Frunció el ceño, había un intruso frente a su puerta, un intruso que le impedía entrar a su departamento. Avanzó hacia él, oh no, le atacaría. Kyuhyun retrocedió varios pasos hasta topar con la pared del pasillo. No había a dónde huir y comenzaba a ponerse nervioso. Aquel desconocido ladró, pero no en forma agresiva, más bien parecía querer algo de atención del castaño. Movió la cola y demostró lo alegre que estaba de encontrarse con un nuevo amigo. De repente, Kyuhyun se sintió algo avergonzado de pensar que aquel cachorro de apenas unos veinte centímetros de alto pudiera haberlo asustado. Se agachó para acariciar su cabeza, era lindo, con el cabello color blanco, manchas negras y en extremo tierno.
-¿De dónde has venido, amigo?- preguntó sin esperar realmente una respuesta.
Volteó hacia todos lados, seguramente el dueño vivía en algún otro departamento de ese edificio y estaría buscando a su mascota. Esperó unos momentos para ver si alguien aparecía pero se dio por vencido. Suspiró y tomó al perrito en sus manos para cargarlo y meterlo a su departamento. Colocaría algunos anuncios de “Perro encontrado” al día siguiente, por ahora sólo quería dormir. El día había sido agotador, las clases en la universidad cada vez eran más tediosas y si a eso le añades un idiota que no se fija en la calle y casi lo arrolla con su auto, podría decirse que tenía bien merecido ese descanso.
Colocó al cachorro en el suelo y buscó una bolsa con alimento para perro que su hermana había olvidado un mes antes cuando le pidió cuidar de su mascota, claro, siempre que ella salía de vacaciones el niñero oficial era Kyu. Finalmente lo encontró, tomó un recipiente cualquiera y se lo tendió al pequeño perro que movía la cola de emoción, probablemente llevaba todo el día perdido y no había comido. En otro lugar sirvió un poco de agua y acarició de nuevo a la pequeña mascota, sonriendo.
-Iré a dormir, por favor no hagas un desastre- pidió tranquilo al cachorro.
…
Despertó. Tres de la mañana. El perro no dejaba de aullar y no lo dejaba dormir en paz. Enredó su almohada alrededor de su cabeza para cubrir sus orejas pero fue en vano, el ruido persistía y dudaba poder aguantar mucho más. Se levantó de la cama y fue en busca del perrito quien permanecía mirando la puerta que daba hacía el balcón del departamento. Aullaba con tristeza, probablemente extrañaba a su amo y eso lo deprimía.
-Hey, amiguito, ven acá- el perro no dudó dos veces en correr hacia Kyuhyun, quien lo cargó y lo llevó a su habitación- No puedo creer que haré esto, pero si así me dejas dormir, ¿qué más da?
Se acurrucó en su cama junto con el cachorrito y no escuchó ruido alguno hasta que amaneció. Los ladridos del perrito se escuchaban por todo el departamento, seguramente tenía hambre. Dio de desayunar a su temporal compañero de cuarto y se alistó para ir a clases. Tomó una hoja de papel escribiendo que había encontrado un cachorro, anotando su número y su dirección esperando que alguien fuera a reclamarlo. Le sacó algunas copias y se despidió del perro antes de salir.
En la recepción del edificio entregó las copias al portero y le pidió de favor repartirlas y pegar algunas en las paredes. Justo en la puerta principal divisó a un hombre de traje, muy elegante que hablaba por teléfono. No es que fuera un entrometido, pero no se puede evitar escuchar la conversación si estaba en su camino y prácticamente gritaba.
-¡No es posible! Te dejo un solo día en mi departamento y pierdes a mi hijo- wow, eso sí que sonaba serio- ¿Cómo fue que olvidaste cerrar la puerta y escapó? No sabe andar sólo por ahí, ¿tienes idea de lo que podría pasarle?
Gritaba y gritaba a la persona que estaba del otro lado de la línea. Tuvo lástima de aquel chico, perder a un hijo debía ser bastante devastador. Esperó de corazón que lograra encontrar al niño. Logró reconocer al hombre, era su vecino de al lado con quien nunca hablaba. No era que tuvieran una mala relación, simplemente Kyuhyun no podía evitar avergonzarse frente a él, Choi Siwon, pues su presencia en sí lo hacía suspirar. Kyu había aceptado hace ya mucho su interés en los hombres, más que en las mujeres pero no tanto como los videojuegos, y no conocía a alguien más guapo y atractivo que su vecino. No tenía idea de que tuviera un hijo, se veía bastante joven, probablemente la diferencia de edades sería de un par de años. Pensó si sería divorciado, ya que nunca lo había visto con alguna mujer. Se alzó de hombros y siguió su camino, llegaba tarde a la escuela.
…
Terminando las clases, tomó el autobús de siempre y se dirigió a casa. Se estaba quedando dormido cuando el sonido de su teléfono lo despertó. No reconoció el número, pero contestó de todas formas, podría ser el dueño del perrito.
-¿Hola?- contestó.
-Hola, disculpe ¿hablo al celular de Cho Kyuhyun?- era un hombre, se oía preocupado.
-Sí, soy yo- respondió.
-Qué bueno es encontrarte, vi los carteles y creo que has encontrado a mi cachorro. Esperaba que nos pusiéramos de acuerdo para recogerlo, vivo en el mismo edificio que tú.
-Oh, claro. De hecho estaré ahí en alrededor de media hora. Si gusta puede ir para que le entregue al perrito.
-Muy bien, entonces hasta pronto.
-Hasta luego-la llamada se terminó.
Suspiró, a pesar de sólo haber pasado una noche juntos, en verdad se encariñó con su nuevo amigo. Pero era hora de que regresara con su amo y que Kyu regresara a su solitaria vida. Se apresuró en llegar a su departamento, diez minutos antes, eso le daba tiempo para despedirse. Abrió la puerta encontrando los cojines de su sofá destrozados y con el relleno esparcido por todos lados. Le dio un tic en el ojo, estaba enojado, no debió dejar solo a un desconocido en su apartamento. El cachorro se apreció muy contento de verlo y ladraba de felicidad, mientras que Kyu ni siquiera lo miró y comenzó a recoger el desastre causado.
El perrito se acercó a él y esta vez ladraba con tristeza, como pidiendo perdón. Kyuhyun no pudo más y le sonrió, acariciándolo, perdonándolo. No había acabado de limpiar cuando alguien tocó la puerta. Era hora de decir adiós, tomó en brazos al perro. Abrió, llevándose la impresión de su vida, ahí parado estaba su amor platónico, Choi Siwon. El más alto le sonrió y agitó la mano frente a los ojos de Kyu al ver que éste ni siquiera parpadeaba. El cachorro se emocionó de ver a Siwon y se soltó de Kyuhyun para saltar hacia su dueño. Esperen, ¿a parte de perder a su hijo, también perdió a su perro?
-¡Hey, Bugsy! ¡No sabes cómo te extrañé!- exclamó el mayor haciendo cariños a su mascota. Lo acomodó en su regazo y volteó hacia el chico frente a él- Gracias por cuidar de él, soy tu vecino de al lado. Aunque creo que jamás me he presentado, me llamo Choi Siwon- extendió su mano.
-Cho Kyuhyun- apenas logró pronunciar y contestó al saludo con su mano, dejando que la puerta se abriera completa dejando ver el desastre que Bugsy hizo.
-Espero que no haya causado proble…- divisó todo desarreglado adentro-…mas. Vaya, creo que alguien estuvo hiperactivo. Lo siento mucho, te ayudaré a limpiar si me permites.
-Oh, no te preocupes. Puedo limpiar yo, es mejor que busques a tu hijo- dio apenado.
-¿Mi hijo?- el pelinegro se mostró confuso- ¿Cuál hijo?
-Esta mañana te oí discutir en la recepción y dijiste que tu hijo está perdido.
-Oh- comenzó a reír levemente- En realidad, me refería a Bugsy. No tengo hijos, además no creo que la persona en la cual estoy interesado pueda tenerlos.
Kyuhyun se sonrojó enormemente, se sentía torpe. ¿Cómo no se imaginó que todo el tiempo estaba hablando sobre Bugsy?
-Y-ya veo, lo siento- comentó más rojo que un tomate, cosa que a Siwon le pareció muy lindo.
-El que debe disculparse soy yo, por causar molestias y dejar que mi hermano cuidara de Bugsy. Más aun, tu departamento está hecho un desastre a causa de este chico- señaló al perrito- Por favor, déjame ayudarte. Es lo menos que puedo hacer.
-Eh, creo que está bien- aceptó el menor, dándole paso al chico frente a él.
Bugsy permaneció sentado en un rincón viendo curioso cómo su amo y su nuevo amigo limpiaban el decorado que había hecho unas horas antes. Giró cabeza notando cómo Siwon volteaba a ver a cada segundo a Kyuhyun y cómo éste último se sonrojaba cada vez que sus miradas se cruzaban, volteando hacia otro lado rápidamente. Algo había ahí, Siwon era su papá y tal vez le había encontrado una mamá. Movió la cola feliz y esperó paciente a que terminaran.
La cosas no eran igual de fáciles para Kyuhyun como lo eran para Bugsy. Creía que su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento de lo acelerado que estaba. Basta, Kyuhyun, no seas tan obvio, se decía mentalmente cada vez que cruzaba miradas con Siwon. Por otro lado, el alto moreno no cabía de la felicidad que se cargaba, llevaba meses esperando poder hablar con el castaño desde que se había mudado. Ok, era gay y no dudaba ni un segundo de gustar del menor que recogía nervioso el tiradero. Agradeció a Dios la oportunidad que le estaba dando y no la desaprovecharía.
Poco a poco se iba acercando a Kyuhyun sin que éste lo notara. Dudaba en si tomarlo entre sus brazos, besarlo y confesarle que le gustaba desde hace mucho. Pero no lo hizo y justo cuando se iba a atrever a tomar la mano del pálido chico, él se volteó.
-Creo que hemos terminado, gracias por la ayuda- agradeció con una sonrisa que dejó atónito al mayor.
-Sí, soy Choi Siwon, un placer- Kyuhyun rio por lo confundido que estaba el más alto- Digo, eh… emm… ¡No tienes que agradecer, lo hice con todo el gusto del mundo!
Una risa por parte de Kyu de nuevo, Siwon comenzaba a pensar que se volvería adicto a ese magnífico sonido. Kyuhyun le ofreció una taza de té y el mayor aceptó gustoso. Conversaron un largo rato, rieron, se conocieron y se sorprendieron de lo cómodos que se sentían el uno con el otro. Esa tarde les ayudó a reafirmar que habían encontrado a la persona correcta para pasar el resto de sus días. Lamentablemente, había llegado la hora en que debían despedirse así que Siwon se puso de pie y ayudó a Kyu a lavar las tazas en donde habían bebido té. Se dirigieron a la puerta para despedirse.
-Muchas gracias por el té. Fue realmente agradable pasar la tarde contigo, Kyuhyun- dijo el más alto mostrando una linda sonrisa.
-También me la pasé muy bien, Siwon-ssi- devolvió la sonrisa y luego volteó viendo a Bugsy, quien estaba en los brazos del mayor- Cuídate, amiguito. Procura no perderte de nuevo o papá se preocupará. Te extrañaré.
Siwon abrió los ojos por la forma en que Kyuhyun dijo las cosas, se le había hecho adorable. No le importaría que Kyu fuera la mamá.
-No tienes que despedirte, puedes venir a visitarlo siempre que quieras, después de todo somos vecinos o podríamos venir a verte, si tú quieres- dijo Siwon- Bugsy necesita ver a mamá también.
-¿Eh?- de nuevo la cara de Kyuhyun era un tomate gigante con cuerpo. Eso había sonado tan cursi, pero tan lindo.
-Nos vemos, Kyu- dicho esto, depositó un pequeño beso en los labios del menor- Dile adiós a mamá, Bugsy- añadió agitando una patita del cachorro.
-A-adiós- susurró Kyuhyun, quedando ahí parado, atónito. Vio cómo Siwon entraba en el departamento de al lado.
Entró a su apartamento, cerró la puerta y se recargó en ella, deslizándose hasta quedar sentado en el piso. No se la creía, ¡el chico que le gustaba lo había besado! Agradeció infinitamente a Bugsy por haberse perdido para poder conocer del todo a Siwon.
El resto es historia. Lo cierto es que con el paso del tiempo, Kyuhyun y Siwon decidieron formalizar su relación. Incluso ambos se mudaron a un departamento más grande para vivir juntos. Los dos terminaron sus carreras universitarias y comenzaron una vida juntos, una vida llena de felicidad y amor, cuidando de su pequeño hijo Bugsy, aquel perrito perdido.