Revolvia el azúcar lentamente, la leche tomaba el control de la cafeína muchas de las veces que lo dejaba sin tocar, un extraño fenómeno a los ojos de un crío. Por mi parte, ya no creía en nada, no podía sorprenderme, y a cualquier extraño efecto le encontraba una razón. Llegar a pensar en todo lo que iba a suceder es hablar, literalmente, mierdas, porquerías o como sea digno de llamarse lo que sucedió, no me siento culpable por más que tú o que cualquier otra persona intente convencerme de que lo soy. Dios, tampoco es un pecado enamorarse de él, en mis ojos es sólo más que las malditas hormonas aliándose con el jodido corazón, y todo eso termina en una sola cosa, Nuestro Infinito. Tal vez me odien, me evidien o simplemente no quieran saber de mí. Haruhi, te amé como un loco, y posiblemente me había dado cuenta mucho antes de que Hikaru lo hiciese, que Tamaki lo hiciese...pero claro, tal vez Kyouya era la excepción, no quería quitarte el amor de Hikaru, a pesar de que él no te gustase, pero mi amor por él era mucho más grande, diferente en ese momento, pero más grande, supongo que era porque sentía que él era yo, hasta que llegó el día en el que se pintó el jodido cabello de negro, tenía unas ganas inmensas de darle una bofetada, no, no estaba celosos de que quisiera liarse a la mujer que yo quería, simplemente me parecía ridículo, y más porque era un capricho. En fin, no voy a dar más explicaciones antes de que conozcan la verdadera historia. De cómo se empezó a crear lo que ustedes llamarían amor, lo que nosotros llamamos, Nuestro infinito.
Día 1:
-¿Qué tienes, Hikaru? -pregunto Kaoru a la ligera mirando los calendarios que Tamaki había creado para tener más fondos.
-Nada...es que...Dios, estoy cansado de que seamos la sombra del otro, Kaoru, siempre jugamos a ese estúpido juego ridículo, y por hacerlo, NUNCA nos esforzamos en mostrarle a las personas cómo éramos realmente.
-Bien, pero si nunca lo hicimos antes, por qué hacerlo ahora, no quiero decir que sigamos siendo la "sombra" del otro, si no que estábamos bien de esa forma.
Hikaru se paró de un golpe, agarró la corbata del menor y lo atrajo hacia él con fuerza.
-Entiende Kaoru, no quiero ser tú y que tú seas yo, basta, no quiero ser más tu estúpido gemelo.
-Va, ya entiendo a dónde quieres llegar con esto. -dijo quitándose de su agarre. -Quieres a Haruhi para ti, pues sabes que, no dejaré que me quites lo único que me pertenece sólo a mí.
-Eso, eres un jodido posesivo, ni siquiera salen juntos y ya la tratas como si fuese tu novia.
-No lo decía de esa manera, deja de joderlo todo, Haruhi no necesita un novio estúpido que se toma todo de la forma incorrecta. -Lo empujó contra el mesón de la cocina, agarró su maleta y se salió de la cocina.
Kaoru nunca pudo llegar a pensar que Hikaru iba a someterlo a semejante situación, pero si guerra quería, guerra tendría.
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