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UNA TRISTE MELODIA por nurikosan

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Tholl se levanta con el primer y muy esperado rayo de sol. Ese día es especial, pues es el primero de una corta pero hermosa primavera largamente ansiada por él y todos los demás habitantes de Asgard. Rápidamente se viste y después de un ligero desayuno sale a cabalgar para disfrutar del calor y la cálida brisa en el rostro. Una gran sonrisa ilumina su rostro debida a la felicidad de ver brotar las hermosas flores, los animales alterados con el celo primaveral y sobre todo al retroceso de la nieve que llena los arroyos y ríos de agua fresca y cristalina.

En su cabalgada visita a sus vecinos saludándolos con la mano y sin bajarse del caballo al comprobar que al igual que él están celebrando la llegada de la luz y el calor con sus respectivas familias.

Pronto sale de la zona habitada para perderse nuevamente en el bosque. Después de cabalgar un par de horas detiene el animal en un exuberante prado de tiernos y frescos pastos. Deja al animal libre para que vague a su antojo y el se tumba en la mullida alfombra de hierba con un suspiro de satisfacción para dedicarse a contemplar el hermoso cielo azul tachonado de nubes de algodón en las que se dedica a buscar caprichosas formas. Al cabo de un rato se queda adormecido para despertar con una suave melodía de arpa. Se incorpora y presta atención para tratar de adivinar de donde procede el sonido, y una vez lo consigue se pone de pie y se encamina hacia el lugar.

Siguiendo la melodía llega a un pequeño claro en medio de inmensos árboles donde sentado en un tronco caído que hay en el centro se encuentra un muchacho tocando una lira. Se acerca lo más sigilosamente que puede para no perturbar la concentración del niño y se sienta frente a él con las piernas cruzadas, los codos apoyados en las rodillas y la cabeza sobre sus manos cruzadas.

- No dejes de tocar – susurra cuando ve que el muchacho detiene su mano sobre las cuerdas- es una melodía muy hermosa.

- ¿En verdad le gusta? – pregunta el niño sin levantar el rostro.

- Si, es triste pero muy bella. Me llamo Tholl, ¿y tú?

El niño deja la lira sobre su regazo y cruza las manos sobre la misma. Tiene el rostro oculto en su largo y hermoso cabello anaranjado. Al cabo de unos minutos le levanta lentamente y enfoca una mirada muy triste en el rostro de Tholl.

- Me llamo Mime – responde al tiempo que extiende una delicada mano hacia él.

- Mime, un hermoso nombre para alguien igualmente hermoso – responde cogiendo la mano y apretándola afectuosamente. - ¿Te has caído? ¿Has tenido algún accidente?

Mime vuelve a esconder rápidamente su rostro entre su cabello negando con la cabeza en respuesta a sus preguntas.

- Entonces ¿qué te ha pasado? Alguien te ha pegado, ¿verdad? Vamos pequeño, no tengas miedo, déjame ver tu rostro, no te haré daño, en mi caballo siempre llevó algunas cremas para el caso de que tenga pequeños accidentes.

- No se moleste señor Tholl, estoy acostumbrado a los golpes. Solo es un pequeño moratón sin importancia...

- No es ninguna molestia sino todo lo contrario. Además un rostro tan delicado como el tuyo no debe lucir semejantes adornos.

El muchacho le mira con sus grandes ojos color turquesa con una mezcla de temor, admiración y esperanza reflejada en ellos para asentir silenciosamente mientras se pone en pie con su lira bajo el brazo.

Tholl le guía hasta el prado donde le indica que se siente en la hierba mientras el corre hacia el caballo para volver a su lado al cabo de unos minutos con una bolsa de cuero que deja entre ambos. Rebusca en su interior hasta que encuentra un pequeño bote con una crema blanca que comienza a aplicar con mucho cuidado sobre el amoratado pómulo derecho del niño.

- Tienes una piel muy fina y más blanca que la nieve. Dime quien te ha hecho esto y se lo haré pagar con creces.

- No importa – murmura Mime- eso no hará que el dolor desaparezca, además me lo merecía. Hice una cosa mal y en consecuencia fui castigado por ello.

- Quien es capaz de castigar de este modo a alguien como tú es un desalmado sin corazón – murmura terminando de aplicar la crema.- Ya esta, apenas se nota, no te laves la cara hasta media tarde. Cuando te vayas a la cama date otra capa de crema con un suave masaje hasta que la piel la absorba y verás como mañana no tendrás ni rastro del moratón.

Le tiende el tarro con una gran sonrisa esperando que el muchacho la coja y al ver que no lo hace directamente se lo guarda en el bolsillo superior de su camisa.

- Muchas gracias – murmura apretando el tarro contra su pecho- ¿Quieres que toque para ti? Es el único modo que tengo para pagarte la crema y tus atenciones.

- Hmmm, será un verdadero placer que lo hagas. Nunca he oído una música tan llena de alma como la que tú sacas de esas finas cuerdas.

Tholl se tumba por segunda vez en la hierba con las manos cruzadas bajo su nuca y cerrando los ojos se deja llevar por la nueva melodía que Mime interpreta. Al cabo de un buen rato el muchacho se detiene para acercarse a él y moverle suavemente.

- ¿Te encuentras bien? – pregunta alarmado por su continua inmovilidad.

- Me siento en el paraíso – responde abriendo los ojos y fijando su mirada en el muchacho y sin darse cuenta levanta una mano para acariciar la cabeza y la mejilla de Mime- Nunca me he sentido tan bien...

- Me alegro – susurra sonrojado y evidentemente complacido con sus palabras-  muy pocas veces tengo ocasión de tocar ante alguien que aprecie mi música.

- Pues ya has encontrado un oyente asiduo – responde dándose media vuelta y apoyándose sobre un codo- Quiero volver a verte, ¿qué te parece si quedamos aquí mañana a la misma hora?

- Me parece perfecto – exclama totalmente ilusionado- Será un placer tocar para ti una vez más.

- Te llevare a tu casa y...

- ¡NO! – grita Mime asustado y echando a correr rápidamente por el bosque- ¡Nos veremos mañana aquí Tholl!

Antes de tener tiempo para reaccionar se encuentra solo en medio del prado mirando el lugar por donde ha desaparecido Mime con la boca abierta y una mano extendida hacia allí en un vano intento de retenerle.

- ¿Qué le habrá pasado? – se pregunta mientras monta en su caballo y enfila el camino de vuelta a su casa- Espero no haberle ofendido de alguna manera, no me lo perdonaría nunca. Espero que solo sea un ataque de vergüenza o temor infundado, en fin, mañana le pediré que me explique esta reacción.

Mime corre rápidamente a su casa sujetando fuertemente la lira con una mano mientras con la otra protege el pequeño tarro de crema como si fuera el tesoro más valioso del mundo. Al llegar a su casa entra en la misma para detenerse inmediatamente a los pies de la escalera mirando hacia el piso superior donde esta su padre con los brazos en jarras y con la mirada fija en él.

- ¿De dónde vienes con esas prisas? – le pregunta bajando hacia él.

- Me entretuve en el bosque – responde en un asustado murmullo- Lo siento mucho padre, no volverá a ocurrir...

- Has estado tocando esa maldita lira en vez de ejercitarte como guerrero, ¿verdad?

Mime incapaz de responder y de apartar la mirada de la furia que ve reflejada en los ojos de su padre se encoge sobre si mismo hasta caer al suelo de rodillas protegiendo el instrumento con sus brazos y su cuerpo.

Cuando el hombre llega a su altura se la arranca bruscamente de las manos y la lanza contra la pared rompiéndola en varios trozos para golpear furiosamente al muchacho nuevamente.

- ¿Es qué no vas a aprender nunca? ¿Cuántas veces te he dicho que eres descendiente de una familia guerrera? ¡Tienes que convertirte en el mejor general de Asgard y no en un músico de tres al cuarto!

- ¡ Basta, padre, por favor! – suplica entre lágrimas y cubriéndose con las manos la cabeza- ¡Por favor no me peguéis más! Yo no quiero ser un guerrero, no me gusta la lucha de ningún tipo, por favor... tratad de entenderlo...

- Lo único que entiendo es que eres un completo desastre, tú no puedes ser mi hijo, seguramente tu madre te engendró con algún sucio cómico itinerante... pero juro que te convertiré en alguien digno de mi apellido... aunque para ello tenga que arrancarte la piel a tiras y atarte al lomo de un caballo.

Su padre continua golpeándole durante un largo rato hasta que se cansa y le deja allí tirado en el suelo. Una criada se acerca al muchacho para ayudarle a levantarse y conducirle a su habitación.

- Mi lira – gime extendiendo las manos hacia los pedazos rotos en el suelo- mi lira...

La mujer recoge los trozos con lágrimas en sus ojos y le ayuda a subir a su cuarto. Una vez allí le desnuda con mucha ternura y lava sus nuevas heridas procurando no causarle más daño del estrictamente necesario. Al doblar la ropa que le ha quitado descubre el tarro en su camisa y al abrirlo reconoce de que se trata por lo que procede a aplicársela en todo su dolorido cuerpo.

Mime por su parte no deja de llorar abrazado a los maltrechos pedazos de su lira y sintiendo un gran dolor en su corazón por no poder tocar mañana para el gentil Tholl. Entre las caricias y mimos de la criada y el agotamiento de su llanto cae en un profundo sueño hasta el día siguiente en que es bruscamente levantado de la cama por su padre.

- ¡Vamos, levántate! Vendrás conmigo a cabalgar y pobre de ti como no sepas mantenerte en el caballo.

Rápidamente se viste con manos temblorosas y hace un hato con sus destrozada lira que guarda bajo su holgada ropa. Después de un frugal desayuno se dirige al establo para subir al enorme caballo blanco que le indica su padre. Salen ambos al trote para perderse en el bosque. Todo va bien hasta que tiene que saltar un estrecho riachuelo. Al hacerlo pierde el equilibrio sobre el animal y cae al agua empapándose. Según se esta levantando su padre le coge de la pechera de la camisa y le estrella el puño en su rostro con la fuerza suficiente para hacer crujir los huesos de su nariz y provocar la consiguiente hemorragia.

- Volverás a casa andando – le grita mientras se aleja a su propia montura- y procura no cruzarte en mi camino por lo que queda de día.

El muchacho ha vuelto a caer al agua con los ojos anegados en lágrimas y solo cuando su padre desaparece de su vista consigue reaccionar y trata de cortar la sangre con el agua. Cuando lo consigue sale del agua y se quita la camisa junto con las botas y lo hace todo un pequeño hatillo junto con su destrozada lira, se arremanga el pantalón por encima las rodillas y con el bulto de ropa bajo el brazo comienza a andar hacia el pequeño claro del bosque para esperar a Tholl.

Cuando llega él ya esta allí paseando nerviosamente por el prado con las manos cruzadas a la espalda y lanzando continuas miradas al lugar por el que aparece. Al verle sale corriendo hacia él y lanzando todo al suelo se abraza a su cuerpo para llorar con el rostro hundido en su fuerte pecho.

- Tranquilo Mime, dime que ha pasado... ¿por qué vienes medio desnudo y con el cabello mojado?

- Me caí al agua – susurra limpiándose el rostro con los dedos- me caí del caballo al saltar y él me pegó otra vez.

- ¿Quién te pega precioso? Dime quien es el animal que te golpea de ese modo...

- No puedo, solo me pega cuando hago algo mal. Quiere que sea un guerrero, un soldado, pero yo no quiero... Tholl ¿tan malo es querer vivir en paz tocando música para alegrar el corazón de los demás?

- No precioso mío, no lo es.

- Tú eres el único que me comprende.

Tholl le coge en brazos y sentándose en el suelo le acomoda en su regazo abrazándolo y acariciandolo amorosamente.

- Vamos amor, ya pasó todo, ahora estas a salvo en mis brazos, no dejare que nadie vuelva a hacerte daño. Ssssshhhhhh, pequeño, no llores más, ya pasó, ya mi dulce Mime... ya...

Mime se deja acariciar y mimar hundiéndose en su cuerpo y en su abrazo, cierra los ojos suspirando dolorosamente y deja sus manos apoyadas en el cuerpo de Tholl. Este le contempla en silencio para al cabo de unos minutos levantar su dulce rostro y besarle con mucho cuidado.

- Tholl – exclama el muchacho con los ojos totalmente abiertos y llenos de sorpresa.

- Lo siento pequeño, no he debido hacerlo, seguramente no te ha gustado, te prometo que no volverá a ocurrir, me he dejado llevar por mis impulsos...

- Si me ha gustado – responde poniendo un dedo en sus labios- me ha gustado mucho, ha sido dulce, delicado, sensual y sobre todo lleno de amor... es solo que bueno... ha sido mi primer beso.

Tholl sonríe feliz ante sus palabras y se queda contemplando el bello rostro teñido de carmín de Mime, con sus hermosos ojos turquesas fijos en él mismo y llenos de amor un amor que grita ser correspondido.

- El primero... ese es un gran honor para mí... pero me gustaría ser el primero en algo más... a decir verdad en todo lo demás...

Mime reacciona haciendo más fuerte su abrazo y asintiendo al mismo tiempo mientras se deja deslizar dócilmente al suelo. Su corazón late a mil por hora cuando siente las primeras caricias en su pecho, su piel se eriza siguiendo el recorrido de esos grandes pero delicados dedos. Un gemido se escapa con el primer roce de la lengua de Tholl en sus pezones. Levanta la cadera para que le pueda quitar más fácilmente los mojados pantalones y un pequeño grito se escapa de su garganta cuando siente los labios del grandullón cerrarse alrededor de su miembro. Cuando estalla en su boca lo hace gritando su nombre Tholl recoge todo su semen y  lo lanza en su virginal entrada para usarlo como lubricante y una vez que lo ha dilatado con los dedos penetrarle muy despacio.

- Duele mucho – exclama entre sollozos arqueando la espalada- duele... es muy grande... no entra...

- Tranquilo amor, solo será un momento, aguanta un poco y te prometo que pronto estarás deleitándote con un gran placer.

El muchacho asiente en silencio y mordiéndose los labios soporta los lentos embistes de su amante hasta que llega al final. Después de unos minutos de quietud este comienza a moverse en su interior murmurándole dulces palabras de amor y prodigándole infinitas caricias y besos para calmar el dolor que le produce.

Mime se aferra con todas sus fuerzas al cuerpo de Tholl durante las primeras embestidas para de pronto sorprenderse a si mismo gimiendo de placer. El dolor efectivamente ha dado paso a un placer que va creciendo lentamente, inundando todo su ser. Cada estocada es más profunda que la anterior, acariciando su interior, provocándole una deliciosa descarga que recorre su columna haciéndole gritar totalmente ebrio de todas las nuevas sensaciones que su cuerpo siente por primera vez.

Su miembro esta nuevamente endurecido y es deliciosamente estimulado con la presión que se produce entre los abdómenes de ambos. Al cabo de un rato estalla mojándoles a ambos para de pronto sentir un calor abrasador bañando sus entrañas, un calor que lejos de molestarle o dolerle le encanta, un calor que le llena de amor, esperanza, ilusión y deseo satisfecho.

-¿Estas bien? – pregunta Tholl saliendo lentamente de su interior y girando sobre su espalda ponerle encima de él para poder abrazarle, besarle y acariciarle a su antojo. – ¿Te he lastimado mucho?

- Estoy muy bien – responde en un dulce susurro acurrucándose sobre el ronroneando como un gatito- Has sido muy dulce... me ha gustado mucho... Tholl te quiero... no... no quiero separarme de... ti...

Con un suspiro cae en un profundo y tranquilo sueño por primera vez en mucho tiempo.  Cuando despierta lo hace todavía envuelto en los brazos de su amado grandullón y sonríe feliz al levantar el rostro y mirarle unos segundos antes de darle un beso.

- Y ahora mi amor ¿querrás decirme quien te golpea de ese modo por no querer ser un guerrero?

- Lo siento, no puedo... por favor no vuelvas a preguntarme eso.

- Esta bien precioso, no puedo negarte nada con esos ojitos tan lindos que tienes.

- Jajajaja, me vas a hacer sonrojar otra vez.

- Es que me gusta verte así, estas muy hermoso todo rojito.

El muchacho sonríe lleno de felicidad y se incorpora estirándose para vestirse. Al hacerlo los trozos de su lira caen de entre su ropa llamando la atención de Tholl que los recoge rápidamente para examinarlos.

- Se ha roto y por la forma diría que alguien la ha lanzado con furia contra algo.¿Me equivocaría si dijera que lo ha hecho la misma persona que te golpea tan duramente?

- No, no te equivocas. A él no le gusta que toque la lira, dice que es una actividad de mujeres o de débiles.

- Mime ¿por qué no te vas de su lado? Yo estaría más que feliz de llevarte conmigo, a mi casa.

El muchacho niega lentamente con la cabeza para acercarse a Tholl y poniéndose en puntas besarle en los labios y acariciar sus mejillas dulcemente.

- Eres maravilloso, todo lo que tienes de grande lo tienes de bondad y de amor. Me hace muy feliz el que te hayas fijado en mí, y nada me haría más ilusión que vivir junto a ti, pero por el momento no puedo mi amor.

- ¿Por qué Mime? ¿Acaso le debes algo a ese animal? Si es así yo lo pagare por ti, yo…

- No puedes pagar por mi Tholl, debo ser yo quien lo haga, pero te prometo que pronto iré contigo, solo te pido paciencia, serán unos pocos días a lo sumo, por favor, dime que me esperaras pacientemente sin hacer nada por buscarme o encontrarme.

- Esta bien, esperare y mientras te haré una lira nueva. No me mires con esa cara, soy bueno trabajando la madera. Me llevare esto pedazos y los recompondré para luego usarla como modelo, te prometo que sonara mejor que esta Será mi regalo de bienvenida a mi casa.

- De acuerdo amor, seguro que sonará divinamente.

Se funden en un largo y poderoso abrazo para despedirse con un apasionado e igualmente largo beso. Cada uno retoma su camino para volver a sus respectivas casas sin volver la vista atrás.

En cuanto Tholl llega a casa se dispone a examinar los troncos que tiene almacenados para el invierno buscando uno adecuado para la lira. Mime por su parte, se escabulle silenciosamente hasta su habitación para levantar un par de baldosas del suelo y sacar una segunda lira más pequeña que la rota pero de la que igualmente saca bellas notas con sus finos dedos.

Los siguientes cuatro días Tholl los pasa trabajando con todo su amor en la nueva lira de su niño y pensando en él a cada minuto, suspirando por verle atravesar la puerta principal con los brazos abiertos y corriendo hacia él. Mime los pasa esforzándose por agradar a su padre y por buscar el momento adecuado para hablarle de su deseo de irse a vivir con su amado.

Al quinto día sale de caza con su padre y durante el recorrido hasta el lugar de la misma Mime decide que ese será el momento de decírselo, por lo que toma aire profundamente varias veces para darse ánimo y por fin consigue articular las palabras necesarias.

- Padre, tengo que deciros algo. Me he enamorado y quiero independizarme para…

- ¿Enamorado – pregunta el padre sorprendido para bajar inmediatamente del caballo e indicarle que haga lo mismo- Vaya, vaya parece que no eres tan tonto como creía ¿quién es ella? Espero que sea la hija de un noble o al menos perteneciente a alguna de las más ricas familias.

- No es ni una cosa ni la otra – responde Mime encogiéndose sobre si mismo temiendo lo que pueda venir a continuación- Es alguien que tiene el más bello corazón  que puedas imaginar, alguien que le gusta mi música y que no le importa que no sea un guerrero famoso, alguien que me ama tal y como soy sin querer cambiar nada de mí… se trata de Tholl.

- ¿Tholl? ¿Me estas diciendo que estas enamorado de ese gigantón muerto de hambre que vive en las afueras del pueblo? ¿Acaso te has vuelto loco? ¡Por Odín, debí imaginar algo así! Ni siquiera sirves para prolongar la familia, eres un inútil integral… al menos podías haber elegido a algún familiar de la princesa Hilda o alguno de sus guerreros de elite, pero no, tenías que escoger a ese miserable campesino…

- El no es miserable ni muerto de hambre, no sabes lo que dices, no le conoces como yo… El es especial, esta lleno de amor, de sensibilidad, de…

Mime es callado bruscamente por un fuerte golpe en su estomago. Su padre le golpea sin piedad una y otra vez insultándole y gritándole lo mucho que se avergüenza de tener un hijo tan cobarde e inútil como él. Después de un rato consigue calmarse y le deja tendido en el bosque medio inconsciente y montando en su caballo se aleja del lugar sin volver la vista atrás un solo segundo. Al cabo de una hora larga Mime consigue reaccionar y con lágrimas en los ojos se acerca a su caballo para coger su pequeña lira y alejarse encogido sobre sí mismo y con los pies arrastras del lugar. Deambula sin rumbo fijo durante todo el día, levantándose cada vez que cae al suelo, ignorando el dolor de su cuerpo pero no así el de su alma. Por fin llega a una pequeña y escondida gruta en la que se mete para acurrucarse contra la pared abrazado a su lira y dejarse llevar por el agotamiento a un sueño muy profundo y pesado.

Al día siguiente Tholl ya no soporta más y sale a buscar a su niño. En esos cinco días ha estado preguntando a todo el mundo y ha conseguido averiguar donde vive Mime por lo que se encamina a su casa dispuesto a enfrentarse con quien haga falta. Cuando llega es anunciado al padre del chico el cual le recibe en la biblioteca.

- Buenos días – saluda Tholl inclinando ligeramente la cabeza y examinando al cansado y envejecido hombre que esta sentado con la cabeza entre las manos junto a la chimenea- He venido a visitar a su hijo Mime, ¿podría decirme donde puedo verle?

- Mi hijo no esta en casa – responde alzando la cabeza y enfocando unos enrojecidos ojos en él- No volvió ayer.

- ¿Cómo que no volvió? ¿De qué esta hablando? ¿Dónde esta? ¿Qué le ha pasado?

- Ayer le llevé a cazar y por el camino me habló de su intención de irse a vivir contigo. Me puse furioso con él y le golpee duramente dejándole en el camino. Pensé que volvería montado en su caballo como hace siempre, pero esta vez me equivoque, no ha vuelto, ha pasado la noche en el bosque rodeado de fieras salvajes… si le ha ocurrido algo jamás me lo perdonare… - el hombre estalla en un amargo llanto cubriéndose el rostro con manos temblorosas hasta que logra controlarse minimamente-  Yo solo quería convertirle en un buen guerrero…

- ¿A golpes? – estalla Tholl alzando al hombre por la pechera de su ropa y zarandeándolo bruscamente- ¿De verdad cree que se puede enseñar algo con semejantes palizas?

- Yo fui educado así, mi padre me azotaba cada vez que fallaba un tiro con el arco o era derribado por mi entrenador… nunca imagine que él no pudiera soportarlo. Es igual que su madre, delicado y dulce, y yo no he sabido verlo hasta esta noche en que ha faltado por primera vez… hasta esta noche no me he dado cuenta de lo importante que es para mí, de lo mucho que quiero a mi hijo y de lo vacía que esta la casa sin su música…

Tholl le lanza contra la butaca en la que estaba sentado fulminándole con la mirada y apretando los puños hasta la exasperación para no golpearle.

- ¿Dónde le abandonó? – pregunta con la voz rota por la ira y la preocupación por su niño amado.

- En el bosque, pasado el riachuelo que lo cruza y cerca de las zonas de pasto de los ciervos… encuéntrale, por favor encuentra a mi hijo y tráelo de vuelta sano y salvo, iría a buscarle yo mismo, pero temo que salga corriendo nada más verme… yo solo quería hacer de él un buen hombre y que se sintiera orgulloso de mí y he conseguido todo lo contrario: en vez de su amor, solo tengo su miedo y probablemente su odio…

Sin una sola palabra de consuelo hacia el hombre roto y destrozado Tholl sale de la casa para subirse a su caballo y lanzarse al galope a la zona que le ha indicado. Después de un par de horas llega al lugar y desmonta para tratar de seguir las huellas que haya podido dejar en su marcha. Durante un trecho consigue su objetivo pero al llegar a una zona de piedra las pierde, por lo que tiene que guiarse por su intuición. Al atardecer todavía no le ha encontrado y desabatido se deja caer al suelo para mirar a su alrededor preguntándose donde puede estar metido. De pronto una melodía muy triste inunda el aire, llenando de alegría su corazón, pues reconoce ese modo de tocar. Rápidamente se pone en pie y siguiendo las tristes notas llega a la cueva donde esta refugiado.

- Mime, mi precioso niño por fin te encuentro. Llevo todo el día buscándote desesperadamente, temiendo porque algo horrible hubiera podido pasarte…

El niño al escuchar su voz y verle deja caer su pequeña lira y corre a su encuentro sujetándose el costado dolorosamente para lanzarse a sus brazos y llorar contra su pecho liberando todo el dolor que le atenaza el corazón.

- Ya esta mi amor, ya mi pequeño niño… ya estamos juntos  para siempre, nadie volverá a hacerte daño…

Después de un rato de liberador llanto consigue tranquilizarse lo suficiente para poder mantener una conversación.

- ¿Cómo me has encontrado? – le pregunta alzando sus ojitos totalmente enrojecidos hacia él.

- Como no venías a casa decidí ir a buscarte a la tuya. Encontré a tu padre hundido y totalmente deshecho en la biblioteca por tu ausencia y me contó lo ocurrido ayer pidiéndome que te buscara.

- ¿Mi padre estaba preocupado por mi? – pregunta totalmente sorprendido- Creía que se avergonzaba de mi, que no quería saber absolutamente nada de mi…

- Mime ¿me quieres?

- Claro que si Tholl ¿por qué me preguntas eso?

- ¿Harías una cosa por mí?

- Si – responde moviendo la cabeza aún apoyada sobre su pecho- Sabes que haría cualquier cosa que tú me pidieras, pero ¿qué tiene eso que ver con mi padre?

- He estado pensando en él mientras te buscaba, en el dolor que sus palabras reflejaban, en el arrepentimiento y el amor que sus ojos dejaban ver, y en algo que me dijo…

- ¿Algo que te dijo?

- Si, me explicó que su padre, o sea tu abuelo, le educo a golpes de la misma manera que él a ti. Creo que sinceramente pensaba que estaba haciendo lo correcto, así que me preguntaba si querrías darle otra oportunidad. Pero eso si, viviendo conmigo. En cuanto lleguemos recogeremos tus cosas y te vendrás a mi casa.

- ¿Otra oportunidad? – se queda pensativo unos minutos- Si, claro que si. Es mi padre y le quiero, cuando era pequeño jugaba mucho conmigo y cuando mi madre murió siempre estaba pendiente de mí. Recuerdo que una vez atravesó una fuerte tormenta de nieve conmigo en brazos para llevarme a un médico porque tenía mucha fiebre y no me bajaba. Pero cuando cumplí los 9 años todo cambió, fue cuando me obligó a empezar el entrenamiento y se volvió muy duro conmigo… si, creo que tienes razón, le daré otra oportunidad, quiero recuperar al padre bueno y amante que tuve de pequeño, pero contigo a mi lado.

- Nunca me separare de ti precioso – y para dar más fuerza a esas palabras las sella con un beso lleno de amor y pasión.

Tholl le coge en brazos y le monta en el caballo para llevarle a su casa. Una vez allí asiste al reencuentro entre padre e hijo, enjugándose disimuladamente alguna lágrima ante el profundo arrepentimiento que el primero muestra ante el segundo. Les deja solos cuando la criada aparece con todas las pertenencias de Mime perfectamente embaladas para dedicarse a acomodarlas sobre el caballo. Cuando termina vuelve a entrar para encontrarlos fundidos en un fraternal abrazo.

- Mime – susurra su padre cuando se separa de él pero sin soltarle el rostro- se feliz, ve con él y recupera todo el amor que yo te he negado en estos años. Mi pequeño niño, lamento tanto todo el dolor que te he causado…

- Padre no hablemos más de ello. Corramos un tupido velo sobre ellos y empecemos de nuevo, hagamos cuenta que hemos estado separados y nos hemos vuelto a reencontrar por fin…

- No te merezco, no merezco un hijo tan bondadoso y gentil como tú. ¡Por Odín que ciego he estado! Siempre has siendo un caballero y yo tratando de convertirte en uno por la fuerza… ojala los dioses me perdonen por ello como tú lo has hecho.

Dándole un beso en la mejilla le conduce lentamente hasta Tholl y se lo entrega con una gran sonrisa.

- Cuídale mucho – le dice al grandullón- Devuélvele la sonrisa y la felicidad. Hazle feliz y dale todo el amor que se merece.

Tholl asiente en silencio y cogiéndole por la cintura con mucho cuidado para no lastimarle le monta en el caballo para coger él las riendas y tomar el camino hacia su casa y comenzar una nueva vida los dos juntos. Una vida llena de amor y felicidad.


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