MI PERSONA ESPECIAL
Touya x Yukito
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Los ángeles no deben amar a los seres humanos.
No debían, porque ambos se terminarían haciendo daño.
Pero tampoco podía evitarlo. Porque lo había hecho.
Se había enamorado de un humano, de su mejor amigo, de quien le salvó la vida.
De Touya Kinomoto.
Al inicio se resistió porque aún guardaba gratos recuerdos de la época en que vivía con Clow y realmente le extrañaba, ¡Era su creador, por todos los cielos! Y siempre le tendría un gran aprecio. Fue como un padre y un amigo, alguien en quien confiar.
Ahora se comenzaba a sentir confundido.
Touya era un chico alegre, despreocupado, que siempre cuidaba de su hermanita menor Sakura a pesar de que muchas veces la molestaba. Yukito también le tenía un gran aprecio a la pequeña. Su otra mitad, Yue, no.
Yue la encontraba indigna de ser su nueva “ama” y no quería aceptar que Clow los hubiera dejado con una niña.
Yukito creía que era linda, tierna, y una persona que se preocupaba mucho por quienes la rodeaban, quería que todos estuvieran bien, que nadie sufriera.
Yue lo encontraba infantil.
Yukito lo encontraba tierno y admirable.
Yue pensaba que Touya era un chico perspicaz y por alguna razón eso le agradó.
Fue lo primero en que Yukito y Yue estuvieron de acuerdo.
Los días fueron pasando con cada nueva misión, cada nueva carta, cada nuevo sentimiento, cada nueva situación y experiencia. Y eso lo cambió todo.
Porque Yue aprendió a ver la fortaleza del corazón de Sakura.
Porque Yukito valoró mucho más, si se podía, su amistad con Touya.
Porque el ángel y la entidad falsa crecieron, en edad, en pensamientos…en sentimientos.
Yue poco a poco comenzó a conocer el corazón de los humanos a través de los ojos de Yukito.
Porque se complementaban.
Porque eran su otra mitad.
Porque eran uno.
Y por esa razón Yukito y Yue se comenzaron a sentir confundidos al mismo tiempo.
Yukito quería a Touya, mucho, como un hermano, como su mejor amigo…quizá como algo más.
Yue apreciaba a Touya por sus habilidades y porque simplemente le parecía interesante, pero nada más.
El uno le quería y el otro sólo le apreciaba un poco.
Pero eran uno. Debían decidirse.
Yukito quizá podría intentar tener algo más que una amistad con Touya, aunque la pequeña Sakura ya le hubiera confesado sus sentimientos y él le hubiera dicho que ya tenía a su persona especial “Touya”, claro que eso la pequeña nunca debía saber.
Yue le hizo la promesa a Touya de cuidarse y cuidar a Yukito porque era la persona que Touya amaba.
Ambos lo sabían, sin embargo no se decidían a confesar sus sentimientos, que si bien eran correspondidos y los tres lo sabían, no se sentía correcto.
O quizá sí lo era.
Porque era su persona especial.
Quizá si le confesaba su amor todo iría bien.
Quizá no tenían que lastimarse, aunque no sabía ni cómo podrían hacer eso. Pero que se herirían era algo que le preocupaba, quizá con el pasar del tiempo Touya se cansara de Yukito y Yue. Quizá Yue ya no aguantara estar ahí siempre junto a Yukito, en su cuerpo pero sin ser él, sin tener algo propio. Tal vez Yukito se cansaría en algún momento de ser una identidad falsa porque aunque él estuviera la mayor parte del tiempo en el cuerpo, era Yue el verdadero dueño del cuerpo que ocupaba y quizá algún día Yue lo querría de vuelta.
Pero al amor era el amor y valía la pena arriesgarse.
Por él.
Por ellos.
Por su “persona especial”.
Por Touya.