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Si tú te vas… por grimmyschiffer

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Notas del fanfic:

 Este un fic que nació de un reto de hace tiempo que recién hoy me animó a responder porque estoy del humor adecuado, como es mi estilo los protagonistas son Naruto y Sasuke de su famoso creador Masashi  Kishimoto.

Notas del capitulo:

Este fic está dedicado a Saya Uchiha que me hizo el reto, espero sea entretenido.

No creía lo que estaba pasando, la vida era tan injusta, después de todo por lo que había pasado en su vida no creyó que hubiera algo que le causara más dolor que el que ya había vivido, pero como siempre se equivocaba.

-Sasuke ¿quieres que te quite la venda?...- quería ver sus ojos aunque solo fuese una vez más, quería ver su rostro reflejado en ellos que le demostraban tanto amor.

-No dobe aún no es tiempo…- se levantó con lentitud de la silla mecedora en la que se encontraba sintiendo la brisa en la cara caminando hasta la puerta de entrada con total seguridad, como si pudiera ver.

Naruto le tomo delicadamente de la muñeca con una mano y se apresuró a decir -…Tengo frio…- acercándose a su cuerpo tomándolo por la cintura con su brazo libre, no quería que tropezara.

Caminaron en silencio hasta la habitación, Naruto prendió las luces aunque Sasuke no las necesitara, ni siquiera sabía si podía sentir la luz a través de la venda, le llevo hasta el baño donde ambos se cepillaron los dientes para dirigirse abrazados hacia la cama -…Dobe deje mi bufanda en la terraza…- dijo al tiempo que se acostaba en la cama de lado dejando espacio para el rubio.

-Si…- contesto bajito, sabía que Sasuke la dejó a propósito para darle un tiempo solo, una hermosa bufanda roja y antigua que le traía tantos recuerdos porque no era suya ni de Sasuke, era un regalo que originalmente era suyo, Hinata se lo había dado a Sasuke cuando se había divorciado del rubio hace ya siete años -…¿Qué voy hacer?...- no pudo reprimir las lágrimas al sentir el frio de la tarde que despedía al Sol dejando el paso a la eterna noche.

-Debes ser fuerte cachorro…- Kurama no insulto, no trato de molestar solo quería darle fuerza -…Naruto hay muchas personas que te necesitan…- lo conocía mejor que nadie, el rubio chiquillo molesto que tanto detestaba en el pasado ahora era un hombre fuerte, confiable, valiente, terco, invencible salvó un detalle, tenía una debilidad la misma que se estaba llevando su alma con el pasar de los días.

-Lo sé, ¿ Kurama me dejarías solo?...- pidió con un hilo de voz que decía a leguas que se estaba esforzando por no soltarse a llorar ruidosamente, una voz que suplicaba “vete Kurama, déjame sufrir en paz aunque sea una vez”.

Cinco, diez minutos tal vez más, estaba desperdiciando tiempo valioso, tiempo que no volvería a recuperar pero necesitaba ese tiempo para poder dejar de ser fuerte, tan solo unos minutos para fingir que todo estaba bien, cuando se sintió con fuerzas regreso a la habitación principal con una sonrisa cálida y feliz aunque nadie la viera.

-¿Aún re…recuerdas ese día Sasuke?...- dijo con voz alegre que irremediablemente salió entrecortada, se aclaró la garganta antes de continuar -…¿Cuándo nos encontramos en el puente “Naruto”?...- después de tanto tiempo distanciados el destino se empeñaba en unirlos en uno de los lugares que marcó sus vidas.

-Recuerdo que te caíste del puente…- soltó divertido dejándose arrastrar al fuerte pecho de su esposo, tanto años perdidos, tanto esfuerzo pero por fin podía llamar así al rubio.

-Yo recuerdo que un bastardo me tiro del puente…- sonrió al recordar ese momento, estaba tan feliz de verlo que no le importó recorrer el camino de regreso a la villa empapado y sobrellevar una pulmonía después.

-Y yo que un dobe me tuvo de enfermera una semana…- la primera semana que convivieron juntos aunque en ese tiempo solo fueran “amigos”, esa palabra era tan rara en labios de ellos dos, nunca sido habían amigos, amantes sin derecho, tontos enamorados tan tercos que no se atrevieron a luchar por sus sentimientos, tontos, esa era la palabra correcta.

-La mejor semana de mi vida hasta entonces…- le beso la frente dejando los labios pegados a la suave piel unos segundos incapaz de separarse, lo apretó en sus brazos haciéndolo acurrucar contra su pecho y enredar las piernas con las suyas en un íntimo contacto -…Descansa teme…- Sasuke cada día dormía más temprano, cada día más cansado pero eso no evito que elevara la cabeza y le diera un suave beso de buenas noches a su rubio, a su dobe.

 

Naruto no durmió vigilando el sueño de su pelinegro, acariciándole la cabeza con ternura besando sus cabellos, rezando y pidiendo como cada noche un milagro, que al día siguiente Sasuke estuviera bien, repitiendo la misma frase una y otra vez con la mayor devoción toda la noche hasta que el cansancio le hacía sucumbir, esperando que su plegaría fuera escuchada, que algún dios se compadeciera de él.

Sasuke no me dejes solo…no me dejes…por favor

 

-Naruto…- esa voz le despertó de su intranquilo sueño, abrió los ojos sobresaltado dándose de lleno con los primeros rayos del sol -…Necesito…- no lo veía porque estaba de estaba de espaldas pero la voz de Sasuke estaba ahogada y la almohada roja de sangre, le soltó del apretado abrazo que le impedía moverse y le ayudo pese a la resistencia a llevar al lavado.

Ni una palabra emitió al tiempo que pasaba la blanca frente con agua fría sintiendo lo caliente que estaba, lo hizo por largos minutos en los que la mano que usaba para “confortarlo” se le congelaba pero no paraba de recibir el frio líquido del grifo y pasarlo por la superficie ya tibia de su pelinegro.

-ya basta…- profirió el pelinegro atrapando la fría mano entre las suyas dándole calor, ya no le dolía la cabeza y su nariz había cesado la hemorragia, se sentí a gusto en sus brazos.

Naruto le beso la frente y junto su mejilla con la ajena transmitiendo no solo confort sino también sentimientos -…Iremos al hospital…- sonó a orden pero Sasuke no se enfadó, sabía que una visita a su ex-esposa o su maestra traería tranquilidad al rubio.

Sasuke se sintió inútil, hasta la tarea más simple como vestirse le parecía complicada y lo extenuaba, no se imaginó como había hecho  Itachi para sobrevivir estando casi ciego y sin nadie que lo cuidara rodeado de enemigos que solo querían su poder o sus ojos cuando muriera, claro que su hermano no tuvo que cargar con dos poderes oculares que agotaban el doble de su energía en mitad del tiempo pero aun así se sintió afortunado.

 

******************************

 

-Te ves bien Sasuke-kun…- ella nunca pudo dejar de llamarlo así aun cuando estuvieron casados, años de infelicidad para ambos, ella lo amo toda la vida pero el pelinegro no podía corresponderla, por más que intento fallo miserablemente, lo único salvable de su unión era Sarada -…Naruto te daré la lista de medicamentos…- le llamó con disimulo a que la siguiera pero Sasuke lo notó, en su voz tenue y en la sonrisa que siempre le  acompañaba cuando no tenía buenas noticias, la conocía demasiado para saber sus gestos, por eso sabía que seguramente sus ojos se cristalizaban mientras le acariciaba la mano con tanta delicadeza como si pensara que se fuera a quebrar.

 

-¡No, debe haber algo que puedas hacer Sakura-chan!...- las lágrimas en los ojos verdes solo lo hicieron deprimirse más, ¿para que habían llegado tan lejos? ¿Por qué la vida le quitaba siempre lo que más quería?, sentía un nudo en la garganta que apenas le dejaba respirar, los ojos le ardían por contener el llanto, quería una esperanza por más pequeña que fuera, daría lo que sea por poder estar a su lado tan solo un poco más.

Sakura no pudo contenerse más, sus mejillas no tardaron en ser marcadas por amargas lágrimas saladas, ella amaba tanto al pelinegro que estaba en la cama de su consultorio que no lucho por amarrarlo a su lado, no lloró ni hizo escenas dramáticas cuando le llegaron los papeles del divorcio, no trato de negarle la visita a su hija, lo único que hizo fue encarar a Naruto y jurarle que lo mataría si llegaba a herir al que fue su esposo porque su amor era tan grande que quería que él fuera feliz aunque no fuera a su lado -…Ve con él…- Sasuke nunca la quiso sentimentalmente y hubo un punto en que dudo siquiera si la consideraba una amiga pero a pesar de todo ella siempre estuvo ahí para él, cuando quiso casarse movido por la desilusión del matrimonio de Naruto con Hinata estuvo ahí, cuando quiso renacer su clan estuvo ahí, cuando quiso llorar por su vida y por perder al amor de su vida su hombro estuvo ahí para él aunque el moreno no derramara una sola lágrima, si ella pudiera dar su vida por la suya lo haría sin pensarlo porque ella siempre considero que una vida sin el pelinegro no valía la pena a pesar de que este no la correspondiera y por eso sabía que esta vez no debería estar ahí, ese lugar era y siempre fue de Naruto.

 

*******************************

 

-Quita esa cara dobe todavía no he muerto…- Naruto rió, Sasuke no le veía por la venda en los ojos pero lo conocía tan bien que sabía que se encontraba destrozado, no sabía si Sasuke solo fingía o si de verdad no le temía a la muerte, probablemente lo segundo –Ya tendrás tiempo de festejar después…- soltó sonriendo de medio lado con esa sonrisa arrogante marca Uchiha, el rubio le ayudo a levantarse de la camilla con lentitud y a ponerse las sandalias asegurándose de atarlas bien, estaba tan delgado que ya no le entraban.

-¿quieres comer?...- podría haber contraatacado incitándolo a una pelea como cuando niños para recordar viejos tiempos pero no le apetecía, solo quería pasar tiempo a su lado, sintiéndolo cerca lo más posible.

-Vamos a Ichiraku…- se incorporó con esfuerzo rechazando la mano que sabía estaba ahí, aún tenía suficiente orgullo para levantarse y caminar solo, los Uchihas morían de pie y el no sería la excepción.

-¿Comida basura?...- Naruto sabía que Sasuke odiaba el ramen, en realidad no le gustaba ni un poco, lo sabía por la mínima mueca que hacía al pasar la sopa por la garganta, el pelinegro no se permitía hacer una mueca de disgusto pero con eso era suficiente.

-Tantos años a tu lado me deben haber atrofiado el cerebro…- cortante, insultante como la mayoría de sus respuestas, Naruto amaba cada una de sus expresiones y no sabía cómo sobreviviría sin oírlas.

Teuchi los recibió cordialmente como siempre sirviendo un platón grande para el rubio y uno mediano para el pelinegro sabiendo que este no era precisamente fan de su comida.

-Naruto ¿Cómo va el trabajo?...- Hokage como siempre había querido, era su sueño o eso creía cuando niño, quería el reconocimiento de su aldea y que la gente dejara de mirarle con miedo, desprecio y lástima, consiguió su objetivo arriesgando su vida en la pelea contra Pain, ser Hokage nunca fue necesario, no cuando su deber era proteger Konoha pero ni siquiera podía proteger a su amado.

-Aburrido como siempre…- papeles y más papeles, no había nada interesante en ese puesto.

-jajaja Naruto cumpliste todos tus sueños, a propósito ¿Sasuke-kun cuando te quitaran la venda?...- el plato casi termina en el suelo pero al rubio no le importó, no había probado una cucharada, solo veía fijamente a su acompañante perdiéndose en su bella cara memorizando todos sus rasgos.

-En unos días…- ni se inmuto en decirlo solo siguió comiendo, nadie en todo Konoha sabía de su estado, ni siquiera su hija, solo Tsunade que fue quien lo trató, Sakura por un descuido de la primera y Naruto a quien no pudo ocultárselo cuándo empezó a sangrar todas las mañanas.

El tener sus ojos “especiales” sería una bendición para muchos pero para él solo significaba muerte, había usado mucho el Rinnegan y el Sharingan en pos de Konoha después de la guerra, había sido una perfecta arma de defensa para proteger a la villa que su rubio tanto amaba de la crisis que había invadido todas las naciones, una guerra es costosa y empobrece, las villas que no habían participado en la guerra eran las más ricas tras la batalla épica de Kaguya prestando recursos a los que habían luchado con impuestos desbordantes llevándolos a la miseria, el vandalismo no había tardado en aparecer convirtiéndose en invasión de villas robando y destruyendo todo a su paso, hubo cientos de pequeñas guerras durante años, solo los más fuertes habían sobrevivido, Konoha no se había salvado de ser atacada ni de convertiste en ladrona, Sasuke tendría hasta el día de su muerte las manos manchadas con sangre de clanes enteros, con este sacrificio Konoha prospero a la actualización que hoy poseían, no había sido el único en cometer actos reprochables pero para él que había odiado y condenado a Itachi por la eliminación de su clan era una carga muy pesada, ¿con qué cara vería a su hermano? Itachi había aniquilado un clan para evitar una guerra, él había acabado con un sin número de clanes para alimentar a una aldea que no le importaba que ardiera en llamas cualquier día de estos, todo lo había hecho por Naruto pero sus acciones tenían un precio.

-¿Está rico?...- preguntó al ver que Sasuke comía sin inmutarse, por lo general lo hacía espacio como si fuera una condena a cumplir acabar el plato, le toco la mano acariciándola pidiendo que le hiciera conversación.

-No me gusta el cerdo pero está bien…- la caricia paró de inmediato pero Naruto se esforzó en regular su respiración llevando la mano del pelinegro a los labios para darle un beso.

-¡Ya nos vemos Teuchi estuvo muy bueno dattebayoo!...- se esforzó en parecer alegre -…Ven…- no quiso saber de resistencias igual casi lo levanto de la silla abrazándolo -…Que gusto que lo disfrutaras…- mentiras piadosas, nunca nadie se las había dicho, a nadie le había importado tanto, el ramen del pelinegro era exclusivamente de verduras sin carne, Sasuke ya no sentía los sabores.

 

*************************************

 

-¿Sasuke quieres ver a Sarada?...- ya no era una niña, tenía casi 16 años, era una ninja genial como su padre y al igual que él tenía a un dobe a su lado.

-No, ya hable con ella hace unas semanas…- se había despedido de ella cuando aún se sentía bien, había podido verla y abrazarla transmitiéndole su afecto, sabía que su hija entendería porque no quería verla ahora, Sakura era una buena mujer que nunca le había hablado mal de él, es más incito a la pelinegra a visitarlo en su nueva casa con su nueva pareja y gracias a eso tenía el amor de su hija tanto para él como para Naruto.

-Pero…- era su hija, merecía poder estar a su lado cuando su padre se…, le costaba decir la palabra hasta a sí mismo.

-Ella entenderá, es una Uchiha…- los integrantes del clan del Sharingan mueren en combate, con una espada atravesándoles el cuerpo o en soledad, no está permitido que los hijos les vean en tal muestra de debilidad, postrados y agonizando en una cama, tienen que recordarles en su mejor forma y con el respeto intacto.

-Yo la protegeré…- Sasuke lo sabía, estaba tranquilo.

Caminaron tomados de la mano en silencio disfrutando un rato de intimidad, la gente ya no los miraba raro después de siete años de casados, en un principio fue horrible, Sasuke literalmente fue atacado y abucheado por separar la familia perfecta del Hokage, se le acusó de tantas cosas y se le insulto en forma verbal y física pintando groserías en las paredes de su clan destruido donde actualmente vivía con su rubio esposo, Naruto había perdido el puesto de Hokage por un año en el que Kakashi se encargó del puesto en un acto del pueblo por devolver la “razón” al Uzumaki pero nada había funcionado, tal parecía que habían olvidado quien les salvó el pellejo en la Guerra, con el tiempo y más importante una posible invasión habían rogado por su ayuda, literalmente habían suplicado para que volviera a ser el Hokage e impusiera su dominio con Uchiha y todo.

-Debí hablarte cuando te vi…- ahí sentados en el muelle con los pies casi tocando el agua era un buen lugar para recordar, tantas cosas que no hicieron, tantas cosas que se perdieron por ser tan cabezotas -...En verdad soy un dobe…- mirar a Sasuke tan delgado, tan pálido a la luz del sol era doloroso, se veía tan delicado y frágil que no parecía él pero su pose erguida y con la cabeza en alto se lo confirmaba.

-Hasta que por fin lo aceptas…- sonrió de lado sin poder evitar llevar una mano a la cabeza, sentía un dolor horrible que de empeorar le haría sangrar nuevamente, no eran sus ojos, era su cabeza, su cerebro sangraba ocasionándole leves olvidos -…Hasta que por fin lo aceptas…- repitió sin darse cuenta -…¿Qué pasa?...- un abrazo sorpresivo lo tomo por sorpresa, sentía el hombro mojado y el sollozo estrangulado de su amante pulsar en su pecho.

-Sasu..Sasuke aún es tiempo, y…yo estaré contigo…- pronunció sofocado y apretando los dientes para no llorar abiertamente.

-No me sacaran los ojos…- su voz fue firme y contundente.

-¡¡Puedes vivir un poco más!!...- le dejó de abrazar tomándolo por los hombros cara a cara, queriendo que le vea a pesar de la venda.

-Sabes que no es posible, solo calmara el dolor…- su cerebro ya estaba muy lastimado, sabía que le quedaba poco de vida pero no quería alargar lo inevitable a cambio de sus ojos, sin ellos se iría en paz, sin dolor, sin darse cuenta, pero no quería eso, era egoísta pero lo último que quería ver era a Naruto, quería irse con su recuerdo fresco en su mente y vista.

-No qui…ero…Sasuke…- oír el llanto de su amante le partió el alma, el cuerpo ya lo estaba, su espíritu se mantenía en pie para darle fuerza al rubio pero ya no tenía fuerzas ni para eso, cuando se enteró de su estado no sintió nada, no pena de sí mismo o miedo a morir, sintió dolor por Naruto porque sabía que lo lastimaría con su partida, se tocó la venda sintiéndola mojada llevando los dedos a la nariz para comprobar que era sangre con el olfato, sonrió al sentir el olor metálico.

-Vamos a casa…- se levantó solo, no sin esfuerzo y ofreció la diestra para ayudar a su esposo a incorporarse, aún tenía fuerza para que ambos se levantaran.

El rubio Hokage necesito tan solo unos segundos para respirar con fuerza y tomar la mano que se le ofrecía, tenía que ser fuerte como lo era su pareja, no apoyó su peso solo apretó la mano contraria y no la soltó -Los chicos nos invitaron a almorzar, organizaron una reunión de todos los de nuestra generación, incluso de Suna…- nadie sabía pero algo intuían ya que Naruto no se había presentado a su puesto de Hokage por un mes, no se había despegado del moreno en todo ese tiempo ni por unos minutos como si el tiempo apremiara.

-No tengo fuerza ni ganas de comer las asquerosas píldoras del maniático hiperactivo…- Lee siempre ofrecía píldoras de soldado en sus reuniones, decía que era para mantener viva la llama de la juventud.

-¿qué tal la ensalada de Ten-ten?…- quería sacarle palabras, oírle lo más posible.

-Le pone manzanas…- a Sasuke no le gustaban las cosas dulces, las odiaba casi tanto como al ramen.

-¿Quieres ir con Itachi?...- aquella pregunta paralizó a Sasuke, sabía a qué se refería, llevarlo a los territorios del cementerio Uchiha donde Naruto había puesto un altar para su hermano.

“U.I. un héroe nacido Shinobi, con el corazón de un guerrero y la mente de un Hokage, protector de Konoha en vida y después de la muerte”

Nadie sabía para quien era el epitafio, Itachi seguía siendo un traidor muerto en deshonor para Konoha y todo el que hubiera oído hablar de él pero en ese pedacito de tierra se encontraba la verdad, Sasuke agradeció infinitamente ese acto a Naruto, ese pequeño reconocimiento que le devolvía al menos a quienes sabían la verdad un poco de honor al gran héroe que fue Uchiha Itachi.

Flash back

-No es justo…- era un reconocimiento, uno que no pidió Itachi, pero era lo mínimo que se merecía.

-Fue un gran ninja y siempre velo por Konoha…- las palabras de Naruto no ayudaban a Sasuke a sentirse bien al contrario aumentaban su rabia.

-¿Konoha?...- preguntó con resentimiento a pesar de haber pasado tantos años -…esta miserable aldea no vale el sacrificio de Itachi, no vale ni la suciedad que piso…- soltó con odio.

-Sasuke está es tu aldea…- eso no significaba nada ¿se supone que le debía algún respeto? No, no le debía nada, Konoha le debía su familia, le debía el dolor con el que vivió por años, le debía un hermano ¿Cómo se lo iba pagar?

-No es mía, ni tampoco fue de Itachi…- ellos no eran nada de Konoha.

Permitió el agarre en sus hombros y la vuelta brusca que le hizo dar el “Hokage” hasta ver sus ojos y soporto las palabras que salían de su boca apretando los dientes -…¡Tu hermano vivió y murió por Konoha, es un héroe Sasuke aunque no quieras entenderlo, Itachi es el hombre más sabio que ha nacido en generaciones, peleó y se sacrificó por el futuro de la villa que le vio nacer!...- el pelinegro entendía, lo hacía y eso dolía más.

Se soltó de un empujón mirando con ira los ojos azules -…¡¡¡¿Héroe? Yo no veo a un héroe, el nombre de Uchiha Itachi resuena con el sinónimo de traidor y asesino, deshonrado para toda la eternidad como la vergüenza del clan Uchiha, el genocida de Konoha!!!...- soltó con rabia -…¡¡U...un pobre mise…rable que ni una tu…tumba tiene!!...- soltó entrecortado sin poder retener las lágrimas que limpió con rabia de su rostro -…¡¡¡El no merecía esto!!!...- dentro de su alma maldijo a Hashirama y Madara una y otra vez por haber cedido a un sueño tonto, si los Uchihas se habían de extinguir era mejor hacerlo en batalla, con honor, no asesinados como ganado, oculto el rostro en el pecho del rubio al fin de cuentas no sería la primera vez que le viera llorar, con él ya no tenía vergüenza.

Naruto entendía su dolor, nunca tuvo hermanos pero Sasuke era su amigo, su hermano, su amante, su futuro esposo, lo era todo, entendía su dolor como propio y por eso precisamente mandó hacer esa tumba en los territorios Uchiha junto a la de su familia, el cuerpo nunca lo halló pero su memoria sería recordada -…Sasuke este es un reconocimiento para Itachi pero te prometo que no será el último, te prometo que un día se sabrá la verdad, limpiare el nombre de tu hermano aunque me cueste Konoha…- era difícil elegir, pero entre Konoha y Sasuke ya había un ganador, su amante se abrazó más a su cuerpo y se dejó confortar creyendo plenamente en su palabra.

Fin del flash back

No, dudo que pueda entrar al lugar donde él está…- Itachi era bondadoso, era piadoso, era justo, tal vez se equivocó en muchas cosas pero siempre lo hizo pensando en el bien común y en el bienestar de su querido hermanito, si existía un cielo Itachi estaría ahí -…Él no merece arder en el fuego…- el infierno, había oído que fuego había ahí.

-No digas tonterías…- lo abrazó y besó en el cuello, el día avanzaba rápido ya era la 1 de la tarde y el sol sofocaba -…¿Tienes calor?...- le quitó la capa que traía puesta abrazándolo por la espalda.

-Soy un Uchiha, el fuego es mi elemento, el infierno no me asusta…- rio de lado sin darle importancia al asunto.

-¡Tú no te vas a morir Sasuke ni mucho menos iras al…a ese lugar!...- le besó necesitado de su boca, de sentir la dulzura de sus labios.

¿Cómo había estado tan ciego tantos años? Ni él entendía que le había pasado al perseguir a Sakura primero y casarse con Hinata después, sus hormonas lo dominaron y no pudo ver que el amor de su vida estaba frente a él, pero gracias a sus errores tenía tres hijos, él último en el peor momento pero igual lo amaba, Hinata sufrió con el divorcio, sabía que la chica convertida en mujer lo amaba más que a sí misma pero en el corazón no se manda y el suyo ya había elegido muchas veces a la misma persona y aunque él se hiciera el sordo por años su corazón nunca perdió la esperanza y no dejó morir ese gran amor que sentía por Sasuke, aún se sentía culpable con ella por ilusionarla y darle la falsa ilusión de su amor pero ella lo perdono y firmo el divorcio justo después de que Sakura lo hiciera dándole la oportunidad de retractarse hasta el último momento, le agradecía su amor y más aún el gesto de regalarle a Sasuke esa bufanda que hiciera cuando niña para él, en realidad era suya pero ella en su último acto de amor hacía él se la había puesto en el cuello al pelinegro pidiéndole que lo hiciera feliz y que nunca lo abandonara porque Naruto veía por sus ojos.

A Sakura también le tenía tanto que agradecer en especial haber liberado a Sasuke, el moreno no compartía lecho con la pelirosa desde que nació su hija pero se mantenía a su lado y dormía en la casa de ella aún después de convertirse en amantes, ella lo sabía y parecía no importarle con tal de tenerle en casa y disfrutar la compañía que Naruto añoraba, le rogó a Sasuke por años él que se divorciara pero sabía que no tenía derecho, Sakura le había contado las motivos de su matrimonio, por despecho, tan simple como eso, le había fallado a Sasuke y lo había traicionado al unirse a Hinata, no tenía derecho a pedirle que renunciara a su vida, Sasuke tenía derecho a formar una familia como él mismo había hecho y ser feliz, precisamente esto último no lograba y por eso Naruto no dejó de insistir, Sasuke le evito viajando más que en los años anteriores pero al final después de tanto acoso pidió el divorcio y dios sabe que Naruto esa noche no durmió, Sasuke había sido claro, si Sakura no quería separarse de él hasta ahí llegaba su relación, ella había sido su confidente y se había convertido verdaderamente en su amiga y compañera de vida, Naruto le había cambiado, había preferido a la Hyuga pero Sakura siempre lo prefirió a él, no le haría eso, permanecería con ella hasta su último día si ella así lo quería, se lo debía y los Uchihas pagaban sus deudas, sus rezos fueron escuchados cuando Sakura en persona le entregó los papeles de separación firmados y le “regalo” un buen derechazo por haber hecho sufrir a Sasuke esos años jurándole una muerte lenta y dolorosa de hacerle llorar aunque fuese una vez.    

Ellas valían su peso en oro, los habían amado por años y sacrificaban su felicidad por ellos, Sasuke nunca lo dijo en palabras pero el abrazo a Hinata y el beso a Sakura habló por sí solo, Naruto no tuvo celos de su compañera, ese beso aunque en los labios había sido casto y con sentimientos puros, como besar a un hermano, él si agradeció prácticamente arrodillándose a los pies de ambas, hubiera besado el piso que caminaban si ellas lo pedían, le habían regalado la más grande felicidad, no tardó en casarse con el amor de su vida sin importar lo que dijera Konoha, sin importarle lo que el mundo dijera, era feliz.

-Aun no dobe, no te libraras tan fácil de mí…- se dejó consentir, él también lo necesitaba.

No se cansaba de besarlo, solo paró cuando sintió que Sasuke no podía respirar, aun así siguió encaprichado ahora con su blanco cuello -…Aunque fueras al infierno Sasuke yo te seguiría y te arrancaría de las garras de los demonios con los dientes y te llevaría conmigo al paraíso aunque tuviera que abrir una puerta a cambio de mi alma, tu eres mío y nadie te va separar de mí…- si él tuviera un lugar en el paraíso sería capaz de cambiarlo por el infierno de no poder llevarlo con él, porque el cielo sería un infierno si Sasuke no estaba con él.

-Lo sé…- sonrió y le acarició la mano izquierda, le gustaba sentir la real, no la creada a partir de células de Hashirama, él también tenía una así, la izquierda pero no le importaba mucho, al fin de cuentas era ambidiestro, derecha o izquierda no importaba -…Se hace tarde…- Naruto lo amó más todavía de ser posible, el almuerzo con sus amigos era a las 2 de la tarde -…Luego iremos con mi hermano…- quería tocar la tumba y deletrear con las manos las palabras escritas, agradecerle todo lo que había hecho por él.

*****************************

-¡Ya cásense!...- soltó una rabiosa Temari harta de las discusiones de Shino y Kiba.

-¡¡eso chicos, ardan en las llamas de la juventud!!...- ellos eran los únicos solteros del grupo y por algo seria.

-De hecho planeamos que sea en un m…- un golpe en la nuca le hizo callar.

-¡¡Cállate!!...- grito Kiba sonrojado y furioso, no era secreto que ellos vivían juntos y eran pareja pero para Kiba que había salido de un clan “dominante” y masculino asumir la “posición” que llevaba con Shino era un tema delicado, al de lentes no le importaba, su clan era abierto, los Aburames apoyaron a Naruto y Sasuke desde el primer momento, no era de extrañar, los insectos muchas veces son hermafroditas.

Mientras muchos reían, otros tomaban o comían, fue una buena idea ir, Naruto estaba sonriendo entre las bromas de sus amigos, rodeado de risas y alegría -…Toma Sasuke-kun…- jugo de naranja con unas gotas de medicina le parecieron amargas al pelinegro pero notó que sentía el sabor, ese baka de Naruto lo había notado y se lo había dicho a Sakura que actualmente estaba de cuclillas frente a él.

-¿Sasuke ya podrás ver?...- preguntó un molesto Sai poniéndosele muy cerca -¿Cómo se siente cuando lo hacen y no lo ves?...- no podía ser Sai sin hacer preguntas bochornosas.

-¡¿Qué crees que haces?!...- Naruto no tardó en levantarlo de la solapa y alejarlo de su esposo.

-Pero yo quería saber ¿Naruto todavía la tienes pequeña?...- tanto Sakura como Hinata enrojecieron, el rubio estaba por dejar viuda a Ino.

-No, no la tiene nada pequeña…- Sasuke soltó sin pudor y sin despeinársele un cabello, Naruto tuvo ganas de sonreír y lo hizo, era uno de los “halagos” más “bonitos” que el Uchiha le había hecho.

-¿Y tiene aguante?...- Sai aún tenía muchas dudas.

-¡¡¡¡Saiiiii!!!...- por suerte Ino sabía de prudencia aunque ella también quería saber.

-Sasuke-kun ¿quieres?...- la píldoras de soldado no faltaban.

Naruto se iba a rehusar pero Sasuke tomo una y la probó, el blondo se sintió triste de repente, Sasuke siempre era cortante y poco sociable, rechazaba la comida y mandaba a volar a Sai y sus preguntas, hoy estaba inusualmente agradable.

-Ya me quiero ir…- Sasuke se veía mejor, incluso se paró solo sin hacer esfuerzos, la cabeza ya no parecía dolerle, se veía fuerte y su piel ya no se notaba enferma, tenía las mejillas algo sonrojadas, Naruto sintió una esperanza nacer en su corazón.

-Claro…- se despidió de todos con una sonrisa mientras Sakura los veía con tristeza y los ojos empañados de lágrimas.

*******************************

-Te quiero Itachi…- puso flores en su tumba “pronto te veré” le dijo en pensamiento, se sentía fuerte, sus sentidos se habían aclarado, podía sentir la luz a través de la venda, sus ojos tenían luz de nuevo, solo significaba una cosa y él lo sabía -…Vamos a casa…- Naruto no tenía por qué saberlo, no le arruinaría su felicidad.

-¿te cansaste?...- habían caminado mucho y visitado muchos lugares, recordado tantos momentos felices -…¿quieres algo?...- preguntó mientras le quitaba las sandalias y le hacía un masaje en los pies, a Naruto nunca le parecieron que los pies de una persona pudieran parecer bonitos ni nada parecido pero los de Sasuke siempre fueron una excepción, tan blancos y delgados, cada dedo era perfecto y las uñas eran delicadas a la vista, los pies del teme eran hermosos.

-Quiero sexo…- Naruto le miró sin entender parando el masaje -…Vamos, aprovecha que estoy de humor…- se tumbó en la cama dejando su cuello al descubierto de sus molestas y encubridoras ropas.

 

Era una proposición imposible de rechazar, Sasuke nunca era tan sumiso a sus deseos, seguramente lo extrañaba tanto como a él, hace unas semanas que no lo hacían, sonrió al besarlo, Sasuke se sentía lo suficientemente bien para hacer “ejercicio”, se amaron mucho tiempo, compensaron las semanas de dormir en vela con creces.

-No, aún no te salgas…- sentir a Naruto tan unido a él le daba paz, le hacía sentirse amado.

-No que te molestaba…- picó besándole la frente, casi no le dolió el golpe que recibió en las costillas -…Eres un goloso…- hace tanto que no le decía así.

-Y tu un pervertido…- por más que tuvo una hija nunca había hecho las cosas que el rubio le hizo a él, en esos años había aprendido todo tipo de maniobras y posiciones que al principio le dejaban adolorido pero con el tiempo el tiempo le halló el gusto.

-Te amo Sasuke…- no sabía porque pero tenía la necesidad de decirlo.

-Sabes que yo también…- por fin desunieron sus cuerpos y se abrazaron uno al otro -…Te amo, te amo mucho Naruto…- esas palabras sonaron tan finales en Sasuke por que no acostumbrara a decirlas que le dieron un escalofrió.

-No hables así teme…- lo apretó contra su cuerpo.

-Naruto escúchame…- habló serio.

-No quiero…- Sasuke estaba bien, estaba fuerte, eso era todo lo que sabía y no quería oír nada más.

-Quiero que me prometas algo…- le hizo ver a los ojos pese a la venda reteniéndole la quijada a la fuerza.

-No hables como si fuera el fin, estas mejorando…- se aferraría a esa creencia.

-Naruto cuando pase, quiero estar junto a mi hermano…- no tenía derecho, un demonio junto a un ángel pero ese era su último deseo.

-Lo sé, los tres estaremos juntos cuando llegue ese día…- ya tenía los papeles hechos pero ese día no sería hoy -…Ya duérmete…- era de noche y quería dejar el asunto, Sasuke se acurruco contra él y calló, le concedió ese deseo.

No fue más de las tres de la mañana cuando un fuerte temblor sacudió el cuerpo del pelinegro, Naruto se sobresaltó al sentir su pecho mojado.

-No, mírame…- Sasuke le cogió la mano y se la puso sobre su cabeza para que le acariciara solo alumbrados por la luz de la luna.

-Sasu…ke ¿estás bien?...- ¿Qué era lo mojado? Tenía un mal presentimiento, Tsunade le había hablado casos en los que el paciente “enfermo” parecía tener mejora pero solo era un preludio al final.

-Naruto te amo…- los ojos le hormiguearon queriendo levantarse de la cama -…No quiero ir al hospital…- se habían pasado semanas ahí y Sasuke sabía que ya no tenía caso.

-Levántate Sasuke…- ni el mismo tenía fuerzas para hacerlo, menos con el peso tan ligero de su compañero encima en muda suplica que no se moviera.

-No llores dobe…- le quitó las lágrimas de los ojos con la punta de sus níveos dedos -…quiero que hagas algo por mí…- pidió al tiempo que se quitaba la venda.

-Lo que quieras…- esos ojos tan hermosos, por fin podía verlos pese a la oscuridad, tan distintos y bellos por igual, deseo ver el Sharingan por un instante y entrar en una de esas bonitas ilusiones que el teme solía hacer cuando las cosas no iban bien.

-Cuando me haya ido, quiero que vuelvas con Hinata…- Naruto negó con la cabeza sin soltarlo -…Ella te aceptara de vuelta porque es una buena mujer y te ama, no quiero que te quedes solo en esta casa con tus recuerdos…- Naruto sollozo enterrando la nariz en los cabellos azabaches memorizando su aroma.

La tos le impidió hablar pero no se molestó en tratar de examinar cuanto líquido vital perdía, sentía dolor pero tener al dobe de su esposo abrazándolo le daba fuerzas para continuar, seguramente Itachi deseo pode morir en sus brazos y pese a no lograrlo murió con una sonrisa de sangre en los labios.

-Quiero que salgas con tus molestos amigos y te diviertas como hoy, quiero que pases tiempo con tus hijos y le hables a mi hija de mí, también quiero que comas más saludable de vez en cuando…- sintió su cabello húmedo -…Naruto quiero que te vayas de esta de esta casa a la de tu “futura” esposa, si no quieres a Hinata busca a otra mujer u hombre, no importa quien, pero que te quiera y te haga feliz, no busques a alguien que te aclame y solo quiera tu gloria, busca a alguien como yo que aunque no te lo diga te demuestre que te ama…- respiró profundo para poder continuar sintiendo su corazón cada vez más acelerado -…Quema esta casa y no te lleves nada de aquí y lo más importante…ama de nuevo…se feliz y no pretendas morirte cuando no me sientas respirar…- habló más de lo que quizá en toda su vida, Naruto sabía que era la despedida -…Promételo Naruto, tú siempre cumples tus promesas, ese es tu camino ninja…- le toco la cara, podía verlo en al oscuridad y le dolía ver su expresión derrotada -…Promete que no intentaras suicidarte cuando me vaya…- quería que su rubio cabezota fuera feliz, siempre lo quiso, por eso lloró en silencio cuando Naruto eligió a Hinata y no trato de interponerse entre ellos, quería su felicidad.

-Sasuke lo siento, perdóname, per…dóname por todo…- por su mente solo pasaban todos los insultos, todas las malas caras que le hacía de pequeño al saber a Sasuke tan perfecto, todas las veces que le miro con odio y con rivalidad porque Sakura no le hacía caso, todos los desprecios que le hacía cuando Sasuke solo trataba de protegerlo, las mirada triste de su pelinegro cuando lo veía a lado de su esposa -…Perdóname por hacerte tanto daño…- ¿para que lo trajo a la aldea? Solo para dejarlo de lado y herirlo con su matrimonio, se merecía un castigo pero perderlo era demasiado.

-Está bien dobe, tu perdóname a mí por irme…- no tenía tiempo y quería la promesa -…Ahora tu promételo…- Naruto no se suicidaría, él viviría y sería feliz -…¡¡¡Promételo Naruto!!!...- escupió más sangre.

-Está bien, está bien teme, lo prometo…- le vio a los ojos iluminados por la luna -...Sasuke te prometo que no será por mi mano que yo moriré…- parecía que solo eso esperaba Sasuke, sus ojos perdieron el brillo y su sonrisa se agrando al tiempo que su respiración se apagaba.

Sasuke no me dejes solo…no me dejes…por favor

Como cada noche lo repitió con fervor pese a sentir el cuerpo de su esposo frio, más frio que nunca, dejó de pensar y lloró en silencio, la luna había muerto y el sol se extinguía de tanto llorar, solo una promesa lo mantenía con vida, pero su corazón ya había muerto.

Con todo el dolor que nunca creyó posible, sintiendo un nudo en la garganta llorando como nunca antes con el corazón desgarrado Kurama pronunció -…Duerme Naruto, duerme y se feliz.

 

“Tu mi Dios y Señor me lo has dado

Tu  mi Dios y Señor me la has quitado

Dame fuerzas para superar tanto dolor…

Para no marchar a su lado con eterno rencor”

Notas finales:

Bueno estaba triste después de ver una película y los spoiler de The Last no paran de aparecer, resultado estoy triste y enfadada, en fin espero haya sido una buena lectura, no acostumbro matar a los personajes porque los amo y este no es mi estilo pero ojala haya salido bien, la última estrofa es parte de un poema a la muerte de una amada, nos leemos, se cuidan, bay.


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