No podía creer lo nervioso que me ponía con tan sólo observarlo. No lo entendía, y no quería aceptarlo.
Él era demasiado bueno, pacífico, comprensivo, simpático, atento.. él era.. simplemente.. la sensación de algo suave y esponjoso, pero en una persona, y eso se palpaba sin tener que tocarlo.
Y por eso no podía creer que me pusiera tan nervioso. Era muy fácil hablar con él, era muy cómodo mantener una conversación o estar a su lado. Pero yo no podía evitar ruborizarme y tener ganas de correr en círculos.
Y no es que yo fuera alguien temeroso o tímido. No es que tuviese un carácter tranquilo ni nada así. Pero Sugawara.. era Sugawara. Y yo, estaba loco por él.
..
Voltea a verme y me siento ruborizar. Me ha atrapado observándolo, perdido en mis pensamientos.
Me sonríe y comienza a caminar hacia mí. Le sonrío devuelta, y miro hacia el suelo, porque es todo lo que puedo hacer para evitar ponerme demasiado nervioso y echarme a correr.
-Hola, Yaku -me dice, confianzudo y sonriente. Suave y esponjoso.
-Qué tal, Sugawara.
-Te he dicho que me llames Suga.
Oh, si supieras que ni en mi mente puedo hacerlo sin ruborizarme y trabarme. -C-Creo que con Sugawara estoy bien.
-No hay caso contigo -dices, y miras hacia otro lado, y por un segundo, veo otra expresión en tu cara. Una qur nunca habia visto ¿Decepción? Pero luego volteas a verme y tu usual sonrisa esta otra vez allí.
Te llama tu capitán y te vas hacia donde está tu equipo, dejándome en el mismo lugar que al comienzo, observándote caminar como al comienzo.
..
La semana pasa normal, tranquila, con los típicos partidos, las comidas en grupo y las reuniones en las habitaciones.
La última noche, antes de irnos a dormir, te encuentro en el pasillo cuando iba camino a cepillarme los dientes.
-¿Dientes? -preguntas con un cepillo en mano también.
-Dientes -respondo.
Caminamos el resto del trayecto hablando y riendo, y por primera vez logro estar relajado. Quizas se deba a que hace una semana que te veo durante casi todo el día, o a la cantidad de partidos que hemos jugado juntos, o a las conversaciones tranquilas, o a que ambos estamos cansados, en ropa de dormir y camino a cepillarnos nuestros dientes.
Nos estamos cepillando los dientes, cuando pasan por la puerta del baño Lev y Kenma.
-¡Ah, Kenma, Lev! -les grito, mientras enjuago mi boca.
-¿Yaku-san? ¿Qué sucede?
-Los estaba buscando Shoyo, búsquenlo.
Y se van tan pronto como llegaron. Al menos Lev, porque jamás he visto a Kenma correr si no es obligatoriamente necesario.
Vuelvo a entrar al baño, y me cruzo con tu mirada. Esa mirada, la que por un segundo creí ver la otra vez.
-¿Sucede algo, Sugawara?
Estoy comenzando a ponerme nervioso, y tengo un presentimiento que no logro identificar.
-Suga, Yaku, dime Suga -dices, serio.
-Y-Ya te lo he dicho.. Sugawara está--
-A los demás los llamas por su nombre -dices, sin dejarme terminar de hablar.
-¿Qué? -tu repentino cambio de comportamento me desorienta, pero no me dejo llevar por eso- Es porque son kouhais de mi equipo, y ellos me han pedido que los llame así.
-Yo también te he pedido que me llames así, y fui rechazado. Hasta a Hinata lo llamas por su nombre, y no recuerdo qur hayas mantenido ni una sola conversación con él.
A cada palabra te has acercado un poco, y ahora me tienes acorralado contra el lavamanos.
-¿Qué hay de malo con "Suga"? ¿Estaría mejor si te pidiera que me llamaras "Koushi"?
Lo suave y esponjoso se ha perdido para siempre y estoy mas nervioso que nunca. Me siento ruborizar al tan sólo pensar en llamarte por tu primer nombre, y me siento patético.
Y enfadado por ello. ¿Por que tienes que comportarte asi? Si me gustas, y actúo tímido, es mí problema, no te estoy molestando.
-¿Qué te sucede? -pregunto, entre asustado, avergonzado, nervioso y enfadado.
Y tan sólo dices dos palabras. Dos palabras para derrumbarme, dos palabras para hacerme comprender todo y al mismo tiempo perderme en el vacío.
-Estoy celoso.
Y me besas.
Lento, tranquilo, delicado, transmitiendo sentimientos. Suave y esponjoso. Y yo correspondo. Rodeo tu cuello con mis brazos y tu aprisionas mi cintura entre los tuyos, acercándome mas a ti, profundizando mas el contacto.
De pronto sentimos voces a lo lejos. Voces que se acercan por el pasillo, probablemente chicos que vengan al baño, y nos separamos. Justo cuando tomamos la distancia justa y correcta, entran un par de chicos de Shinzen y nos saludan.
Tomo mis cosas, y volteo a verte.
-Adiós, Koushi -te digo, y luego salgo del lugar.