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El límite por Badlolita

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Notas del fanfic:

Primera vez haciendo esta pareja, espero que lo disfruten. Mit x Ryo

El límite

Muchas veces, es difícil encontrar un límite sano, es mas, definitivamente es casi imposible hacerlo cuando tienes el hombro con más lágrimas de todo Shohoku.   Mitsui sabía que podría estar entrenando en ese momento, que su tiempo era invaluable si quería volverse el mejor y que definitivamente estar ahí, otra vez, era una pérdida de energía sin sentido; pero cada vez que él volvía llorando y quejándose de su amor no correspondido, no podía más que ofrecerle ir por una cerveza y escucharlo incondicionalmente. Eso es amistad, y el tirador de tres puntos lo sabía por lo que , cuando dudaba, recordaba como todos lo habían ayudado a volver a jugar.  Se convencía de que era su tarea estar ahí para el, que se lo debía y que no debía quejarse al respecto.

Generalmente  eran  solo ellos dos, pero en ciertas ocasiones Sakuragi se incorporaba a la reunión de la depresión y el fastidio (así las llamaba el), en la que solo lloraban, chillaban, bebían y Mitsui, como adulto responsable que era, les decía que debían seguir adelante, que tal vez deberían enfocar sus energías en algo o mas, o simplemente, se encargaba de que cada uno llegase bien a sus casas. Muchas veces les había sacado la ropa, los zapatos, y los había dejado en sus camas, también los había visto vomitar (cuando realmente estaban muy mal) y los había bañado o metido en la cama, y al día siguiente…hacía como que nada había pasado.

Por eso fue que cuando vio a Miyagi solo en el parque bebiendo, se sintió un tanto ofendido, porque siempre lo hacían juntos y esta vez había sido descartado. No le gustaba eso, sabía que era orgulloso al respecto pero a fin de cuentas le había encontrado cierto gusto a verlo borracho, vulnerable y suyo.

Se le acercó hasta quedar de pie frente a el, y aun así Miyagi no levantó la vista de la botella que sostenía entre sus manos. Si bien Mitsui siempre acompañaba a Ryota a beber, el nunca lo hacía, habían caminos que no deseaba volver a recorrer y estaba orgulloso de haber podido salir sus sombras; un alcohólico siempre sería un alcohólico.

Se sentó a su lado aun en silencio,  siempre había sido una persona bastante paciente para escuchar a los demás, contrario a su antigua apariencia de adolescente buscapleitos, y permaneció ahí hasta que su voz quebrada lo sorprendió. Nunca lo había escuchado así, y cuando Ryota alzó la mirada hacia el, sus ojos llenos de lágrimas hicieron que la garganta se le hiciera un nudo.

Ahí estaba de nuevo el paño de lágrimas de Shohoku, soportando ver como ese excelente jugador y amigo se volvía añicos por una mujer, pero esta vez había algo mas…

Su voz sonó rota, como un cristal en mil pedazos -Mi padre murió- susurró, muy bajo, entre intensos espasmos, y por primera vez desde que eran amigos, Miyagi lo abrazó. Mitsui siempre se había preguntado por qué Ryota abrazaba a Sakuragi pero nunca a el, pero decidió sacar ese pensamiento de su cabeza y reservarlo para mas tarde.

Sus brazos se cerraron entorno al delgado cuerpo de Ryota, y cerró los ojos al apoyar la barbilla sobre su hombro percibiendo la mezcla entre el aroma del desodorante de el y la cerveza.  No supo muy bien cuánto estuvieron abrazados, tampoco le importó que alguien pudiese verlos, solo pudo surrarle al oído que todo estaría bien y que estaría con el para lo que necesitara.

Miyagi estuvo temblando bajo ese abrazo, y cuando pudo separarse solo susurró- Perdóname – y se puso de puntas de pie alcanzando con sus labios los del tirador de tres puntos.

Mitsui abrió grandes los ojos cuando los labios salados por las lágrimas buscaron los suyos, y diablos, había deseado tanto ese beso que solo pudo responderle la caricia.

Su boca se entreabrió ligeramente , su lengua se congeló cuando la de Ryota la rozó y ni siquiera los truenos anunciando la próxima lluvia hicieron que sus cuerpos se separaran. Podía percibir los músculos tensados de él bajo el abrazo, como su abdomen se contraía y como su propio cuerpo hacía lo mismo cuando no pudo aguantar la escasa distancia. Su cuerpo se frotó contra el suyo y el gemido de Miyagi le resultó delicioso. No podía parar, sabía que tal vez Ryota solo lo hacía porque se sentía sumamente dolido, y que lo lamentaría al día siguiente, y que aun peor… tal vez lo odiase, pero no podía esperar mas. No quería verlo llorar, ni lamentarse por otra persona cuando el siempre estuvo allí escuchándolo.

-Lo siento…yo solo..- No quería escuchar esas palabras, no quería escuchar que todo era un error, no quería que le rompiese el corazón tan rápido, de forma tan cruda. Volvió a besarlo, las manos de Ryota se ajustaron a su ropa aferrándose a la camiseta a la altura de su pecho. No lo estaba golpeando, debía ser algo bueno. Se estaba aprovechando de su vulnerabilidad, de su dolor, se apartó tan repentinamente como había robado sus besos, y se quedó mirándolo a los ojos aun cuando las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer- ¿Vas a golpearme? – Le sorprendió cuando Ryota alzó la mano hacia su rostro, pero solo acarició su mejilla y las ganas de llorar lo ahogaron.

-¿Acaso beso tan mal?- Ryota suspiró, la expresión de Mitsui era tan intensa que no sabía si lo golpearía o si se iría de allí. No podía dejar de mirarlo, era tan apuesto, y alto y tenía una dulzura tan grande. – Ryota, eres un idiota- La lluvia comenzó a caer con fuerza, y los fuertes brazos de Mitsui rodearon los hombros de Miyagi y él solo pudo suspirar y aferrarse al cuerpo del mayor – Lo lamento mucho, tu pérdida…-¿Qué podía decirle a alguien que había perdido a su padre? Miyagi apoyó el dedo índice sobre los tibios labios de Mitsui, y los reemplazó por su boca cuando la angustia lo invadió de nuevo.  Se sentía avergonzado, tan tonto y pequeño entre sus brazos… Odiaba haber utilizado a Ayako como excusa,  no es que no la hubiese amado sino que con el tiempo, ese amor no correspondido se convirtió en amistad y Mitsui siempre estaba ahí… había sido imposible no comenzar a mirarlo de otra forma, no tomar sus cuidados como algo más.

Con el tiempo, empezó a necesitar su cercanía y no sabía como continuar con eso sin tener la excusa de Ayako. Ahora nada importaba, tendrían mucho de que hablar y esa noche, necesitaba demasiado de Mitsui, de sus cuidados, de su calidez – Llévame a casa- susurró sobre su oído, y Mitsui no objetó nada, solo fue hacia su motocicleta, se montón en ella y le arrojó un casco – ¿Qué esperas?


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