¿Cómo llegué a este incómodo estado?...
Bien, primero les voy a pedir que se pongan en mi lugar, sólo por un instante.
El tiempo pasó, la guerra terminó, y yo tuve que morir para poder matarlo. Ya saben quién soy…
Me convertí en auror. Ron, mi mejor amigo, trabaja conmigo y también es auror. Mi hermana del alma, mi hermana querida, también trabaja conmigo. Pero lo suyo es la burocracia, aunque no sé como lo soporta.
En frente de mi oficina, está mi “ex némesis”. También saben de quien les hablo, Draco “trasero perfecto” Malfoy, que es el medimago encargado de la sección donde trabajo. Por su apellido, su pomposo apellido, obtuvo un cargo en el ministerio.
Nosotros… Bueno, creo que sólo estamos aquí por ser el trío dorado solamente.
Un día normal de trabajo, es llegar 7:30hs, hacer papeleo (o más bien rogar que Hermione lo haga por mi) y en el descanso del medio día, escuchar a Ron quejarse de su mujer. Escuchar la frase “Hermione hizo esto”, “hizo aquello”, “me dijo esto”, unas cincuenta veces en menos de media hora. Es… desesperante, sinceramente lo digo.
Siempre peleando…
Siempre por las mismas nimiedades…
Aunque es molesto, yo no les digo nada. Es su problema y como su amigo-hermano, yo no me meto.
Bien, recordando ese día, puedo decir que fue un día bastante extraño. Hermione estaba… ¿distante? Sí, esa es la palabra. También estaba feliz, había ganado una beca de investigación para financiar cualquier proyecto de su agrado. Y ella decidió usarla, en un proyecto que incluyó a mi “ex némesis”… Ex némesis, que al tener su oficina delante de la mía, no hay día en que no le vea la cara. Su andar elegante, el perfume que siempre lo precede, ni una sola falla en su traje, su perfil níveo, su ojos color tormenta encuadrados siempre en una mirada seria, su boca confundiéndose como una mancha color carmín en su rostro, y… todo lo demás.
En fin, supongo que eso es tener clase, yo no…
El punto es, y aquí viene lo gracioso, en que la pelea diaria fue distinta. Ron sospechaba que “alguien” había conquistado a su esposa.
¡Yo le dije!
¡Yo le dije mil veces que eso era imposible!
Ella nunca podría engañarlo… El amor puede acabar, tampoco soy tan iluso, yo sé de buena mano que eso puede pasar. Pero engañar, es algo totalmente distinto.
Ese día no hubo las “clásicas quejas de Ron”…
Estaba muy asustado; ¡Temía perderla!
Esto, no es un “dejaste la tapa del inodoro arriba” o “dejaste ropa sucia por toda la casa”… No, porque él ama a Hermione, ante todo y desde siempre.
El punto en cuestión: Hermione y Draco.
Gracias a esa beca de investigación y a que son amigos... (se hicieron amigos, ¿cómo? no sé, ¿cuándo? tampoco). En fin, perdón por divagar.
Toco misión. Básicamente, tuvimos que entrar a un antro y agarrar a un mal nacido, que vendía a pociones ilegales a chiquillos imbéciles. No crean que el mundo de las drogas, es ajeno al mundo mágico. Todo sutil. Ningún muggle enterado. Entramos, dimos con el infeliz, e hicimos lo que teníamos que hacer…
Pero por el rabillo del ojo, pude observar a Hermione y a Malfoy juntos… No estaban besándose. No estaban “manoseándose”. Sólo estaban juntos… Hecho curioso, tirando a sospechoso, a mi ver. Y… Ron los vio.
¡Obviamente, la cosa no terminó ahí! Decidimos (Ron decidió) espiarlos. Los celos hacia Draco, a Ron lo estaban consumiendo, por lo que tuve que actuar y me inventé una investigación criminal contra Malfoy…
¡Sé que hice mal! ¡No me juzguen! Yo solo quería ayudar a mi amigo y demostrarle que mi hermanita del alma no le era infiel.
Además ahora lo estoy pagando, ¡maldito karma! Antes de que terminara esa semana, me volvió a pasar…
Me obsesioné otra vez…
Me obsesioné con Draco Malfoy…
Díganme ustedes ahora, ¿qué hago? Y díganme de paso, ¡¿por qué siempre me pasan estas cosas a mí?!