MI AMADO INMORTAL
-¿Por qué lo hiciste Albus?-
-Porque lo amaba-
Esa fue la simple respuesta que dio el muchacho, aquel que de todos los Gryffindors parecía el más inofensivo, hasta ese dia.
-Es difícil de explicar…pero yo le amaba…y le amaba tanto, tanto que…el no debía sufrir, el no debía…-
-Entonces explícame, ¿por qué?-
-Desde que lo vi por primera vez me pareció un sueño hecho realidad, no solo por su belleza, sino por su forma de ser- sonrió al recordarle –tan altanero pero tan simple a la vez, una extraña mezcla en un ser tan celestial que para otros no era más que el descendiente maldito de una familia de Mortifagos, mientras que para mí, para mí… era mi vida entera-
La directora le quedo viendo intrigada, pues jamás hubiese imaginado tal cosa de aquel chico.
-Pero tú, no eras amado por el, ¿verdad?-
-¡Se equivoca!- Exclamo molesto al escucharle decir aquella blasfemia a la anciana mujer – ¡Él me amaba, ambos nos amábamos, aunque usted no lo crea, aunque este maldito mundo no lo crea, él me amaba y yo le amaba, esa es la única verdad!-
-Entonces Albus, ¿Por qué?-
Pero no había una respuesta a esa pregunta, más que el silencio sombrío de quien no sabe que decir a continuación y la respuesta le llego sola aquella mujer que en su vida hubiera dado todo lo que pudiera para no tener tal problema entre sus manos.
-Quizás, tu creías que él te amaba, porque eso era lo que deseabas pero en realidad…-
-¡No, él me amaba, me amaba en realidad, él me amaba!-
Pero tal y como lo había imaginado, aquella relación solo existía en la mente del chico, eso estaba claro para ella, mas no para el pobre adolescente ante ella.
-Es por esto que jamás quisimos decir nada- soltó con desprecio el joven –porque sabíamos que nadie lo aceptaría, que nadie nos daría crédito, que solo buscarían escusas baratas para separarnos- le escucho decir amargamente al joven.
-Albus-
-¡No! Él me amaba, yo le amaba, nos amábamos y apenas saliéramos de esta maldita prisión nos marcharíamos lejos, tan lejos como nos fuera posible, tan lejos como nuestros ahorros nos lo permitieran, ¡lejos!, lejos de las recriminaciones de la sociedad mágica, del desprecio de nuestras familias y el repudio generalizado de esta maldita sociedad al ver al hijo de un héroe al lado del de un mortifago- dijo tragando con dificultad un poco de oxigeno aun con lágrimas en los ojos que se negaban a abandonarle.
-Eso-
-Es imposible- contra ataco antes de que la bruja pudiera terminar su frase –no, no lo es, formaríamos nuestra propia familia, esa que ustedes jamás nos hubieran permitido tener-
-Albus, si todo lo que me dices es cierto-
-¡Es cierto, maldita sea, es cierto!-
-Tranquilízate por favor, solo no entiendo una cosa, y es que si todo eso es cierto, ¿porque ayudaste a perpetrar tal atrocidad en contra de tu pareja?- pregunto aun sin creer las palabras inocuas del joven que de furioso paso a estar melancolico.
Negaba efusivamente con su cabeza, como si con eso lo explicara todo, apenas levantando la vista para ver a su directora frente a él con expresión acusadora.
-Fue cosa de James…y yo….él no sabía nada de lo nuestro- acuso el moreno mordiéndose el labio inferior – por eso, cuando me lo pidió…al principio me negué pero luego, luego lo pensé mejor y me di cuenta, me di cuenta que si no lo ayudaba…le pediría ayuda a otro y entonces el- pronuncio con voz ahogada –el sí estaría en problemas-
La bruja alzo una ceja acusadoramente, pues aquello no tenía sentido para ella, aunque tal parecía si lo tenía para el chico que ya estaba anegado en lágrimas.
-Pensé en advertirle…pero el, mi hermano…cambio de decisión…y lo que iba a hacer dentro de un par de días fue…- sonrió tristemente –No pude hacer nada-
-Pudiste enfrentarte a James-
El chico le miro con asombro, como si hubiese dicho alguna locura y lo que creyó saber desde que aquel muchacho llegara a Hogwarts se hizo más que nunca cierto, y era que el hermano mayor le maneja a su antojo, despojándolo de cualquier tipo de decisión propia.
-¿Que paso cuando lo encerraron?, ¿porque supongo que el sr. Malfoy dio pelea o me equivoco?-
-El…él estaba precioso…el…el me sonrió…inclusive creo que pensó que le había contado lo nuestro a mi hermano…hasta que vio a los otros y entonces…entonces…-
Deseaba poder sentir lastima por aquel muchacho que estaba hecho un mar de lágrimas frente a ella, lo deseaba, en realidad lo deseaba, sobre todo por ser hijo de quien era, pero en esas circunstancias le era imposible, sobre todo al ver el estado en que habían dejado al otro joven.
-¿Que paso Sr. Potter?- pregunto seriamente la bruja para escuchar un hipido de parte del otro.
-James…él ya se lo conto…o no-
-Él ya me conto su versión al igual que el resto de sus compañeros, pero ahora, ahora le toca a usted-
El muchacho se veía confundido de seguro el hermano le había prohibido hablar asegurándole que él se encargaría de un problema que era mucho mayor a una simple rencilla entre estudiantes.
-Scorpius…mi Scorpius… me sonrió…nos saludó a ambos y eso…eso pareció molestarle a Jam…James…- tomo un sorbo de aire intentando de parar el llanto –Entonces ellos salieron de sus escondites…le arrebataron su varita y lo lanzaron sobre el pupitre…- sollozo ahogadamente apretando sus puños contra su pecho –Yo…yo no quería que lo lastimaran…yo…-
-Usted que Sr. Potter-
-Yo…no puedo…James dijo…dijo que el…. ¡no puedo seguir hablando!-
-Albus, James no está aquí y si no hablas ahora nadie te creerá que amabas a Scorpius Malfoy, ni mucho menos que él te amaba- enfatizo molesta la bruja para ver como su alumno levantaba de golpe su cabeza.
-¡Él me amaba y yo lo amaba!-
-¡Si era asi, entonces dime la verdad, dime que sucedió!-
-Yo no podía permitirles eso,… no podía,… él era tan inocente,… aun contrario a lo que pensaran todos, ¡él era mi ángel!... El no solo era perfecto, él era…- decía atropelladamente cada vez más exasperado -pero ellos iban a ensuciarlo, lo harían y yo no podía hacer nada, porque si lo hacía entonces James lo sabría- dijo desesperado como queriendo justificar sus actos –Y entonces se ensañaría aún más con él y eso, eso no lo podía permitir. Entonces, cuando lo escuche pedir ayuda, cuando vi esos ojos grises exigiéndome hacer algo…-
-¿¡Que Albus, que hiciste!?- insistió imaginándose la peor de las situaciones al verse enfrentado por primera vez a su prepotente y pusilánime hermano mayor al cual desde pequeño se le había obligado a obedecer sin restricciones.
-Hice lo único que podía- respondio perdiendo por completas sus fuerzas.
-Y entonces él se puso furioso y…-
-No, ninguno sospecho nada, ninguno- respondio confundiendo a la mujer.
-No lo entiendo Albus, entonces como es posible que-
-Yo no podía permitir que el sufriera, no más, no después de haber soportado la humillación de ser despojado de su varita, de su voluntad, de sus ropas, de haber sido denigrado a tal grado para luego ser…-
-Violado- dijo amargamente la directora para ver un asentimiento de cabeza por parte del joven frente a ella.
-Sus ojitos se anegaron en lágrimas suplicándome porque lo detuviera, porque los detuviera, pero no hice nada, nada más que aceptar las ordenes de James que me gritaba que le hiciera callar, porque aun sin varita mi ángel daba pelea,… con sus puños,… con sus piernas, …con su cuerpo,… con su boca…Pero ellos,… ellos agarraron con fuerza sus extremidades, ellos, ellos no le dieron ni una sola oportunidad…y cuando vi lo que le iba a hacer el animal de mi hermano, cuando vi eso…-
-Tú lo violaste-
-¡No!- chillo furioso el chico mirándola por primera vez con ira -¡yo jamás le habría hecho tal cosa, yo le amaba por Merlín, le amaba, cuando va a enterlo!-
-¡Entonces que hiciste Albus, que hiciste para ayudar aquella persona que dices haber amado tanto, que hiciste!-
-Lo libere- soltó cansinamente –Lo libere…antes de que se diera cuenta de las atrocidades que estaban a punto de perpetrar en su virginal cuerpo…ese cuerpo que reservaba solo para mí…-
Locura, solo eso veía en aquel par de esmeraldas idénticas a las de su progenitor, no pudiendo más que sentir un horrible desazón por el terrible desenlace de una de las familias más importantes y queridas del mundo mágico al dar la señal al par de aurores que al igual que ella se esperaban otro tipo de confesión, una luz de esperanza en toda aquella oscuridad dejándoles en claro una vez más que aquella monstruosidad si había ocurrido y que no existía excusa alguna para salvar aquellos jóvenes magos.
Aun recordaba a su amado, llorando, gimiendo, exigiendo una explicación que no existía para su cobardía, una que solo podía explicarse asi mismo para no creérsela en absoluto, aun estando enfrente de un maldito dementor que poco a poco le iba extrayendo cualquier atisbo de felicidad de su cuerpo, hasta llegar al último de ellos, el más especial, el de su amado Scorpius, despidiéndose de esta vida al ser asfixiado por sus propias manos al estar a punto de ser violado por su hermano y sus secuaces en un maldito salón en desuso……Para transformarse hasta el final de sus días, gracias a esas últimas imágenes que no fueron arrancadas de su alma… en su amado… inmortal.
Fin.