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Entre dulce y salado por sue

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Notas del fanfic:

 

Declaración: Los personajes aquí descritos son propiedad absoluta de su creadora Yoshihara Rieko, el resto si es culpa mía xB

 

Notas del capitulo:

 

Konnichi wa! :D ¿Qué puedo decir? Adoro Ank y las historias romanticonas  ^//w//^ mi musa me llegó con esto y no pude ignorarlo (inner: consiente demasiado a esa musa ¬w¬) Espero que lo que están por leer sea de su agrado :B

A pesar de que el reloj marcara ya el mediodía, la penumbra alumbraba gran parte del departamento. Iason Mink siempre mantenía cerradas las cortinas hasta que el sol se ocultaba, su piel blancuzca era bastante sensible a los rayos solares. Más aquella tarde las nubes oscuras se asentaron en el cielo desde muy temprano. La lluvia no tardaría en caer.

 

- Lo sé… enseguida voy para allá. No te preocupes.

 

El rubio colgó la llamada. Tomó su saco y el sobre amarillo que esperaban con ansias en la oficina. Aquellos papeles tan importantes, llenos de tantos meses de trabajo… no sería exagerado decir que la compañía dependía mucho de su presentación.

 

Iason se subió al vehículo y procedió a encenderlo… pero sin éxito.

 

- ¿Pero qué…?

 

Probó una vez más. Pero el auto se negaba a encender.

 

- ¿Cómo puede ser posible? Acabo de sacarlo de la agencia… - Suspiró – Esto no me puede estar pasando, esos papeles tienen que entregarse hoy mismo… Raoul ya debe estar esperando en la oficina. Mientras me envía a su chofer será demasiado tarde…

 

Se había confiado. Nunca esperó que su auto nuevo le fallara en un momento tan crucial.

 

Tras pensarlo un par de minutos y para nada agradado con la idea, decidió llamar una de las líneas de taxis que conocía.

 

- Grandioso… - Vociferó sarcástico. Su celular se quedó sin batería.

 

Todo parecía típico de un día que va de mal en peor.

 

Suspiró con fuerza y no lo pensó más. Cuando estuvo en la calle divisó un taxi y lo detuvo.

 

- Buenas tardes señor. Mi nombre es Riki y hoy seré su conductor.

 

 - … Si, si… - Respondió sin prestarle atención. Se tomó el tiempo  para recuperar el aliento.

 

El muchacho no pudo evitar mirar a su pasajero a través del espejo retrovisor. No podía evitarlo, sus cabellos rubios y sus preciosos ojos lo llamaban.

 

- …Y dígame ¿Cómo se encuentra hoy?

 

Riki trató de buscarle conversación. Contándole cosas y haciéndole preguntas. Pero Iason no quiso contestarle.

 

- Escúchame: No me interesa hablar contigo. Así que te agradecería que dejaras de hacerme preguntas – Su tono de voz era severo.

 

- Está bien… sólo quería ser amable.

 

- No quiero que seas amable. No lo hagas, no finjas que te interesas por mí cuando realmente eso no te importa. Detesto que hagan eso.

 

- … - Se sintió intimidado y prefirió callar.

 

Cuando llegaron al sitio. Iason le pagó a Riki con un billete de alta denominación.

 

- Esto… - Revisó entre los billetes que tenía - …Vaya, parece que no tengo cambio – Sonrió con gentileza – Si quieres me esperas mientras voy…

 

- ¿Sabes qué? – Interrumpió con molestia – Déjalo así.

 

- Pero… - El rubio se marchaba – Esto… ¡Que tenga una feliz tarde! – Exclamó, más el hombre ni se volteó a mirarle – Parece que tiene mucha prisa… - Bufó - Tsk, pero que hombre tan pesado.

 

Riki prefirió no prestarle atención al asunto y decidió seguir con su trabajo. La siguiente persona que se subió a su taxi, fue una mujer muy hermosa. Era agradable, entablaron una conversación enseguida.

 

- ¿? ¿Qué es esto? – La chica descubrió en el asiento un sobre amarillo – Oye, creo que se le olvidó a alguien.

 

- ¿Ah? Debe ser del pasajero que se bajó hace poco – Lo tomó y lo dejó sobre la guantera – Pero que descuido… “¿Será de ese hombre? Tiene que serlo ¿Cómo se le pudo quedar algo así?”

 

- ¿Tendrá alguna dirección escrita? Debe ser algo muy importante.

 

- Que va. Si de verdad fuera tan importante no lo hubiese abandonado.

 

- Eso no tiene que ver. Las cosas se pierden, sean importantes o no.

 

- …

 

- Puede que la persona esté preocupada por haberlo perdido.

 

- “Yo… tengo que entregárselo. Sea como sea”

 

Riki era un muchacho extremadamente apegado a sus valores, por mas molesto que le hubiese parecido aquel sujeto, estaba convencido de que tenía que hacer lo posible por entregarle el bendito sobre.  

 

El pelinegro dejó a la chica y regresó al edificio en dónde se hubo bajado el rubio. La lluvia arreciaba por lo que tuvo que resguardar el sobre bajo su chaqueta. Tras bajarse del auto se asombró por la estructura de la empresa.

 

- Un momento… ¿Cómo haré para entregárselo? Ni siquiera sé que cargo tiene ni cómo se llama… tal vez lo diga dentro – No estaba seguro si abrir el sobre, no quería ultrajar la privacidad de alguien.

 

El muchacho tomó coraje y entró al edificio.

 

- No sé en dónde lo perdí…

 

- No te preocupes Iason. Deja que llame a Katze y te acompaño hasta tu departamento.

 

- Gracias Raoul. Aunque eso no reparará el hecho de que perderemos más tiempo. La reprimenda de Júpiter es… inevitable. Ya sabes lo estricta que es con el manejo de sus empresas.

 

Los hombres llegaron a la recepción y se hallaron con una escena bastante pintoresca: Un Riki empapado de pies a cabeza trataba de convencer a las recepcionistas de que lo dejaran entrar sin una cita previa.

 

- Les digo que se lo entregaré en persona. Tengo que asegurarme de que lo reciba. Lo dejó en mi auto y es mi responsabilidad entregárselo en sus propias manos – Exclamó con determinación: - ¡He dicho!

 

- Pero ¿Cómo piensa hacer eso? Si ni siquiera sabe cómo se llama – Comentó la mujer, cansada de tratar con el terco pelinegro.

 

- Ya te dije que es rubio.

 

- Y yo ya te mencioné que aquí hay muchos. La empresa es extranjera y la mayoría de sus trabajadores lo son también.

 

- Am… bueno, pero estoy seguro de que lo reconoceré con sólo verlo – Tronó los dedos – Así de rápido.

 

- Por favor… no insista.

 

Iason y Raoul se acercaron.

 

- ¿Y éste de dónde salió? – Raoul lo miró despreciativo. Bajo de él se estaba formando un charco de agua.  

 

- ¡Eres tú! – Exclamó Riki con una enorme sonrisa tras reconocer a Iason.

 

- ¿Qué quieres? ¿A qué has venido hasta aquí?  –  Fue su respuesta, un tanto seca.

 

- Em… - Riki abrió su chaqueta y sacó el sobre, los ojos azules lo hicieron sonrojar. No había podido detallarlos en el vehículo - … Dejaste esto en el taxi – El agua de sus cabellos no tardó en deslizarse por su rostro.

 

El Mink tomó el sobre con las marcas de los dedos mojados y permaneció unos instantes en silencio, observando al muchacho.

 

- “Es realmente… un hombre apuesto” – Riki ahora podía admirar a aquel hombre con su traje a la medida y su largo cabello extendido a su alrededor – “Wow Riki… ¿Cómo pudiste no notarlo antes?...”

 

- Ten.

 

El moreno salió de su trance ante los billetes que se mostraban ante él.

 

- ¿Eh…? ¿Qué es esto?

 

- Tú paga. Por venir a entregarlo – Le enseñó el sobre – Con esto y lo de hace poco, de seguro ya hiciste un día completo conmigo. Anda. Tómalo y vete a tu casa a holgazanear.

 

- “¿Cómo se atreve? Este hombre… es… detestable” - Riki apretó los puños. Jamás se hubo sentido tan humillado. La apariencia del ojiazul ahora no le parecía tan admirable.

 

A pesar de que Iason parecía un ángel se comportaba como todo un diablo. La manera tan despectiva en que le hablaba y miraba, se lo aseguraban.

 

- No lo quiero.

 

- ¿?

 

- No lo hice por dinero. En ningún momento pensé en que me pagarías por entregarlo. Lo hice porque siendo mi cliente lo olvidaste y era mi deber devolvértelo. Es más… - Metió la mano en el bolsillo y sacó los billetes – Toma, tu cambio… lo olvidaste también. Se ve muy claro que aparte de un grosero, eres un hombre bastante despistado.  

 

- ¡!

 

- Bueno, sólo vine a eso… Siempre a su servicio. Que tenga una feliz tarde – Tras decir esto, el muchacho salió del lugar dejando una estela de agua a su paso.

 

Iason permaneció quieto, absorto en lo que acababa de suceder. Se dio cuenta de que el sobre aún continuaba cerrado ¿Qué acaso el joven no había tenido curiosidad de saber que había dentro?

 

- Pero que atrevido – Mencionó Raoul sacándolo de sus pensamientos.

 

- ¿Te lo parece? – En su rostro se dibujó una media sonrisa – Yo creo que tiene agallas – Apretó los billetes en su mano – Y eso me es muy interesante.

 

   

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

 

 

Mo… me encanta éste Riki xD por los momentos Iason se nos ha mostrado como un hombre engreído ¿Hasta dónde le afectará el encuentro con el mestizo? ;) Muchas gracias por haberlo leído y por cualquier comentario que deseen dejar n_n Hasta el próximo capi!! Bye Bye!!

 

 


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