CAMPO DE CALABAZAS. [JoTwins][Viñeta][Halloween]
— ¡Me duele todo! —grité con fuerza y cierta desesperación. Escuché las risas de mis hermanos y mis padres; y sin esperar un momento más, enderecé toda mi espalda, sintiendo y escuchando cómo esta crujía.
— ¡Exagerado! —me grita YoungMin, lanzándome una piedra.
Suspiré con fuerza; realmente me duele la espalda.
— No exagero —mi hermano gemelo se acercó a mí y me revolvió el cabello—. Tú no estás tan adolorido, porque no prácticas baloncesto cuatro horas al día, todos los días —lo encaré, cruzándome de brazos. Él sólo sonríe y se acerca un poco más a mí.
— Te dije que viniéramos la semana pasada —me susurra cerca de la oreja. Me estremezco—. ¿Y quieres adivinar quién me dijo que no podía porque tenía que ir a practicar? —me pregunta, alejándose y mirándome a los ojos.
Yo los pongo en blanco.
— Yo.
— Exacto, tú —me señala con una sonrisa—. Así que ahora debes resistir.
— No es justo —exclamé con rapidez—. Realmente tenía que ir, YoungMin. Soy el capitán —me excusé; porque después de todo, era cierto aquello que acababa de decirle.
— ¿Ah, sí? —me preguntó con ironía. Yo asentí con obviedad—. Entonces… ¿cuándo faltaste el mes pasado también eras el capitán? —me cuestionó con una ceja alzada; y mierda, se veía tan sexy haciendo eso.
— Ese caso era diferente —dije sonrojado. Mi hermano sonrió.
— No quisiste ir porque tenías pereza, KwangMin —me recordó.
Lo odio. Lo odio demasiado. Me puso contra la espada y la pared.
Realmente la semana pasada no había querido venir por el hecho de que sólo estaríamos los dos. Solos. Mi hermano menor tenía que hacer unas pruebas importantísimas ese día, y mis padres estaban en Japón; habían llegado hace menos de cuatro días. Y sinceramente, yo me sentía incómodo e intimidado con YoungMin a solas; ya que él en varias ocasiones, se ha intentado sobrepasar conmigo cuándo no hay nadie a nuestro alrededor.
— La cosa es —comencé a hablar—, que ese día en serio tenía que ir —me separé un poco de él. Esa poca distancia que nos separaba hacía que sintiera su suave respiración sobre mi rostro; y realmente aquello me ponía los pelos de punta.
— Sí, cómo digas —se mofó—. KwangMin, llevamos planeando la fiesta de Halloween desde el año pasado; así que dejar esto para lo último realmente me enoja —me dijo, tomándome del brazo e impidiéndome que me alejara de él.
Sentí un escalofrío recorrerme.
— La fiesta es mañana —me excuso, mirándolo directamente a los ojos—. No lo dejamos para lo último.
— ¿Acaso ya tienes el hielo seco? —me preguntó, y yo negué. Era cierto, debí haber venido con él la semana pasada, hubiéramos ahorrado mucho tiempo.
— No.
YoungMin se acercó a mí y suspiró con fuerza en mi oreja. Yo solté un leve quejido desde la profundidad de mi garganta y él sonrió con satisfacción.
— Tengo planeado algo para mañana —me informa, subiendo su mano y deslizándola por mi cuello—. Así que, apenas terminemos de seleccionar las calabazas, debes acompañarme por un disfraz —todo mi cuerpo se eriza, no sólo por su contacto, sino también por el tono que había utilizado.
— ¿Un disfraz? —intento que mi voz suene normal—. Pensé que ya lo tenías —le recordé, y él se rió.
Su risa contra mi piel me ocasionó otro escalofrío. Creo que ya perdí la cuenta de cuántas veces lo ha logrado en mí hoy.
— No es para mí, KwangMin —sentí algo húmedo pasar por mi cuello y me pegué mucho más a él a causa de las sensaciones que me había causado. ¿Me había lamido el cuello? ¡¿Acaso él había pasado su lengua por mi cuello?!—. Es para ti —se separó de mí y me miró a los ojos.
— ¿Para mí? —Pregunté con la voz entrecortada, ¿por qué me compraría un disfraz?—. Ya tengo uno, YoungMin —le informé; pero él sólo rió, alejándose de mí.
— Es para que lo utilices cuándo estemos los dos solos —en sus ojos se refleja un brillo lleno de lascivia; lograría percibirlo desde un kilómetro a la distancia. No puedo evitar que mi corazón comience a latir frenética y erráticamente. Me sonríe sardónicamente y se voltea—. Solo espero que el disfraz de gato te quede bien.
FIN.