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Te me adelantaste. por Nayuki_Uchiha

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Haruichi Furudate-sensei.

Fic creado por y para fans, sin fines de lucro.

Sólo hacer feliz al fandom yaoi~~ 

Notas del capitulo:

Bueno, hola otra vez(?)

Siguiendo con el Especial de San Valentín, les traigo un IwaOi *u*

Los amo, y no encontré mucho sobre ellos~ 

Son algo así como Kasamatsu y Kise, pero versión Haikyuu(?) 

¡Espero que les guste!

La verdad sufrí bastente escribiendolo, pero también los disfruté muchisimo(? Léanlo, no se arrepentirán n.n

¡A leer!~~

 

Las chicas solían rodearlo, saludarlo, hablarle y estar atentas a él como perritos falderos. Y él lo disfrutaba. Él no les regalaba falsas sonrisas de cortesía y en su mente las maldecía, él era verdaderamente feliz de que las chicas actuaran así con él. Era todo un mujeriego.

Un mujeriego gay. Gay y perrito faldero del tipo que peor lo trataba.

Sí, porque Oikawa Tooru estaba perdidamente enamorado de Iwaizumi Hajime. O "Iwa-chan", como él lo llamaba.

Claro que éste no se sentía así sobre él. Si no, en algún momento se hubiese tomado en serio los comentarios y cosas que él le hacía. Pero no. Ni actuaba, ni lo rechazaba. Aunque le decía que se dejara de molestar, lo golpeara y lo insultara, siempre lo hacía con una media sonrisa en la cara.

Y eso no significaba una mierda.

No significaba más que "tus bromas gays son una mierda, pero no me molestan del todo". O eso interpretaba Oikawa.

Iwaizumi, aunque se hiciera el difícil, le permitía que lo llamara "Iwa-chan", y siempre estaba junto a él.

Pero Oikawa estaba llegando a su límite, demasiado llevaba sufriendo ya.

"Hoy es el día, hoy es el día" pensó cuando salió de su casa y vio a su amigo esperándolo para irse juntos al instituto.

Porque hoy era 14 de Febrero, mejor conocido como "San Valentín", y Oikawa tenía pensado confesarse. La noche anterior, como muchas otras antes, había planeado cómo y qué le diría. "Me gustas" le parecía muy poco comparado con lo que en realidad sentía, y "Estoy perdidamente enamorado de ti" podría asustar a Iwaizumi.

Hasta le había preparado un chocolate.

Lo llevaría hasta la azotea de la escuela, le daría el chocolate y le diría que él le gustaba. Le explicaría que eso le parecía muy poco, porque en realidad estaba perdida y totalmente enamorado de él, y luego le pediría que no se asustara por ello.

Por último, le pediría perdón en caso de que eso le asqueara, y cuando Iwaizumi lo rechazara, le diría adiós y correría escaleras abajo hasta encontrar algún aula o baño vacío en el cual se escondería hasta dejar de llorar.

Un plan de mierda, estúpido, pesimista, y encima cobarde.

Planeaba ser rechazado, y planeaba cómo huir de ello. Se aplaudía a sí mismo por lo imbécil que era. Y se decía a sí mismo que tenía que disfrutar su último día junto a su Iwa-chan, porque estaba seguro que por más de que tolerara sus bromas y sus apodos, lo rechazaría y luego nada sería igual.

..

-Feliz San Valentín, Iwa-chan~ -lo saludó en tono alegre cuando estuvo a su lado.
-Cállate, Kusokawa -le dijo de mala manera el otro, sin mirarlo. Lucía nervioso.
-¿Sucede algo, Iwa-chan? -le preguntó- ¿Estás nervioso? ¿Planeas confesarte a alguien?
-¿Y si lo hago? -le gritó el otro aún sin mirarlo- ¿Algún problema con eso!?
-C-claro que no.. ¿Quién es la afortunada? -le preguntó, su voz había descendido varios tonos.
-Te lo diré más tarde -le respondió Iwaizumi en tono tranquilo y nervioso otra vez, y la conversación terminó.

Oikawa quería morir. El mundo se le vino abajo, y la mañana recién comenzaba. Justo el día que él planeaba confesarse, luego de tanto tiempo de intentar callar y olvidar esos sentimientos, ¿y Iwaizumi también planeaba confesarse, pero a otra persona? Es San Valentín, es obvio que si quiere confesarse lo hará hoy. Se dijo a sí mismo, pero aún así quería llorar. Quería llorar, definitivamente iba a llorar.

Parpadeó rápido para alejar a las lágrimas de sus ojos, las cuales ya ardían por querer salir, y apuró el paso. Iwaizumi no presentó queja sobre ello, estaba demasiado nervioso y sumergido en sus pensamientos como para protestar.

Cuando entraron al instituto, las chicas lo rodearon. Había olvidado completamente que medio instituto de seguro le entregaría chocolates. Y su ánimo se levantó un poco.

Las chicas lo ponían feliz. Ellas siempre me sonríen, al contrario de Iwa-chan. Pensaba. Ellas siempre me dicen cumplidos, al contrario que Iwa-chan. ¿Por qué demonios no puedo enamorarme de una de ellas, en lugar que de Iwa-chan!? Había suficientes chicas ahí dispuestas a salir con él. Podría salir un día diferente con cada una, y parecía que nunca terminaría.

Iwaizumi le lanzó una mirada que no supo leer, y siguió su camino al interior del colegio. ¿Sería alguna de las chicas que lo rodeaban en ese momento, la cual le gustaba al morocho? ¿Es por eso que le había lanzado esa mirada? ¿Es por eso que estaba tan nervioso? ¿Porque pensaba que la chica lo rechazaría y le diría "a mí me gusta Oikawa-kun"? ¿Lo trataba mal porque la chica que le gustaba, gustaba de él, su mejor amigo?

Eso sólo hizo sentir peor a Oikawa. Darse cuenta de que ese "¿Por qué no puedo enamorarme de una de ellas?" podría haberse hecho realidad, y esa chica justamente podría haber sido de la cual Iwaizumi gustaba. Podría haberse enamorado de la razón por la cual de quien estaba enamorado no se fijaba en él.

De pronto comenzó a dolerle la cabeza. Demasiados sentimientos mezclados, sumados a ese lío que se había armado recién en la mente. Pero no podía echarse atrás. Se confesaría, aunque ya sabía que sería rechazado. Se confesaría aunque Iwaizumi se confesara a alguien más.

Y cuando Iwaizumi lo rechazara, cuando dejara de llorar, iría y se divertiría con alguna de las tantas chicas que soñaban con estar con él. Y él soñaba con enamorarse de alguna de esas tantas chicas. Y se sintió horrible por ello, porque sabía que en el fondo, el sólo podía enamorarse de hombres. Sólo de Iwa-chan, si quería empeorarlo un poco.

Agradeció a las chicas, guardó los chocolates que le daban y les dijo que más tarde las vería. Les regaló una sonrisa especial y ellas se quedaron embobadas antes de darse cuenta que él había desaparecido en el interior del instituto.

Entró, corrió escaleras arriba, por pasillos que no recordaba haber recorrido, mientras las lágrimas empapaban su cara. Entró a una habitación que por suerte estaba vacía, era algo así como un aula usada para almacenar sillas. Se sentó en el suelo, contra la puerta, y escondió la cara en sus rodillas mientras dejaba a las lágrimas salir.

..

Cuando entró a su clase, el profesor ya estaba leyendo y escribiendo la pizarra. Se disculpó por llegar tarde, y se sentó en el su asiento sin una gota de ganas de sacar su cuaderno y un lápiz.

Había esperado hasta calmarse totalmente, había lavado su cara varias veces, y había sonreído muchas veces en el camino. Nadie en su clase notó nada raro en él. Excepto Iwaizumi.

Lo miraba de manera rara, estudiándolo, desde la silla de al lado. No le dijo ni una palabra, pero Oikawa pudo sentir su mirada perforarle la cara.

-Deja de mirarme de esa manera, Iwa-chan~ -le pidió con su usual voz cantarina.
-¿Qué ha sucedido? -le preguntó el otro, sin rodeos, mirándolo serio y, ¿preocupado?
-Nada. Sólo tropecé y cuando caí, me golpeé y se me escaparon algunas lágrimas -le dijo, riendo tontamente y rascando su nuca-. A veces soy algo torpe~
-Mejor cállate. Antes que decirme una mentira tan estúpida, no digas nada. -le dijo el otro, con el ceño fruncido pero esa mirada rara todavía en sus ojos.

No le dijo nada. No volvió a mirarlo. Sus ojos ardían otra vez. Ni siquiera eso salía bien. Ni siquiera podía fingir que estaba bien frente a él. Por supuesto que no. Se conocían desde que eran pequeños, Iwaizumi lo conocía mejor que él mismo. ¿Cómo pudo pensar que se tragaría una mentira tan idiota?

Pero Iwaizumi no volvió a preguntar, aunque su mirada seguía sobre él.

..

La mañana siguió su curso. Los profesores entraban y salían, en los recesos las chicas lo rodeaban, y Iwaizumi seguía teniendo esa mirada en su rostro.

En el último receso, antes de la última hora de clases, le pidió a Iwaizumi que lo acompañara a la azotea, porque quería contarle algo.

-¿Y porqué tenemos que subir hasta allí? -se quejaba el otro.
-Es parte de mi magnífico plan, Iwa-chan~
-De seguro me dirás una estupidez. Acepta que simplemente te gusta subir a la estúpida azotea, pero que estando solo te aburres -le decía mientras iban subiendo.
-Iwa-chan~ -le hablaba con voz cantarina, y a cada escalón que subían se sentía más y más nervioso- Si será una estupidez o no, dependerá de tí.

Siguieron subiendo las escaleras en silencio. Cada uno, por su parte, sentía demasiados nervios por la situación. El primero iba a confesarse. El segundo estaba seguro de que el otro le diría que había estado llorando por alguna estúpida chica que lo había rechazado por ser un mujeriego.

La puerta se abrió y la luz los cegó momentáneamente. Respiraron el aire fresco que corría allí, y Oikawa se aseguró de que la puerta esté entre abierta y en su espalda, para que le fuera más sencillo huir luego de ser emocionalmente apuñalado.

-¿Vas a decirme por quién llorabas esta mañana? -le preguntó Iwaizumi luego de un rato en silencio.
-Sí, lo haré.

Estuvieron un rato más en silencio. Se respiraban nervios, pero intentaban ignorarlo. Luego, lentamente, Oikawa sacó un chocolate de su bolsillo y se lo tendió al otro.

-Por favor, déjame hablar -le pidió cuando vió que el otro abría la boca para preguntarle qué demonios significaba ese chocolate-. Déjame hablar -repitió, más para el nudo en su garganta que para que el chico frente a él, y su voz se quebró levemente.

Respiró varias veces, y con los ojos ardiendo en lágrimas y el nudo que no se iba en su garganta, estómago y corazón, lo miró a los ojos y habló:

-Me gustas, Iwa-chan. Me gustas mucho. No, decir que me gustas es poco. Estoy enamorado de ti. Totalmente enamorado de tí -y la primera lágrima rodó por su mejilla. Iwaizumi dio un paso hacia él con la mirada que le había lanzado en la mañana otra vez en su cara, pero él puso un brazo al frente, marcando distancia-. Estoy.. perdidamente enamorado de tí. Ya ni siquiera recuerdo desde cuando.

Se limpió inútilmente las lágrimas con el borde de su buzo. Temblando demasiado. Su mente era un caos, ya ni recordaba lo que tantas veces había planeado decir.

-Perdón.. Perdón si esto te molesta, o si te da asco. Pero tenía que decírtelo. Esta mañana.. lloraba porque tú me habías dicho que te confesarías a alguien más -su voz se quebró, y tuvo que esperar unos segundos para poder volver a hablar-. Me alejaré de tí, si te doy asco. Ya no intentaré abrazarte, ni te molestaré todos los días..

No supo si había dejado de hablar porque su voz ya no salía, o porque ya no tenía nada que decir, pero lo siguiente que sí supo, fue que era empujado contra la puerta.

Y que Iwaizumi lo estaba besando.

Lo besaba, sosteniendo su cara entre sus manos, delicadamente. Lo besaba lento, y él correspondía torpemente.

Luego de un momento, separaron sus bocas, pero no sus cuerpos. Y mientras le sacaba las lágrimas con los pulgares, Iwaizumi le habló, y sus palabras estaban demasiado cargadas de dulzura. Tanto en lo que decían, como en la manera en lo que lo hacían.

-Jamás vuelvas a decir que te alejarás de mí -le dijo-. Jamás vuelvas a decir que dejarás de molestarme, que dejarás de intentar estar sobre mí. Jamás vuelvas a siquiera pensar que me das asco. Jamás vuelvas a llorar si no es en mis brazos y luego me dices a quién debo golpear por ello.

Oikawa había vuelto a llorar desconsoladamente, mientras Iwaizumi le acariciaba las mejillas.

-Te prometo que jamás te volveré a hacer llorar, no si no es de felicidad. Y perdón si lo hice esta mañana, pero fue porque tú mal interpretaste todo -pegó su frente a la suya, y le habló en casi un susurro-. La persona a la que planeaba confesarme, era a tí. Pero te me adelantaste.

Y luego volvió a besarlo.

Rodeó su cintura con uno de sus brazos, y Oikawa enredó los suyos en su cuello. Juntaron más sus cuerpos, si es que era posible.

El beso ahora les provocaba sonrojos, y la lengua juguetona de Iwaizumi hacía lo que quería en la boca del otro.

-Iwa-chan.. -le habló el otro entre suspiros- Más~
-No lo pidas dos veces -le advirtió-. Tenemos que volver a clase.
-Por favor, Iwa-chan, más~ -volvió a pedirle ahora en un tono más erótico y con una mirada seductora, y Iwaizumi no pudo hacer otra cosa que saberse derrotado.
-Te aviso que luego no iré de regreso a casa contigo en mi espalda -le dijo mientras le besaba el cuello, y colaba sus manos por debajo del buzo que luego quitaría.
-Si lo harás, Iwa-chan~ -le confirmó mientras se dejaba hacer, y su voz era reemplazada por gemidos.

La campana para regresar a clase sonaba de fondo, pero a ellos no les importaba.

Perderse una clase no importaba si era para estar con la persona amada.
Y perderse un entrenamiento no importaba si era porque habían estado dándose demasiado placer, y Oikawa apenas podía caminar y Iwaizumi debía cargarlo en su espalda.

 

Notas finales:

Bueno ¿Les gustó?

Perdón por omitir la parte lemon, pero estaba romántica y cursi cuando lo escribí, no me salía la perversión xD

Ésta en poco tiempo se volvió una de las parejas que más me gusta, y sobre la cual no hay mucho material, y menos en español. 

Espero que les haya gustado, que haya sido entretenido. A mí en lo personal me tiene enamorada (algo narcisista, pero bueno xD). Lo leo una y otra vez y me sorprende que lo haya escrito yo misma. 

Con un rw me harían super super feliz, su opinión, críticas, golpes por saltearme el lemon, lo que quieran es bienvenido xD


¡Gracias por leer el fic y por leer las tonterías que escribo en las notas!


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