Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No escuches a tu demonio interno. por Yami Red eyes

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

De mi para mi.

<3

 

Dc ni sus personajes me pertenece.

Notas del capitulo:

 

-Capítulo 1-

 

"Sigue tus sueños y aferrate a ellos"

 

 

Cap. 1.-Deseos malditos.

 

Imposible…

No…

Esto no me pude estar pasando…

No, no a mí…

No a mí, símbolo de justicia, símbolo de libertad y equidad, justiciero, héroe, ejemplo a seguir, no puede estar pasándome esto, esto que siento es obseso, impúdico, asqueroso,  aberrante, esto que siento, esto que me está pasando está mal, es un capricho,  una barbarie, esto es, es un enfermo amor.

Soy el  hombre que se suponía tiene que ser perfecto, el que se suponía debe cuidar la tranquilidad y prosperidad de todo el mundo, el que lucha sin descanso el día a día para hacer de este mundo un lugar feliz; el hombre de respeto y orgullo, el que te protege, el que te cuida. Soy el hombre de acero, ese que se suponía debía salvarte, yo, el bien, el que debería estar de tu lado pero hoy, hoy soy solo un vestigio de lo que era.

Por favor entiéndeme, no soy todo de acero.

Compréndeme, también tengo sentimientos.

Entiende y por favor, te lo suplico, perdóname.

Ahora soy más que porquería, otro criminal, me he convertido en un  fracaso de lo que es correcto, te he decepcionado.

Se que solo es un pensamiento pero, desde el fondo de mi corazón, desde lo más puro de mis sentimientos, nacido desde lo más honesto de mi persona, quiero exprésatelo: yo estoy enamorado de tí; de todo lo que eres, de todo lo que te hace ser, de tu luz, de tus ganas de vivir. Sé que no lo sabes pero justo ahora, después de pelear con todos mis demonios internos, por fin he llegado a un acuerdo conmigo. Por favor, no dejes de sonreírme, no dejes de ser feliz, no dejes de ser tú quién después de todo eres el que me ha hechizado sin darse cuenta, solo por ti cambiare mi significado de justicia, solo por esta vez y solo contigo. Lo sé, soy egoísta, soy un demente, soy un criminal, pero llevaré esto hasta el final. Quizás deje de sufrir por ti solo el día que te tenga, el día que satisfaga a ese asqueroso demonio maniático que me  está matando lentamente desde dentro de mi pobre ser.

Quiero pensar que esa es la solución, una vez que te tenga, esto por fin acabará.

Debe ser así.

Es la única solución.

Por favor, no dejes de sonreír, por favor, entiéndeme, debes de ser mío, tú tienes que mirarme solo a mi, solo a mí, tú mi Robín.

 

 

Ese era el pensamiento que Superman, el hombre de acero, tenía mientras flotaba frente al  ventanal del asistente de Batman en la mansión Wayne. Robin se había ganado el corazón del héroe favorito de todo el mundo, primero con sus niñerías, luego demostrando su inteligencia, flexibilidad y finalmente, frente a cualquier circunstancia, siempre mantenía su inocente felicidad. Simplemente, el pupilo del caballero de la noche era encantador.

Superman tenía un grave problema, ya no podía luchar más contra esos pensamientos hipersexuales que lo perturbaban por grandes lapsos de tiempo. Era un mano a mano con su lado oscuro, más este último lo había convencido. Y pensar que el primer pensamiento sobre ese adorable muchacho había sido solo una especulación de lo que podía llegar a pasar si tan solo Robin lo correspondiera; se había convertido en una crucial necesidad, su lado “humano”, es decir, el lado malo, lo tenía sometido.

Se poso en el balcón y tocó el vidrio de la ventana. Antes ya lo había hecho para invitar al pequeño pajarito a combatir el crimen hombro a hombro a expensas del hombre murciélago logrando así convertirse en el héroe favorito del asistente.

Todo había dado inicio debido a una visita clandestina que el famoso justiciero de mallas azules había hecho para hablar de asuntos de la liga con el magnate Bruce; pero había equivocado el dormitorio del filántropo y dio con el del joven maravilla. Así fue que todo comenzó, después ya era habitual que Super fuera a su encuentro, entonces todo su mundo cambio hasta el día que perdió la cabeza .

—Robin—dijo bajito mientras tocaba con firmeza la ventana cuidándose de la seguridad de la casa.

Dentro se escuchaba revolverse entre su cama, finalmente terminó por levantarse y abrir.

—¡Superman! ¡que sorpresa!.

—La sorpresa ha sido mía, nunca pensé encontrarte ya vestido con tu traje de héroe.

—Solo me lo puse por si la acción me aguardaba esta noche.—tiró el puño hacia su otra mano demostrando que estaba listo para acabar con los malos.

—esta noche no. Necesito preguntarte algo.

Robin no tenía inconveniente con la petición así es que con una sonrisa lo invitó a cuestionarlo.

—bien, soy todo tuyo.

Ojala no hubiera dicho eso. Superman tragó saliva y se sentó en la desordenada cama.

—Sabes que yo haría cualquier cosa para complacerte; siento que tenemos un vinculo mucho más fuerte de lo que había pensado; no quiero que me odies.

—vamos super; nunca podría odiarte, tu eres, eso: Superman.—bufó entre risillas.

—lo sé pero eso no quita que puedas despreciarme algún día; moriría si pasara eso.

—claro que no, nunca podría, vamos, no exageres.

Superman lo miró con toda esperanza, aquellas inocentes palabras de su admirador le dio la confianza para continuar su declaración.—Dick,tú, ¿me quieres?.

—¿Qué pregunta es esa? claro que te quiero, lo sabes. Tu y yo hacemos un buen equipo.

—Lo sé, pero...me refiero a ... bueno, quiero decir que...

—Super. Yo te quiero. Te quiero como…

Superman ya sabía perfectamente que clase de cariño le tenia ese tentador chiquillo. Lo entendía pero no quería aceptarlo.

—¡No!. Déjalo así, quiero vivir sabiendo que me quieres, eso es todo lo que quiero que me digas.—se puso de pie y tomó al chico de los hombros.— Dick…

 

No me puedo contener, no ahora que me has dicho que me quieres, ahora más debes de ser mío.

Te beso. Sé que no te gusta por la forma en que tus ojos se paralizaron al invadirte sin tu consentimiento. Aun bajo ese antifaz , puedo saberlo, te tomé por sorpresa.

Esto esta mal.Soy un canalla.

Noto que tu expresión a cambiado a una totalmente asqueada, tal vez no debí obligarte pero lo juro, lo he deseado desde hace mucho tiempo..

 

—¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Te has vuelto loco?!—Robin se alejó una vez el hombre de acero lo liberó.

—Me has dicho que me quieres, y yo también. No, es más que eso; te amo Dick, quiero que estés junto a mi.

—Eso no…

—No lo puedes cambiar Dick, te necesito.

—No gracias. No soy como tú.

El silencio se formo con brevedad, se miraron analíticamente el uno al otro. Todo parecía tan confuso.

Repentinamente unos pasos se escucharon acercarse firmemente, quizás alguien se había percatado de su presencia en la habitación del chico

—Dick. No me rendiré tan fácilmente. Por ahora solo una cosa me queda por hacer: esperar la oportunidad.

Dictó la sentencia y voló a través de la ventana hacia el cielo donde se perdió por completo. Robin no había dicho nada, únicamente se limitó a mirarlo con escepticismo y decepción, enseguida se limpió la boca con su guante y escupió sin pulcritud en el suelo.

 

—Maestro Dick, ¿está todo bien? Escuché un ruido.—Alfred preguntó desde el otro lado de la puerta respetando su privacidad sin entrar.

—No es nada Al. Solo tuve una pesadilla, no te preocupes. Puedes irte tranquilo.

—Esta bien. Que tenga una buena noche. 

 

Solo esperaba que todo se tratara da una horrenda broma.

 

 

Cinco meses después.

 

 

La liga de la justicia había estado en mucha actividad últimamente. Superman era el que la había puesto al mil por ciento a propósito; parecía que él mismo buscaba a los malhechores para cansarla. Batman comenzó a notar un cambio de humor en su amigo volador, mucho más serio y quizás, por alguna razón, bastante molesto.

 

—Hace mucho tiempo que no me invitabas a tomar un buen café, Bruce.

—Siempre es bueno tomarse un tiempo de vez en cuando. Pero mi invitación también tiene otro propósito.

—Vaya, ahora veo por qué el descanso tan de repente.

 

El magnate profundizó su mirada y sin tapujos habló.

 

—Clark, ¿que te está pasando? Últimamente no has sido tú.

—¿De que hablas? Nada ha cambiado en mi.

—No puedes mentirme. Has estado buscando pretextos para golpear a alguien, además, te he visto merodear en Gotham.

 

Clark Kent se levanto de su asiento en la cafetería, se sentía ofendido.

—!No tengo tiempo para esto! Hay cosas más importantes que deberíamos estar haciendo ahora. Después tomaremos un descanso.—se arregló la corbata pero antes de salir por completo de la mesita se volvió para cambiar de tema dramáticamente.

—Por cierto Bruce. Sé que tienes una conferencia importante con los ciudadanos altruistas de otras partes. Tengo entendido que llegarán a una acuerdo sobre las futuras cedes de caridad. ¿Cuánto tiempo estarás sin actividad?

¿A qué venía esa pregunta?. Bruce analizó cada gesto corporal del superhéroe en busca de algo anormal, sabía que algo le ocultaba pero no podía deducir todavía el que.

—Sólo me tomará dos días. No creo que tengan problemas sin mi.

—Con que dos días. Vaya, tú siempre tan ocupado. No se cómo lo haces; vigilante, hombre de negocios y… padre.—eso último lo había dicho con una extraña pausa. Se puso su sombrero, exhaló y salió del lugar dejado al caballero nocturno sin respuestas.

 

 

Bruce nunca lo entendería, la liga misma no lo entendería, el mundo entero no lo entendería. Quisiera no sentir esto, quisiera poder hacer pedazos mi corazón para no sentir lo que siento, pero no quiero renunciar a ti, tú eres mi kriptonita.

Nuevamente voy a ir a verte solo para espiarte, eso  me ha mantenido cuerdo, eso creo. Nuevamente tengo este deseo.

 

-----

 

Superboy fue el único que se dio cuenta de mi presencia esta vez. En otras ocasiones la Srta. Marciana también lo hace pero saben que tratándose de mi no representa ningún peligro. Que equivocados, soy como un cazador, solo asechando a su presa.

Nunca me he metido en sus misiones, solo te vigilo desde muy lejos como ángel guardian, cómo una sombra protectora.No quiero que te pase nada.

Algo salió mal en esta su misión. Se que pueden cuidarse ustedes solos pero esta vez mi instinto me hizo intervenir. Una explosión hace que el lugar donde se encuentran se venga abajo, en un parpadeo me encuentro evitando que mueran aplastados. Ninguno lo esperaba pero se alegran de haberlos salvado. Todos, incluso tú. Me miras agradecido pero no te acercas a mi como lo hacías antes. Robin, mi chico, no me tengas miedo. Solo estoy aquí por ti, solo para ti. Cierro los ojos, aconsejo más prudencia en el futuro y me retiro.

¿Que puedo hacer?. Por ahora nada.

 

---------

 

Pero por fin el tan anhelado día, el tan planeado día, ha llegado:

 

Bruce se va.

 

 

Mansión Wayne.

 

 

—Que tenga excelentes resultados maestro Bruce.—Alfred hacía una reberencia deseandole la mejor de las vibras a su querido amo y amigo.

—Gracias Alfred. No demoraré.—se arregló un poco la corbata antes de tomar el maletín que sostenía su mayor domo y salir.

—Conferencias y gente falsa, que aburrido.—el joven maravilla se rascaba la cabeza con una mano e hizo una mueca de desagrado.

—Deberías acostumbrarte a ellas Dick. Quizás algún día tengas que hacerlas tú.

—Con suerte no me tocará manejar la compañía. No estoy hecho para eso.

—Si puedes ser líder de los titanes y comandar a tú equipo de aprendices, eres capaz de manejar toda la Industria Wayne. Además eres mi único heredero.

—Genial, del genial que se queja.—se cruzó de brazos.

 

Bruce sonrió, su muchacho crecía día a día pero no perdía su sentido del humor, ya era todo un adolecente y sin embargo seguía siendo tan puro, tan atractivo, tan tentador. Aún lo sentía; había luchado contra ese deseo pecador por mucho tiempo, mantuvo su mente sana hasta que por fin pudo verlo como su legítimo hijo, su sangre y sin complejos de Edipo, no,  había logrado vivir con cordura a su lado y estaba feliz por ello. Había sido difícil. Antes ya se lo habían dicho numerosas personas: solo había una palabra para describir a su "hijo": seducción.

Sacudió su cabeza, no podía permitirse volver a caer en sus encantos. Borró sus malos pensamientos de nuevo, subió al elegante y costoso vehículo, y partió hacia su cita.

 

Bruce Wayne se había ido solo, la mansión estaba sola, Dick estaba solo y el hombre con mallas azules lo sabía.

 

-----

 

Dick se encontraba entrenando en la batcueva como de costumbre, su agilidad era realmente envidiable en comparción a su compañera justiciera que a veces los acompañaba, claro, después de dar espectáculos en el circo desde muy joven era lo más normal.

Una leve alarma de intruso parpadeaba en el tablero, era una alarma silenciosa, únicamente lo suficientemente aguda para alertar a los residentes.

 

 

Por fin estoy aquí, de nuevo, a solas, contigo.

 

 

— ¡Superman!—casi suelta sus varas de cali por la sorpresa. De todos los intrusos que pudo imaginar nunca pensó que fuera él. Notó la alarma y justo al virarse casi grita por la sospresa.

—Hola Dick. Veo que estas entrenando, ¿no te gustaría un compañero? Es mejor así.

—!Tú no deberías estar aquí!

—Solo pasaba a saludarte casualmente.—se acercó al chico quien retrocedió instintivamente.

—!Toma tu distancia quieres! !¿a que has venido?!

 

Tú sabes a lo que he venido mi pajarito de pecho rojo, tú sabes que es lo que más deseo con todo el poder del infinito. Eres tú.

Me acerco firmemente hacia ti, retrocedes hasta que llegas a  un limite de escape, miras la pared tras de ti y te pones en guardia para enfrentarme. Eres tan lindo, un chico contra el hombre de acero, sabes que no puedes ganarme, ni siquiera tienes puesto el bat belt, estas a mi merced.

El limite de tu paciencia llega cuando sientes que me he acercado demasiado, eres hábil, has logrado darme algunos golpes pero sabes que no me duelen, más finjo que lo hacen solo para hacerte sentir en control. 

Pero basta de juegos. Mi ser malvado y yo estamos impacientes.

Te suelto un golpe rápido que te da en el estomago haciéndote volar unos cuantos metros chocando y agrietando la pared donde te incrustas. Espero no haberte lastimado tanto, me acerco y te acaricio la mejilla. Tus perfectos ojos azules me miran como a un maleante, siento mucho no ser quién recordabas. Estas sumiso, sin poder hacer o decir nada, podría acabar con esto ahora mismo, sin embargo, solo estoy aquí porque quería tocar tu piel.

Te acaricio lentamente el rostro; esto ha sido demasiado para ti. Te desmayas fallando con todas tus fuerzas por no hacerlo. No te preocupes, yo no debería dejar tanta evidencia en este lugar,  se que hay cámaras pero ten por seguro que volveré por ti.

 

Alfred bajó apresurado debido al escandalo, también se sorprendió de la presencia del veterano.

 

—!¿Pero qué está haciendo aquí?! !¿Superman?!

—Solo pase a saludar y creo que me he pasado un poco con el entrenamiento del chico.

 

Pennyworth comienza a sacar al chico de la piedra, parece estar bien. Mira a Superman con desaprobación y le pide cortésmente abandonar el lugar en brevedad.

 

—Lo entiendo Alfred, vendré cuando se encuentre Bruce.

 

 

 

Tres horas después.

 

 

Pennyworth estaba tentado a contactar al magnate Bruce y contarle de lo sucedido, sin embargo, creyó prudente no molestar al amo con un pequeño incidente como ese; lo haría regresar y seguramente estaría muy ocupado preparando alguna conferencia.

Cuando Alfred llegó a la habitación del adolescente, este se encontraba despierto fijando su mirada hacia el ventanal, claramente estaba recordando algo, o a alguien.

 

—¿Se siente bien maestro Dick?

—Sí, no te preocupes Alfred, he tenido peores heridas.

—Es muy raro que Superman se haya infiltrado en la mansión sin anunciarse primero. ¿No le parece sospechoso, maestro Dick?

—jeje Claro, que curioso.—bajó la vista.

—¿Sucede algo maestro Dick? Está muy ensimismado.

 

El intercomunicador comenzó a sonar, era indicio de que su equipo de héroes-aprendices lo necesitaba. Aunque no estaba de humor para una misión en ese momento tuvo que levantarse, vestirse y acudir.

—Tengo que irme Al. Después hablamos— agradecio las atenciones y se despidió animadamente como si nada le pasara realmente.

 

Alfred no era ningún despistado, sabía perfectamente que algo estaba perturbano la vida de su querio niño. Solo esperaba que el chico se lo confesara pronto.

 

Monte justicia.

 

La joven liga se había reunido, solo faltaba Robin. Acualad había dicho que tenían una misión de espionaje y que un miembro de la liga les daría los detalles de la misma.

Pronto la gran pantalla dejó ver el rostro de Superman.

Aunque sabían que cualquier héroe podía darles las instrucciones nunca pensaron interactuar directamente con el famoso hombre de acero. Todos se sorprendieron pues Superman, sí, Superman los estaba enviando a misión.

Conner y Robin fueron los más afectados, uno por tratarse de la persona que aspiraba alcanzar a ser y otro con mera desconfianza.

 

Misión de espionaje, reconocimiento, de esas misiones que hay que separar al equipo para abarcar más terreno. Al final los equipos los había formado así: Acualand con Chico Flash, Miss Marciana y Conner,  Robin con Artemisa.

 

Solo era una misión de espionaje, nada más.

 

 

Misión de reconocimiento, 11:55 pm

 

 

Robin se encontraba en posición, Artemisa lo seguía de cerca. Mediante el auriclar Acualand preguntaba si todo iba bien. Ningún movimiento, ninguna novedad para los equipos, no hasta que el quipo del pajarillo de pecho rojo tuvo un problema, se vieron envueltos en una explosión cercana a ellos. Ambos se pusieron en posición de batalla, estaban de espaldas uno contra el otro ya que lograron ver que  algo o alguien los estaba asechando.

 

La comunicación se vio interrumpida, después una sombra se movió rápidamente alrededor de ellos. Artemisa había lanzado una flecha sin acertar, Robin un batarang con el mismo resultado. Era extraño, aquel ser se movía tan rápido como el mismo Flash. Así varios objetos comenzaron a caer contra ellos; como resultado provocó se separasen más de la cuenta. No sabían que lo provocaba o de donde venían pero eso se estaba poniendo peligroso. Artemisa lanzó una flecha hacia el cielo que estalló en una  luz para indicar su posición a los demás y para cegar aunque sea por unos minutos al personaje que los rodeaba. Repentinamente unos finos rayos rojos le habían dado directo al pecho.

 

!Aaahh!

 

—!Artemisa!

 

Robin quiso correr para asistirla pero aquel personaje le impidió dar un paso más.

 

—¡Superman!

 

—He sido muy paciente Robin, muy paciente. Hoy tomaré mi oportunidad.

 

 

Notas finales:

 

 ¿Que por qué es de mi para mi?

 

Estos dos no quieren salir de mi cabeza a pesar que quiero actualizar mis otros fics. Tuve que sacarlos de alguna manera. Es por eso que va rápido todo y quizás está mal escrito.

Bueno, sin mas tortura acabaré en un flash xD.

Me tentaba también Slade x Robin, Conner x Robin2, Nightwing x Robin3, o Nightwing x Damian. Pero no se porque super no salía de mi cabezona. Tsk...quizás lo borre al terminar de sacarlos, es decir, ¿SupermanxDick? naaah... solo en mi enferma cabezota:B

 

-Capitulo 1-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).