Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

X-Carly-Victorius por minima

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

3.- En alguna o en ninguna parte

-Spencer, despierta-

-Nuuu cinco minutitos más por fa-

-Spencer-

-Mmmpff-

-¡Spencer!-

-¿He? ¿Qué? ¡Yo no fui!-

-Por fin, no sé cómo puedes dormir tan bien en este lugar-

Habían caminado toda la tarde de ayer y no habían llegado a nada cercano a la cavilación, ni si quiera una carretera o camino de tierra, solo bosque y más bosque, al oscurecer aun perdidos y muy cansados se decidió acampar hasta que el sol volviera a salir, para su poca buena fortuna encontraron varios tipos de nueces y apaciguaron un poco su hambre, no tanto la de Sam que siguió quejándose por la poca comida que habían podido encontrar hasta que se quedó dormida.

Para alejar a los animales salvajes y calentarlos en la fresca noche habían creado una fogata con la cosa que habían encontrado en la nave que parecía un láser, acordaron no volverlo a dejar cerca de Gibby, él fue el primero en intentar encender la fogata con él y casi le había volado el pie a Spencer.

La noche no fue la más cómoda o tranquila para la mayoría de ellos, los ruidos de cosas desconocidas en medio del bosque, el frio, el sonido del viento haciendo crujir las hojas y las ramas de los arboles alrededor, la tierra fría bajo ellos llena de piedritas e insectos molestos que a unos cuantos llegaron a picar más que otros, Gibby fue el más perjudicado por no traer camisa y al parecer la comida para gato atrae a mosquitos y hormigas o lo que sea que insectos atrae el aroma de la comida para gatos como para picar la piel y dejarla llena de ronchas.

-Hay no, tenía la leve esperanza que todo había sido un mal sueño- Spencer miro a su alrededor sintiéndose decepcionado, realmente había tenido esa esperanza de que todo lo que había sucedido no había sido real.

-No eres el único- Gibby se quejó mientras no paraba de rascarse son innumerables ronchas en su abdomen.

-¡Por Dios Gibby te vez horrible!-

-Arg y se siente horrible-

-¿Y Sam y Freddie?- pregunto Spens recordando que no en eran solo ellos tres en esta situación.

-Aquí- dijo la voz de la rubia mejor amiga de su hermana, quien se encontraba sentada sobre un tronco comiendo un buen puñado de bayas y moras.

-¿De dónde sacaste esas moras?-

-De por ahí-

-¡Sam eso puede ser peligroso! Pueden ser venenosas- le regaño su amiga siempre tratando de ser la voz de la razón que a veces a su amiga le fallaba.

-No te preocupes, les di unas cuantas a Gibby y Freddie antes de comer una, para ver si realmente eran venenosas, las ronchas de Gibby son por los insectos antes de que se les ocurra que son venenosas- dijo despreocupadamente la rubia mientras seguía comiendo su desayuno.

Por un momento los hermanos Shay miraron entre reproche y sorpresa las acciones de Sam, eso había sido peligroso de su parte, bien los otros dos adolescentes hubieran terminado con diarrea como mínimo si esas bayas hubieran resultado toxicas para los humanos.

-¿Y… hay más?-

-Sep, Freddie fue por más-

-Al menos ya tenemos desayuno-

*+*+*

Dicen que hombre precavido vale por dos, si esto aplicara a una mujer tal vez podríamos decir que vale como un ejército, o al menos es lo que alguien podría decir con la sra. Benson que había preparado maletas llenas de suministros durante toda la noche que abarcaban desde los primeros auxilios a una pistola eléctrica aturdidora, e incluso muy a pesar que se dijo a si misma que ya no iba a usarlo, su kit de floretes heredados por su padre, los cuales había guardado bajo llave tratando de olvidar la obsesión de la familia con el arte de la espada. La sra. Benson había pensado en los peores escenarios posibles para su amado hijo perdido mientras se preparaba para empezar la búsqueda de este después de enfrentarse a ese par de absurdos e incompetentes policías que casi le habían causado una aneurisma con su notable ineptitud, en un último intento pensando en encontrar ayuda en alguna institución del gobierno aparte de los policías había tratado de contactar a los militares, a la guardia nacional, el FBI, la marina, el ejército, pero al parecer su problema no era tan grande como para atenderla.

Bien, si ellos no podían ayudarla ella misma se podía ayudar sola.

Bajo sus últimas maletas por el elevador para llevarlas a su carro, ya tenía el localizador en su bolso, la última vez que lo reviso en la noche el puntito brillante que era su Freddie había dejado de moverse, debía apresurarse e ir en su búsqueda así si tuviera que romper todas las leyes de tránsito o cruzar algunas fronteras.

-Oh Marissa, escuche lo de tu hijo… que triste, pero ya sabes tú y yo pod…- trato de abordarla Lewbert una vez que salió del elevador.

-¡Silencio Lewbert! Estoy ocupada, voy a ir a buscar a mi hijo- le corto no de humor para escuchar su barata coquetería, era una mamá leona que había perdido a su cachorrito, pobre de aquel que se le atravesara en su camino ya que quizás no la contaría.

-¿Su hijo? Momento… ¿usted no es la mamá del amigo de mi nieta?-

La morena no se había fijado en el anciano de anteojos hasta que este hablo, no lo identificaba de inmediato pero le resultaba vagamente familiar, pero lo que le importaba en esos momentos, estaba en una misión y ya no quería interrupciones.

-¡Sí! ¡Es usted! La sra. Benson la vecina de enfrente-

-Si, como sea, tengo que ir a por mi niño-

-Espere, espere, ¿Qué quiere decir con eso?, yo vine inmediatamente desde Yakima a saber si lo que paso en el último show de mi nieta era verdad-

¿Nieta? Ha ya lo recordaba, era uno de los familiares de Carly y su raro hermano, hay ese par, algo le decía que todo esto era culpa de ellos de alguna manera o de esa rubia chica con antecedentes criminales, Sam, jamás habían sido de su agrado, pero si esto realmente era culpa de ellos estaba ya planteándose mudar de departamento para que su hijo no volviera a sufrir por esas malas compañías.

-Pues es verdad señor, aun no sé porque o quienes se llevaron a mi hijo, pero voy a ir a buscarlo- dijo volviendo a emprender paso a la salida pero la mano de aquel hombre en su brazo la detuvo.

-Espere, ¿no de eso se están encargando las autoridades?-

-Todos son unos incompetentes, yo tengo mi propia forma de encontrar a mi niño y si me deja más pronto lo podre hallar-

-¿Cómo?-

-Un localizador, ahora suélteme-

-No… yo ire con usted-

-¿Qué?-

-Mis nietos también fueron secuestrados, y encontrando a su hijo tal vez sea la única forma de encontrarlos lo más pronto posible-

Oh si, casi se le había olvidado que no solo era su Freddie el secuestrado, no era por completo su culpa, lo único que podía pensar era en su hijo y en lo asustado o en quien sabe qué clase de peligros enfrentando, se le nublaba la mente y luego volvía a pensar frenéticamente en una sola cosa, encontrarlo.

-Uhg bien, bien, puede acompañarme si quiere, pero más vale que no me retrase anciano-

-Oiga estoy muy bien conservado para mi edad-

-Como sea, vamos a mi carro-

Así el par de adultos abandonan el edificio de apartamentos hacia el estacionamiento donde una camioneta azul los espera, este es un carro diferente al que usa la sra, Benson, pero tomando en cuenta que en su carro no cabrían todas las maletas que a empacado para la previsión de cualquier eventualidad que su niño haya enfrentado y su preocupada mente a imaginado a rentado este para que cubriera su pequeño arsenal de suministros.

-Y… ¿Cómo dijo que encontraría a su hijo?- comenta el abuelo Shay una vez que sube al asiento de pasajero de la camioneta.

-Rastreador, cuando era un bebé a mi Freddie le implante un chip-

-¿Eso es legal?- pregunto el anciano asombrado y confundido, era la primera vez que escuchaba que aplicaran ese tipo de cosas en las personas, ¿no solo se lo aplicaban a los perros y animales?

-Lo hice en Venezuela, pero que importa- dice sacando un mediano aparato de su bolso y colocándolo entro los asientos del carro para encenderlo, y la pantalla de este artilugio tecnológico empieza a aparecer un mapa global, luego un acercamiento al continente americano, para al final pasar una imagen de los E.U.A. y un puntito brillante algo lejos de Seattle.

Tomando en cuenta que era un mapa a escala esa distancia se reducía a varios cientos de kilómetros en la vida real.

-Ahí voy por ti mi Freddie- y con esto dictado Marissa Benson arranca el motor y pisa el acelerador para ir lo más pronto a la carretera al encuentro de su unigénito mientras que el anciano señor Shay apenas tiene tiempo para terminar de colocarse el cinturón.

*+*+*

Después de un desayuno consistente en bayas y moras, lo que les recuerda a más de uno un campamento con cierto hippie profesor, nuestros héroes deciden continuar con su viaje a… hacia quien sabe dónde, solo rezan para poder encontrar civilización pronto.

-Estúpido bosque, ¿esos tipos no pudieron llevarnos a un lugar con ciudades más cercas?- se quejó la rubia mientras pateaba una roca, siendo alguien perezoso en la mayoría del tiempo caminar en exceso en su consideración era casi una tortura.

-Creo que ese era el chiste, llevarnos a un lugar a donde no nos pudieran encontrar- explico Freddie también algo cansado, esto le recordaba mucho a la vez que fueron a Japón, aunque esta situación resulto un poco más peligrosa.

-Si vuelvo a ver a esa cabezota parlante juro que le romperé la nariz-

-Ni lo menciones Sam, recordarlo me da escalofríos y ñañaras- le dice Carly, en cierta parte de la noche tuvo un par de malos sueños, pesadillas, de esa cabezota, por lo que se acurruco más cerca de su hermano como cuando era niña y tenia pesadillas.

-Y asco-

-Absolutamente-

-No creí que pudiera encontrar algo más asqueroso que la verruga de Lewbert-

-Hay cientos de cosas más asquerosas, pero uno no las buscaría con mucho ánimo-

-Tal vez yo si- dijo Sam reflexionando un poco –en youtube el otro día vi un video de un grano enorme y asqueroso que le salía pus marrón y…-

-hhiiiuugg por favor basta, basta, creo que mi cerebro está mesclando las dos imágenes de la cabezota y el grano asco, asco-

-Doblemente asqueroso-

Son un grupo de chicos como cualquier otro, se ríen, hacen comentarios tontos, a veces son algo alocados, son almas libres, inocentes y jóvenes, son buenos chicos, ¿entonces por qué la suerte los ha traído hasta aquí?

Spencer normalmente es alguien relajado, un poco loco y otro poco descuidado, pero quien lo conoce bien sabe que es alguien bueno y amigable, no hace mal a nadie con intención, es más, lo más cercano a un enemigo en su actualidad es un niño que vive en su mismo edificio porque lo acuso con su papá así que no sabe que pudo hacer como para que toda esa gente y cabezota lo haya terminado secuestrado junto a su hermana y amigos.

Ahora se encuentra muy preocupado a pesar de que en ese momento sigue aquella conversación descuidada de su hermana y aquellos chicos que ha terminado apreciando tanto como amigos propios y miembros de su familia, tal vez no sea el mejor tutor, pero siempre ha tratado de hacer lo mejor para su hermana y también para esos chicos cada vez que ha tenido oportunidad.

Mira a Carly, se parecía mucho a su madre, cabellos lacios y negros como tinta brillante y oscura, piel blanca cual porcelana y ojos risueños, era lo más preciado que tenía en la vida, amaba mucho a su hermana que a veces podía ser más madura que él, o cuerda sea el caso.

-Spens, ¿estás bien?- le llama la morena notando el repentino silencio que ha presentado su hermano últimamente, en estos momentos ya se estuviera quejando de caminar tanto al igual que su amiga o colaborando con algún comentario en la conversación.

La seriedad es algo que no le queda bien a Spencer, tan ajeno a él, o al menos a la imagen mental que tiene de su hermano mayor, y no le gusta, prefiere verlo como es, alguien alegre y que le gusta compartir con el mundo sus alegrías, bueno y amable, que la hace sonreír cuando más lo necesita y apoya a pesar de todo.

Si para Spencer Carly se parece mucho a su difunta madre para ella también su hermano le recuerda a ella, sino por su aspecto sino por el carácter soñador y alegre que recordaba de ella, y ese espíritu lo ve reflejado en su hermano.

-Sí, solo… pensé como seria ver a esa cabezota explotar como un grano gigantesco- responde alejando con ello por el momento los pensamientos de preocupación por el momento.

-Hiuuughh-

-Triplemente asqueroso-

-Jajajajajaja yo pagaría por ver eso-

+*+*+

Oh NY, tan glamoroso como pareces, presentas igualmente cada cosa desastrosa.

Para los chicos ganadores de Hollywood Art su llegada fue de lo más genial a esta ciudad, ya habían tenido el lujo de disfrutar su paseo turístico y una buena obra en brodway aun a pesar de uno que otro percance, pero hoy, hoy no era tan glamoroso.

Si, sabían que los índices en cualquier ciudad son un factor que podía vivir cualquier persona, especialmente en ciudades grandes como NY, lo experimentaron con el intento de robo Jade y como esta en consecuencia dejo agonizando al infeliz intento de ladrón.

Pero claro, algo que diferenciaba a NY no era solo por su glamour, o no, también por su muy “pintoresca” variedad de individuos, y no solo me refiero al sujeto vaquero en calzoncillos del otro día, sino por su villanos y héroes.

Así como había criminales comunes, existían super-villanos, o criminales con habilidades fuera de lo ordinario, como en estos momentos había un claro ejemplar en plena calle donde habían transitado hace unos breves momentos nuestros aspirantes a artistas, un sujeto con un traje absurdo, no muy amigable, lanzando rayos a diestra y siniestra con un arma, y ellos, pobres y desafortunados habían terminado en el fuego cruzado de la policía y susodicho individuo resguardados detrás de un taxi volteado.

-No puedo creer que estemos en medio de esta situación- logro articular Robbie no dejando de temblar de miedo, el grupo de adolescentes y maestro de actuación ya llevaban cerca de 15 largos minutos atrás del vehículo y la cosa no parecía que terminaría pronto.

-Ni que lo digas cuatro ojos- le respondió su títere (digo, su amigo de madera… no me hagas nada Rex por favor) con tono de sarcasmo.

-Bien chicos, en estos momentos solo les quiero decir que… espero que todos ustedes hayan firmado los papeles que les di antes del viaje y sus padres también que me libra de responsabilidad en estos lo cual evita que me demanden-

-¡¿Qué?!-

-¿En serio profesor Sikowitz? ¿En serio?-

En este punto lo más lógico era que la figura tutora les brindara confort con palabras de aliento, quizás una pequeña mentira como “todo saldrá bien” o el típico “los quiero mucho chicos”, pero no, de nuevo su maestro los sorprendía con acciones.

-Tengo salario de maestro, apenas y me alcanza para sobrevivir, no me arriesgo a demandas-

-Buen punto-
-Eso ni quien lo niegue-

-Si-

Más disparos y gritos, risa maniaca del villano y cosas explotando se escuchaban de fondo, serían los típicos sonidos de una película de acción o de guerra, pero esto era la vida real, y un momento en sus vidas que los muchachos y maestro con gusto cambiarían por otra cosa, por ejemplo, Tori preferiría estar en casa soportando las innumerables ocurrencias de Trina; Andre con gusto se ofrecería a cuidar a su Abue por un fin de semana completo el solo con todo y sus delirios y ataques de pánico; Jade… Jade podía estar en un oscuro lugar con sus oscuros proyectos; en fin, cada quien preferiría estar en otro lugar en esos momentos.

-Bien, en cualquier momento esto acabara, seguramente ya llamaron al ejército o algo así- trato de ser positiva Tori, su padre como policía le había enseñado que en este tipo de situaciones debía permanecer en calma y esperar por ayuda o refuerzos.

Si, en cualquier momento llegaría la ayuda y el apoyo, pero no por más policías o miembros del ejército, sino por alguien más singular y peculiar.

Si en esta ciudad había súper villanos lógicamente también había de existir súper héroes.

Aquellas personas que con valentía y heroísmo tratan de salvar a las personas, algunas de ellos tan conocidos al nivel mundial que son figuras públicas, otros prefieren el anonimato, conocidos o desconocidos eligieron utilizar sus habilidades para luchar contra villanos y fuerzas que perjudicarían a la humanidad, son dignos de admirar se diga lo que se diga de ellos.

Como el buen samaritano y vecino de NY el famoso Hombre Araña, quien llegaba balanceándose con su telaraña al lugar de los hechos.

-¿Pero que tenemos aquí? Un loco haciendo estragos en medio de la ciudad, ¿Por qué no me sorprende?-

Anteriormente había estado patrullando la ciudad asegurándose de que esta estuviera en orden, no fue una gran sorpresa que apareciera un loco desquiciado en medio de la calle claramente interfiriendo con el orden público, después de todo era NY, y últimamente los villanos estrafalarios abundaban como ratas en las alcantarillas.

Al notar la presencia del famoso héroe neoyorkino el villano empezó a dispararle al hombre arácnido y cada disparo fue fácilmente esquivado por el héroe que se movía con una fluidez envidiable para cualquier atleta olímpico, piruetas y saltos en el aire en cuestión de fracción de segundos eran realizados por aquel chico de traje rojo y azul causando nerviosismo y rabia de su contrincante.

-¡Oh dios mío! ¡Es el Hombre Araña!- se escuchó a alguien gritar, demasiado fuerte y agudo que hasta el villano tuvo que hacer una mueca por el estruendo del grito.

-¡Trina agáchate!- gritaron varias voces y un nuevo grito de aquella desastrosa voz.

Héroe, villano, y algunos policías incluso presenciaron como una chica, la dueña de la no tan melodiosa voz, era jalada por sus compañeros atrás del taxi volteado de nuevo en un escondite de aquellos pobres civiles que habían terminado en medio de todo, al parecer ella al notar la presencia del héroe había salido de este para verlo en todo su esplendor, no era la idea más lista del todo el mundo en opinión de todos los presentes, demasiado peligroso y estúpido, alguien más sensato, como sus compañeros, se hubiera quedado oculto para mayor seguridad.

Este segundo de distracción fue suficiente para que el héroe lo tomara como ventaja a la hora de atacar a su oponente, lanzo sus redes contra aquel hombre arrebatándole su arma y lanzarse contra el sujeto dándole una buena patada en el estómago para sacarle todo el aire, ya retorciéndose este en el suelo procedió a enredarlo y atarlo con su telaraña, para ser alguien que había causado tantos destrozos había sido realmente fácil de vencer.

-Mucho ruido y pocas nueces ¿he viejo?-

-¡Tú maldito insecto! ¡¿Cómo te atreves?! ¡Me vengar…- antes de que pudiera con sus amenazas el villano rápidamente fue amordazado por otra telaraña.

-Sí, sí, sí, lo que digas, si me dieran una moneda por cada vez que escucho ese tipo de amenazas ya sería rico, oigan policía, ya tengo a su crimin…-

-¡Oh por dios hombre araña!- y de nuevo ese grito destroza tímpanos volvió a sonar.

El joven héroe voltio donde procedía el grito quien provenía de una chica, la misma chica, que se había escondido detrás del taxi, esta movía los brazos y tenía una expresión de “fanática loca”, si, no había otra expresión a la que podía definir mejor aquella cara, la cual no le daba muy buena espina, sino fuera por otra chica que la tenía agarrada de la cintura aparentemente con todas sus fuerzas esta seguramente estaría corriendo en su dirección.

-No ugh Trina, basta, aun puede ser peligroso- decía Tori tratando de persuadir a su hermana y como la mayoría de las veces era un caso perdido.

-Deja Tori, es un verdadero superhéroe tengo que verlo-

-Uh, okey, sé que tengo uno que otro fanático… pero creo que esto no es tan normal- comento para sí mismo el joven arácnido, de hecho, estaba más acostumbrado a los insultos o caras de desconfianza especialmente desde que John Jonah Jameson empezó a aprovechar las nuevas tecnologías y redes sociales para expandir su campaña amarillista contra él, en serio como detestaba cuando se anunciaba en las pantallas televisivas de algunos edificios en el centro.

Cuando el héroe vio acercarse a la policía hiso un gesto de despedida y volvió a lanzar sus redes para irse columpiando en los edificios, atrás de él podía escuchar aquella chica gritando su nombre, eran gritos realmente estruendosos.

-Nooo ahí se fue mi oportunidad- se quejó la mayor de las hermanas Vega.

-¿Pero qué te pasa Trina? Eso pudo haber sido muy peligroso- le regaño su hermana, a pesar de que ya habían capturado al criminal no quería decir que estaban fuera de peligro.

-No le veo nada malo, uno de esos rayos pudo quitarle la voz-

-¡Oye!-

-Ya, ya, Jade solo bromeaba-

-¿Quién lo dice?-

-Bueno chicos, hemos salido de esta gracias a ese pintoresco héroe, y un día más sin demandas, recuerden si Trina pierde la voz o le vuelan la cabeza no pueden demandarme-

-¡Oye!-

-Es solo el profesor, es así, ya sabes Trina, pero más importante, eso fue muy peligroso Trina, además, no sabía que fueras fanática del héroe-

-¡Es famoso y héroe! Podríamos ser pareja y así llevar mi carrera hacia las nubes-

-¡Trina!-

-El tipo podría estar desfigurado bajo esa mascara- la siempre “positiva” Jade entro en la conversación.

-Que importa, es famoso y con ese cuerpoooo que se le ve con ese traje ajustado no me importaría que estuviera algo feo-

Todos se le quedaron mirando a la morena, algunos con reproche, otros con incredulidad, otros con expresiones aburridas como sabiendo que ya no tenían por qué sorprenderse con el comportamiento de la mayor de las Vega, su hermana solo negó con la cabeza resignada, así era ella.

-Bueno, ahora si me disculpan… creo que arruine mis nuevos calzoncillos con tanta emoción, tengo que ir a buscar un baño- dijo el profesor caminando algo raro a alguno de los edificios cercanos.

-Eso fue demasiada información-

-Yo hubiera preferido quince minutos más de tiroteos antes de que mi cerebro almacenara ese tipo de información- dijo Jade a lo que todos la miraron y luego reflexionaron.

Pues no sonaba tan mal la idea después de pensarla un poco.

-Esto me recuerda cuando mi hermano trajo a sus amigos especiales a la casa-

-¿A qué te refieres con especiales Kat?-

-Bueno, eran tipos un poco como mi hermano, ya saben, tiene problemas… eran divertidos un poco, hasta que mis papas descubrieron que no tenían permiso de estar en la casa-

-Tú hermano ya es grande ¿no?, ¿por qué tipos de su edad deberían tener permiso para visitar a tu hermano?-

-Bueno, salieron sin permiso de la correccional y la cárcel, y la policía tuvo que rodear la casa para que no se perdieran y llevarlos de nuevo con ellos-

Todos se quedaron en silencio unos segundos mirando a su amiga sorprendidos, cada vez que escuchaban una nueva anécdota del dichoso hermano de la pelirroja era más preocupante que la anterior, Tori se acercó a Kat y le dio un par de palmaditas de consuelo en el hombro de su amiga, ella tampoco la tenía fácil con esa clase de hermano.

-¿Vamos por un helado?- pregunto Andre para cambiar de tema, después de un peligro de muerte como que sintió que se le bajo el azúcar, y un helado sonaba bien como una malteada de chocolate, lo que encontrara primero mejor.

-Si-

-Claro-

-Suena bien-

Algo de comer no le caería mal a nadie.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).