MALDICION
La boca me duele, las encías me molestan, una vez más debo soportar que estas cosas emerjan destrozando parte de mi ser.
Me siento frio, aun cuando siento mi cuerpo arder por dentro, deseo que nada de esto me pasara, que mi mente no se perdiera, que mi cuerpo no dejara de pertenecerme, que mi inocencia no se viera perjudicada pero es tarde.
Es malo sentirse culpable, lo sé, por eso lo ignoro, pues son sentimientos estúpidos cuando estas maldito, o al menos eso me dijo él. Pero qué demonios esperaba cuando era nuevo en ello, cuando aún no comprendía lo que me pasaba, cuando sin saberlo perdía el paraíso para caer en el abismo del infierno del cual él era el principal culpable.
La tierra se mete por mis uñas, profundo, muy profundo, siento el viento rozarme, las ramas azotarme, la luna reclamándome por un simple saludo que dejo salir sin percatarme, aullándole sin control, ni miramientos, aun si eso pone en peligro mi propia existencia.
Los rayos que emite la luna dejan de bañarme cándidamente para abandonarme, dejándome desprovisto de cualquier arma en contra de mis enemigos.
Despierto aturdido, adolorido y con todos los miembros de mi cuerpo atrofiados por el brutal cambio que este ha sufrido la noche anterior. Con dificultad me levanto y deambulo por el bosque un buen rato preguntándome si habrá alguna casa cercana de la cual pueda robarme alguna prenda de vestir, estoy desnudo y eso no ayuda para nada a mi retorno a casa.
Él está ahí, sentado junto a mi chimenea con una gran sonrisa preguntándome sin siquiera abrir la boca como me fue esa noche, mi primera noche de transformación solo por el mundo…y le ignoro, porque aun cuando debería odiarlo, maldecirlo, atacarlo, rasgarle la maldita garganta con mis colmillos que aún no han desaparecido del todo, no puedo y no puedo porque le amo, le amo y me odio por eso, porque él ha destrozado mi vida, me ha maldecido de la peor forma posible y tarde o temprano por su causa perderé a todos los que amo.
-Pasara pronto Draco, ya lo veras, todo será mejor después del primer año-
-Lo dudo-
Como siempre después de su discurso habitual me encierro en el cuarto de baño por horas suplicando quitarme el maldito olor a perro de mi cuerpo, aquel olor a tierra mojada, aquel olor a sudor y sangre. Y sobre todo aquel olor a putrefacción que deja la muerte de mis presas sobre mi cuerpo y mi alma.
Fin
MALDICION
La boca me duele, las encías me molestan, una vez más debo soportar que estas cosas emerjan destrozando parte de mi ser.
Me siento frio, aun cuando siento mi cuerpo arder por dentro, deseo que nada de esto me pasara, que mi mente no se perdiera, que mi cuerpo no dejara de pertenecerme, que mi inocencia no se viera perjudicada pero es tarde.
Es malo sentirse culpable, lo sé, por eso lo ignoro, pues son sentimientos estúpidos cuando estas maldito, o al menos eso me dijo él. Pero qué demonios esperaba cuando era nuevo en ello, cuando aún no comprendía lo que me pasaba, cuando sin saberlo perdía el paraíso para caer en el abismo del infierno del cual él era el principal culpable.
La tierra se mete por mis uñas, profundo, muy profundo, siento el viento rozarme, las ramas azotarme, la luna reclamándome por un simple saludo que dejo salir sin percatarme, aullándole sin control, ni miramientos, aun si eso pone en peligro mi propia existencia.
Los rayos que emite la luna dejan de bañarme cándidamente para abandonarme, dejándome desprovisto de cualquier arma en contra de mis enemigos.
Despierto aturdido, adolorido y con todos los miembros de mi cuerpo atrofiados por el brutal cambio que este ha sufrido la noche anterior. Con dificultad me levanto y deambulo por el bosque un buen rato preguntándome si habrá alguna casa cercana de la cual pueda robarme alguna prenda de vestir, estoy desnudo y eso no ayuda para nada a mi retorno a casa.
Él está ahí, sentado junto a mi chimenea con una gran sonrisa preguntándome sin siquiera abrir la boca como me fue esa noche, mi primera noche de transformación solo por el mundo…y le ignoro, porque aun cuando debería odiarlo, maldecirlo, atacarlo, rasgarle la maldita garganta con mis colmillos que aún no han desaparecido del todo, no puedo y no puedo porque le amo, le amo y me odio por eso, porque él ha destrozado mi vida, me ha maldecido de la peor forma posible y tarde o temprano por su causa perderé a todos los que amo.
-Pasara pronto Draco, ya lo veras, todo será mejor después del primer año-
-Lo dudo-
Como siempre después de su discurso habitual me encierro en el cuarto de baño por horas suplicando quitarme el maldito olor a perro de mi cuerpo, aquel olor a tierra mojada, aquel olor a sudor y sangre. Y sobre todo aquel olor a putrefacción que deja la muerte de mis presas sobre mi cuerpo y mi alma.
Fin
(Tuve que repetirlo, ya que la pagina no me lo haceptaba por ser demasiado corto)