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La peor traición por minima

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No todos los padres tienen el placer de estar enfrente de los secuestradores de sus hijos, en estos momentos los señores Díaz tenían ciertos sentimientos contradictorios en ellos.

En cuanto al secuestrador, en sus planes jamás contemplo en terminar en una situación como esta frente a los padres del chico que decidió utilizar como cebo para la princesa Butterfly, en realidad después de cómo habían transcurrido los sucesos después de su fallido plan planeaba en desaparecer de la vida de Marco Díaz y a su vez de todo lo que involucraba a este incluyendo su dimensión, pero parecía que esta clase de situaciones se estaban haciendo más frecuentas, estas que salían demasiado del margen de sus cálculos.

Era como si una fuerza superior estuviera conspirando en su contra.

¿Cómo es que Toffee termino sentado en el sofá de la sala de la familia Díaz en esos momentos? Pues la respuesta no tiene nada de magia o conjuros en realidad.

Resumiendo los hechos el padre de Marco Díaz llego en su vehículo encontrándose con la peculiar escena de su hijo frente a dos hombres lagartos y a los cachorros alrededor y con las correas rotas, a Rafael Díaz no le gustaba pensar mal de la gente o en las peores situaciones, era un hombre muy positivo de hecho, pero con las ultimas cosas que había vivido su familia y en especial su hijo recientemente ante este cuadro frente a él no pudo evitar ponerse nervioso. Tal vez la acción más prudente de Toffee hubiera sido dar media vuelta, tomar a Rasticore y dejar al joven humano con su padre, pero obviamente no había tomado esa decisión ya que estaba sentado en un sofá mucho más cómodo del de la casa de Hanna.

Podría decirse que la razón por la que no dio media vuelta inmediatamente fue porque ya se había ofrecido a ayudar al joven Díaz a recuperar a sus cachorros caninos y él era un hombre de palabra, que la acción de irse sin decir nada era una acción muy similar a la que haría un cobarde que había cometido una fechoría, y él no había cometido ninguna (en esta ocasión) y no tenía por qué irse, pero también podría decirse que no se le ocurrió que acción tomar ante esta situación a pesar de su mente tan aguda y ser un excelente estratega, incluso había ocasión en las que él no se le podrían ocurrir ideas que llevaran a un plan.

Después de caer en un silencio que con cada segundo que pasaba se volvía más incómodo Marco decidió romperlo diciéndole a su padre que si le ayudaba a recoger a los cachorros a lo que el padre de familia estaciono el carro y bajo para estar al lado de su hijo y a la vez estar más cerca de ese hombre lagarto de más o menos dos metros.

Marco sabiamente le explico que los perros habían huido por el ruido muy fuerte de sonido y algunos no se veían cerca, no le diría que fue recientemente atacado por el otro hombre lagarto que se mantenía un poco más apartado del grupo murmurando algo de agregar el nombre de su reciente contratista a su lista de venganza o algo así. No era el momento para decir que seres de otras dimensiones iban contra su persona… de nuevo. Al menos quería saber primero bien como había terminado en esta situación antes de preocupar mucho más a sus padres.

De alguna forma entre todos lograron agarrar a los cachorros y subirlos al auto, si, Toffee busco a los pequeños cachorros también y cuando encontró a un par escondido en los arbusto de un jardín muy reticentes a salir por voluntad propia se agacho para recogerlos y llevarlos con los Díaz, Marco había subido al carro para cuidar a los cachorros que ya habían subido además que no podía moverse tan rápido o fácilmente con su pie actualmente.

Y la sorpresas no acabaron ahí cuando Rafael, el buen hombre decidió invitar a los “conocidos” de su hijo a casa y darles algo de beber en agradecimiento, literalmente empujo a uno en el asiento de copiloto y a otro en el asiento trasero junto a Marco y los cachorros, la suerte decidió que Toffee acompañara al menor de los Díaz junto a todas esas bolas de pelos.

Marco estaba igualmente sorprendido por la rápida acción de su padre así como lo eran Toffee y Rasticore, pero así era su padre de impulsivo en algunas ocasiones, tal vez tenía que ver su espontaneidad con sus dotes artísticos.

Llegando a casa junto a su esposa fue la primera vez que se le ocurrió al distraído e impulsivo señor Díaz preguntas sus nombres. Marco estaba en un sofá individual donde su madre había terminado de revisar y darle los primeros auxilios, su lesión no era nada grave, estaría hinchado su pie por un día o dos pero si no hacia esfuerzos se curaría perfectamente.

-Rasticore Chaosus Disastorvayne, señor- el primero en responder fue el de ojo de gema.

Marco contuvo el aliento, iba a decir un nombre falso para no decir el verdadero nombre de Toffee, pero no.

-El mío es Toffee-

¡Y se supone que era un tipo listo! ¿Por qué les había dado su verdadero nombre a sus padres? ¿Qué quería llegar con esto? ¿Qué lo corrieran de la casa o que les diera un paro cardiaco a sus progenitores? Tal vez estaba yendo muy a los extremos con esos escenario mentales Marco Díaz, sus padres tenían poco de agresivos y gozaban de estupenda salud como para sufrir enfermedades cardiacas, aun así el moreno no podía creer que les hubiera dado su nombre de buenas a primeras a sus padres, los cuales se quedaron con expresiones congeladas.

Conocían bien ese nombre.

Es así como llegamos a este incierto y casi irreal punto. Marco no sabía que estuviera pensando sus padres en esos momentos

-Yo… voy a ir a por algo de beber- dijo Angie rompiendo el incómodo silencio que se había formado en la sala.

-¿Querida te acompaño?-

-No, tu quédate… ahora traigo las bebidas-

Bueno, por el momento era una reacción que no esperaba pero no la más caótica que se hubiera podido imaginar, no creía que sus padres reaccionaran de manera agresiva como para saltar al ataque contra el hombre lagarto, pero quizás entrar en pánico o algo por el estilo si se podía imaginar.

¿Cómo se supone que debían de reaccionar? Ni los mismos señores Díaz sabían, Angie necesitaba alejarse unos momentos y procesar todo, tenerlo de frente no era un ser tan aterrador o macabro como hubiera esperado en su imaginación, en realidad el tal Toffee parecía incluso un hombre/lagarto elegante, casi como un hombre de negocios. Ahora estaba ahí, en su sala, muy cerca de su hijo y esposo.

Curiosamente tampoco había entrado en pánico o repudiado la idea, después de todo su esposo le explico que había encontrado al par de hombres lagarto ayudando a su hijo a recuperar a los cachorros. Ese ya era un punto a favor en su opinión del tipo que secuestro a su hijo anteriormente, aunque no borraba el pasado.

Abrió el refrigerador y saco una jarra de limonada, ¿a los reptiles les hacía daño el limón? ¿a los hombres reptiles de otra dimensión alguna vez habían probado la limonada?

Star comía de todo en la casa, pero ella parecía más humana que otra cosa.

Regresando a la sala su marido, su buen y amado esposo, amable incluso con extraños, no le extraño tratando de hacer una conversación con Rasticore y Toffee.

-Tu traje es muy elegante Tofy…-

-Es Toffee señor- corrigió el reptiliano sin sonar irritado por la deformación de su nombre.

-Perdón, a veces confundo las letras. Así que, ¿Es a la medida?-

-Exactamente, debo decir que tiene buen ojo señor Díaz-

-Bueno, soy artista, me fijo mucho en los detalles. Y señor Rasticuri usted… tiene un impresionante brazo ahí-

-Es Rasticore. Y de hecho es una excelente prótesis, puede destrozar los cráneos de mis enemigos un par de segundos más rápido que mi verdadero brazo-

-Ohhhhh eh jjejejeje supongo que eso es ¿genial? Debe ser muy fuerte entonces-

-Así, estoy muy orgulloso de mis habilidades físicas señor-

-Ejemp traje algunas bebidas por si gustan- dijo Angie colocando la charola con la jarra y vasos sobre la mesa de la sala interrumpiendo la conversación.

-Gracias querida-

-De nada-

Era extraño y tenso el ambiente, alguien tenía que hablar y a la vez parecía que querían ignorar un par de segundos más lo que tenían enfrente, Marco inhalo un poco y estaba a punto de abrir la boca hasta que alguien más tomo la palabra.

-Señores Díaz, quizás les suene hipócrita o mentiras mis palabras, pero quería decirles que nunca quise poner en verdadero peligro a su hijo. Pido disculpas por las aflicciones que les hice llegar hacer pasar al involucrar a su hijo en mis planes-

Toffee… ¿acababa de pedir perdón?

Ahora los señores Díaz enfrentaban otra situación que no todos los padres enfrentan, recibir la disculpa del secuestrador de su hijo de boca de este.

Los padres se miraron entre sí, sorprendidos, confundidos, dudosos. Marco esta con la boca abierta.

El monstruo que parecía orgulloso e intimidante deja eso de lado para pedir unas disculpas a unos padres que sufrieron varias aflicciones con la desaparición de su hijo, lo menos que puede es ofrecer esto en estos momentos ya estando cara a cara con ellos.

Este día ha tenido varias sorpresas para varios de ellos en la sala, al menos esta es una agradable.

-Nosotros… gracias, nuestro hijo nos contó que hiciste, lo que paso, lo que te paso. No justifico esa clase de acciones, pero agradecemos que nos hayas regresado a nuestro hijo- Angie toma la palabra, ahí Toffee puede identificar de donde heredo la elocuencia el joven Díaz.

Y los ojos, son como los de su madre, brillantes, limpios, el color lo saco de su padre pero esa mirada sin lugar a dudas la heredo de su madre.

Aparta la mirada, quizás esta divagando demasiado en su mente.

-Esta bebida es acida y refrescante señora, ¿Cómo dijo que se llamaba?- Rasticore llama la atención ignorante del ambiente en la sala, el vaso que acababa de beber tenía un líquido con un sabor agradable.

-Limonada, si gusta puede servirse un poco más-

-Gracias señora-

Rasticore se sirve un poco más de limonada, a su alrededor el ambiente parece relajarse un poco más, Marco cierra al fin la boca y da gracias que esta situación no haya terminado peor de cómo comenzó. Rafael toma la mano de su esposa en señal de apoyo, han aceptado las disculpas pero hay aún un trecho para decir que han perdonado las angustias que pasaron al pensar que habían perdido a su hijo, pero si tubo la suficiente decencia y valor para plantarles cara y pedir disculpas lo aceptaran.

No, no es un buen hombre, pero tampoco el ser más despreciable que se pudieran encontrar.

Pasan unos minutos más con una pequeña platica informal, pequeños comentarios de que es a lo que se dedican los señores Díaz aparte de albergar a estudiantes de intercambio, ella es maestra y él artista, buenas profesiones tranquilas y decentes. Gente decente hablando con dos criminales muy buscados entre las dimensiones en una sala muy hogareña, ¿Quién lo diría?

-Oh miren la hora, ya casi es hora de la cena tengo que empezar a preparar algo… ¿ustedes gustarían quedarse para la comida?-

-No queremos aprovecharnos más de la cuenta de su hospitalidad señora, lo mejor será marcharnos ahora- Toffee rechaza la oferta educadamente, ya se han quedado más de lo que se hubiera imaginado.

-De acuerdo-

-Que tengan buen viaje entonces señores-

-Yo los acompaño a la puerta- ofrece Marco en cortesía mientras que sus padres se dirigen a la cocina, también quiere hablar con Toffee.

Cuando llegan a la puerta aun con Marco cojeando un poco Toffee hace un gesto a Rasticore, una señal militar que aprendió años atrás para que se retire, el otro reptiliano tiene suficiente buena memoria para reconocerla.

-Yo me adelanto entonces, adiós Marco Díaz- Rasticore saca su sierra y abre un portal que atraviesa.

Toffee también necesita un par de momentos de privacidad con el joven humano para aclarar algunas cosas, pero ya que están solos tardan un poco más de lo necesario en hablar.

-Bueno, esto… gracias ayudándome con el grandulón y a buscar a mis cachorros. Aunque aun no entiendo cómo pudo haberme confundido con una princesa aún, si no hubieras aparecido en ese momento quien sabe lo que me hubiera pasado- es Marco quien habla primero. Han pasado quizás muchas cosas ese día, pero agradece realmente que Toffee apareciera en el momento justo.

-Fue una coincidencia afortunada podría decirse. Y en cuanto a la confusión de estatus y genero el reciente contratista de Rasticore le informo que eras una princesa que debía eliminar según me dio a entender-

-¿Hablas en serio?-

-Así es, incluso le proporciono material visual muy “convincente” para hacerlo creer que eras una princesa-

-¿Qué clase de material visual?-

-Rasticore me mostro cierta imagen algo difícil de creer por decirlo de una manera-

-¿Qué imagen?-

-A ti y a cierto vestido pomposo de princesa color rosa-

-¿Vestido rosa?- La cara del castaño demuestra confusión y que no comprende de buenas a primeras a que se refiere el reptiliano, pero entre más repite la palabra “vestido rosa” algo hace eco en su mente y ciertos recuerdos surgen en su mente.

“… el rosa te sienta bien”

-Oh, ¡Oh!- La única vez que estuvo relacionado con un vestido de princesa color rosa fue cuando se infiltraron en Sta. Olga para rescatar a la cabeza de unicornio que era la mejor amiga de Star.

En ese momento y aun ahora se siente muy seguro sobre su sexualidad como sentirse avergonzado por haber estado vestido de princesa, además lo que importaba era infiltrarse a esa escuela que bien podría pasar por cárcel lava cerebros y rescatar a Ponyhead como para que la pena que alguien lo viera con dicho atuendo lo afectara. Pero esto es diferente, muy diferente, Toffee no es una directora desquiciada, un guardia o un montón de princesas a las que tuvo que engañar con su disfraz, era… Toffee, y ese simple hecho hace que sienta como su cara y orejas se calienten a mas no poder y sabe que esta tan rojo de la cara que pudiera competir con el color de su sudadera.

-Tomare esa reacción como una afirmación de que eso realmente sucedió y que a Rasticore no le dieron una foto falsificada-

-¿Foto? ¿Qué foto? Por favor no me digas que alguien me tomo una foto con ese vestido puesto-

Por un breve momento Toffee estaba tan tentado en reír, una pequeña risa, pero solo curva un poco las comisuras de su boca en una casi imperceptible sonrisa, el joven delante de él se ve gracioso en su pánico y pena.

Hace tiempo que no se divertía por estas cosas simples como ver la expresión llena de pena y avergonzada de una persona captada en un momento embarazoso, Marco con ese sonrojo parecía… adorable.

Pero recuerda que si la foto es verdadera también es el problema en el cual Marco está metido y el cual incluyo contratar a un mercenario como Rasticore.

-Así es, no cuestionare tus… gustos, pero alguien utilizo esa imagen para hacer creer a Rasticore que eras una princesa e ir tras tu cabeza-

-¿Gustos? Yo no acostumbro a vestirme de chica si es lo que quisiste decir, y fue una situación extrema. Una de las amigas de Star estaba internada en Sta. Olga y fuimos a rescatarla, tuvimos que entrar disfrazados para que no reconocieran a Star y a mi… por que no se permiten chicos en esa escuela-

-… pudiste haberte disfrazado de un guardia-

-Es lo mismo que yo le dije a Star-

¿Qué tenía en la cabeza la mewmana para terminar vistiendo al chico como princesa? Seguramente nada.

-Entonces supongo que al menos tienes alguna idea de quien contrato y porque a Rasticore-

-Tengo la sospecha que fue la directora del lugar, una mujer muy loca obsesionada por crear princesas “perfectas” en lugar de dejar a las chicas ser individuos independientes, si tanto querían que fueran buenas princesas simplemente hay que enseñarles a ser buenas personas y no lavarles el cerebro con etiqueta y modales-

-Veo que tuviste una impresión muy fuerte del lugar-

-La mujer me ato a una silla y trato de lavarme al cerebro con una maquina e imágenes de cómo ser una “perfecta princesa” cuando el rescate de Ponyhead no salió como esperábamos-

De nuevo una prueba más de porque la interacción con la realeza mewmana solo trae más que problemas.

-Pero pude regresarle el favor por decirlo de una manera cuando logre convencer a las otras princesas en la escuela que estaba ser un individuo y crearon una revuelta dentro de Sta. Olga-

-Realmente estas lleno de sorpresas Marco Díaz-

-Gra… cias?- ¿Debía tomar eso como un alago o no?

No cualquiera se arriesgaría de esa manera por un desconocido o por alguien que no es de su total agrado, deduce eso al escuchar el tono por el cual nombra el nombre de la mejor amiga de la princesa de Mewni, para entrar en una de las instituciones más seguras entre las dimensiones, tampoco no cualquiera sería capaz de convencer a un grupo de persona con tal eficacia para crear prácticamente una revolución dentro dicha institución. Marco Díaz tenía dotes de liderazgo que quizás ni el mismo chico sabía o no los aprovechaba, quizás con un poco de guía de alguien con experiencia podría hacer grandes cosas.

-Hablare con Rasticore y te sugiero que cuides tus espaldas Marco Díaz, no creo que esa directora este conforme hasta acabar con la fuente que causo tanta rebeldía en su escuela-

-Si fue capaz de contratar a un tipo como Rasticore creo que tendré que aprender a dormir con un ojo abierto-

-O hacer que tus sabuesos lo hagan por ti-

-¿Los cachorros?-

-Sí, los jóvenes caninos que tanto cuidas podrían ser de utilidad para tu seguridad y la de tus familiares si los llegaras a entrenar debidamente-

-Pues si se me ha pasado por la cabeza entrenarlos pero solo se un par de trucos, además aún son muy jóvenes, no sabría cómo entrenarlos para lo que tú dices-

-Yo tengo algo de experiencia entrenando bestias-

-¿He?-

¿Acaso Toffee acaba de sugerir lo que Marco cree o el moreno está ya muy cansado por la reciente adrenalina liberada aquel día? Ya lo ayudo mucho ese día, no cree que se esté ofreciendo para…

-Yo podría brindarte algo de asesoría en el entrenamiento de tus jóvenes caninos-

-Eso sería de mucha ayuda-

Momento ¿acababa de acordar a ayudar a las pequeñas bestias peludas? Si Toffee, lo habías hecho, y mandaste a volar tu idea de dejar atrás en el pasado tu interacción con Marco Díaz en el proceso, si el universo se empañaba en ponerlo de nuevo en tu camino quizás era para algo, no es como el hombre reptil fuera fiel filósofo y creyente de lo que algunos llamaban destino.

Ahora interactuaría más seguido con el humano más allá de lo que hubiera pensado. Y los sabuesos, no debía olvidar a las pequeñas bestias.
Notas finales: Últimamente he estado en crisis emocional y dudas sobre mi vida, ¿realmente quiero terminar la carrera? ¿Quise esta carrera alguna vez? ¿Soy un desperdicio de átomos de carbón que aún no haya una utilidad? Como en el precipicio, seguir un camino o caer por el borde, llego a este punto en que no me quiero mover, avanzar, retroceder, pero aun así el tiempo pasa, soy cobarde, indecisa, quiero ser reconocida y a la vez desaparecer. También están tocando banda los vecinos y tengo ganas de arrojar globos de agua a sus casas.

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