entiendes, Baekhyun? —inconscientemente el mayor se acerco un poco más al sofá en el que se encontraba el menor, generando un pequeño roce en sus rodillas.
Y ese pequeño toque fue suficiente para despertar al bajito, quien se exalto por la cercanía que el mayor tenía con él, por lo que, casi en acto reflejo, se levanto ágilmente, chocando contra Chanyeol, generando que su plato de comida cayera al suelo y que el contenido de los vasos fuera a dar directo sobre su camisa.
A pesar de esto, Chanyeol no retrocedió ni un solo paso, simplemente observo como Baekhyun perdía el equilibrio debido al choque y, antes de permitir que el menor fuera a parar al suelo, lo agarro con uno de sus brazos, abrazándolo y acercándolo un poco más a su cuerpo.
Baekhyun no pudo evitar enrojecer al ver lo cerca que se encontraba del mayor, pero, a pesar de lo vergonzosa que podría resultar la situación, no hizo ningún amago de alejarse. Y mientras tanto, casi en algún tipo de trance, sus miradas se trabaron la una con la otra, incapaces de hacer algún tipo de movimiento.
Sin embargo, toda la situación se vio rota en el instante en que el tono de llamada del menor inundo la estancia, ambos se alejaron rápidamente, como si el tacto del otro quemara. No sabían que decir, no sabían cómo actuar después de lo que había ocurrido. Pero, como el adulto responsable que era, fue Chanyeol quien decidió romper el silencio.
—Ve al piso de arriba, dúchate antes de que termines enfermando. Yo me encargo de arreglar este desastre.
Y Baekhyun decidió dejar pasar el hecho de que Chanyeol le había dado una orden, simplemente corrió lo más rápido que pudo hasta el piso de arriba, mientras Chanyeol lo observaba, con mil dudas cruzándose por su mente.
A Chanyeol siempre le habían gustado los hombres jóvenes, eso no era una novedad, el mismo Kyungsoo era la prueba de ello. Sin embargo, aquella sensación y aquellos pensamientos que cruzaron por su mente al tener a Baekhyun tan cerca no podían ser normales… Y él lo sabía, no podía permitirse caer en eso de nuevo.
Decidió que debía dejar el tema de lado al momento de observar aquel desastre que había a su alrededor, si Kyung llegaba y encontraba aquello seguramente Chanyeol tendría que dormir en el patio. Sonrió, inevitablemente sonrió al recordar las estúpidas peleas que había tenido con el pelinegro y como, inevitablemente, él era el que acababa en las peores condiciones.
Empezó a recoger el desastre, mientras en su mente cruzaba la idea de cómo sería la convivencia entre aquellos dos. Estaba casi completamente seguro de que Kyung estaría contento de tener a Baekhyun cerca, incluso, ellos dos podrían llegar a ser la familia que Baekhyun necesitaba, la que siempre necesito y nunca pudo tener.
Esa última idea hizo que su sonrisa se iluminara aún más, no pudo evitar pensar en lo hermosos que se verían ellos dos conviviendo en un ambiente de paz y alegría. Y mientras esto pasaba por su mente, escucho el ruido proveniente de la puerta de la entrada, justo detrás suyo.
Su mente era un absoluto caos en aquel momento, la cercanía con Chanyeol le había producido más cosas de las que cualquiera pudiese imaginar. Y, aunque odiara aceptarlo, había quedado totalmente atrapado en aquella mirada que el mayor le ofreció en aquel momento.
Un suspiro, resignado, salió de sus labios y se permitió caer, sentándose en el suelo de aquel baño, mientras su teléfono volvía a sonar. Observo el remitente y, con un dolor casi insoportable, cancelo la llamada apagando después el celular. Lo último que quería en ese momento era hablar con Kai, aunque lo necesitara con el alma casi de un modo desgarrador.
Después de un rato más, en el que se encargo de colocar su mente totalmente en blanco, se levanto y quito aquella camisa húmeda que cubría su cuerpo, dejándola botada en cualquier lugar del baño, sin prestar verdadera atención. Cuando iba a deshacerse del resto de su ropa fue que capto, había dejado su maleta en la sala, y en ella todas sus pertenencias.
No pudo evitar bufar molesto, no quería ver al mayor en ese instante, no hasta aclarar su mente respecto a lo que había ocurrido. Pero bueno, tampoco podía quedarse encerrado en el baño y sin camisa todo el día ¿Verdad?
Suspirando, de nuevo, se dirigió a la planta baja de la casa en un sigilo casi imperceptible, tal vez así Chanyeol no le vería en lo que subía algo de ropa. Sin embargo, su calma desapareció al momento de que vio aquellas dos figuras en la sala. El Dr. Do y Park hablaban tranquilamente, no había un abrazo, no había un beso, pero por algún motivo Baekhyun sintió que no quería verlos en aquella armonía.
De algún modo, la mente de Baekhyun trabajaba más rápido de lo que su cuerpo podía reaccionar, miles de ideas pasaban por su mente, mientras escuchaba la tranquila conversación. Y no pudo evitar sonreír en el momento en que aquella idea paso por su cabeza, tal vez arriesgada, pero sin duda perfecta si quería arruinarle el día al doctorcito.
—Pero aún no me has contestado ¿Qué haces despierto a estas horas?
—¿P-Papá?
Ambos hombres lo miraron y Baekhyun tuvo que reprimirse para no sonreír al ver la expresión de impacto y confusión que tenía el más bajo. En definitiva, vivir en aquella casa le iba a asegurar diversión prácticamente diaria.
—¿Qué… qué carajos hace este chico aquí? ¡¿Y sin camisa?! —Kyungsoo estaba confuso, no sabía lo que estaba ocurriendo y podía distinguir perfectamente la mirada maliciosa que el menor le estaba dedicando ¿Qué significaba todo aquello?
Baekhyun fingió impresionarse por la presencia del otro e inmediatamente corrió hacia Chanyeol, abrazándolo por la espalda, como si quisiera cubrirse de la mirada ajena. Eso sí, no perdió la oportunidad para restregar su cuerpo un poco más de lo necesario contra el cuerpo del mayor, cosa que para nada paso desapercibida por Kyungsoo.
—L-lo, lo siento… Yo… No quería interrumpir… —oculto su rostro en la espalda del mayor, el cual sonrió con ternura a ver los gestos de evidente vergüenza que el menor estaba teniendo y, evitando que los movimientos de Baekhyun provocaran otros pensamientos que ya se había prometido borrar.
—Chanyeol…
—Kyung… él es mi hijo, Baekhyun…
—¡¿Y se puede saber que hace medio desnudo dando vueltas por mi casa?! —Kyungsoo sabía que necesitaba tranquilizarse, pero su interior se encontraba verdaderamente en llamas. ¿No se suponía que ya se había deshecho de ese mocoso?
—Dr. Do, lo siento. Yo… Solo quería darme una ducha, pero mis pertenencias se quedaron acá abajo. No esperaba encontrármelo en este estado…
—¿Y por qué acá? —Escruto ya un poco más tranquilo, era evidente la actuación del menor y, si él quería ganar, debería empezar a actuar también—. ¿Por qué no simplemente se daba una ducha en su propia casa? Por favor Chanyeol, ni siquiera ha amanecido. El muchacho debería estar durmiendo, no haciendo visita.
—Menos mal que lo mencionas —Chanyeol no sabía cómo abordar el tema, pero la tensión del ambiente era tan palpable, que suponía que debía acabar con el tema lo más pronto posible—. Baekhyun se quedara a vivir aquí… por algún tiempo…
—¿Cuánto es por algún tiempo? —su ceño estaba volviendo a fruncirse, más aún cuando pudo observar la sonrisa de medio lado que le menor le estaba dedicando, prácticamente a escondidas del mayor.
—¿Cuál es tu problema, Kyungsoo? —Y Chanyeol estaba empezando a desesperarse, en vedad le estaba molestando la actitud que estaba tomando su pareja.
—Solo quiero saber, Chan —intento aligerar el ambiente, sin darse cuenta le estaba dando todas las ventajas y posibilidades de ganar al menor. Algo que no podía permitirse.
—Al menos dos años —ambos jóvenes miraron al mayor con los ojos absolutamente abiertos, Kyungsoo debido a la humillación que estaba sintiendo en aquel instante. Baekhyun… Baekhyun simplemente se encontraba totalmente sorprendido, ¿Dos años? Eso era demasiado tiempo…
—Chan…
—Es mi hijo, Kyungsoo. Y tiene derecho a quedarse en mi casa todo el tiempo que requiera —fue un ultimátum, ambos lo sabían por lo que ninguno se atrevió a mencionar una sola palabra más—. Vamos Baekhyun, te mostrare cual va a ser tu habitación.
Y Baekhyun sonrió, sonrió con sinceridad y con prepotencia, porque efectivamente las cosas habían salido como él las había deseado. Además, no llevaba más de unas pocas horas en aquella casa y ya le estaba haciendo la vida cuadritos a aquel que había decidido seleccionarlo como enemigo.
Dio una última mirada cargada de superioridad al pelinegro, antes de seguir al mayor quien no había volteado a dedicar ni una minúscula mirada al que se suponía era el amor de su vida.
—¿Qué carajos fue lo que paso allá abajo, Baekhyun? —Chanyeol le miraba confundido, sin poder entender completamente que era lo que acaba de pasar.
—No entiendo a que se refiere, Park —Baekhyun respondió de manera tranquila, mientras, aún sin camiseta, se acostaba en la que era su nueva cama.
—Precisamente es a eso a lo que me refiero —el mayor no estaba para juegos, la actitud que había tomado Kyungsoo lo tenía molesto y no iba a dejar que su hijo le fastidiara el día aún más—. ¡¿Papá?! Ni siquiera de niño me llamabas de esa manera y menos ahora que lo único que sabes decir es “Park” ¿Qué te traes entre manos?
Baekhyun levanto su torso de la superficie, quedando sentado mientras miraba fijamente al mayor, sin realizar ningún tipo de expresión en su rostro. Honestamente, no consideraba al mayor tan idiota como para no darse cuenta del cambio de actitud repentino, sin embargo, y con el proceso de “reconciliación” en el que se encontraban, tampoco esperaba que lo enfrentara al respecto.
—Responde algo, maldita sea. ¡Lo que sea!
—No esperaba que se enojara porque lo llamara de esa manera. No se preocupe, no volverá a pasar —el menor no sabía cómo reaccionar, por lo que prefirió ponerse a la defensiva.
—Baekhyun… —Chanyeol gruño frustrado, la actitud del otro solo estaba haciéndole enojar más—. Honestamente, no tengo muchas ganas de aguantarme tus jueguitos en este momento.
—No tiene que aguantarlos —la paciencia de Baekhyun también estaba desapareciendo, él no estaba acostumbrado a dar explicaciones y no empezaría a hacerlo ahora. No cambiaría su actitud por un idiota que se las quería dar de buen padre—. La puerta está abierta para que se retire, y no olvide cerrarla apenas salga, Park.
—No se le olvide a quien pertenece esta casa, Byun —y al mayor la poco le importaba las consecuencias que sus palabras pudieran tener, simplemente no podía creer lo inmaduros que estaban siendo las dos personas que a él más le importaban—. Puedo estar en donde quiera, cuando quiera y tú no tienes el derecho a sacarme de acá.
—¡Esto no se trata de a quien pertenezca esta casa! —la voz de Baekhyun salió un poco más chillona de lo normal y, solo en ese momento, Chanyeol se dio cuenta de que su hijo estaba a punto de llorar—. Simplemente, desaparezca. Váyase con su novio, que de seguro debe estar enojado. Vaya y conténtelo antes de que sea demasiado tarde y lo termine perdiendo.
Y por fin, después de tantos gritos y discusiones, algo pareció hacer click en el cerebro del mayor. Su cuerpo se tranquilizo casi inconscientemente, mientras su mirada, una combinación entre ternura y arrepentimiento, se encontraba fija en el menor. Tal vez, había encontrado la grieta de la barrera, aquella por la que podría definitivamente terminar por acercarse a su hijo.
Baekhyun vio como el mayor se acercaba a paso decidido hacia donde se encontraba y, antes de que pudiese reaccionar ya se encontraba siendo abrazado por el mayor. Se revolvió varias veces, intentando quitárselo de encima, mientras sus lágrimas empezaban a jugar en su contra, saliendo sin permiso.
Chanyeol por su parte, lo único que hizo fue aumentar la fuerza del agarre para que el menor no escapara de sus brazos y, al final, pudo sentir como los brazos del contrario, quien segundo antes lo intentaba apartar, ahora agarraban con fuerza su playera, mientras escondía su rostro en su pecho, casi buscando protección, como un niño pequeño.
Así se mantuvieron por algunos minutos, mientras el menor descargaba todo aquello que llevaba en su interior, y el mayor solo le consentía, acariciando sus cabellos con ternura, demostrándole al otro que se encontraba a su lado, que estaba con él y que nunca más le volvería a abandonar.
—No te entiendo —Baekhyun volvió a repetir aquellas mismas palabras, una vez ya se hubo tranquilizado, aún sin despegarse del cuerpo de su mayor—. Tú no me querías, tú me abandonaste… No entiendo porqué esta a mi lado en este momento. ¿No debería estar con su novio?
Chanyeol lo escuchaba en silencio, sus caricias nunca se detuvieron, aunque se volvieron más leves en algunos momentos. Se sentía la peor persona del mundo, por su mente pasaban todas las cosas que, imaginaba, su hijo debió pasar en su ausencia. Evidentemente era un cobarde y, de seguro, el peor padre del mundo, pero estaba dispuesto a remediarlo, por su hijo y por él mismo.
—Nunca vuelvas a decir semejante estupidez, Baekkie —escuchar aquel apodo, después de tantos años, genero en el corazón de Baekhyun una paz inesperada, de algún modo lo necesitaba—. Siempre fuiste la persona más importante de mi vida, por su supuesto que te ame, te amo y te amare por siempre. En mi pasado cometí demasiados errores… pero estoy dispuesto a remediarlos todos.
—Pero… su amante… —el menor estuvo dispuesto a contarle todo… el encuentro en el hospital, la conversación en la cafetería, todo, pero Chanyeol lo interrumpió antes de que pudiera continuar y, el menor, agradeció internamente por ello.
—No hablemos de él en este momento, pequeño. Lo que importa ahora es que estamos juntos, lo que importa es que no pienso dejarte…
Y Baekhyun se permitió abrazar al mayor una vez más, se permitió de nuevo sentir aquel calor que no sentía desde que era un niño. Se permitió todo ello, antes de volver a encerrarse en su coraza, porque, aún no podía confiar completamente en Chanyeol y, porque de muchas maneras, aún deseaba una venganza. Pero podía olvidarse de todo ello, al menos, por ese momento.
Kyungsoo no fue capaz de quedarse a observar el espectáculo, una vez que vio a los otros dos partir hacía el segundo piso decidió salir a despejarse un poco. Necesitaba tranquilizarse.
Aún no podía creer lo que estaba ocurriendo, no había alcanzado a decirle al menor que debía alejarse de ellos y ahora lo tenía viviendo bajo su mismo techo… ¿Acaso eso se estaba volviendo una especie de guerra? ¿Algún tipo de venganza por haberle quitado a su padre?
Con estos pensamientos en mente el pelinegro no había podido evitar maldecirse. ¿Había sido su culpa? ¿Le había dado al mocoso las armas necesarias para darle la puñalada? Kyungsoo ni siquiera dudaba de que todo fuese su culpa, estaba seguro de que había cometido un error y, ahora se encargaría de hacer lo posible para solucionarlo.
Porque Do Kyungsoo jamás se daba por vencido. Y así como se había jurado alejar a aquel mocoso de sus vidas, así mismo se estaba jurando que lo sacaría de su casa y esta vez si se encargaría de hacerlo bien, no cometería ningún tipo de error.
Se sentó en las bancas de un parque cercano justo en el instante en que el sol comenzaba a apoderarse del firmamento. Observo al cielo por unos instantes intentando tranquilizarse, se auto convencía de que una batalla perdida no significaba el fin de la guerra. Y, entonces una idea cruzo por su cabeza.
Saco su celular y empezó a revisar los contactos uno por uno hasta dar con el que quería. Se lo pensó un último momento… ¿En verdad quería llamarle? ¿En verdad quería involucrarlo a él en todo esto?
La mente de Kyungsoo era un completo lio, pero sabía perfectamente que no existía forma en que pudiera contra Baekhyun solo y, tampoco quería esperar demasiado tiempo antes de quitárselo de encima. Entre más rápido pudiese eliminarlo de su vida mejor…
Y, con ese pensamiento en mente oprimió el botón marcado, espero tranquilamente los timbres, después de todo era demasiado temprano. Y así, por fin, del otro lado del teléfono escucho la voz que le contestaba.