Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El vecino nuevo de Mary... por andherezu_rosui

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bien la historia estara relatada al principio desde la perspectiva de Mary, he de comentar que me costo un poco de trabajo meterme en la cabeza de este curioso canino. 

Espero y se animen a leer y comentar que les parece la idea.

Gracias por leer...

Notas del capitulo:

Esta historia esta basada en un curioso episodio que me ocurrio hace ya algun tiempo. Aclarando que a excepcion de los eventos que ocurren en el parque son los unicos "reales" los personajes y sucesos posteriores son ficticios.

La idea, es completamente mia. No se vale plagiar. ¿OK?

 

 

 

Hola. Mi nombre es Mary soy una maltes de dos años de edad, mi pelaje es blanco y largo. Mi amo me peina todos los días para que no se en enrede. ¿Saben? Mi amo es muy gentil conmigo.

Vivimos en un departamento solos los dos, aunque me quedo sola la mayor parte del día, no me siento triste. Porque mi amo siempre vuelve y me acaricia. Me trajo con él desde que era una cachorra, nuestro departamento es grande y está arriba de todos los demás, tenemos vecinos pero el amo no suele hablar con ellos.  Solo con la señora que tiene un bebe, a mí no me gusta él bebe, porque mi amo siempre le da besos.

“Huelo algo” me acerco a la ventana y empujo la cortina con mi hocico, “Ah es el cartero” Le gruño, y él me hace caras y me saca su fea lengua. “Algún día la ventana no estará entre nosotros” le gruño mientras él pone los sobres blancos en la hendidura de la puerta y yo corro a buscarlos. Mi amo siempre se contenta cuando ve que los dejo en la mesa y me acaricia la cabeza en recompensa. ¿Cuánto falta para que mi amo vuelva? Miro el círculo pegado en la pared y la varita corta aún está arriba, ¡Todavía falta mucho! Miro mi cesta de juguetes y busco mi ranita de peluche, la morderé para entretenerme un rato.

Mi amo es un hombre muy guapo, incluso yo puedo saberlo porque cuando salimos a pasear la gente lo mira, la señora de la tienda también lo mira, pero mi amo no las nota. Quizá es porque sus ojos son tan brillantes y su cabello es más suave que el mío. Quizá es su olor a colonia lo que llama tanto la atención. No lo sé.

Un ruido se oye abajo, tomo a mi ranita en mi boca y el dejo en el sofá, antes de apartar la cortina para ver lo que hace el ruido. Desde la ventana se puede ver la avenida principal de nuestro vecindario, por ahí veo el coche de mi amo pasar cuando se va y antes de saber que vuelve a casa. No puedo ver que hace el ruido desde aquí, así que solo ladro con frustración. Escucho el rugido de esos monstros llamados “camión” suena como si tuviese hambre, mejor me escondo, hasta que se haya ido.

El ruido sigue un rato más y gruño porque si no se calla el camión puede volver y comerme. Miro de nuevo el círculo en la pared, la varita corta al fin está bajando pero no ha bajado toda va a la mitad. Me lo quedo viendo recostada en el sillón viendo como la varita larga se mueve hasta completar el circulo una y otra vez, no me doy cuenta pero empiezo a dormirme… sin poder hacer nada cierro los ojos.

Cuando vuelvo a abrirlos la manecilla corta ha llegado al fin abajo. ¿Cómo paso? Giro en el sofá emocionada, dentro de poco mi amo aparecerá por el pasillo. Escucho la campañita que anuncia la caja que sube y baja, llegar. Me asomo una vez más por la ventana esperando ver a mi amo. “Al fin ha llegado” me ha visto y me sonríe con cariño, yo ladro contenta al verle dejar su maleta en el suelo y sacar la llave. Me bajo del sofá de un salto y lo espero sentada. Cuando la puerta se abre, me paro sobre mis patas traseras para que el me acaricie.

-Ya llegué, Mary ¿Cómo fue tu día?- Me dice alzándome en brazos. Le lamo la cara en respuesta. –Veo que estas muy ansiosa ¿Quieres ir a pasear?- Me pregunta y yo ladro con emoción. – De acuerdo. –Me dice y va por mi correa, me siento algo inquieta esperando a que la ponga. Lo veo dejar su maleta en el sofá, y buscar en la canasta de juguetes una pelota, abre la puerta y salimos.

Yo me adelanto a la caja que sube y baja y le veo sonreírme divertido, para después apretar los botones de la caja, la puerta se abre y él toma mi correa antes de que la caja se cierre. No me gusta la sensación de la caja al moverse pero ya me acostumbre. Salimos de la caja y un mar de olores nuevos me inunda la nariz, a mi amo no le molesta dejarme guiar. Olfateo aquí y allá identificando viejos olores, nuevos olores y encargándome de mis necesidades. Cuando termino mi amo lo levanta y lo pone en ese gran cubo que muchas personas usan para dejar lo que no necesitan.

Caminamos y la gente se queda viendo a mi amo, algunos le saludan y el solo sonríe con la mano en alto, no, nos detenemos hasta ver la reja blanca del parque. Jalo de la carrea para apresurarnos a llegar.

-¡No hagas eso, vas a lastimarte!-Me dice mi amo, pero no escucho y de todas formas lo hago. Mi amo suspira y corre para evitar que siga jalando y en cuestión de segundo llegamos al parque. Casi no hay gente aún, solo unos cuantos niños jugando con una pelota en las canchas. Mi amo nos dirige a la banca  en la que suele sentarse, me subo y me siento a su lado y el me quita la correa. – Ve a correr… -Me dice y yo me lo quedo viendo, él sonríe juguetón y saca de su bolsillo la pelota amarilla. -¿Quieres que la lance? –Me pregunta. Yo ladro y giro emocionada. Y él la lanza.

Mis patas son cortas pero, yo soy rápida así que alcanzo a la pelota y la tomo para volver junto a mi amo. ¡Que divertido es jugar a la pelota! Tras media hora de corretear tras la pelota, decido que ya tuve suficiente y me siento junto a mi amo en la banca, la brisa de la tarde se siente bien. Ya hay más gente en el parque. Mi amo se mantiene callado leyendo algo en su celular. Mientras escucha música por los cascos que tiene en su oído. Todo va bien hasta que…

Al otro lado del parque hay algo que llama la atención, de todos. Levanto mi cara del regazo de mi amo y miro con atención lo que todos ven. Dos como yo y su amo acaban de llegar al parque, ellos son más grandes que yo, y tiene parches por todo su cuerpo, uno de ellos tiene un parche en su ojo derecho, y el otro tiene parchada una de sus patas delanteras.  Creo que su amo no puede manejarlos a ambos porque intenta enterrar los pies en el suelo mientras ellos lo tiran como yo hacía antes con mi amo para llegar rápido al parque.  Olisqueo el aire para ver si me llega algún olor de ellos, pero estamos lejos de ahí.

Parecen emocionados de estar en el parque, y miran en todas direcciones sin escuchar las suplicas de su amo. No puedo evitar ladrar un poco aunque apenas y se oye, mi amo distraído me acaricia la cabeza. Yo giro mi cara hacia su mano y le lamo un poco, decido que ellos y su amo no me interesan y estoy a punto de volver a recostarme, echando un último vistazo hacia ellos…

Pero sus grandes ojos me miran con fijación. Me pongo en alerta al instante, ellos no se mueven solo me miran fijamente. Gruño para advertirles que no se acerquen pero parece que eso solo los alentó, ya que sin más, se lanzaron hacia mi dirección, arrastrando con ellos a su amo que callo de panza al suelo, agarrado por las empuñaduras de las correas.

-¡Manchas! ¡Pecas! ¡Deténganse! –Chilla su amo, pero ellos siguen corriendo. Yo comienzo a girar inquieta al verles más cerca. Mi amo se da cuenta al fin de que algo está mal y se quita los cascos de sus oídos, para mirarme. Saco mi lengua, como si estuviese relamiendo ansiosa y mi amo mira desconcertado al otro amo siendo arrastrado por ellos. Cuando están a unos metros de mi amo él les dice serio.

-¡Alto!-Yo ladró cuando veo que ellos han conseguido que mi amo se enfade, pero obedecen y se detienen al instante. Su amo parece adolorido mientras intenta sentarse sobre el suelo.  Miro el ceño de mi amo, parece muy molesto y con lentitud descruza sus piernas para levantarse de la banca. Bajo de un salto y oigo que ellos gimen afligidos por ser reprendidos, “Que coraje” pienso gruñéndoles, no me gusta que mi amo se altere, porque su bonito rostro se descompone con el ceño fruncido y desprende un aura atemorizante.

Veo al amo de ellos sacudirse el polvo de su ropa e inspeccionar la sangre que sale de su codo, mi amo le mira sin decir nada, seguramente no sabe cómo reprenderlo. Decido que lo ayudare, y me acerco al amo de ellos, que se mueven inquietos sin atreverse a acercárseme, levanto mi patita trasera y le dejo un recuerdito en su pantalón sucio. El amo de ellos, parece ido cuando hago esto me giro y le hecho tierra con mis patas traseras.

-¡Mary!- Me llama mi amo yo levanto mis orejas y sin demora regreso a su lado, él se agacha pone la correa en mi cuello, mira al amo en el suelo con el ceño fruncido por un segundo, se gira chasqueando los labios, para empezar a caminar de vuelta a casa.  Yo giro mi cabeza para ver que el amo de ellos parece al fin reaccionar y les grita.

-¡Maldición! ¿Por qué me hacen esto?- Mi amo tensa un poco la correa al escucharle, pero no nos detenemos.

Cuando llegamos a casa, veo a mi amo fatigado. Y se tira en el sillón con desgana. Me acurruco en su regazo, y enseguida el comienza a acariciar mi pelaje. Seguramente ya no querrá volver al parque después de hoy. Miramos la tele un rato hasta que escucho un ruido de fuera y el aire trae consigo un olor familiar, mi amo parece notar mi inquietud porque me pregunta.

-¿Qué pasa bonita?- En respuesta me acerco a la puerta, él la abre y yo salgo al balcón, asomo si cabeza por el barandal y los veo. El amo del parque, con ellos están justo en frente del edificio platicando con la señora del bebe.

-No puede ser…- Dice mi amo extraño. Yo saco mi cabeza de la abertura del barandal para mirarlo. Gruño al darme cuenta de que ese amo y sus dos ellos vivirán ahora en el mismo edificio que mi amo y yo. La señora del bebe parece que nos ha visto y saluda a mi amo desde abajo, mi amo solo asiente en saludo pero mira con fijeza al nuevo vecino.

Lo único curioso es que ese amo mira a mi amo con la cara roja. Ellos parecen notarlo también e intentan llamar la atención de su amo tirando de sus correas con fuerza. Mi amo ve como una vez más ellos arrastran a su amo un par de metros lejos de la caja de metal que sube y baja y suspira con resignación.

-Vamos, Mary entremos. –Dice mi amo cansado, yo gruño por lo bajo como advertencia, antes de entrar con mi amo una vez más a nuestro hogar. No dejare que ese humano se acerque a mi amo, ni que ellos le causen más molestias, me prometo, decidida.

Por ahora dejare que mi amo me cepille el cabello…

Continuará…

 

 

Notas finales:

Bien, espero que les haya llamado la atencion al menos y me den puntos por intentarlo. Es mi primer original. No sean duros.

¿RR?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).