Hoy era San Valentín, y él no esperaba nada.
No esperaba nada, porque sabía que no pasaría nada. Con lo avaricioso y ecéptico que era Kakuzu, en el mejor de los casos le diría "Igualmente" si él le decía "Feliz San Valentín".
Kakuzu idiota. Pensaba. Llevaban ya casi un año saliendo, habían comenzado su relación una tarde de Marzo, por lo cual era el primer San Valentín que pasaban juntos. Va, juntos y bien. Porque el anterior lo habían pasado juntos y con una terrible tensión sexual que intentaban esconder.
Como nadie en la organización salvo Konan y él le prestaban atención a estas fechas, no se había organizado nada, ni nadie decía nada. La pelilila había preparado algunos chocolates y los había envuelto con papeles de colores.
Y luego de cenar, les había entregado uno a cada uno. La verdad es que para la mayoría ese era un día como cualquier otro, pero al ver la sonrisa en la cara de la chica y el hecho de que se haya tomado la molestia de prepararles chocolates, ninguno pudo evitar agradecerle con una sonrisa en su rostro y un "Igualmente para tí, Konan".
Luego de que recogieran la mesa, y de que algunos se fueran a dormir, Hidan se levantó de su lugar, y mirando a Kakuzu enfadado, se encaminó a su habitación.
Entró, y se acostó en su cama. Estaba demasiado enfadado y algo dolido.
Estúpido Kakuzu, no te diré "Feliz San Valentín" si tú no lo haces. Decía el peliplata en su mente. Kakuzu sabía perfectamente qué día era hoy, porque Konan ayer había ido a comprar las cosas para hacer los chocolates, y hoy se había pasado la mañana entera preparándolos y alejando a todos de la cocina.
Luego de un rato, escuchó la puerta abrirse y los pasos de Kakuzu, y, estando boca arriba, fingió estar dormido.
Algo cayó sobre su pecho, y al abrir los ojos, se encontró con que era una bolsa llena de chocolates. Miró a Kakuzu, que estaba de pie al lado de su cama.
-¿De verdad creíste que olvidaría este estúpido día, sabiendo que a tí te gusta? -le preguntó.
-Kakuzuu~ -lo llamó medio lloriqueando mientras se levantaba y lo abrazaba.
Luego de un momento, se separaron un poco.
-Feliz San Valentín, Kakuzu~ -dijo cantarinamente el jashinista.
-Sí.. Feliz San Valentín para tí también, Hidan. -le respondió Kakuzu.
Luego Hidan le bajó la estúpida máscara que le impedía besarlo, y unieron sus labios en un beso estúpidamente tierno.
Definitivamente Kakuzu había sobrepasado demasiado las expectativas de Hidan. Desde la bolsa llena de chocolates que le debían haber salido una fortuna desde el punto de vista desde el mayor, hasta el no responderle simplemente "igualmente".
Fin.
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