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El Poder De Una Sonrisa por Angel90

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Notas del fanfic:

Los personajes de Los Caballeros Del Zodiaco que fueron utilizados para la creación de esta historia le pertenecen al japonés Masami Kurumada.

Notas del capitulo:

Espero que les guste....

Y nunca dejen de sonreir.... Una sonrisa abre las puertas de un mundo de felicidad.

Se dice que la sonrisa es una forma de expresar facialmente un sentimiento de satisfacción. Una sonrisa es una expresión facial formada al flexionar los 17 músculos cerca de los extremos de la boca, pero también alrededor de los ojos. 0,01 segundos es el tiempo que nuestro cerebro tarda en procesar un momento de felicidad que involuntariamente nos haga sonreír.

Pero qué pasa cuando por alguna razón del corazón en tu rostro ya no se refleja esta sonrisa… Te conformas con este nuevo cambio o buscas algo que haga que vuelva la sonrisa.

Había una vez  en un país muy lejano existía un enorme, pero a la vez hermoso castillo el cual era reinado por unos reyes amables, honestos pero a la vez justos, estos reyes tenían un hijo, el cual al cumplir los quince años empezó a manifestarse en él la tristeza y la apatía, empezó a cambiar en su rostro ya no se notaba la alegría con la que era muy conocido, el nombre de este triste príncipe era Seiya de Pegaso, el joven príncipe se la pasaba llorando  todas las noches.

Cada día, alguien lo visitaba en su palacio para tratar de robarle una sonrisa… Payasos, artistas, comediantes y músicos se presentaban ante él, pero nada resultaba.

El príncipe cada día estaba más triste.

 —Así jamás llegarás a ser rey —le decía su madre.

La reina era bella y bondadosa. Pero, aunque amaba al príncipe con todo su corazón, no poseía la cura para su mal. ¿Quién puede comprar esperanzas y sueños? El príncipe necesitaba una ilusión, algo para amar…

Una noche, el príncipe no podía dormir y se asomó a su gran balcón para ver las estrellas, pues eso era lo único que aliviaba un poco su pena. De repente, escuchó un estruendo… ¡Uno, dos, tres! ¡Alguien había caído cerca del palacio! Curioso, el príncipe salió a investigar. Sin hacer ruido, bajó por las escaleras, cruzó los largos pasillos… y allí, en el jardínencontró al intruso: era un joven que vestía una larga capa verde.

¿Quién eres tú? ¿Qué haces en mi palacio? —le preguntó el príncipe.

¿Yo…? Yo soy un gran mago, ¡el mejor mago del mundo! ¡He venido para hacer sonreír al príncipe Seiya  y que nunca más vuelva a llorar! – todo esto lo decía con una gran sonrisa adornada en su rostro.

El príncipe, extrañado y no muy convencido, fue a su encuentro. —Muchos lo han intentado… Si eres el mejor mago del mundo, demuéstramelo.

El mago contempló al joven príncipe y sonrió llevándose la mano a la boca. Dio un leve soplido y... de repente de sus labios nació una bandada de hermosas libélulas azules.

¡Libélulas azules, de la boca del mago!

¡Increíble! —exclamó el príncipe.

Las libélulas se posaron sobre su cabello cobrizo, le acariciaron el cuello y se pasearon por sus orejas, haciéndole cosquillas.

¡Basta ya…! —chillaba el príncipe, llorando de risa—. ¡Te creo! ¡Te creo!

El mago soltó una carcajada. —Te lo dije: soy el mejor, el único y mágico mago Shun de Sana.

¿Sana? Qué curioso... Todos dicen que necesito una cura para mi tristeza… y tú te llamas Sana. Me has sanado, Shun, ¡puedo volver a reír!

Los dos jóvenes se miraron sin decir nada; las libélulas revoloteaban a su alrededor. El príncipe sonrió y de sus labios brotó una carcajada que se oyó en todo el palacio. Todos los habitantes del castillo se despertaron. Al no encontrar al príncipe en su habitación, la reina salió al jardín. Allí lo halló: su hijo reía junto a un joven mago de cabello negro. El corazón de la reina se alegró y abrazó con fuerza a los dos muchachos. Rebosante de felicidad, le ofreció a Shun cualquier cosa que deseara: oro, tierra, caballos, todo lo que quisiera.

Pero Shun no deseaba nada de eso.

Sería feliz si pudiera quedarme con el príncipe para siempre.

Los ojos de Seiya se iluminaron, porque también deseaba que Shun se quedara a su lado. La reina sonrió y dijo que así sería. El mago Shun sería nombrado mago de la corte aquella misma noche. Muy feliz, la reina recorrió el palacio con la noticia de que su hijo se había curado de su mal. En el jardín, Shun y Seiya se sentaron bajo las estrellas. Cuando la luna apareció entre las nubes, se juraron amor eterno y sellaron su promesa con un beso.

Notas finales:

Gracias por tomarse tiempo para leerlo...

Nos estaremos leyendo en la siguiente historia.


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