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Notas del capitulo:

Luego de tanto tiempo, estoy aquí otra vez.

Esta es una serie de capítulos cortos ambientados en el universo de la Saga Crepúsculo y que se desarrollan en una linea temporal casi idéntica a la original. Obviamente, Bella Swan no es uno de los personajes principales aquí, así que he de advertirles que aquí habrá una versión modificada de los sucesos que realmente pasaron en los libros.

Gracias por pasarse por aquí, espero sea de su agrado.

Edward escucha y ve cuando Jacob le pide a Paul que lo bese. Lo oye fuerte y claro, como si Jacob lo hubiera gritado junto a su oído y no a metros de distancia. Atrapa algunos de los pensamientos en descontrol de Paul, e intenta infiltrarse en la mente de Jacob por enésima ocasión; no funciona, por supuesto, así que se concentra en Paul, que ahora camina en dirección a un Jacob tembloroso y tan, tan decidido que a Edward le duele.

Está lo suficientemente equilibrado como para no ir a detener a Paul cuando éste toma el rostro de Jacob entre sus manos y acerca sus bocas hasta que están tocándose. Sabe que Jacob nunca ha mentido respecto al amor que siente por él, pero también sabe que siempre ha mentido – tanto a Edward como a él mismo – sobre lo que siente por Paul. Lo que hay entre ellos es una conexión más allá del entendimiento de Edward; un lazo que parece forjado desde antes que ambos nacieran, una unión demasiado profunda y especial que él, a pesar del dolor emocional que le causa, no pretenderá destruir nunca.

Espera pacientemente – no con menos pena, sin embargo – a que Paul y Jacob tengan cuanto quieren obtener de ese beso. Paul está divagando mientras aprieta a Jacob contra su cuerpo, tan feliz que le cuesta acordarse lo fácil que sería herirlo con la fuerza que posee; y aun así, lleno de euforia y otras emociones poderosas, Paul no lo lastima en ningún instante. Jacob responde al beso con una energías increíbles; una de sus manos está metida entre el corto cabello de Paul, acariciando y despeinándolo, y la otra se mantiene bien agarrada a la espalda de su compañero.

Edward no sabe por qué sigue viéndolos, por qué no se evita el sufrimiento y mira hacia otro lado. No lo sabe, pero presiente que es necesario. Algo en su mente, en volumen muy bajo, difícil de alcanzar a oír, está diciéndole que es prudente asimilarlo. Pese a que está apuñalándole el corazón confirmar que Jacob ama a Paul – no piensa en si más o menos que a él, ya bastante duro es el golpe por sí solo –, tiene más nítido que nunca lo grande que es su amor por Jacob; lo abrazará tan pronto como Paul se vaya, va a besarle las mejillas y se asegurará de hacerle entender que lo que ha pasado es algo que él acepta.

Finalmente, Paul y Jacob se separan el uno del otro apenas el espacio necesario para respirar sin sofocarse. Paul sonríe a Jacob y el gesto se vuelve recíproco. Antes de transformarse en ese lobo de deslumbrante pelaje blanco, Paul presiona sus labios en la frente de Jacob y le promete que volverá justo cuando el enfrentamiento con los neófitos concluya. Entonces, en señal de despedida, Jacob rasca suavemente bajo las puntiagudas orejas de Paul y le pide de nuevo que no se precipite a nada.

Paul se va corriendo y Jacob se permite caer al suelo de rodillas. Envuelve su abdomen con los brazos y se encorva al frente. El suelo se siente inestable y su corazón palpita bruscamente. Toma hondas bocanadas de aire y calma un poco la velocidad de sus latidos, pero eso no corta el flujo continuo de las lágrimas que le nublan la visión.

Edward no esperaba ese llanto o los sollozos ahogados que salen de entre los labios de Jacob. Se aproxima a él y se arrodilla a su lado. Jacob nota su presencia y no se atreve a mirarlo a la cara.

-          Lo siento – murmura Jacob, su voz sonando afligida –. Lo siento, Edward… lo siento tanto.

-          Está bien – dice Edward. Rodea a Jacob por los hombros y le mesa el cabello –. Lo entiendo.

-          ¿Entiendes? – pregunta Jacob, apartando el líquido transparente de su cara y alzando el rostro –. ¿Qué, precisamente, entiendes de esto?

Edward seca las lágrimas que Jacob no limpió y le dedica una media sonrisa a priori de darle un beso en los labios. Jacob sufre una opresión en el pecho y se niega a corresponder; no tras traicionar su compromiso con Edward, quien no se merece un trato así.

-          No me rechaces, por favor – pide Edward –. Déjame demostrarte que nada ha cambiado. Sigo amándote. Y lo que entiendo es que tú amas a Paul, Jacob. Lo has querido de este modo siempre, sólo que hasta ahora lo ves.

-          Es injusto – dice Jacob –. Para ti y para él, el cómo me siento es injusto.

-          No puedes cambiarlo. Tu amor, el que sientes por ambos, no es algo que simplemente puedas eliminar – Edward habla, calmado, y Jacob admira su fortaleza –. Sin importar lo que pase de ahora en adelante, prometo que estaré contigo y te apoyaré.

Jacob atina a abrazarlo firmemente, su mejilla rozando el cuello de Edward. Espera que éste mantenga su promesa cuando llegue el momento de decidir qué hacer. Sin importar lo que sea, en verdad quiere que Edward lo apoye, porque cualquier cosa por la que opte, será en pro del bien de ellos, de Edward y Paul.

 

Notas finales:

De nuevo, les agradezco por pasarse por aquí.

Habrá nuevos capítulos pronto.


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