-¿Te cuento algo?- susurró JungSoo llevándole una taza de café a Minsoo, que nuevamente estaba en su departamento en Ciudad Universitaria.
Minsoo la tomó y sopló levemente sobre el líquido para que se enfriara.
-Dime.- susurró bebiendo lentamente, frunció el entrecejo al quemarse la lengua.
-Me pasó cuando… hace un tiempo.- normalmente JungSoo tomaba café en las noches, sólo que desde ese día en que Minsoo le preparó avena cuando lo visitaba acostumbraba a hacerse esa bebida.
Sólo para hacer reír a Minsoo.
-¿Es bueno o malo?- preguntó Minsoo mirándolo, dejando la taza de café en la mesa de centro, a un costado de los libros y hojas de JungSoo, las que tomó para ponerlas en un lugar más seguro pues no quería estropearle su tarea.
-Era malo antes.- contestó riendo levemente. –Creo que ahora es bueno.-
-Entonces dime.- pidió tomando la taza de café para beber de ella, no sin antes volverse a quemar la boca.
-Alguna vez has pensado “quisiera ser…”- mordió su labio nervioso, más bien, ligeramente asustado. –Un día mientras estaba acompañando a KangIn a comprarse un poco de ropa, habíamos ido al centro comercial de Seúl y mientras él veía las playeras y pantalones te vi caminado con DamBi.-
Lo había visto tomado de la mano de ella, mientras comían un helado de cono y reían por quién sabe qué cosa. Caminaban lento y apuntando a muchos lugares, se veían felices. Se veían bien.
-¿DamBi?- preguntó Minsoo alzando una ceja.
-En ese momento me di cuenta de que no tenía oportunidad contra ella.- susurró para beber de su taza de avena. –De que sí la querías y caí en un cuadro de depresión crónica.- contestó riendo levemente.
-Cómo sabías…-
-El amigo de un amigo estudia en psicología y me dijo que era depresión crónica.- contestó JungSoo.
-No, ¿que nos veíamos bien?-
JungSoo relamió sus dientes superiores lento, intentando reprimirse gritarle a ese egocéntrico lo que tenía en mente.
-No importa.- contestó sonriendo forzado. –En ese momento mientras KangIn y yo paseábamos pensé que quería curar esa herida, pero sabía que no te podía obligar, y me conformaba con pensar que amortiguaba esto que sentía cuando estábamos juntos.-
-¿Los cuarenta minutos?- preguntó Minsoo tomando de nuevo de su café.
-Sí.- susurró. –Los cuarenta minutos.-
-Antes de JoKwon se lo conté a KangIn, le prometí que no quería hacerte daño, ni a ti ni a tu relación con DamBi, es más, prometía darte todo, todo incluso mi corazón.-
-¿Por eso te ponías intenso?-
“¿Por qué no te callas?” justo ahora que tenía otro momento de debilidad tenía que estar metiéndose en su confesión.
-Puedo ser más intenso.- optó por reírse. –Le dije a KangIn que sólo quería verte sonreír, oír tu voz, ver tus ojos.- sonrió tímido y cada palabra que pronunciaba la hacía más tenue. –Ver la forma de tus labios… por sólo cuarenta minutos.- presionó los ojos avergonzado y tocó su pecho, sentía su corazón latir a otra prisa.
-¿De verdad me veía bien con DamBi?- preguntó riendo.
JungSoo presionó sus ojos molesto.
-Olvídalo.- contestó JungSoo dejando su taza de avena sobre la mesa de centro, se levantó y dispuesto, caminó hacia su habitación.
-¡Hey! ¡Leeteuk!- Minsoo también se levantó y casi corrió hacia JungSoo para detenerlo, tomó su mano haciendo que parara. –Vamos. Sabes que bromeo.-
-No bromees cuando te estoy contando algo así.-
-Mira desde mi perspectiva.- Minsoo tiró de la mano ajena para que se girara y lo mirara a los ojos. –Para mí, eso ya es pasado, y el pasado ya no importa. Si me viste con DamBi, tu cuadro de depresión, lo que haya comprado KangIn, todo. Ahora estamos aquí, ¿no es así? Ahora estamos juntos y eso es lo que te tiene que importar.- asintió lento mirando a los ojos de JungSoo, haciendo que éste, lentamente también asintiera.
-Pero…-
-Sí, tienes escuela y sí, también tengo lo de Frosty Ice y nuestros horarios no concuerdan, pero tenemos cuarenta minutos, ¿no es así?- JungSoo volvió a asentir. –Entonces intenta ver mi sonrisa, mirar mis ojos y escúchame.- la mirada fija de Minsoo se posó sobre las pupilas contrarias, observando lo que JungSoo miraba. –Sólo estos cuarenta minutos.-
-¿Puedo besarte?- preguntó JungSoo susurrando, sin cortar el contacto visual.
-Estoy enfermo, ¿lo recuerdas?- se separó para tomar la mano de JungSoo y regresar a la sala de estar. –Hasta que no sepa si las aftas son contagiosas no puedo besarte.- pues misteriosamente le había aparecido una pequeña afta en el borde de la lengua, pero aun el médico no podía verlo porque tenía libre hasta el día siguiente.
-Sí.- susurró JungSoo tomando su taza de avena.
-¿Qué hora es?- preguntó Minsoo con su taza en la mano, sentándose a un lado de JungSoo.
-Aun nos quedan ocho minutos más.- contestó JungSoo.
-Bien.- susurró Minsoo suspirando. –¿Ahora yo te puedo decir algo?- preguntó sonriendo.
-Depende, si es bueno o malo.-
-Es relativo.- contestó bebiendo de su café.
-Dime.- sintió como Minsoo se recargaba contra su hombro.
-¿En serio me veía bien con DamBi?-