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La peor traición por minima

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Notas del capitulo: Weee otro capítulo más. Me enorgullece saber que no tarde un mes como mínimo para subir uno nuevo :D racha de inspiración supongo, espero que se la pasen bien en sus vacaciones de semana santa 
Ahora, ¿Se esperaban lo que escribí? ¿Tienen sus suposiciones? ¿Alguien ya fue a ver los nuevos fanarts de esta pareja en mi página de youtube de título Marco x Toffee (porque normalmente ahí subo videos con varios fanarts de ellos)?
*14*
“Rodando las piedras se encuentran… o cómo es posible que los caminos se vuelvan a encontrar quieras o no, algunos lo llamaran destino”

-¿Dónde está Star?-

River no había visto a su hija en todo el día, en realidad no había el rastro de desastre y destrucción que dejaba su hija como huella que había estado en algún lugar, admitía que a veces era divertido pero otras encontrar excremento de unicornio salvaje en medio del pasillo podía ser inconveniente, uno pensaría que sería fácil de ver por ser tan brillante y colorido pero cuando uno está distraído no se fija exactamente que hay en el piso.

-Entrenando-

-¿Star? ¿Nuestra Star?-

-Así es querido, desde hace un par de días ha comenzado a tomar con más seriedad su entrenamiento y el estudio de la magia-

-Oh, eso es fantástico-

Eso había asombrado al rey, claro que confiaba y creía que Star llegaría a ser tan buena como su madre en el manejo de la barita, pero que de un momento a otro tomara tan enserio su entrenamiento lo sorprendió, quizás había madurado más de lo que había notado en sus cortas visitas en la tierra, que rápido estaba creciendo su niña.

Moon en cambio estaba muy satisfecha con este cambio de carácter.

-Sí que lo es, me alegra ver que está tomando con más seriedad su entrenamiento como princesa-

Y en verdad estaba tomando con más seriedad su entrenamiento pero no precisamente para ser una mejor princesa bajo los estándares de su madre, sino por algo más personal.

*+*+*

Después de hacer la tarea que le habían dejado decidió dar un paseo con los cachorros, los pequeños estaban emocionados por su paseo diario soltando láseres por los ojos, saltando y ladrando, a veces se preguntaba como parecerían cuando maduraran del todo, eran perros mágicos y lindos cachorros pero no siempre se quedarían así de pequeños.

Parecían como perros de la tierra, perros normales o cualquier raza que conociera en su planeta, pero había la posibilidad que Star hubiera pensado más en los perros que conocía en su propia dimensión por lo que cuando crecieran podrían parecer labradores o sabuesos o alguna otra raza desconocida.

Después de todo los cachorros son como niños, uno nunca sabe al final a quien se parecerá más de los padres hasta que terminan de crecer, en su propio caso a pesar que se parecía en algunas cosas a su papá muchos decían que se parecía más a su madre. De hecho una tía una vez le mostro fotos de su madre a su edad y si no fuera por el cabello rizado y las curvas del pecho que se notaban a través del vestido que tenía en la foto diría que eran casi idénticos, tal vez por eso nadie lo reconoció como un chico cuando se infiltro en Sta. Olga con el vestido de princesa.

Y recordando esa como otras de las aventuras pasadas con la mewmana tenía cierto debate mental en contarle a sus padres, ya sabían que se había enfrentado a monstruos, y que de alguna forma termino conociendo a la reina de las hadas y está claramente estaba enamorada de sus amigos, pero también había otras cosas, viajes imprudentes que en un principio parecían divertidos a otras dimensiones, aventuras que en su mente resultaban divertidas en su momento pero ya con una cabeza fría eran demasiado temerarias.

No quería preocupar más a sus padres de lo que ya había hecho, no les mentía, solo ocultaba ciertos pedazos de información, aun así sabía que no estaba bien, después de todo eran sus padres, y si en cualquiera de esas aventuras o ideas locas que tubo Star algo hubiera salido algo realmente mal sus padres hubieran sufrido más temprano que tarde las consecuencias de sus imprudentes acciones.

No se arrepentía de ellas en su mayoría, acompañas a la que creyó su amiga a nuevos lugares era una oportunidad imperdible, y ayudarla era algo que hiso de todo corazón, aun así también fueron demasiado imprudentes. Especialmente esa última vez antes de su secuestro, Star había estado tan terca de mostrarle una manera genial de conseguir un bocadillo gratis, meter la mano en un hoyo misterioso que resulto ser parte de un monstruo no resulto para el realmente genial y solo para conseguir un sandwish, para esto mejor él se hubiera puesto a cocinar en su casa como le había dicho en un principio, pero no, tenían que viajar a otra dimensión y ser atacados por un monstruos solo para conseguir un sandwish.

Y cuando la trato de ayudar ella le regaño como si casi perder la vida fuera poca cosa y su bocadillo fuera lo más importante. Sabía que Star en muchos aspectos era distraída e ingenua, pero a veces su actitud rayaba en la clara estupidez, como si el sentido común fuera tan difícil para ella como el álgebra o las estadísticas.

Había tolerado muchas de sus actitudes pero pensó que esta vez cuando se metió en su habitación que no le toleraría tan bien de ahora en adelante, no era ningún santo, simplemente quería ser una buena persona y amigo pero incluso él tenía sus límites, después de todo era un simple humano, y fue quizás ahí, con secuestro o no, que las grietas en su amistad se sintieron.

Tal vez el secuestro solo había acelerado las cosas. Una prueba del destino que ninguno había pasado… estaba pensando de nuevo demasiado las cosas.

El camino de su casa al parque no era demasiado lejos, la totalidad de sus vecinos ya conocían a los cachorros y a pesar que en un principio fue la cosa más rara para ellos ver perros lanzando lasers por los ojos se acostumbraron, además de que eran realmente tiernos, y teniendo a Star en el vecindario significaba que se enfrentarían a cosas más raras, de hecho los vecinos al lado de su casa un par de veces se quejaron ya que las bardas que rodeaban el jardín siempre terminaban rotas, quemadas o afectadas por algún hechizo de la chica o ataque de monstruo, no importa lo rápido que podía reparar estos desperfectos con magia, algunos de ellos consideraban muy grosero dañar propiedad ajena.

Al menos estos vecinos estarían más tranquilos de ahora en adelante, Star Butterfly ya no vivía con ellos.

Siguió caminando hasta por la acera hasta que escucho un sonido peculiar, era como ¿una clase de motor? ¿Quizás uno de sus vecino se encontraba trabajando con una maquina corta césped o algo así?

No, no era eso, sonaba como un motor pero no era de una podadora, tampoco era sopladora de hojas, no era ninguna de esas cosas pero no era un sonido completamente desconocido, lo había escuchado antes pero no sabía dónde ubicarlo.

Los perros empezaron a ponerse nerviosos por el sonido, saltaban y ladraban más fuerte.

-Hey, hey chicos esperen ¡Calma! ¡Calma!- este sonido para oídos tan sensibles como era el de los perros debe ser una tortura para sus cachorros, pero antes de alejarse del sonido quería que volvieran estar con más calma y evitar que salieran corriendo con total ansiedad, quería hacerles comprender que mientras él estuviera con ellos no les pasaría nada.

Oh al menos se supone que no pasaría por solo escuchar el sonido de … ¿una cierra eléctrica?

-¡Ahhh!-

Al final supo de donde provenía el sonido no porque lo había adivinado ya, sino porque de un momento a otro tenía oscilando la cierra delante de su rostro. Logro moverse rápidamente antes de llegar a salir seriamente lastimado, pero mientras él se hacía para atrás y sus perros adelante la sierra eléctrica corto las correas.

Cayó al suelo de sentón preguntándose qué rayos había pasado, una sierra lo trato de cortar pero ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Quién? ¿Había sido un accidente o a propósito?

-Buenos reflejos princesa- escucho una voz gruesa y ligeramente rasposa de la persona que sostenía el arma que había sido dirigida contra él, era un hombre reptil y ningún monstruo que había conocido antes.

-¿Princesa?- se preguntó extrañado. Star ya no estaba aquí y no había nadie remotamente parecido a ella cerca de él como para que este monstruo le atacara, a menos que de alguna forma muy extraña este le hubiera confundido con Star –creo que estas equivocándote de persona-

-No importa que disfraz estés usando, no engañas a nadie con ese nuevo corte de pelo o esa ropa poco femenina-

-¿Ah?-

Acaso… ¿estaba diciendo que él era una PRINCESA? Aquí claramente había una confusión.

La sierra que había terminado incrustada en el suelo creando grietas en el pavimento se alzó de nuevo en un arco hasta quedar arriba de la cabeza de reptil de ese sujeto, al parecer ese día no podría salir simplemente a pasear a sus perros, y hablando de ellos los pobres quedaron aterrorizados por el sonido y el ataque, no podía ver a todos ellos por lo que varios de ellos habían salido huyendo a esconderse.

Ahora sí que estaba preocupado, no por el riesgo de muerte que representaba el tipo con la sierra eléctrica sino por los cachorros, los había criado y cuidado desde que Star los había invocado y los pequeños no sabían andar por la calle por si solos, siempre en compañía de alguien, si se alejaban demasiado, si se perdían o peor si un carro los atropellaba…

-Ugg!!!-

La princesa no era tan indefensa como parecía.

Antes de que se le ocurriera bajar la sierra en su contra Marco rápidamente se incorporó y procedió a darle una de sus más fuertes patadas en el pecho a ese sujeto haciendo que ahora este perdiera un poco el equilibrio, tenía la piel dura por lo que no le causo tanto daño como hubiera querido pero fue suficiente para sacarle el aire y bajara su arma.

En clase de karate de centro el sensei les dio algunas lecciones de lidiar con agresores armados mientras que uno estaba desarmado, obviamente también les había enseñado que la mejor opción era alejarse rápidamente del agresor y llamar a la policía, pero en caso de que no podían hacerlo debían estar atentos al arma y ver si era posible desarmar al agresor para estar en igualdad de condiciones. Tal vez sensei jamás pensó que uno de sus alumnos lidiaría con un agresor con una sierra eléctrica.

Había peleado con los secuaces de Ludo y uno que otro monstruo más, pero ninguno con una sierra eléctrica o un objeto tan peligroso en manos. Pero más que miedo estaba furioso con este sujeto por asustar a sus perros y ponerlos en peligro, estos no tenían la culpa de nada y si no fuera porque él y los cachorros se hubieran movido rápidamente seguramente alguno de ellos hubiera salido gravemente lastimado.

-Eres rápida princesa-

-Mira, no sé quién eres o porque me estas atacando, de algo estoy seguro no soy ninguna PRINCESA-

Ambos dicen con cierto desprecio la palabra PRINCESA al hablar cada uno por sus diferentes razones.

-Ya te dije, no me engañaras tan fácilmente- el hombre reptil movió de nuevo su cierra en dirección del menor pero este logro esquivarle nuevamente, esto solo enfurecía a la vez que emocionaba al reptiliano, no había nada mejor que una buena presa que presentaba una buena lucha.

Marco no entro en pánico pero tampoco estaba confiado. Ese hombre lagarto era alto y fuerte, tenía un aspecto intimidante pero no parecía tan listo, tal vez su tamaño y su peso evitaba que fuera ágil y rápido, mientras que se moviera más rápido que sus ataques estaría bien.

Woof woof woof

El ladrido de unos cuantos de los cachorros se escuchó al lado de ellos, al perecer no todos habían salido huyendo.

Claro que todos los cachorros había reaccionado con miedo, el sonido de esa sierra eléctrica era insoportable por si solo y cuando sintieron las ataduras de sus correas libres por instinto corrieron, algunos más lejos que otros pensando en que si movían más rápido las patitas más rápido se alejarían de ese sonido, pero algunos se percataron de algo muy importante, Marco no los estaba siguiendo, y su humano siempre los acompañaba a la hora de pasear afuera de la casa.

Algunos lo suficientemente valiente, tres de ellos para ser exactos, regresaron en sus pasos para ver a su humano ser amenazado por el sujeto que sostenía esa cosa que hacia ese ruido infernal, eso no les gustó mucho. En realidad eso les hiso enojar, su Marco no merecía que lo amenazaran con esa cosa ruidosa.

Simples cachorros ladrándote no son nada intimidante, pero si estos empiezan a soltar rayos laser por los ojos ya empieza a ser un problema.

-Afff ya veo que tus sabuesos tienen trucos interesantes, me deseare de ellos con un solo movimiento- algunos de los laser golpearon con su piel, gracias a sus escamas el golpe de estos rayos no era tan doloroso como para la piel humano, eran más como piquetes de mosquitos, aun así era irritante.

-¡No te atrevas a hacerles daño!-

No dejaría que ese lagarto lastimara a sus cachorros.

Salto nuevamente listo para darle un buen par de golpes antes de que bajara la sierra contra los cachorros, por la forma en que movía su brazo ya listo para agredir a los caninos pensaba que tenía oportunidad, no fue así. En un rápido movimiento haciendo girar su cuerpo el hombre lagarto le dio la espalda y algo le golpeo en su costado mandándolo a volar, no había sido una patada o su puñetazo, pero algo le había golpeado con tanta fuerza que ahora estaba en el suelo muy adolorido.

Una cola, pero claro que tenía que haber sido una cola, no la había visto por la especie de capa que usaba ese sujeto.

Los cachorros corrieron a su lado preocupados ladrando o tratando de lamerlo en señal de confort.

Al parecer este tipo no sería tan fácil de vencer como los demás monstruos con los que se había enfrentado.

-Estoy bien chicos, ahora escóndanse- les ordeno, no quería que salieran lastimados por su culpa.

Los cachorros gimieron descontentos, no querían apartarse de su lado.

-Si tan encariñada estas princesa por tus sabuesos seré generoso y hare que sufran tú mismo destino-

-¡Ni se te ocurra!-

Se incorporó listo para seguir presentando batalla a ese sujeto pero al hacerlo se dio cuenta de un agudo dolor en su pie izquierdo, esperaba que no haya sufrido un esquince o torcedura y solo estuviera adolorido, aun así en estos momentos le impediría pelear tan bien como quisiera. Ahora estaba en más desventaja.

El hombre reptil pareció notar aquello al ver su mueca de dolor al ponerse de pie y decidió que no había mejor momento que este para terminar el trabajo.

Pero antes de dar su golpe de gracia algo le golpeo y fuerte, tanto como para soltar su sierra y caer al suelo boca abajo, no había sido la princesa castaña porque en todo momento tuvo su mirada sobre esta, y los sabuesos eran tan pequeños que era ridículo pensar que seres de este tamaño lograron derribarlo. Alguien más había sido su atacante.

Estaba listo para tomar su cierra eléctrica y partir en pedazos a quien se había atrevido a meterse en su camino, el agresor estaba al lado de este, no había hecho ningún ruido al acercársele el muy canalla, alzo la vista y vio el color de las escamas, el rostro y la mirada que vio tantas veces en el campo de batalla y se detuvo, no podía ser.

-¿Toffee?- su tono era de total incredulidad.

-Rasticore- inclino la cabeza reconociendo al de escamas verdes, al parecer no era el único en identificar al otro monstruo frente a sus ojos.

-¡Estas vivo!- exclamo incorporándose olvidando de momento que es lo que estaba haciendo hace unos segundos y evaporándose de su ser su sed de sangre.

-Así es-

-No te veía desde que los ejércitos de Lord Araquius trataron de derrocar a los reyes de Mewni. Serian ¿20 o 25 años? Todo el mundo pensó que habías muerto-

-Los rumores de mi fallecimiento fueron exagerados ¿Podría saber qué hacer en este lugar?-

-Mercenario, voy tras un trabajo. No hay muchos trabajos para monstruos guerreros en estos días-

-No hay muchos trabajos para monstruos en general- afirmo el de traje.

-¿Qué haces en esta dimensión? Sé que muchos optaron por huir a otras dimensiones después de la guerra pero tú no pareces el que haría lo mismo-

-No hui, solo estoy aquí para recabar cierta información-

-¿Planeas organizar otro levantamiento?- pregunto con emoción el otro reptiliano, hacía tiempo que no estaba en una batalla decente, además perjudicar a los reyes de mewni siempre era una buena causa en su opinión.

Toffee se lo pensó antes de responderle, en un tiempo atrás conoció a este sujeto, no eran precisamente cercanos pero sabía que era buen guerrero, la fuerza extra a veces era agradecida en algunos de sus planes, como cuando se apropió de los secuaces de Ludo para su plan, pero ahora no era necesario, aun no tenía escrito un nuevo curso a tomar con toda la nueva información que le estaba brindando Hanna siquiera.

-¿Alguien puede explicarme que rayos está pasando aquí?- llega la voz de Marco llamando la atención de ambos hombres reptil.

Rasticore parece recordar que esta en medio de un trabajo y vuelve a su semblante serio.

Aún debe eliminar a una princesa.

-Lo siento colega, deja termino de eliminar a esta princesa y podremos seguir hablando-

-¿Princesa?- Toffee levanto una ceja ante la mención de este título, miro a Marco y luego a Rasticore -¿A cuál princesa?-

-Pues a la que tenemos enfrente de nosotros ahora- señalo al moreno quien solo los miro a la defensiva.

¿Qué hacia Toffee ahí? ¿Acaso este era otro de sus planes? ¿Trabajaba con este nuevo tipo? Pero lo dudaba, si fuera así no hubiera detenido al de escamas verdes en su ataque, no tenía sentido, además por su reciente dialogo el nuevo sujeto parecía que desde hace mucho tiempo pensó que Toffee había muerto por lo que no creía que se habían puesto de acuerdo para atacarle nuevamente.

-Temo decirte que este joven no es una princesa- le corrigió Toffee.

-Que no te engañe su disfraz, mi contratista me dio una foto de ella y tienen el rostro idéntico, además mi localizador de materia me llevo directamente a ella- para respaldar su respuesta saco un pedazo de papel doblado y su localizador de materia, recordaba que en el pasado Toffee odiaba los errores, especialmente en el campo de batalla, siendo consejero y estratega había sido muy valioso en batalla haciendo que las perdidas innecesarias fueran mínimas o que inocentes salieran perjudicados.

Toffee tomo el pedazo de papel y lo desdoblo encontrándose con una foto a cuerpo completo de… ¿Marco Díaz en vestido rosa? …l se consideraba difícil de sorprender, pero esto sí que lo había hecho, incluso su expresión facial lo reflejaba con los ojos abiertos y las cejas levantadas.

¿Esa imagen era real o falsa?

-Ya te dije que no soy ninguna princesa-

-Sigue diciendo eso, es una treta para dejarla escapar-

Toffee alzo la vista de la foto para fijar su mirada en este par, sino fuera porque vio rayos lasers a lo lejos mientras estaba fuera de la casa de Hanna no se hubiera topado con esta escena, un mercenario de otra dimensión que estaba tras una supuesta princesa, y dichosa princesa era de acuerdo a este mismo mercenario Marco Díaz.

Cuando se acercó para ver qué es lo que causaba ese caos vio como Rasticore estaba a punto de atacar al humano moreno con su sierra y se movió por reflejo golpeando y desarmando al otro reptil, él no era precisamente el tipo que hacia buenas acciones y desinteresadamente, pero esta vez no había pensado realmente a la hora de detener ese ataque.

Ahora debía aclarar este asunto, primero corregir a su ex compañero de batallas con su supuesto objetivo.

-Rasticore, ese humano no es hembra-

-¿He?-

-Ni siquiera pertenece a la realeza-

-Pero… mi contratista-

-Seguramente te dio mal la información-

-Entonces… ¿solo voy tras un travesti?-

-¡Hey! ¡Sigo aquí!- el par de lagartos seguían hablando frente a él, y por un lado era muy conveniente ya que el tipo de la sierra había dejado de atacar y por otro se sentía levemente ofendido por que hablaban como si él no estuviera ahí, ya cuando se refirieron a él como travesti fue el colmo, no es que tuviera algo en contra de ellos pero él no era uno.

-Ejemp Rasticore este contratista, ¿ya pago por tus servicios?-

-No, normalmente me pagan al terminar el encargo, las desventajas de ser un monstruo y criminal-

-Ya veo, debido a que no te dio la información correcta yo no confiaría tanto en tu contratista actual, te sugeriría declinar en este trabajo-

-Tal vez tengas razón-

¿Seguir o no seguir con este trabajo? Ciertamente era sospechoso que no le dieran la información correcta si lo que decía Toffee era la verdad, y siendo sinceros no sería la primera vez que le jugaran chueco, más de una vez le habían tratado de pagar menos por su trabajo o matarlo para quedarse con la recompensa por su cabeza.

Aunque la mujer que le había contratado no parecía muy amenazante se notaba que tenía una evidente sed de sangre que rayaba en la locura, podría tener más de un truco bajo la manga, quizás planeaba desde el principio al terminar con su misión acabar con él para que ya no hubiera cabos sueltos.

-Si… esto es sospechoso, me han tocado objetivos extraños pero normalmente me dan toda la información necesaria antes de ir hacer el trabajo, descubrir de repente que mi objetivo es un travesti solo quiere decir que esto sea una trampa- concluyo Rasticore.

Había sido bueno que hubiera aparecido Toffee para aclararle aquello.

Toffee estaba satisfecho que Rasticore hubiera sido fácil de convencer con sus palabras.

Y Marco, estaba tan confundido, pero al parecer en vez de que ahora lo atacara un monstruo con una sierra gracias a la intervención de Toffee esto aparentemente se había evitado. Ahora quería volver a casa, sentarse y revisar su tobillo, pero primero los cachorros.

-Tienes una suerte de encontrarte en situaciones muy particulares Marco Díaz- comento Toffee dirigiéndose al humano quien supuestamente ya no volvería a ver en su vida.

-No es como si quisiera meterme en ellas a propósito-se defendió el castaño, eso había sonado muy parecido a un regaño -yo… gracias, si no hubieras intervenido hubiera tenido serios problemas-

Ahí estaba de nuevo la asombrosa capacidad del humano para sorprenderlos, aunque esta vez tuvo suficiente control en sus músculos faciales para no demostrarlo. En vez de mirarlo con sospecha con su reciente aparición, reaccionar agresivamente hacia su persona debido a su no tan buen historial entre ellos, lo cual hubiera sido lógico, el humano le agradecía por haber intercedido por él.

-¿Conoces al terrícola?- pregunto Rasticore agarrando su sierra, aparentemente olvidando de momento que alguien le había dado un buen golpe para tirarlo al suelo y soltar su hacha debido a la emoción de encontrarse con antiguo miembro del ejercito a que perteneció hace tantos años.

-Digamos que he llegado a tratar con este individuo en particular-

Y en ese trato incluía secuestro, extorción y amenazas de muerte por su propia parte, pero eso era algo que no tenía que saber.

Giros que da la vida, ahora estaba evitando que un mercenario lo cortara en pedazos sea malentendido o no.

Ya no había amenazas de muerte pero el ambiente seguía algo tenso, Marco miro alrededor, tres de los 8 estaban a su lado, vio a un par en los arbustos pero los demás no los veía. Temía que realmente hayan corrido demasiado lejos.

-Vengan chicos, vengan, ya paso el peligro- se agacho y fue suficiente para que los cachorros que estaban cerca corrieran a su lado en busca de confort, tenía cinco, le faltaban tres.

Dio un paso y no pudo evitar hacer una mueca por el dolor, así se le haría difícil buscar a los que andaban perdidos.

-Te lastimaste- no era una pregunta, era una afirmación por parte de Toffee quien se acercó al moreno sin siquiera este lo notara.

-Solo un poco el pie al caer, no creo que sea nada grave- podía seguir caminando pero con clara molestia, no dolía tanto como la vez que se rompió el brazo.

-Deberías regresar a casa-

-Ya lo sé, pero tengo que buscar a los demás cachorros- tal vez si llamaba a sus padres por celular con el carro podrían ir a buscarlos más rápidamente.

-Te ayudare-

-¿Ah?-

Marco no era el único sorprendido por el ofrecimiento de ayuda repentino, Rasticore se debatía en regresar a la dimensión donde se encontraba a esa sospechosa mujer y tomar venganza por esta aparente trampa por lo que no estaba al tanto de esta pequeño intercambio de palabras, era Toffee el que se sorprendía por sus palabras, no quería decir eso, ya evito que lo cortaran con una sierra y lo mejor era regresar a su actual guarida, preferiblemente con Rasticore para que le hablara más de su contratista y saber quién andaba tras Marco ahora y si estaba relacionado con la familia Butterfly, pero esa simple oración salió de su boca haciendo que se involucrará más tiempo con el terrícola.

Estaba siendo tan descuidado.

-Buscaremos a tus pequeñas bestias y regresas a tu casa para que te revisen tu lesión-

-Yo ehhh… si, eso sería de mucha ayuda-

Era casi surrealista tener al tipo que te secuestro no hace mucho ayudándote, desde hace tiempo que no estaba enojado con Toffee, era… raro, sorprendente, pero no llegaba a ser tal como una situación incómoda.

-Marco, hijo, me llamo la señora Shew y dijo que vio que un tipo con una cierra estaba… - desde la calle en un carro estaba el sr. Díaz llamando a su hijo, una de las vecinas del vecindario había llamado a su casa por un asunto que había visto a través de su ventana que involucraba a su hijo.

Preocupado tomo el carro y fue a buscar a su hijo, no esperaba encontrarlo frente a dos ¿hombres reptil?

-Heeey papá-

Bueno, ahora la situación si podía ser incomoda.

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