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No había como tomar una cerveza bien fría después de un largo viaje por el desierto. Seeh, se estaba relajando tremendamente, y estaba de alguna retorcida manera contento y feliz. No habían sido capaces de capturarlos ni a él ni a sus compañeros. Al parecer los rumores estaban más que equivocados. Ese sheriff era un incompetente, junto con todos sus hombres...Ya podía saborear el sabor de la liberta-
_ ¡Arriba las manos o les vuelo la cabeza-tebayo!
El silencio cayó como un balde de agua fría. Todos aquellos que estaban sentados en las distintas mesas que estaban dispuestas en el establecimiento, miraron a la persona que acaba de hacer su esplendorosa entrada...y se quedaron mirando.
A Naruto se le reventó una venita en la cabeza.
_Parece que no entendieron... - se rió cínicamente y les disparó una mirada de azul fulgor. Los criminales que habían estado tomándose un receso y recién habían estado celebrando su aparente victoria tragaron saliva - ¡¡LEVANTEN LAS MANOS, CABRONES DE MIERDA!! - y empezó a disparar como un hombre fuera de sus cabales. Síp, no tenía mucha paciencia ese día.
Con sabiduría el hombre que se encargaba de la barra se agachó y permaneció oculto, rezándole a Dios que todo acabara pronto. Los criminales constituían casi todos los clientes en la taberna, salvo uno o dos que rápidamente se metieron debajo de las mesas y le rezaron también a todos los santos para que sus vidas no se extinguieran en esa redada.
Disparos en dirección del rubio de ojos azules que atinaban tanto a su cabeza como a su pecho fueron esquivados. Revelando una mata de cabello dorado, el sombrero marrón se cayó y quedó colgando de su cuello a su espalda cuando Naruto saltó sobre una de las mesas y derrumbó a un hombre que pretendía golpearlo por la espalda de un fuerte codazo que colisionó con la cara del tipo.
_¿Ya podemos entrar? - se oyó decir a una voz desde fuera. El jaleo general permanecía ignorante de todo y los tiros se repartían a diestra y siniestra.
Una bala rozó el antebrazo del rubio, y éste gritó una maldición, ignorando la herida continuó disparando con sus dos pistolas.
_Sí, creo que ya es hora.
Las puertas se abrieron otra vez, y revelaron una nueva figura que dejaba descubierto algunos mechones oscuros debajo de su sombrero blanco. Todas las cabezas se giraron hacia el nuevo ocupante y-
_E-ese no es...
_ ¡No, no puede ser!
En menos de dos segundos desenfundó su revólver. Unos certerísimos diez disparos después, las caras de los hombres se contorsionaron de dolor al ver un agujero en sus manos, sus armas en el suelo de madera.
_Hehe, bien hecho, sheriff-saaan. - el tono travieso del rubio hizo que la persona de tan impresionante puntería le lanzara una mirada...no muy amistosa.
_Cállate, usuratonkashi.
Hizo un pechero y refunfuñó por lo bajo "Cállate, usuratonkashi" imitando malamente de forma intencional la voz de su compañero. Un bufido salió de los labios de Naruto, y en vez de contestar procedió a dejar inconsciente a uno de los ladrones que habían estado persiguiendo durante todo el día.
_Falta uno. - susurró su compañero pelinegro, quien afiló los ojos y recorrió con sus ojos negros la estancia destrozada. El rubio alzó la cabeza de golpe.
_ ¡¿Qué?!
Se escuchó un estruendo proveniente de afuera.
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_ ¡¡¡SHAAANAROOO!!!
_ ¡¡AAAAAGH!! - angustioso y sufrido grito.
Naruto noqueó a otro de los ladrones y se apresuró a salir al intenso sol del oeste. Una pelirosada de ojos verdes les sonrió confiadamente a la vez que sostenía contra al suelo al pobre infeliz que había terminado con la espalda debajo de su bota.
Sakura simplemente golpeaba demasiado fuerte.
_Por poco se les escapa, chicos.
El objeto en cuestión tenía espirales en lugar de ojos. Estaba K.O., de eso no había duda.
_ Ooh, Sakura-chan, ¡eres increíble!
La chica sonrió ante el cumplido, y miró a su otro compañero.
_Sasuke-kun, este debe ser el jefe de la banda. Se parece bastante a la imagen del cartel que tenemos.
_Hn, parece que tienes razón.
_ ¡Yosh! ¡Hemos oficialmente terminado esta misión! - celebró el rubio, pero inmediatamente después de lanzar los brazos al aire se agarró el antebrazo y siseó de dolor. Casi se olvidaba de su herida.
_ ¡Naruto! - gritó alarmada la pelirosada.
La oscura mirada de Sasuke captó su atención. Sus ojos negros examinaron la herida una vez que tomó con algo de rudeza el brazo del rubio en sus manos. Ante esto el rubio trató de no sonrojarse e hizo un puchero.
_No es nada-tebayo. - dijo tercamente.
Sasuke alzó la mirada, y sus ojos se conectaron por lo que pareció ser un eterno segundo. Sasuke entreabrió la boca para decir algo, y Naruto abrió un poco los ojos, expectante.
_Déjame ver eso, Naruto. - el pelinegro cerró la boca de golpe y dejó que su compañera limpiara y vendara la herida del rubio con eficiencia. - No es lo mejor, pero cuando volvamos a casa podré coserla.
_Gracias, Sakura-chan. - agradeció con una gran sonrisa.
_Hn, eso te sucede por ser tan torpe, dobe. - bufó el pelinegro sin dirigirle la mirada. Naruto apretó el puño de su brazo no dañado y frunció tanto el ceño como la boca en una mueca indignada.
_Oe, ¡Sasuke...! - la enojada protesta del rubio fue cortada por un leve coscorrón en la cabeza de parte de la chica que solo segundos atrás había atendido su herida. - ¡Auch!
_Sasuke-kun tiene razón, Naruto. - le regaño cual madre - Tienes que tener más cuidado.
_...Está bien- tebayo. - miró a un lado con una mueca infantil aun en su cara.
El pelinegro desató la correa con la que había tenido atado su caballo a un poste de madera que estaba a unos metros de la taberna, y se subió sobre el cuadrúpedo de pelaje blanco. Se acomodó su sombrero con una mano a la vez que hacía la correa de una mano. Se dio giró hacia la izquierda, y observó a lo lejos. Se aproximaban los otros, que debían venir a llevarse a los delincuentes.
_ Ya casi están aquí. - dijo a los otros dos en voz baja.
Unos minutos más tarde un grupo de jinetes se acercaron a ellos, y después de intercambiar unas palabras y saludos, se llevaron a los prisioneros en la dirección por la que habían venido.
_Hey, ¡hay algo que no entiendo!
Todos miraron a Kiba.
_¿Qué no entiendes, Kiba? - preguntó uno, que estaba ligeramente recostado sobre su caballo.
_¿Por qué todos llaman a Sasuke "sheriff", eh? ¡Ni que lo fuera! - por alguna razón él estaba muy enfadado.
_Porque actúa como si lo fuera, baaaka. - dijo Naruto, que después de acomodarse la capa sobre los hombros, pasó por delante de ellos sobre su caballo trotando calmadamente. Dio un rápido giro hacia el pelinegro en cuestión, y le mostró una sonrisa entre juguetona y desafiante. - ¿Una carrera, sheriff-san?
_Hn. - Sasuke le devolvió la sonrisa.
Anticipando lo que estaba por venir, y temiendo que la dejaran sin medio de transporte - por ciertos acontecimientos su caballo se había escapado - la pelirosa se subió al caballo de Sasuke y se sostuvo del pelinegro con una sonrisa, rodeando su torso con sus brazos.
_Ya podemos irnos, Sasuke-kun.
Naruto tenía un tic en el ojo.
_ ¡Sakura-chan! ¡¿Por qué te montas con él y no conmigo?! - reprochó entre enojado y dolido...aunque todos sabían que era un falso dolor, por lo que suspiraron y siguieron con lo suyo.
_Si te distraes te quedarás atrás, dobe. - le llamó el pelinegro con una sonrisa divertida y confiada - ¡YAH! - azotó la correa de su caballo y se lanzó hacia la inmensidad del desierto dejando una humareda de polvo a su espalda.
_ ¡Aaaaah, nooo, eso sí que no! A mí no me ganas, ¡bastardo! ¡ARRE, KURAMA!
Seguido del relinchido de su fiel animal en señal de acuerdo, Naruto siguió a sus dos amigos a todo galope, y pronto estuvo cabalgando al lado de ellos.
De entre el grupo que los tres jóvenes habían dejado atrás, salió un jinete cuyo caballo llevaba un paso...realmente lento. Incluso la postura del que montaba al animal daba la imagen de que era alguien que en verdad no tenía ganas de estar ahí, encima de un caballo.
_Hmm... - aspiró y suspiró con algo de cansancio desde debajo de su pañuelo a la vez que veía ir a los que una vez habían sido sus alumnos. Cómo pasaba el tiempo... - Ahí van otra vez. - entonó con tono y mirada de aburrimiento.
_¿No los vas a seguir, Kakashi-san?
_Hm... - el peliplateado sacó un libro y con dos leves palmaditas a la grupa de su caballo, lo animó a ir hacia adelante...con la misma parsimonia de antes. Abrió su libro en una página y concentró su único ojo visible en el texto que representaba su obsesión de toda la vida. - Mah, irán al mismo lugar de siempre, no hay prisa...
El grupo lo vio ir con goticas en la cabeza, a la vez que sus cerebros trataban de asimilar la situación.
_Esos cuatro no son normales. - sentenció Kiba enfurruñado, pero nadie le hizo caso.
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Se detuvieron cerca del río que surcaba por ahí a beber agua y darle un respiro a sus caballos.
_Naruto, bájate y deja que aunque sea se moje el hocico, lunático.
_¿De qué estás hablando, Sasuke? - repuso el rubio con altanería, frenando su trote. Se inclinó ligeramente para ver el ojo de su caballo y paso la mano por su cuello - Nosotros podemos seguir, ¿no es así, Kurama?
El animal, como si fuera posible, giró los ojos y tomando impulso, se levantó en sus patas delanteras y lanzó a su jinete hacia adelante como si este fuera un proyectil. Lo había cogido con la guardia baja.
_ ¡¡WooAAAAAAH!!!
Splash!
El río no era muy ancho, pero eso no evitó que Naruto cayera de lleno en el agua. El caballo resopló ante la idiotez de su dueño y se dispuso a calmar su sed. Esos locos habían estado cabalgando por casi tres horas.
_ ¡Hahahahahah, Naruto! - Sakura no podía con su estómago, y más al ver la cara de indignación del rubio, quién haciendo un puchero le dirigió una mirada de rencor a su "fiel" amigo.
_ ¡Kuuuurama...Maldito!
_Heh.
Los ojos de Naruto se posaron en el pelinegro que parecía estar divirtiéndose mucho a su costa, por la sonrisa que bailaba en sus labios. Sasuke se acercó a él con una mano en la cintura, y lo miró con una mezcla de arrogancia y entretenimiento. Pero en vez de comentar o burlarse del estado del rubio, le tendió una mano.
Se vio tentado a empujarlo y hacerlo caer en el agua, pero se detuvo a tiempo. Arruinar la ropa de Sasuke no era una buena idea si querías conservar tus partes nobles intactas y en su lugar. Se puso de pie con la ayuda del pelinegro, pero no le soltó la mano.
_Gracias, Sasuke. - susurró y esbozó una sonrisa. Estrechó levemente la mano que era más clara que la de él, y sintió la calidez de ese contacto. Sasuke se quedó mudo e inseguro de qué hacer, ignorante del tenue rubor que se había asentado en sus mejillas.
_...No es nada. - sabía que tenía que soltar la mano del rubio, pero no lo hizo, y en cambio se quedó observando esos atractivos ojos color zafiro.
El sombrero de Naruto se había caído y ahora estaba a su espalda, sostenido por el cordón que pasaba por su cuello, por lo que pudo acercarse con facilidad al rostro de Sasuke. A meros centímetros el uno del otro, las pupilas de Sasuke se posaron en la sonrisa zorruna del rubio, en sus labios que en ese momento se le hacían tan...
_ ¡Oye, Naruto! ¡Deja de molestar a Sasuke-kun!
Al parecer el sol y el cansancio no dejaba a Sakura dicernir bien, que no percibió lo que había estado a punto de pasar. Naruto se separó de un salto y atinó a reírse falsamente.
_ ¡Ha…hahaha! ¡Sakura-chan! Pero si no lo estoy moles- ¡AHH! ¡Bastardo! - Sasuke lo había tomado por su antebrazo herido y lo halaba en la dirección de una roca prominente de aproximadamente dos metros de altura - ¡¿Qué haces?!
_¿Sasuke-kun...? - la pelirosa los miró confundida. El rubio estaba siendo arrastrado por Sasuke y ella no entendía por qué.
_Naruto tiene que cambiarse de ropa. Está empapado. - le dijo sin verla siquiera y recogió una de las bolsas que colgaban de su caballo.
_Hmm...vale. - los vio perderse detrás de la roca y parpadeó con interrogación - Eso es raro.
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La roca en cuestión estaba relativamente lejos del sitio donde se habían parado a descansar. Lo bueno era que gracias a la posición del astro mayor en el cielo, esta les hacía sombra. El pelinegro soltó su agarre y Naruto lo encaró con algo de enfado.
_ ¡Oe, qué estabas-!
Una camisa beige le cayó en plena cara y cesó sus protestas. El rubio refunfuñó entre dientes y procedió a quitarse su capa, que desgraciadamente también se había mojado. Mientras abrochaba los botones de su camisa, se dio cuenta de que los ojos de Sasuke seguían cada uno de sus movimientos. Se mordió la comisura de su labio inferior y se acercó a Sasuke con una pequeña sonrisa, y decidió provocarlo.
_ ¿Te gusta lo que miras? - había dejado los tres botones superiores desabrochados a propósito, lo que no pasó desapercibido para el pelinegro, quién no estaba precisamente inmutable, pues sentía un ligero cosquilleo en su estómago y un calor que no era el del sol en sus mejillas.
Sus miradas se cruzaron por unos segundos, y de repente, la espalda del rubio fue estampada contra la roca. No tuvo ni tiempo de gruñir de dolor cuando un par de finos y cálidos labios asaltaron los suyos.
_ ¡Mmphh! - pasada la sorpresa, inmediatamente sus manos capturaron ese hermoso rostro. Con la desesperación de alguien que no ha bebido agua en tres días, sus bocas se movieron una sobre la otra, saboreando sus labios y rozando sus lenguas en un violento y apasionado beso. Los brazos de Sasuke rodearon el cuello del rubio, y Naruto lo haló del cinturón hacia su cuerpo. El roce de sus caderas les hizo estremecerse y Sasuke gimió dentro del beso. Se les escapaba el aliento entre jadeos y sonidos provenientes del húmedo contacto, pero no se detuvieron a respirar, pues Naruto lo tomó de la nuca con una mano y profundizó su exploración dentro de esa boca cuyo sabor se le hacía tan embriagador. La otra mano se colocó en la baja espalda del pelinegro, asegurando que no se moviera de ahí.
Naruto entreabrió los ojos que no se había dado cuenta de cuándo los había cerrado. Tomó entre sus dientes el labio inferior del pelinegro y tiró de él. Algo parecido a un gemido vibró en su garganta, y con sus ojos dilatados y llenos de deseo contempló los azules, tan intensos e hipnóticos que parecían querer absorberlo.
_ ¡Ah! - el agarrón de nalgas lo tomó desprevenido, y no pudo contener su grito de sorpresa. Naruto le quitó el sombrero y lo dejó caer en el suelo. Se llevó una segunda sorpresa cuando el rubio invirtió sus posiciones y presionó su cuerpo contra el de él.
_ Sasuke... - susurró en su oído, y esa voz ronca le hizo estremecerse. La boca del rubio dejó pequeños besos en su mandíbula hasta llegar su lóbulo de nuevo. Lo lamió y mordió ligeramente, y Sasuke tuvo que apretar los labios para no emitir ningún otro sonido que pudiera llamar la atención. Enterró sus dedos en el espeso cabello dorado, y ladeó la cabeza del rubio para besarlo otra vez, esta vez con más calma.
Sus pechos subían y bajaban de manera irregular. Naruto apoyó su frente sobre la del otro y lo miró a los ojos. Ambos jadearon y se perdieron en la profundidad de los ojos del otro a la vez que recuperaban todo el aire que habían perdido.
Naruto acarició con el pulgar la pálida mejilla ahora sonrojada, y le vino una pregunta a la cabeza. Una que siempre había tenido en la punta de la lengua, pero que por alguna razón se olvidaba de hacer. Le lanzó una mirada inquisitiva al pelinegro y habló.
_Hey, ¿Sasuke? ¿Cómo es que no te quemas con el sol?
_Hmm... - ¿A quién le interesaba eso en ese momento? Él estaba muy cómodo, a pesar de estar con la espalda pegada a una piedra. Le gustaba sentir el cuerpo del rubio junto al suyo, sus manos acariciando su piel...
_No, en serio, ¿por qué no te quemas? Estás tan blanco como cuando tenías cinco años.
Sasuke entrecerró los ojos con algo de fastidio y suspiró.
_No sé. - se encogió de hombros. Y para cerciorarse de que Naruto no le preguntara más tonterías, lo besó.
_Nnh...
Bueno, ya lo averiguaría algún día. En ese instante, lo único que le importaba eran los labios de Sasuke, el latir de su corazón contra el del pelinegro, la sensación tan agradable y jodidamente genial de sus lenguas al chocar y lamerse. Recorrió los brazos del pelinegro de arriba a abajo con sus dedos, y pegó más su pelvis a la del otro, arrancándole un jadeo gutural a Sasuke. Se separaron unos segundos y volvieron a contemplarse fijamente.
_Sasuke...
_ ¿Hn? - respondió automáticamente, aunque él en verdad estaba muy distraído contemplado esos penetrantes ojos.
_Hehe... - deslizó su nariz por la sonrojada mejilla, y aspiró su aroma. El relajante contacto de las manos del rubio sobre sus hombros lo hizo suspirar. - Te amo. - susurró, sin dejar de mirarlo, y besó su mejilla.
Sasuke se coloreó como una frutilla. No es que fuera la primera vez que se lo decía...pero aun así esa confesión sincera y tan íntima hacía que su corazón se saltara un par de latidos. Los labios dibujaron una pequeña sonrisa y miró a un lado.
_Lo sé.
_ ¡Hah! - Naruto bufó una risa y lo abrazó con fuerza, para besarle otra vez su mejilla - Qué frío eres a veces, sheriff-san.
Sasuke le pellizco la oreja.
_ ¡Auch!
_ Deja de llamarme así, usuratonkashi. - le dijo con un pequeño tic en la frente - O sino empezaré a llamarte Zorro Salvaje.
"Zorro Salvaje" era como habían apodado la gente a Naruto. Esto era debido a las curiosas marquitas con forma de bigotes que este tenía en las mejillas. A Naruto no le importaba mucho; por el contrario, era algo bueno para asustar a los ladrones y delincuentes. Incluso habían hecho correr historias de que Naruto poseía un espíritu salvaje que le daba un increíble poder. Eran cuentos de viejos, pero funcionaba de todas formas. La superstición era una de las mejores armas.
_Hehehe...Si empiezas a llamarme así... - el rubio rozó su labio inferior el lóbulo de su oreja, y susurró con voz rasposa - Es porque quiere ver qué tan salvaje puedo ser, ¿verdad?
Sasuke ahogó un jadeo cuando la embestida del rubio hizo que sus entrepiernas hicieran fricción. Ahora se daban cuenta de que la parte baja de sus cuerpos no estaba precisamente calmada.
_ A mí me gustaría saberlo.
Se petrificaron. Sus cabezas se giraron con lentitud hacia la nueva voz, y al alzar la mirada, se encontraron con una persona...
_ ¡AAAHH! ¡¿QUIÉN DEMONIOS ERES TÚ-TEBAYO?!!
Una persona desconocida.
_Soy Sai. - el desconocido, que estaba montado sobre un caballo pardo, curvó sus labios en una sonrisa que no podía decirse si era cínica o no.
Sasuke desenfundó su revolver en menos de lo que tarda una mosca en mover sus alas, y apuntó a la cara del tipo.
_¿Quién eres y qué haces aquí?
Naruto se quedó mirando al chico de pelo corto y negro, que a pesar de estar siendo amenazado por Sasuke, no se turbaba. De repente, abrió desmesuradamente los ojos.
_Tú... - no lo podía creer, era imposible...
_¿Qué sucede? - preguntó seriamente el pelinegro a su lado echándole un rápido vistazo al rubio, sin dejar de amenazar con la mirada al que se hacía llamar Sai.
_Él...él... - Naruto tragó saliva; tenía sus ojos como platos - ... ¡¡ES MÁS PÁLIDO QUE TÚ!!
¿Qué le pasaba a los rayos del sol? ¿ Eran selectivos o qué? Naruto no podía encontrar la respuesta en su cabeza por más que se preguntara. Su lógiquísimo razonamiento fue interrumpido por coscorrón que le fue propinado en la cabeza de parte de un malhumorado Sasuke.
_ ¡Auch! ¿Y eso por qué fue?
_Cállate y deja de decir tonterías, dobe.
_ ¡Tsk! ¡Bastardo!
_Ustedes son pareja.
La afirmación los hizo volverle a prestar atención al que hace unos momentos los había interrumpido, y ambos se colorearon de un curioso rojo.
_ ¡Nosotros...! Eh, bueno, ¡cállate! - le ordenó el rubio apuntándole con un dedo, completamente abochornado - ¡¿Y tú quién eres de todas formas!?
_Soy Sai. ¿No te lo dije ya? - se veía honestamente confundido.
Sasuke tosió y se recompuso, asumiendo una máscara de inexpresividad.
_ Entonces, Sai - el pelinegro echo atrás el percutor del revólver, haciéndole saber que su arma estaba cargada y lista para disparar - ¿Qué haces aquí? - preguntó con voz oscura.
La expresión del aludido cambio de repente, y los miró a los dos con seriedad.
_He venido a entregarles un mensaje importante.
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Con un considerable tic en el ojo, Naruto trató de controlar su voz para no gritar.
_Alguien me puede explicar... ¿por qué demonios tenemos que viajar con ese tipo?!
_Deja de quejarte ya, Naruto.
_Naruto-kun, el sheriff me envió a darles una información importante. - con la sonrisa plasticada que pronto tomaría el nombre de "estilo Sai", el tipo en cuestión le informó de los detalles de su presencia. Por segunda vez - Tenemos que capturar a un ladrón.
El rubio refunfuñó por lo bajo, y Sasuke lo miró de reojo. Aunque no lo demostrara, él también se sentía algo molesto por la llegada de ese Sai. Sobre todo porque los había interrumpido cuando...Cerró los ojos y arrugó el ceño. Ya pensaría en eso después.
_Kakashi.
El peliplateado giró la cabeza hacia quien lo había llamado. Los ojos oscuros de Sasuke decían más de lo que parecía. Kakashi desaceleró el trote de su caballo - que de por sí ya iba lento - y se acompasó al de Sasuke, dejando a los otros tres integrantes del grupo un par de metros adelante.
_¿Qué sucede, Sasuke? - preguntó sin mirarlo.
_No confío en él. - contestó sin verlo tampoco, en tono serio y bajo, de tal forma que Kakashi sabía que no era una cosa que había salido de la nada. La verdad, era que Sasuke había estado observando a Sai desde que había llegado, su cabeza llena de sospechas y especulaciones.
_¿Por qué? - preguntó el peliplateado calmadamente. Sostenía su libro en una de sus manos mientras la otra asía la correa de su caballo.
_No es normal que Sarutobi nos mande a alguien que no conocemos para darnos información.
_Ya veo...También había pensado en eso. Pero sabes, Sakura lo conoce.
_Sí, lo sé. - Sasuke frunció más el ceño - Pero aun así no creo que sea-
_ ¡Hey, Sasuke!
El pelinegro dio un bote del susto y su cabeza se giró con un movimiento violento. El rostro tostado de Naruto le mostraba una sonrisa radiante- al maldito le gustaba "sorprenderlo".
_¿Qué quieres? - preguntó con supuesto aburrimiento.
_Eh, ¿qué te he hecho ahora? - protestó con un puchero infantil. Kakashi decidió en ese momento ir con los otros y dejarlos solos en su "discusión".
_Ponerte en mi campo visual, dobe.
_Hey, ¡¿a quién le llamas dobe?!
_A ti.
_ ¡Bastard-!---Mhp!?
Sasuke lo agarró del cuello de la camisa y lo haló a su boca, y estampó sus labios juntos. Los ojos de Naruto, que se habían agrandado de la estupefacción, se fueron cerrando lentamente, y su mano viajó a tomar la nuca del pelinegro. La posición en la que estaban era algo incómoda y forzada, con los caballos aun caminando, ignorantes de lo que sus jinetes hacían.
Se besaron con el mayor silencio que pudieron mantener, sofocando los gemidos en sus bocas ansiosas, sus cuerpos inclinados para que el contacto de sus labios no se detuviera.
Cuando sus pulmones empezaron a reclamar por aire, la mano de Sasuke soltó a regañadientes la camisa del rubio. Se cubrió la boca con la mano. Estaba tan sonrojado como agitado, su pecho subiendo y bajando por su descompasada respiración. A su lado, Naruto estaba en un estado similar, solo que en vez de cubrirse la boca, sonreía… como idiota. En sus ojos se reflejaba la luz del crepúsculo, y el pelinegro se perdió unos segundos en ellos, sumergido en ese resplandor hermoso y cálido.
_Sasuke. - acarició la mejilla sonrosada con su pulgar, mesmerizado mientras contemplaba los ojos oscuros de Sasuke. Oscuros como una noche estrellada, llenos de misterios y maravillas.
_Hn. - el pelinegro no lo miró más y, sin haber recuperado todavía su cara impasible, trotó hacia el trío que eran Kakashi, Sakura y el sospechoso Sai.
_Oye! ¡No me dejes atrás-tebayo! - pero Sasuke ni siquiera hizo mención de escucharlo. Su mente todavía estaba en el momento del beso, inmerso en el rostro y la sonrisa de Naruto.
El rubio cabalgó hasta unirse a lo demás, y le susurró por lo bajo "Bipolar". Aun así, sus labios no dejaban de esbozar una sonrisa.
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El hombre entró en la habitación y estrechó los ojos ante la oscuridad que reinaba en ese espacio. Podía ver la silueta de esa persona. Una sonrisa ladina y retorcida se extendió en su pálido rostro.
_ ¿Supongo que no conoceré tu rostro?
_No es necesario conocer nuestras caras para hablar.
_Cierto... - el hombre rió entre dientes - Supongo que ya estás informada del encargo.
_Lo que me interesa saber es el pago por mis servicios. - la voz era femenina, profunda. Hablaba con firmeza, sin titubeos. El hombre sabía que se trataba de alguien con una mente calculadora y fría. Y que, además, era tan astuta como él.
Pero sobre todo, sabía cuál era su debilidad.
No dejó de sonreía al hablar.
_Te pagaré la primera parte ahora. Cuando hagas la entrega, te daré lo restante.
_ ¿Y en qué me pagarás?
Oh, él sabía que ella era muy exigente. Pero era tan exigente como efectiva. Por eso nunca habían sido capaces de atraparla.
_ Oro.
Incluso en la penumbra pudo percibir el súbito cambio de humor. Su sonrisa se amplió. Colocó la pesada maleta que llevaba en la mano cerca de la puerta, y se giró lánguidamente para irse.
_Por supuesto, tendrás la misma cantidad cuando termines el trabajo.
Podía sentir como las manos de esa mujer se alargaban hacia la bolsa. Sabía que quería tomar el pequeño tesoro y estrecharlo en sus brazos. Era una mujer demasiado codiciosa. Esa era su debilidad, y su fortaleza.
_Los detalles están dentro. - habló sin voltearse y salió hacia un corredor que conectaba con la salida de esa casa.
_¿Cuál es el nombre? - preguntó.
El hombre no pudo evitar saborear las sílabas en su boca.
_Uchiha Sasuke.
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Continuará…