Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Power Love por RAMSIN

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esto era algo que estaba muy ansiosa por empezar, primeramente es mi segundo fic Saigenos, para mayor aclaratoria es un AU, MPREG, YAOI, con lemon, humor, amor y dolor, todo lo que acostumbro escribir, a mis amadas lectoras que me siguen de otros trabajos, gracias por estar aquí también, a las nuevas, pues sean bienvenidas a este fic, a los que no les agrade la temática mpreg pueden ir saliendo de la pagina, nada de flamas que advierto desde un inicio el asunto, al resto, disfrútenlo que lo hago con mucho amor para el fandom y mi pasión al mpreg

Notas del capitulo:

Saitama sigue las reglas de ser una persona intachable y recta, pero su buena voluntad lo llevara a tener un encuentro inesperado con el destino... porque nada es causal en el mundo.

Power love

Capitulo 1

Una luz en rojo

 

Nada realmente funcionaba como quería desde hacía más de tres años, pero que nuevo podía hacer en la actual situación, mirando incrédulo el escueto papel donde salía a relucir la deuda adquirida sin el desearlo si quiera. Al final siempre terminaba asumiendo situaciones que no le pertenecían, tenía un perturbador don para ser el don nadie de la partida a quien todo el mundo le echaba la culpa, vivir con ese karma no era nada bueno, menos aun escuchar los histéricos gritos de una mujer que el salvo hacia menos de una semana y que extrañamente estaba ahora reclamando por una suma innombrable de dinero, si, las deudas parecían haber nacido con él.

-¡Ese calvo idiota destrozo toda mi tienda! – La mujer sobrada en peso y lengua, lloraba y gemía descontrolada mientras señalaba al pobre hombre parado frente a ella – Tiene que pagar ¡TODO!

-Por favor cálmese señora, todo tiene solución, tan solo cálmese - el jefe de la policía, un hombre serio y recatado trataba de bajar los ánimos de aquella mujer que se veía a simple vista muy adinerada y con poder – El oficial solo trataba de ayudarle… así dice el reporte que me entrego.

-¡¿Le llama ayudar a lanzar los clientes contra las vitrinas de la tienda?!

-¿Es eso cierto Saitama? – el hombre entrado en años arqueo una ceja con incredulidad, el joven frente a él no tenía la mas mínima apariencia física para hacer ese tipo de cosas –

-Fue un accidente. – sentencio secamente, casi harto de aquel molesto enjuiciamiento ante su trabajo como policía –

-Espera… - dando un hondo suspiro el jefe de la policía agarro la hoja que trajo la mujer donde se detallaba todos los destrozos hecho, aunque lo no crean, por un solo hombre – Cuatro vitrinas, una caja registradora,  tres lámparas, mobiliarios varios, ¡¿cinco maniquíes?¡

-Parecían de muy mala calidad – acoto el calvo para sus adentros sin ninguna emoción en el rostro –

-Escúcheme bien capitán, la policía no está para destrozar las cosas, su labor es ayudar a los ciudadanos ¡no dañar sus pertenencias!

-Tiene toda la razón señora, lamentamos mucho los sucedido, me asegurare de que todos los daños causados por el oficial Saitama sean resarcidos inmediatamente – el hombre se puso de pie dándole una solemne disculpa a la mujer que pareció quedar complacida con la respuesta –

Al final la gorda gritona se fue con la sensación de haber ganado la batalla, sin despedirse si quiera del único policía que se había atrevido a llegar a su tienda para ayudarla con unos pandilleros que entraron para asaltarla, entre los nervios la mujer había caído desmayada al inicio del enfrentamiento y tan solo vio al pobre policía Saitama aventando a los supuestos clientes por las vidrieras, lo que la mujer no supo nunca es que dos de esos supuestos clientes eran cómplices de los pandilleros que intentaron robarla. Pero ya el mal estaba hecho cuando la mujer salió de la comisaria.

-Realmente no se qué hacer contigo… - el mayor sentencio llevando su mano a la nuca, la frustración era enorme al ver que desde que el calvo oficial había empezado a trabajar en esa comisaria los problemas llovían sobre daños a la propiedad, y el único acusado siempre era el oficial Saitama –

-Capitán Kuma, yo solo cumplía con mi deber.

-Tu deber es mejorar esta ciudad, cuidar a los ciudadanos, no destrozar todo lo que tengas por el camino – volvió a tomar la hoja que trajo la mujer – El departamento de policía ya no puede costear los daños que la gente dice que causas Saitama, lo lamento mucho, pero…

-No diga mas capitán Kuma – con toda la calma del mundo se puso de pie quitándose la gorra de policía y su placa, dejando todo sobre el escritorio de su superior – Gracias por todo.

Otro intento de trabajo estable había fracasado, así simplemente era su vida, un total fracasado con muy buenas intensiones que acababan metiéndolo en problemas, sinceramente pensaba en que hacer el bien ya no era lo suyo, quizás como ladrón la vida le sonreiría, si haciendo el bien lo trataban mal, haciendo el mal lo tratarían bien, la absurda idea clavo en su cabeza un buen rato mientras recogía sus pertenencias del casillero que ocupo por casi tres años en la comisaria, guardaba una que otra cosa, no era hombre de aferrarse a nada material salvo su afición a los mangas y a los video juegos, al final lanzo todo en un pequeño bolso deportivo azul marino, se lo echo al hombro y salió del lugar.

El día pintaba aburrido, las calles aledañas a la comisaria rebosaban de personas, todas andando como si nada nuevo pasase, así Saitama emprendió la caminata hasta su departamento con toda la calma del mundo, pensando en que haría de cenar, pero su andar despreocupado fue cortado por el sonido de una campanilla de bicicleta, Saitama ni si quiera presto atención cuando alguien se le pego a su derecha tratando de llamar su atención desde el borde de la acera.

-¡Saitama - san! – la voz pertenecía al conductor de la bicicleta, un jovencito con lentes, cabello corto oscuro y uniforme de policía –

-¿Eh? – Volteo intrigado por el llamado – ¿Mumen?

-Al fin me ve… - detuvo la bicicleta sin bajarse de ella – Me preguntaba porque estaba sin su uniforme, ¿se tomo el día libre?

-Algo así.

-Excelente idea… - con algo de vergüenza trato de seguir hablando – Usted es admirable, siempre pendiente de todo lo que sucede aquí en ciudad Z. Es la persona que más se merece tener un día libre, ¡al fin el capitán Kuma reconoció su labor!

- Sabes, voy tarde a… - dio un medio suspiro, no sabía cómo cortar la palabrería de aquel joven que lo admiraba y que había ingresado a la policía tratando de seguir su ejemplo –

Antes de poder despedirse si quiera, frente a ellos pasaron dos autos a toda velocidad, parecían estar en una especie de persecución, el sonido de llantas y los gritos de los transeúntes quedo como mera escena del suceso. Saitama no pensó ni un segundo en actuar, olvidando, una vez más, que siempre acababa ayudando a los demás y trayéndose problemas. Sin mediar palabras le arranco la bicicleta al de lentes subiendo después en ella, el chico tan solo quedo mudo viendo como su superior emprendía una frenética carrera tras los dos autos que estaban obviamente infringiendo los límites de velocidad y quebrantando unas cuantas normas de seguridad vial.

-¡SAITAMA-SAN! ¡ATRAPELOS! – Mumen grito con fuerza mientras agitaba sus manos en alto, debía admitir que su superior era una persona increíble –

Dirían que sería imposible para un hombre común en bicicleta alcanzar dos autos que iban a exceso de velocidad por las calles de la ciudad, pues Saitama salía de lo común, había pasado demasiado tiempo de su juventud entrenando su cuerpo y mente, siempre fue la pera de boxeo de los mala conducta en su época de instituto, y tuvo que aprender a la mala a defenderse, el resultado de todo ese entrenamiento fue una fuerza muy por encima del promedio. Fuerza que puso en sus piernas totalmente llevándolo a menos de tres metros del segundo auto que por simple deducción estaba persiguiendo al otro, Saitama noto que eran dos autos de lujo, ambos negros, con vidrios oscuros y sin matriculas de identificación.

-Demonios… son mafiosos – hablo para si imprimiendo mas velocidad a su pedaleada, quería llegar hasta el lado del conductor para hacerlo detenerse –

Los dos autos dieron un giro en una esquina casi en L para la siguiente calle que era flecha, Saitama se vio en la penosa necesidad de ahora detenerlos como fuera, iban a terminar entrando en una calle principal ¡en sentido contrario! Levanto su trasero del asiento para tratar de ver la ventanilla del conductor, para su suerte este bajo un poco el vidrio oscuro, el calvo sonrió al sentir que finalmente le prestarían atención, craso error, lo único que vio  fue a un hombre enorme de lentes oscuros que saco un arma de gran calibre y sin más disparo varias veces al auto frente a ellos, que ahora si estaba claro, estaba tratando de escapar de ellos.  

-¡WWAAAA! – En un segundo el calvo se pego a la ventanilla y con un movimiento de su mano golpeo la muñeca que sostenía el arma, esta cayó al suelo quedando atrás en medio de la vía –

 

El conductor finalmente miro a Saitama con un rostro de perplejidad total, no lo había visto por el retrovisor, había prácticamente salido de la nada a su modo de ver.

– ¡Necesito que se detengan! – seguía pedaleando pegado a la ventanilla del auto negro -

-¿UN IDIOTA EN BICICLETA ME MANDA A DETENERME?  ¡QUE TE JODAN! ¡JA JA JA! – el conductor ni se inmuto subiendo el vidrio del auto otra vez –

-ES LA POLICIA… bueno, lo era – mascullo con un rostro algo confundido sin notar que estaban por terminar de salir de la calle en sentido contrario para llegar a la vía principal –

El auto perseguido delante de ellos ni se detuvo cuando el semáforo cambio de amarillo a rojo. Todo sucedió realmente rápido a ojos de Saitama, un frenazo en seco que inevitablemente no pudo evitar que el pequeño vehículo fuera embestido del lado del piloto por una camioneta gris que tenia la luz de paso para él. El auto negro dio más de cuatro vueltas de campana antes de quedar estampado contra otro auto que gracias al cielo estaba estacionado y no había nadie dentro. Saitama olvido por completo el otro auto y se apresuro a llegar donde el vehículo que sufrió el choque.

-¡HEY! – En un segundo dejo la bicicleta tirada en el suelo y se acerco al amasijo de hierro que era el pobre auto que estaba siendo perseguido –

Era prácticamente imposible que los ocupantes estuviesen vivos, sin embargo, el calvo se acerco primeramente al puesto del conductor, para su asombro y tristeza el pobre hombre que conducía había sido prácticamente decapitado por el parabrisas que se desprendió en alguna de las vueltas de campana que dio, sin más comentarios renegó con su cabeza y procedió a retirarse del lugar para avisar a la policía.

-Ah… ayuda… - un débil gemido como un susurro llego a los oídos del calvo que inmediatamente volvió en sus pasos hasta el auto mirando esta vez a la parte trasera del mismo –

Y allí estaba, casi milagrosamente vivo, el que parecía el pasajero de aquel desastroso viaje de persecución, Saitama no tuvo que pensárselo un segundo para tratar de sacar al ensangrentado pasajero, con mucha dificultad logro destrabar una de las puertas traseras que no sufrió tanto daño, la peor parte del accidente lo recibió el costado del piloto. Pero su esperanza no duro mucho, cuando tuvo acceso al interior del auto noto que el pobre hombre dentro tenía las piernas atrapadas con el asiento del piloto, prácticamente aplastadas por el amasijo de metal, trago grueso, esto estaba fuera de sus límites, no era medico y por cómo se veía la situación, si lo movía si quiera un poco, el pobre hombre se iba a morir desangrado.

-Oye…- con cuidado le dio unos golpecitos con sus dedos a la mejilla pálida del joven, como cerciorándose de que estuviese vivo aun – Chico.

-ahh… - movió débilmente su cabeza, con la vista borrosa y una pesadez inaudita en el cuerpo –

-No te duermas chico, ya vendrá la ayuda – trato de salir del auto pero sintió como su mano fue súbitamente agarrada por unos dedos fríos y resbaladizos – Está bien, me quedo aquí.

No tuvo alma para soltarle la mano a esa extraño, prácticamente parecía un moribundo. Y el tiempo le pareció eterno, con su mano apresada débilmente entre esos dedos llenos de sangre ya fría y pegajosa, notando por primera vez las facciones del pobre ser al que acompañaba quizás a su agonía antes de morir. Lo primero que noto fue que era casi un niño, tendría unos 18 o 19 años, con cabellos rubios cortos, ojos dorados que parecían apagarse a cada segundo, su piel era pálida, y mas pálida se ponía al ver que la sangre seguía fresca de los muslos para abajo mojando los pantalones color gris del chico, este niño se le moriría en los brazos si intentaba sacarlo, pero estaba desesperándose al ver que la ayuda aun no llegaban.

-Voy a… morir - finalmente el joven susurro con dificultad entre su sopor por la pérdida de sangre, sabía lo que sucedía y que un extraño estaba sujetándole la mano con ternura –

-Estás vivo y seguirás vivo – escucho las sirenas muy cerca de ellos, eso fue como un momentáneo alivio a la escena, porque él pensaba exactamente lo mismo que el chico, se iba a morir – ¿Escuchas? ya llego la ambulancia.

En minutos un grupo de paramédicos y bomberos llego al auto, Saitama intento soltarse del chico rubio para dejar que ellos trabajaran, pero le fue imposible, aquel muchacho estaba usando sus pocas fuerzas para mantenerse aferrado a la vida por medio de él.

-Esta atrapado – Saitama le hablo seriamente al paramédico que asomo la cabeza por el lado contrario del auto –

El hombre reviso minuciosamente al joven para después hacer unas cuantas señas a dos paramédicos más que estaban tras él con el equipo médico necesario. En un segundo estabilizaron al chico colocándole una vía en su brazo izquierdo, suero y algo para el dolor. Paso siguiente le hablaron a Saitama al oído, creían que era familiar del jovencito, así que el calvo supo de primera mano lo terrible que serian las cosas de aquí en adelante.

-Manténgalo calmado por favor, debemos cortar lo más rápido posible, sus piernas quedaron destrozadas. – el paramédico le palmeo la espalda al calvo para darle ánimos –

-Oye chico… ¿cómo te llamas? – titubeo un poco antes de atreverse a hablarle ¿que se le podía decir a alguien que le iban a amputar ambas piernas? –

-Genos – no sentía nada, lo habían dopado tanto que lo único que escuchaba a lo lejos era la agradable voz del desconocido que lo estaba acompañando –

Los paramédicos hicieron su trabajo eficientemente, cortando músculos, venas y hueso con una rapidez magistral, al liberarlo finalmente lo subieron a la ambulancia para trasladarlo a una clínica, Saitama ni si quiera supo como acabo también dentro de la misma ambulancia acompañando al chico rubio, nadie le pregunto quién era, todos deducían que tenían algún parentesco y le facilitaban el estar cerca del chico.

Hasta el final Saitama acabo sentado en la sala de espera de la clínica donde los llevaron, mirando impávido a la luz roja que se mantenía aun encendida sobre las puertas que lo separaban del quirófano, indicaba que todavía estaban operando, mientras, su cabeza estaba distraída en cosas banales como donde había dejado su bolso deportivo al salir persiguiendo los autos en la bicicleta de Mumen.

-¡LA BICICLETA! – alzo la voz totalmente aterrado, tendría que pagarla por dejarla abandonada en medio de la calle – Demonios… ya tengo suficientes deudas como para agregarle esto.

Un frio se le alojo en la boca del estomago, había sido uno de los peores días de su vida, y eso era hablar mucho con el montón de cosas que ya había experimentado en 25 años de vida, primero la mujer de la tienda que lo demando, su despido de la policía, el accidente de auto… el chico rubio que perdió las piernas. Su mente se quedo fija recordando la imagen del rubio sujetando su mano con unas ganas de vivir que jamás él había visto en nadie, pensándolo mejor, su vida no era tan terrible como lo sería ahora para el chico que salvo, tan joven y sin poder caminar.

-Disculpe - una enfermera saco al calvo de sus pensamientos sobre el rubio –

-¿Ah? – se quedo mirando a la mujer con seriedad, como imaginando lo que diría – El chico que operaban…

-Ya los doctores culminaron, quería informarle que lo subiremos a una habitación, podrá verlo.

-Eh… no señorita enfermera, yo no… - Trato de evitar inmiscuirse más en los asuntos de un extraño –

Y otra vez no pudo negarse, ahora estaba de pie frente a la cama donde estaba el chico rubio, viéndolo dormido aun bajo los efecto de calmantes y la anestesia. Sinceramente como ex policía se hacía unas buenas preguntas sobre él, como el porqué lo perseguían unos hombres armados, ¿Qué hacían en esos autos sin matriculas? ¿Como un jovencito acabo metido en ese lio? quizás era hijo de algún yakuza, mafioso o traficante de drogas, no había otra explicación.

-Será mejor irme, si está metido en líos de mafia y droga no quiero ser parte de ello, ya daré aviso al capitán Kuma para que lo interroguen cuando despierte.

Apenas se dio media vuelta dispuesto a salir de la habitación noto que había un arma apuntándole en toda su amplia frente reluciente, sintiendo el duro y frio metal empujándole la sien.

-Lamento la molestia, pero no podrá dar información al respecto de lo sucedido hoy – el hombre que le apuntaba con el arma parecía totalmente sombrío y serio, con sus cabellos muy cortos de color casi blanco, le estampa del perfecto matón –

-Hoy en día todo el mundo anda armado en esta ciudad – mascullo Saitama sin mucho asombro, tan solo le fastidio que estuviese metido en un lio nuevo sin quererlo, todo por ayudar –

-Usted le salvo la vida al amo Genos – el hombre bajo el arma hasta volver a guardarla dentro de sus ropas negras –

-No hice nada especial.

- ¿No es nada especial ir a gran velocidad en una bicicleta y enfrentar a los malditos que estaban tratando de matar al amo? - renegó con su cabeza unas cuantas veces – Creo que eso lo hace muy especial, señor…

-Saitama.

-Señor Saitama, usted acaba de salvarle la vida a uno de los hombres más ricos del país.

-Si va a ofrecerme dinero, no lo quiero, tan solo deseo irme de aquí y olvidar lo que sucedió hoy… - suspiro frustrado, esto lo sacaba de su simple comodidad –

- Lamento decirle que no podre cumplir con esa petición, lo necesitamos – súbitamente el hombre chasqueo los dedos –

De quien sabe donde una figura oscura salto tras Saitama tapándole el rostro con una tela empapada en cloroformo. Ni su habilidad, rapidez o fuerza le salvo de aquel inesperado ataque por la espalda, en segundos se vio debilitado por aquel desagradable aroma, sintiendo como sus piernas flaqueaban hasta el punto que la inconsciencia le dio la bienvenida. Así el calvo perdió el conocimiento, cayendo en manos de ese extraño hombre trajeado de negro que lo apunto con un arma sin siquiera decirle: hola ¿qué tal el día?

La luz en la cara lo molesto bastante, se sentía cómodo en donde fuera que estuviera, ni abrir los ojos siquiera, pero un leve empujón en su hombro lo hizo alzarse para saber que sucedía. Aun con la vista nublada y somnoliento procedió a enfocar su mirada en la figura borrosa que lo despertó. Para su asombro se encontró frente a frente con otro hombre mucho mayor, esta vez tenía menos cara de matón que el de la clínica que lo apunto con el arma, su inspección paso ahora al lugar donde estaba, era una habitación bastante tradicional, con un suelo de tatami, cojines, una mesita baja y las puertas corredizas abiertas permitiéndole ver un hermoso jardín zen al fondo, donde sea que estuviese, era un sitio realmente lujoso.

-Espero se encuentre bien señor Saitama – el hombre mayor le saludo con solemnidad desde su puesto al frente del nombrado, sentando rígidamente –

-Sabe… esa frase me causa dolor de cabeza – mascullo mirando de reojo la mesita baja donde reposaba un par de tazas de té humeante –

-Beba sin pena, debe estar cansado – el mayor tomo su respectiva taza con ambas manos, llevándola a los labios en un gesto sereno – Disculpe lo inesperado de todo, pero no hay otra manera de manejar la situación.

-Ya veo – tomo la taza imitando al viejo, él te sabia realmente a gloria, de muy buena calidad – ¿Que quieren de mi?

-Queremos que tenga un gesto de buen samaritano.

-No entiendo – fijo sus ojos en las leves ondas que hacia el líquido caliente dentro de la taza –

-Ciertamente no entiende nada de lo que sucede, y es mejor que eso siga así. – Bajo su taza de té dejándola sobre la mesita – Mi nombre es Bang, el joven que usted rescato se llama Genos y es una persona de alta estima…

-Es millonario y quieren comprar mi silencio ¡punto final! – Se puso de pie muy molesto, aun con la taza de té en sus manos – Si los hace felices denme un cheque y ya está, estoy cansando de todo este lio que han armado, no sé quién demonios es Genos, no me importa que tan rico sea, solo lo salve porque era mi deber ¡mas nada!

-Me alegra tenerlo aquí señor Saitama, con cada palabra suya me hace sentir que tomamos la decisión correcta.

-¡PODRIAN DECIRME QUE DIABLOS QUIEREN DE MI! – grito sin miramientos, con una enorme vena latiéndole en la frente –

-Queremos que acoja en su hogar al amo Genos – se inclino respetuosamente ante Saitama –

-¿Qué? – Su cara de what no se hizo esperar – Espere… ¿trata de decir que me lleve al chico a mi casa?

-Así es.

-NO.

-Quiera o no quiera tendrá que hacerlo.

-¡ME NIEGO! –cruzo sus brazos con fuerza dándole la espalda al viejo –

Un incomodo silencio fue roto por la llegada de otra persona a la habitación, esta vez era un hombre alto vestido muy pintorescamente con un yukata tradicional y una espada de samurái en su cintura, entre sus manos traía un compendio de papeles que el hombre mayor tomo rápidamente para leerlos, le dio las gracias al otro hombre que simplemente le hecho una mirada despectiva a Saitama y se fue tan rápido como llego.

-Aquí tengo todos los datos sobre usted, es un hombre de gustos simples, con una vida monótona y sencilla, ha tenido varios empleos que tal parece no le gustaron mucho, en el último fue despedido de su cargo como policía, aunque ha sido el empleo donde más tiempo ha durado, se dice que ha causado innumerables pérdidas monetarias a sus superiores y que tiene sobre sus hombros una deuda casi impagable.

Ok, ese viejito serio le había averiguado prácticamente la vida entera en un momento, eso lo hizo sentir estúpido, sin mencionar lo patética que resultaba su vida siendo relatada en los labios de un extraño, prácticamente era un bueno para nada con 25 años de edad ¡desempleado!

-La propuesta que le tenemos es que a cambio de darle alojo al amo Genos, usted tendrá el beneficio de resarcir todas sus deudas en un corto periodo de tiempo, sin mencionar que todos sus gastos de hoy en adelante correrán por cuenta nuestra.

-¿Si dejo que el chico viva en mi departamento ustedes me pagaran todo? – pregunto con soberano asombro –

-Así es, le doy mi palabra.

-¿Porque ustedes quieren que me quede con ese muchacho?

-Protección. – Bang respondió secamente –

-De los mafiosos que trataron de matarlo esta tarde… y casi lo logran.

-Usted le ha dado una nueva oportunidad de vivir al amo Genos. Sabemos que es un hombre evidentemente recto, intachable, con una experiencia policiaca que lo ayudara mucho, sin mencionar que el amo necesita salir de este entorno donde se encuentra, por su propio bien psicológico.

-¿Donde firmo? – el calvo sonrió con inocencia, realmente no sabía por qué demonios había dicho eso, aceptando una responsabilidad que se volvería un arma de doble filo más adelante –

 

Continuara…

 

 

Próximo capitulo:

Pisando fuerte

 

 

Notas finales:

Y como siempre, ¡empiezan los misterios a descubrir! Nuestro Saitama acaba de meterse en el lio de su vida por servir a la justicia, siempre siendo el héroe intachable sea como sea. Notaran que por ser un AU nuestro peculiar calvo no posee fuerza monstruosa, pero eso no le quitara el merito de un poder más grande que nacerá poco a poco al tener a su nuevo inquilino Genos, y nuestro bebe no es un cybor buscador de venganzas, bueno… eso se verá más adelante, es totalmente humano salvo por la pérdida de sus piernas *que malvada soy*. Con el paso de los capítulos descubrirán mas personajes a salir, situaciones varias y nuestro amado mpreg, tratare encarecidamente de no volverlo un fic de 40 capítulos o más, no creo dar para ello y menos con la trama de esta historia, pero como siempre, mi musa tiende a mandar al diablo lo que estimo en número de capítulos, siendo más de lo esperado. Millones de gracias por leer, por dejar sus comentarios, y ya tendremos tiempo de desdeñar esta peculiar historia llena de amor, acción y humor, quiero que sea muy ligera como el anime, eso tratare.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).