Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Toxico Amor por Mariela

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ni los personajes ni la cancion me pertenecen, son de sus respectivos autores

Toxico amor

La música de violín comenzó, abriendo paso a la joven noche que se desataba. El baile era tan elegante; las damas tan refinadas y hermosas danzaban alegres junto a sus amantes, esposos o caballeros que tenían la amabilidad de invitarlas a bailar. Todo el mundo mostraba sonrisas esa noche…sonrisas falsas.

Aborrecía a la clase noble, pero quizás, lo que más aborrecía era formar parte de ella.

Camine con una fingida calma por los pasillos de la mansión, hasta llegar al salón donde se efectuaba la fiesta. La mujer de cabello largo castaño que hasta entonces se había mantenido colgada de mi brazo, de pronto se separó de mí y junto a mi hija se dirigió a saludar a unas amigas suyas, mostrándome antes una sonrisa de lo más sínica que podía poner.

-Regresamos en unos momentos Zen. No te escapes, ¿de acuerdo?

-Si realmente pudiera deshacerme de ti así de fácil, ¿no crees que ya lo hubiera hecho? –sonreí con sarcasmo, tratando de ocultar mi odio por esta mujer frente a mi hija

-Je, que buena broma papa. Te prometo que no te dejaremos solo por mucho tiempo

Que inocente era mi Hiyori, que no había sido capaz de ver la maldad de mis palabras, pero Sakura si, y con una expresión de completa molestia, se encamino con esas arpías que llamaba amigas.

¿Por qué no era capaz de entender que no la amaba? Me ato a ella por la fuerza…aunque sé que no todo había sido su culpa. Si, la típica historia de un amor prohibido por la diferencia de clases, excepto por una cosa: Ambos éramos nobles, y sin compromisos cuando nos conocimos. ¿Qué nos separó? Uno de los más grandes tabús de la estúpida sociedad. 

Cuando uno crece creyendo que jamás encontrara el amor de su vida, y de pronto lo encuentra, es inevitable no  sentir odio por quienes  te obligan a alejarte de él. Yo lo amaba, y lo amaba más de lo que amaba mi vida, pero nuestras familias no lo aceptaban.

Ambos éramos hombres, y desde el momento en el que me miro a los ojos intentando no llorar, y me dijo que me olvidara de su existencia por el bien de los dos, yo me he preguntado por qué no podíamos amarnos. Es el alma la que se enamora no el cuerpo, este tan solo era un contenedor que se quedaría aquí a podrirse.

Él se marchó lejos y jamás volví a  saber de él, hasta hace unos meses, cuando por obra del destino, nuestros caminos se cruzaron. Para que negar que no lo odie en el momento en el que lo vi junto a su esposa, no podía creer que hubiera cedido así de fácil a quienes se interponían entre nosotros, aunque sé que yo había hecho lo mismo.

Casarme con alguien por su embarazo no era lo que yo hubiera imaginado, sin embargo, eso ya no importaba.

Escuche el rechinido de las puertas del salón resonando en mis oídos, anunciando la llegada de alguien más a la celebración. Alcé la mirada  para encontrarme con los relucientes ojos azules de “el”, se veía tan apuesto y me veía con una muy bien fingida seriedad. Tome de un solo sorbo la copa de vino que sostenía en mi mano, y camine hacia donde se encontraba.

Saludo digno de dos desconocidos, palabras amables, sonrisas falsas, y un escape al balcón juntos. Todo eso para ocultar nuestro amor del mundo.

-No-No…Zen, basta-decía mientras trataba de besarlo-Aquí no

-Siempre dices lo mismo-respondí alejándome de el con furia-Siempre

-Sabes que yo no…

-También me prometiste  que dejarías a tu esposa, y hasta ahora no veo resultados

-Zen, yo…

-¡Ya he puesto en marcha mi proceso de divorcio! ¿Por qué tu no?-grite alterado

-Ella está embarazada

-¿Embarazada? ¡¿EMBARAZADA?! ¡ESO DESDE CUANDO ME IMPORTA YOKOZAWA! ¡Tengo una hija y eso no me ha impedido pelear para estar contigo!

-Lo sé, pero…-bajo la mirada-Dame tiempo

-¡Creo que ya te he dado demasiado tiempo!

-…-

-¡MALDICION, DI ALGO!-tome sus muñecas y lo empuje contra la pared. Sus ojos llorosos no aplacaron mi ira-¿A QUE ES A LO QUE LE TIENES MIEDO? ¿EH? ¡RESPONDE!

-…-

-BIEN-lo empuje-ME QUEDA CLARO QUE TU YA NO SIENTES NADA POR MI, ASÍ QUE ME VOY. BUENAS NOCHES LORD YOKOZAWA, ¡HASTA NUNCA!

-Ze-Zen…perdóname, pero yo…¡Ya no puedo con esto!

Me detuve antes de cruzar el umbral. Su voz sonaba entrecortada y su llanto rompía mi corazón  en mil pedazos, no soportaba verlo llorar. Me di la vuelta  olvidándome de mi ira, camine de nuevo hacia él y lo envolví en mis brazos. Podía sentir su cuerpo temblar junto al mío, estaba sufriendo y lo sabía.

-Takafumi

-Zen…yo te amo-hablo sin despegarse de mi pecho-Pero ya no puedo con esta vida, ya no puedo seguir guardando apariencias, ya no. Estoy cansado de fingir, estoy cansado de no poder…

-Amarte. Lo sé, yo también lo estoy Takafumi. Por favor, ya no llores, no soporto verte llorar. Pídeme lo que quieras, lo que sea, para ver de nuevo tu sonrisa en tu rostro

-Qui-Quiero estar contigo…deseo que podamos estar juntos por siempre

-Lo estaremos, es una promesa-me separe para poder tomar su mano y besarla dulcemente, sellando así mi promesa-Te lo prometo

-No hagas promesas que no vas a cumplir

-¿Y quién dijo que no la cumpliré? Solo déjamelo todo a mí, y veras que pronto podremos gozar de una vida juntos

-Te amo

-También yo

Un beso profundo y apasionado acabo con toda distancia entre nosotros, dejando fluir el amor que tanto nos torturaba.

Deseaba quedarme con él por más tiempo, pero sabía que era imposible, ambos tuvimos que regresar con nuestras esposas: Sakura y Matsumoto.

Volvimos al salón con la misma tranquilidad con la que habíamos salido, como si nada hubiese pasado. Matsumoto lo esperaba al pie de la escalera con una sonrisa amorosa, el bajo primero para reunirse con ella mientras yo solo miraba. Esa maldita serpiente se aferró a su brazo  como si en el fondo supiera lo de nosotros y quisiera clavar una estaca en mi corazón. Ardí en ira, mi mirada se ensombreció con maldad, como odiaba a esa mujer.

Pase a lado de ellos sin decir nada, Sakura y Hiyori ya me esperaban para bailar con ellas, pero esa noche no tenía ganas.

-¿Nos vamos?

-Si

-Pero papa…

-¡Pero nada! Suban al carruaje

Ya estaba harto de esta vida, no la soportaba. Esa serpiente y esta zorra se interponían entre nosotros, pero esta vez no lograrían separarme de él, ya no.  Sin importar lo que tenga que hacer, el será mío.

Sin importar nada ni nadie, y a todo aquello que nos separa, hare desaparecer. A todo.

-¿Ze-Zen?-me miro aterrorizada-¿Qué-Que haces? Ba-Baja esa arma...por favor

-Adiós Sakura

¡Explosión!

Me pregunto si será pecado pelear por estar junto a la persona que amas, si está bien amarlo desde el principio? ¿Estaré actuando mal? No lo sé. Lo único de lo que estoy seguro es que lo amo, y que este amor me ha intoxicado por completo.

-¡Dios no! Kirishima-san, por favor no lo ha-¡Explosión!

-Mayordomo

-¿Si? Lord Ki-¡Explosión!

¡Explosión! ¡Explosión! ¡Explosión!

Todos y cada uno de mis sirvientes fueron cayendo. Todo aquel que conocía mi secreto debía morir. Subí a la habitación de mi hija, Hiyori se encontraba aterrada llorando bajo la cama. Me acerque y levante  la base con una fuerza increíble, para luego apuntarle a su pequeño cuerpo tembloroso.

“Todo es por el”-me repetía una y otra vez-“Todo es por amor”

Aun así, ¿Por qué…

-Papi…te quiero

…mi corazón dudaba ¡Explosión!  Y las lágrimas emanaron de mis ojos como ríos que no pueden detenerse. Sin embargo, mi expresión no cambiaba.

-Hace un mes  que ningún miembro de la familia Kirishima ha salido de la mansión, ni siquiera la servidumbre, ¿no cree usted que es muy extraño?

-Oh si, más aun cuando hace poco Lord Kirishima salió hacia el reino vecino totalmente  solo. Sin Lady Kirishima ni la pequeña Hiyori

-Cielos. ¿Qué habrá pasado?

Sé que todo lo que hago vale la pena, claro que lo vale. Se lo he prometido, y lo cumpliré a toda costa. No me importa manchar mis manos de sangre, ni a quien deba destruir, lo único que quiero es tenerlo en mis brazos.

La imagen de esa maldita Matsumoto sonriéndole y aferrándose a Yokozawa mientras este le correspondía   hizo arder mi sangre, casi podía jurar que mis ojos habían cambiado a rojo. Y es que no soporte la simple idea de saber que esa desgraciada lleva un hijo de Takafumi en su vientre, vaya que no. Ella no lo apartara de mi lado.

¡Con mis propias manos hare que este mundo que nos separa desaparezca por completo!

-¿Lo conseguiste?

-Claro mi Lord, no me atrevería a presentarme si no lo tuviera-saco de su bolsillo una pequeña caja de oro, la cual tenía escrito en su tapa “Cantarella” –Me costó conseguirlo, pero aquí lo tiene

-¿Estás seguro de que funciona?-pregunte mientras la tomaba y la observaba detenidamente

-Créame que no encontrara mejor veneno que este

-De acuerdo. Aquí tienes tu dinero

-Oh, gracias mi Lord. Fue un gran placer trabajar para usted

-Sí, sí. Ya lárgate

-Bien

¡Explosión!

En cuanto ese insecto se dio la vuelta desenfunde mi pistola y dispare en su contra. Lo vi desvanecerse en el suelo, y al alzar mi vista pude distinguir  a cierta mujer preñada pasar por este callejón sin darse cuenta de nada, tan solo sonreía con esa sonrisa que odiaba tanto. Mis balas se habían acabado, pero aún tenía mi espada, y desenvainándola fui tras esa serpiente.

Era hora de acabar con la plaga.

OOOOO

-¡¿Qué significa esto?!-arrugo el periódico con incredulidad

-¿Mi Lord?-la criada de cabellos peli-rojos lo miro desconcertada

<<Recientemente se ha descubierto que toda la familia de Lord Kirishima ha sido asesinada en su propia mansión, incluyendo también a la servidumbre. Hasta ahora, se desconoce el paradero del Lord, pero hay fuertes sospechas  que apuntan a Kirishima Zen como el asesino de su esposa e hija…>>

-Es mentira-susurro con la mirada ensombrecida- Solo lo están inventando porque no tienen a quien culpar…si, es solo un invento-y con un sorbo a su te recién preparado, aquello que se negaba a aceptar lo borro de su memoria.

Era una mentira, eso era todo lo que tenía que creer, pero por alguna razón, tenía un mal presentimiento.

OOOOO

La seguí por algunas calles, hasta que se detuvo en la esquina de la acera que conducía a otro callejón. Me acerque a ella con pasos cautelosos y sigilosos, mi mirada era sombría, y podría asegurar  que también era diabólica. Aquella serpiente no parecía darse cuenta de mi presencia, estaba absorta en sus propios pensamientos. ¿En qué pensaba? ¿En qué me había arrebatado al amor de mi vida? Ja, veamos quien ríe al final…Matsumoto.

Estaba a unos pasos de ella, pero un condenado gato tuvo que maullar al pasar a su lado, y esa maldita presintió mi llegada. Prepare mi espada mientras ella se volvía hacia mí lentamente.

Tome mi arma en horizontal con ambas manos, y al ver su filo, ella abrió los ojos como platos.

 -¡Ki-¡Corte!

La sangre salpico mi rostro, el cuerpo de la serpiente cayó al suelo con una gran cortada en el pecho, al fin  había exterminado a quien me había quitado al amor de mi vida. Al fin estaba hecho.

Sonreí con total alegría, satisfacción, victoria. Quien ríe al último ríe mejor Lady Yokozawa, quien ríe al último ríe mejor.

-¿Lord Kirishima? ¿Qué ha…

-Hola y adiós

¡Explosión! Arrastre su cuerpo hasta ocultarlo en unos arbustos fuera de la mansión, para luego volver y dirigirme a la cocina, donde se encontraba la sirvienta única lavando la platería.

-Aikawa-san-se volvió hacia mí con una sonrisa

-Mi Lord, me alegra verlo

-¿Hay alguna botella de vino aquí?

-Hmmmm, a mi Lady  no le gusta el vino, pero por suerte al señor Yokozawa sí. Y hace poco me pidió que le comprara una para degustar-saco de la alacena una botella de vino blanco-Mire aquí la tengo

-Gracias-se la arrebate y me di la vuelta metiéndole una bala a la cabeza

Saque dos copas para beber, y me dirigí a la habitación de Yokozawa. Eran las 11:30 de la noche, seguramente aún seguía despierto leyendo algún libro o haciendo cálculos en su estudio de sus próximos negocios, lo cual me favorecía.

Toc, toc-la puerta se abrió de inmediato, y emboce una gran sonrisa con una fingida paz y alegría que me hicieron verme tranquilo, sereno, como si nada ocurriera.

-¿Ze-Zen? ¿Qué haces aquí?

-Vine a verte. Traje vino, ¿beberías una copa conmigo?- entre sin autorización al salón donde se encontraba

Había libreros en todas las paredes, una mesa en el centro con dos sillas mirándose de frente, y un libro sobre ella, el cual había estado leyendo antes de mi llegada. Serví las copas sintiendo su mirada sobre mí, como si presintiera lo que iba a hacer o algo por el estilo, y eso no lo podía permitir.

-Sé que quieres una noche de sexo duro, pero al menos déjame terminar aquí

-¡¿Quién quiere una noche de sexo duro?! ¡Pervertido!-se sonrojo

-Entonces, ¿Por qué no dejas de vigilarme?

-Pufff, eres un idiota-se acercó a la mesa, tomo el libro y camino al librero para ponerlo en su lugar

En ese momento, yo aproveche para verter un polvo blanco a su copa, lo revolví y me senté esperando que hiciera lo mismo.

Parecía dudar, su manos temblaba al sostener su vino cerca de sus labios, ¿acaso desconfiaba de mí? Le sonreí con amor, fingiendo contener un llanto vacío e indoloro. El me devolvió la sonrisa, y con más confianza, llevo la copa a su cavidad esperando degustar el vino que contenía.

“Sin duda, aquel que escribió esa noticia del periódico era un mentiroso. El hombre tan lleno de amor por mí que está sentado en mí delante no puede ser un asesino. No, no lo es”-pensó Yokozawa.

Lo vi bajar la guardia y beber el vino de un solo sorbo.

Lamento esto Takafumi, pero tú debes saber que no se puede conseguir lo que se desea sin un sacrificio. Sé que si yo te hubiera  dicho lo que iba a hacer te hubiera opuesto, pero igual que tu yo quería que  estuviéramos juntos, y cumplir mi promesa a toda costa.

Manche mis manos de sangre para asesinar a todas esas personas que nos impedían estar juntos; Sakura, Matsumoto, Hiyori, la servidumbre que sabía de nuestro amor e incluso al hijo que le engendraste a esa serpiente, a todos los elimine. Sin embargo…aun no es suficiente.

La copa cayo de tus manos al suelo y se rompió en pedazos, mientras tu intentaste levantarte de la silla para huir de mí, habías descubierto mi traición, pero el veneno te obligo a cerrar los ojos y poco a poco desvanecerte al suelo.

El Cantarella, el veneno más famoso en esta época, era increíble y muy efectivo sin duda.

Mi cuerpo actuó con rapidez sosteniéndote antes de caer. Me puse de rodillas acomodándote en mi regazo, luchando por mantenerme frio y calmado ante lo que sucedía.

Todo es por ti-me repetí una y otra vez, pero eso no impidió que las lágrimas al fin brotaran de mis ojos. Nuestros recuerdos  juntos cuando éramos niños explotaron en mi mente como una bomba que hirió de muerte mi corazón, y por fin, aquel dolor que sentía dentro me recorrió en todo mi ser. Sentí el peso de mis acciones.

Este amor es toxico, venenoso, doloroso…sin embargo, vale la pena si puedo estar a tu lado.

Me aferre a ti con fuerza, llorando por un consuelo que no llegaría, hasta que mis lágrimas parecieron  ablandarse un poco. Te cargue en mis brazos y camine a tu habitación en donde te acosté delicadamente en tu cama.

Te observe por unos momentos, te veías tan lindo  así, durmiendo eternamente como un ángel que pronto despertaría, pero sé que eso no iba a pasar.

Prometí  que íbamos a estar juntos…elimine a quienes se interpusieron en ello, pero no podía negar que la sociedad siempre nos iba a juzgar, jamás serían capaces de aceptarnos y eso nos impediría vivir felices. Solo hay un lugar donde este deseo podrá hacerse realidad: en el infierno.

Cargue mi arma con la última bala que me quedaba, coloque el cañón en mi cabeza, y una lagrima más rodo por mi mejilla.

¡Explosión!

OOOOO

-Papa…papa, despierta

Abrí mis ojos lentamente, mi vista era borrosa y no sabía dónde estaba. Me levante como pude, y cuando mi visión al fin se aclaró, recorrí con la mirada todo el lugar. Estaba en el salón de baile de mi mansión, eso era seguro, pero no recordaba cómo había llegado aquí.

-Papa

Mis ojos se posaron en mi pequeña hija que se encontraba parada a unos metros de mí, sonreía  alegre y me miraba con cariño. ¿Cómo es que ella estaba aquí? No lo sabía. Pero la respuesta llego junto a él.

Ambos camínanos  hacia el otro, y cuando nuestras manos al fin se encontraron, abrimos el baile que siempre soñamos con compartir. Con cada paso que dábamos, nuevas parejas aparecían ahí como una auténtica fiesta de nobles, y poco a poco la música llego.

 Nuestra hija sonreía con solo vernos, y él también lo hacía.

Había cumplido mi promesa, y aquellos antifaces creados de apariencias falsas al fin habían caído.

-Te amo-dice, mirándome con amor

-Te amo

Bailaremos por siempre en este paraíso olvidados por Dios.

Bailaremos para toda la eternidad en el Paradise Lost.

En el Paraíso Perdido.

Fin

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, no olviden comentar

y FELIZ NAVIDAD A TODOS


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).