-¿Estás enamorado de mí?- tragué saliva tras la pregunta seria de Minsoo, sus ojos no dejaban de mirarme y mi respiración comenzaba a agitarse.
¿Qué quieres que te diga?
-JungSoo.- dejé de mirarlo a los ojos para desviarme hacia el café frio que estaba en mi mesa. –Te hice una pregunta.- moví la pajilla haciendo círculos en la espuma.
-No.- contesté. –No lo estoy, ¿cómo quieres que lo esté? Eres mi mejor amigo.- lo miré y sonreí, pero él no se alegró porque su entrecejo se frunció y volteó hacia la derecha molesto.
-¿Por qué piensas que estoy enamorado de ti?-me animé a preguntarle, entonces él suspiró y terminó mirándome.
-Por lo que haces.- contestó. –Por eso te molesta cuando estoy con DamBi o cuando te digo que se ve bonita, por eso dijiste lo de “¿porque ella si yo estoy aquí?” sólo querías obtener un beneficio.- alcé la cejas sorprendido y mi mandíbula cayó levemente.
-¿Qué estás tratando de decirme?-
-Que eres un egoísta.- afirmó tomando su vaso de café frio para moverlo y poder subir codos a la mesa. –¿Por qué lo niegas?-
-¿Negarlo? ¿Cómo podría negar algo que no hay?- eso ultimo me supo más agrio que la misma bilis.
-¿Por qué no lo aceptas de una buena vez?-
-Te repito, ¿cómo acepto algo que no existe?- lo miré a los ojos pero él negó mientras reía.
-Eres el egoísta más grande que he conocido, JungSoo.- se recargó en el respaldo del asiento y volvió a tomar su vaso de café.
-Deja de llamarme egoísta.-
-No.- contestó. –Qué rabia que lo sigas negando.- rió leve mientras movía su pajilla.
Lo miré ofendido, él seguía sonriendo mientras sin dejar de mirarla.
-Habíamos dicho que lo que ocurrió el otro viernes fue sólo de momento y ninguno se iba a enganchar, ¿lo recuerdas?- le pregunté, tras asentir me miró. –Entonces no lo hagas, porque parece que el único que está enamorado eres tú, lo que ocurra con DamBi a mí no me importa, ¿ok o no okey?- lo miré hasta que asintió, tomó su vaso para beber un poco.
-JungSoo.- dijo mirándome.
-Lo que pasó el viernes fue porque lo dos quisimos, ¿te acuerdas? Tú fijaste las bases para hacerlo. Si quieres creer lo que quieras está bien, me da igual.- alejé mi vaso con el café para retirarme, pero justo me iba a levantar él o hizo primero poniendo su pecho para impedirme hacerlo.
-No seas un pesado.- susurró regresándome al asiento.
-Equis.- me levanté de nuevo. –Ya me voy, no estoy de humor para aguantar tus tonterías.- saqué mi billetera y de ella un par de billetes para cubrir lo que cuesta mi bebida.
-Soy el dueño.- dijo tomando mi billetes para ponerlos en una de las bolsas de mi chaqueta. –Todo lo que quieras es cortesía.-
-Es lo mismo.- tomé los billetes para guardarlos de nuevo. –Nos vemos.- pasé a su lado pero antes de que me fuera por completo me tomó de la muñeca por lo que me detuve.
-…- rodé los ojos al imaginar su mirada esperando.
-Te quiero.- dije girándome para que soltara mi mano, pero no lo hizo. –¿No me dirás que me quieres también?- bromeé mirándolo, él negó.
-No tengo ganas.- afilé mi mirada. –Ya vete.- me soltó y luego se giró para tomar ambos vasos.
-Idiota.- susurré antes de salir del local.
¿Cómo me reclama de algo así? Es más, ¿cómo lo supiste Bang Minsoo?
Lo miré a través de la puerta trasparente, estaba limpiando la mesa que usamos, suspiré, por ir de flor en flor terminaste con un capullo.