<<No... por favor no, déjame dormir>>
Pensabas... pero era inútil, un pequeño chico de 14 años era presa fácil para la entidad de la casa. Estás solo, niño. Pero no te preocupes, él no se apartará de ti.
Con miedo, con muchísimo miedo, te preparas para pasar la noche.
Te vas a dormir.
Apagas la luz, te enrollas en las cobijas y cierras los ojos.
¿Te dormiste?
Eso parece, ha pasado tiempo pero estás viendo la oscuridad de tu cuarto.
Tratas de volver a dormir. Te das la vuelta, cierras los ojos.
Y lo escuchas.
Un grito.
Cualquier grito que hayas escuchado antes no se compara con este.
Corto, grave, desgarrador y desesperante.
En un segundo estás de pie, con la mano en el interruptor de luz.
Con la luz encendida, ves tu rostro en el espejo.
Una combinación de terror, duda y miedo.
Pero no hay nada.
No ves nada.
Te tranquilizas, das la vuelta y dejas el calentador prendido.
No tienes frío, sólo quieres algo de luz.
Vuelves a tu cama.
Tardas en cerrar los ojos.
Mientras tanto, tratas de convencerte...
Que no lo volverás a escuchar...
Y que estabas soñando...
Pero al día siguiente, el calentador sigue prendido.
En la última semana no lo habías utilizado.
Así que, ¿Estabas soñando?
No... Fue real
Ese grito, ese desgarrador grito es idéntico al que él emitió justo cuando estaba siendo asesinado, así que…
¿Qué está pasando?
Ese grito, ese desgarrador grito es idéntico al que ÉL emitió justo cuando estaba siendo asesinado, así que… ¿qué está pasando? Es sencillo, un hombre que jamás conoció el amor perdió la vida por haberse fijado en un chico; un hermoso e inocente chico justo como tú, pero eso estaba mal y él lo sabía, por eso jamás le hizo daño; tan solo admiraba su inocente y perfecta belleza, soñando despierto con una vida juntos.
Su error fue confiarle su secreto a un "amigo", un hombre apacible y aparentemente confiable, pero en el fondo estaba lleno de prejuicios. Cuando la comunidad se enteró del secreto, temieron erróneamente por la vida del chico, así que ÉL fue colgado en su propia casa antes de que pudiera huir.
La misma casa en la que estás viviendo.
Muy triste, ¿no te parece, Ritsuka? Ahora, muchísimos años después de su muerte, justo cuando su inútil y vacía existencia comenzaba a caer en el olvido... tú llegaste a él. Pequeño, tu sola presencia sirvió para traer de nuevo a la "vida" a este hombre.
No, no llores, sólo lograrás confundirlo.
Tu madre no quiso escucharte, jamás decías la verdad ¿por qué habría de creerte ahora? Todas las extrañas heridas en tu piel al despertar eran motivo de preocupación, pero tu madre te llevaba al psiquiatra, no pensó en contratar a un exorcista o algo por el estilo, ya que ella jamás lo ha escuchado.
Sólo tú puedes escuchar sus gritos, sientes tanto miedo y desesperación... incluso has dejado de dormir, mala idea, te debilitas cada día que pasa y te vuelves más vulnerable.
De esta forma, una noche sencillamente no te puedes despertar, por más que lo intentas no puedes moverte, estás profundamente dormido.
Lentamente, la cobija que te cubre va cediendo hasta descubrirte por completo, sientes una ligera presión a tus costados, como si alguien se hubiera subido encima de ti. Unas manos invisibles se enredan en tu cabello y acarician tu rostro con infinita ternura.
Despiertas.
Ahora puedes verlo.
Un joven alto y delgado, con hermosas facciones sumamente delicadas, su cabello dorado es tan largo y fino... todo en él emite un aire angelical. Se acerca a tu sonrojado rostro y te besa suavemente. Casi puedes sentir sus labios contra los tuyos.
Tú no puedes percibirlo bien, pero para él es una experiencia completamente genuina, y todo gracias a tu debilidad corporal. Se separa de tu boca y se hunde en tu pequeño cuello, besándolo con suavidad. Ahora sabes de donde vienen esas marcas...
Comienzas a sentir confusión, desagrado, ira, tantas emociones en un sólo instante, ya que nadie debería ser capaz de tocarte de esa manera. Pero las emociones se desvanecen el aire conforme recuerdas lo que has soñado.
Lo conoces, ÉL de alguna forma logró mostrarte su pasado en sueños y eso te rompe el corazón...
A pesar de las noches de angustia que te hizo pasar por culpa de sus gritos, lograste tomarle cierto aprecio y no le guardas resentimiento alguno. Incluso alguna vez soñaste con su muerte y sentiste su dolor en tu propia carne, sentiste el mismo grito ahogado en tu garganta y, sobre todo, sentiste su soledad y te identificaste con ÉL.
Has caído Ritsuka, llegaste a quererlo.
Él te dijo su nombre alguna vez, tú sencillamente lo recuerdas como "Soubi".
Él quiere poseerte, pero se conforma con acariciar tu suave y dulce piel, se conforma con tu cálido y fragante aroma, tu hermoso cabello, tus dulces y adictivos labios. No quiere hacerte daño, ahora entiende que se equivocó al asustarte, pero no sabía cómo llamar tu atención, espera que lo perdones.
De pronto escuchaste una melodiosa voz en tu cabeza.
<<Esta vida no ha sido fácil para ti, pero nunca estarás solo, nunca te dejaré>>.
<<No te vayas, ¡no me dejes aquí! ¡Llévame contigo!>> respondiste.
<<No pequeño, tendrías que morir>>.
<<Pero, te quiero>> tus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
<<Y yo a ti, más que a nada en el mundo, pero no puedo matarte para llevarte conmigo>> él acarició tu rostro suavemente.
<<Ya no quiero estar aquí, estoy muy cansado...>> tu arrebato infantil te llevó a elegir esas palabras.
<<No, no, ¡Ritsuka! Tienes que vivir, hazlo>>.
Tu debilidad era excesiva, tu pequeño cuerpo no soportaría un corazón roto, cerraste los ojos...
<<Ritsuka… Ritsuka, despierta>>
<< ¿Qué pasa?>>
<<Estamos juntos>>
Lo tomaste de la mano y se abrieron paso a través de la oscuridad hacia una puerta que conducía a un hermoso mundo, más allá de la imaginación de cualquier ser humano.
Ante la puerta él tomó tu mano, te abrazó y te cargó para poder besarte.
Cruzaron hacia una nueva existencia, pero lo que no sabes, pequeño, es que a la mañana siguiente tu madre te encontrará en tu cama con una inmensa y hermosa sonrisa.
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Pero no podrá despertarte.