Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Internado por Sady

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, subiendo luego de un tiempito algo!! Espero les guste :D

Está basado un poco en un doujin de Free! (Samezuka-gakuen-no-nichijou).

 

Notas del capitulo:

La obra de Naruto pertenece a Masashi Kishimoto.

 

—Naruto…

“¿De nuevo?” me pregunto cuando lo veo acercarse a mi cama luego de que escucho mi nombre en un susurro. Tiro un poco de las sábanas, me apoyo con los codos y trato de fijar mi vista sobre él, está oscuro, es tarde, pero puedo ver un poco de su rostro y sentir su cuerpo subiendo en mi cama. Le hago campo torpemente, sintiendo mis párpados pesados ya que llevaba al menos una hora dormido, había pensado que hoy no sería una de esas noches.

Siento sus manos bajando el borde de mi bóxer —me he acostumbrado a dormir así— y luego en ellas a pesar de todo pronto se encuentra mi miembro semi erecto. Doy un jadeo ya completamente despierto.

Noto además un tenue olor a cigarrillos.

Entonces no tardo en sentir su lengua húmeda sobre la cabeza de mi polla, sus manos ahora tocando casi que tímidamente mis muslos, subiendo despacio para rozar mis nalgas y hasta que Sasuke termina evito soltar más jadeos para que nadie escuche.

Le advierto cuando estoy a punto de venirme, quita su boca y al final recoge mi evidencia en un pañuelo. No nos decimos buenas noches cuando sin más vuelve a su cama.

 

**

 

Me despido de Neji quien sigue adelante y yo quedo al frente de la puerta de mi dormitorio.

Me pregunto si Sasuke está adentro.

De niños nos convertimos en mejores amigos aunque fuese por un tiempo, diría yo al menos dos años.

Recuerdo que entonces para mí Sasuke era mi mundo, lo seguía a donde fuera, nos retábamos en todo, comíamos de las galletas que nos enviaba su madre y nos burlabamos de su hermano aunque yo no lo conociera personalmente. Él era —y sigue siéndolo— un buen estudiante y el hijo perfecto, por lo que incluso todavía me pregunto cómo alguien como él  se interesó por mí entonces o al menos me dejó entrar a su burbuja personal. Supongo que el hecho de ser en ese tiempo unos simples niños, vivir en un internado y mi constante presencia luego de declararlo mi rival y no importarme el llamado espacio personal, ablandó al niño pelinegro que prefería mantener a todos alejados.

No éramos compañeros de habitación —su compañero era un niño llamado Suigetsu mientras que yo por ser nuevo fui designado durante mucho a una habitación para un solo estudiante— pero eso no importó ya que a la hora de cerrar los ojos sentía que habíamos andado juntos todo el día.

Pero entonces tuve que ir a vivir a Kumo, lejos de él y no lo volví a ver, y con el tiempo de alguna forma me olvidé de Sasuke. Imagino que los siguientes tres años en plena pubertad no importa tanto recordar lo que hacías antes de los 12 años y mucho menos si en adelante tienes ciertos problemas personales.

Luego el cambio brusco volvió a presentarse.

Regresé y sorpresivamente me convertí en el compañero de habitación de Sasuke. Sin embargo creo que lo único que no cambió es que sigue siendo unos centímetros más alto que yo. Él ya no era el niño que había conocido y yo ya no era aquel inocente que confiaba en todo el mundo.

A veces pregunto por su familia, si su madre está bien y si él ha estado estudiando siempre aquí. La mayoría de esas cosas las responde con monosílabos y de regreso no pregunta por mí, cosa que me parece lo mejor. Sólo terminaría mintiéndole.

Le diría que todo fue normal, que hice amigos, una novia y practicaba cada tarde algún deporte sin problemas.

No le diría que en realidad fui el juguete de algunos chicos mayores.

Escucho algunos pasos cerca mío y me doy cuenta que he estado por al menos un minuto frente a la puerta. Siento el cansancio en mis pies por el rendidor día de hoy y tomo la manija de la puerta empujándola con lentitud. Sé que también es mi habitación y han pasado dos meses de convivencia pero no estoy seguro si este chico de expresión tan imperturbable se haya acostumbrado a mí haciendo ruido por ahí.

Entonces entro y lo veo por primera vez en el día.

—Sasuke —digo a modo de saludo.

Deja de teclear en su computadora y gira su silla para observarme fijamente por unos segundos, como evaluándome. Es algo que ahora hace incluso sabiendo que puede incomodar a la otra persona.

—¿Vienes de la práctica? —pregunta con una voz no realmente interesada, como si los resultados de su escrutinio no valiese la pena y devuelve su mirada al monitor.

—Uh… sí, hoy fue algo agotador. Estuvieron varios del último año, así que… —Paro de hablar y siento mi garganta un poco tensa—. Eh, sí… tomaré una ducha ahora. —Odio el silencio y no poder hablarle a las personas mirándolas directamente al rostro pero supongo que para Sasuke ahora debo ser sólo un estudiante más con el detalle de que compartimos habitación. Sin embargo recuerdo algo y antes de continuar mi camino al baño me detengo—. ¿Vas… vas a terminar pronto o...?

Vuelve a mirarme y no sé si me arrepiento de la pregunta inconclusa. “¿O quieres hacer algo?” Lo pregunté como si nada pero ahora me doy cuenta que es palpable la insinuación que va incluida en eso.

Entonces apresurado entro al baño desconociendo la posible expresión que él habrá hecho.

Dentro siento mis mejillas enrojecer como si me sintiera culpable de algo, pero no sólo eso, incluso por alguna razón mis ojos pican.

No me atrevo a tocarlos y me meto en la ducha.

Me demoré creo más de lo usual repitiéndome en la cabeza que era más asunto de él que mío. Él comenzó todo. Este chico ha estado haciéndome sexo oral algunas noches o sube a mi cama para que por un momento nos masturbemos.

Y sabe que no voy a negarme.

A veces me pregunto si ha hecho este tipo de cosas con otros estudiantes pero por ahora esto entre ambos se ha vuelto algo normal. Como una costumbre.

Supongo que ayuda el hecho de que vivamos en un ambiente lejos de chicas puesto que es un internado para varones, probablemente las veces en que ha estado afuera aprovecha en hacer algo con alguna amiga, quizás algo que no sólo se limite a ambos tocarse.

Y si algo recuerdo de su familia es que deben tenerle planeada toda la vida.

Algo como dos chicos en una habitación acariciándose de forma íntima no debe ser más para ellos que un desviación que no tiene bienvenida alguna.

Cuando salgo del baño la habitación está oscura, sólo voy con mi usual ropa interior y con experiencia arrimo a mi cama.

Al parecer Sasuke está afuera pero decido quedarme sentado un rato sobre el colchón. Lo hago incluso cuando sé que va a demorarse. Inevitablemente siento frio pero no me muevo.

Él es un chico perfecto, así de simple. Y seguro piensa que tiene todo bajo control y no necesita a otro recordándole que ha estado lamiendo y chupando el miembro de un hombre.

En mí recae que al parecer no poseo ningún tipo de control cuando es sobre él.

No sé si es porque pienso que gritar por auxilio no servirá de nada o porque tener su boca o mano alrededor de mi erección se siente demasiado bien para admitirlo.

Pero cuando pasan más de 15 minutos empiezo a sentirme patético. No debería estar esperándolo, es tonto. Alguien como yo debería considerar lo que le permito hacer como algo desagradable...

 

**

Casi que pasa una semana sin esas visitas nocturnas de Sasuke y en todo ese tiempo no supe cómo debía actuar. Me di cuenta que la mayoría de nuestras interacciones han sido sobre mi cama y que el concepto que nos teníamos uno al otro en ese tiempo de niños es ahora menos que un recuerdo.

Pero lo ha vuelto a hacer y aunque yo ya he llegado al orgasmo, cuando me muevo con el propósito de hacerme espacio —o para insinuarle que se ha acabado— siento rozar con mi pierna su erección.

Lo que sigue lo hice sin pensar, casi que en automático.

—Sasuke…

Él no responde, su cuerpo sobre el mío con la espalda curvada y su respiración obviamente más rápida lo hacen ver como un chico obviamente necesitado de ayuda.

—Sasuke…

—¿Qué?

—Aquí también… —pronuncio con un poco de dificultad mientras subo las caderas y bajó más mi ropa interior. Cuando me enfoco en Sasuke veo que sólo se ha quedado mirando—. Vamos… Quieres meterlo ¿no?

Observo cómo se sorprenden entonces, yo mismo lo estoy. No debería estar pidiéndole a otro algo como eso…

—Puedes hacerlo. Está bien por mí… —Nuevamente no sé de dónde ha salido pero he subido mi cabeza hasta besarlo cortamente en los labios.

Ha pasado algo de tiempo pero sé cómo es. Sólo tengo que soportar el inicio y sentiré luego placer antes de que me dé cuenta.

El dolor es sólo al comienzo.

“¿Eres de Konoha? Qué lejos de casa. Muestra a qué realmente viniste, gime para nosotros”.

Siento a Sasuke ubicarse. Mis piernas lo buscan y mis caderas suben. Es entonces cuando me doy cuenta, él no se mueve.

“¿Lo vieron? Debe gustarle, movió sus caderas… Sabía que era una zorra. Dinos que se siente bien, Naru-chan”.

Sin embargo su erección está más despierta que antes.

“No grites y quédate quieto... Realmente eres una puta”.

Pero él no se mueve y siento algo de susto. O decepción. Probablemente Sasuke desde su ubicación simplemente está pensando si valgo la pena, seguro se ha dado cuenta... de todas formas es quien más cerca ha podido mirarme desde que llegué aquí con todas esas manos retratadas en mi cuerpo.

Entonces siento como la otra vez mis ojos picarme y al parecer él se ha dado cuenta de ello. Pero no quiero que se baje y mucho menos que pregunte algo.

Así, casi que en un abrir y cerrar de ojos estoy buscándolo, estoy sujetándolo de los hombros y estoy pegándome a él, haciendo que se siente, subiéndome a él, tomando su miembro y guiandolo hacia mí.

Escucho como trata de retener con fuerza sus jadeos y observo su atractivo rostro. Sasuke es hermoso por donde se vea. Es como si perteneciera a un cuadro divino, y más hermoso se ve con sus ojos negros puestos en mí y cuando los cierra mientras me muevo centimetro a centimetro.

“Realmente eres una puta”.

No me importa. Y no espero por mucho tiempo para empezar a subir y a bajar sobre él.

Sasuke no es como ellos.

Durante un instante me atrevo a besarlo nuevamente, esta vez con un beso más largo que él responde.

Le siguen varios más hasta que siento el temblor en su cuerpo. Es entonces que observó su rostro de total éxtasis.

Me dan ganas de sonreír. Yo tampoco soy esa misma persona de antes sin fuerzas.

 

**

 

Sasuke está al lado mío, sus ojos cerrados y una expresión en su rostro de en total cansancio y satisfacción.

Una idea en mi cabeza no me ha dejado en paz mientras lo observo muy cerca. Esta debió ser la primera vez de él. Lo digo por sus anteriores movimientos y expresiones, y porque no se me ocurre otro caso en donde él le dejaría a alguien más tener el control.

Y eso me recuerda que para mí es la primera vez que me besa un hombre y que tengo unas ganas frustrantemente irritables de volver a besarlo.

Pero sé que tan pronto despierte y sepa en qué cama está se irá. Dudo que haya pensado su primera vez de esta forma y no creo que considere aceptable que haya llegado hasta tal punto con alguien que ni siquiera es su amigo en la actualidad.

Son las 3:30 am. Podría ir a asearme un poco —lo cual en realidad necesito—, hacer algo de ruido y lograr que Sasuke se despierte un poco y se dé cuenta en donde está. Probablemente cuando salga del baño ya se habrá cambiado de cama.

Me incorporo un poco entonces pero antes de sacar las piernas de la cama siento una mano sostenerme de la cintura.

—No te vayas… —susurra suavemente Sasuke.

Lo que dice me desubica un poco entonces.

—Sólo iré al baño. Necesito… Volveré en un segundo.

—No… —dice entonces abrazándome un poco más fuerte—. No te vuelvas a ir…

—¿A qué te refieres? ¿A dónde? —De repente me doy cuenta que no estamos hablando del baño.

Pasa unos segundo pero él decide responder:

—Lejos de mí…

Vuelvo a acomodarme como estaba antes rindiéndome a él. Su agarre ahora mejor sobre mí lo que me hace sentir nervioso. Es la primera vez que menciona algo de nuestra relación pasada.

—No puedes decir eso… No soy ese mismo niño de antes —digo con suavidad.

Sasuke entonces por fin abre los ojos y es como ser absorbido por una noche densa y profunda.

—No soy bueno con las palabras pero me trataré de explicar, Naruto —dice y se suelta, rodando un poco hasta quedar mirando al techo. Parece pensárselo un poco antes de hablar—: No me gusta acercarme a las personas, no quiero tocar a otros. Nunca lo hice antes. ¿Pero sabes algo? Antes de que te fueras supe que me gustabas. Así que yo era un niño al que le gustaba su otro amigo y por supuesto nunca podría aceptar eso. Cuando te fuiste me sentí un poco aliviado porque pensé que así todos esos sentimientos que no debería estar teniendo se solucionarían.  

Giró su cabeza entonces hacia mí.

—Pero eso nunca pasó. Te volví a ver… Sí, eras diferente pero no podía quitarte los ojos de encima. Eso era frustrante, era peor de frustrante que antes. Quería tomarte de los hombros y gritarte que te fueras de nuevo…

Pasaron otros segundos antes de darme cuenta que Sasuke había girado por completo otra vez hacia mi y una mano me acariciaba el brazo.

—Eso por supuesto fue algo que tampoco pasó —completó él—. Quería tocarte y tan pronto entendí que no te negarías lo hice tantas veces quise. —Entonces río de forma frustrada—. De seguro debes creer que soy un maldito bastardo.

—Creo que lo hice porque también quería… —le interrumpí antes de que siguiera con algo más—. No podría… con otra persona no… yo…

Me doy cuenta que en realidad no lo haría. Probablemente seguiría gritando ayuda aunque tuviese una mano sobre mi boca.

Pero Sasuke es diferente.

No tengo que hacer lo que ellos decían, o ser lo que ellos jadearon en mi oreja aquella vez y las veces que siguieron.

Me acurruqué hacia Sasuke sin el peligro de sentirme débil ante su cuerpo desnudo y sentí su abrazo y caricias en mi cabeza.

—Nunca te dejaré otra vez.

—Yo no dejaré que te vayas —me respondió.

 

Notas finales:

Gracias por leer y perdón por dejar medio olvidado el fandom...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).