La estación del subterráneo estaba medio vacía, parado en el andén un hombre en su uniforme de militar verde oliva con un enorme bolso a su lado se pasaba las manos por la cara, recién regresaba a casa después de dos años lejos y el viaje había sido agotador solo quería darse una ducha y acostarse, luego hablaría con su padre sobre como estuvo todo allá afuera.
Ese era James Carson con 1,85m de altura, fornido como solo la vida dura podría hacerte, de cabello castaño al estilo militar, ojos color miel y sonrisa de chiquillo travieso que conservaba aún con sus 33 años, no era un jovencito, hacía ya muchos años que estaba en el ejército y por eso mismo sabía que le gustaban los hombres, esa era la verdadera razón por la cual aun no se había casado ninguna mujer cumplia con su “tipo” por decirlo de alguna manera; el tren había llegado y el vagón estaba prácticamente vacio tomo un asiento doble y acomodo su bolso al lado, no había nadie de pie en el vagón pero tampoco quedaba ningún otro asiento, entonces, justo cuando el pitido anunciaba el cierre de las puertas un hombre delgado con el uniforme de la policía y un bolso a la espalda entro corriendo cerrándose las puertas justo en su trasero mientras el joven se doblaba un poco tomando aire.
James miro a cada lado y le hizo ademan al chico de que se sentase a su lado, ¿Por qué no darle el asiento? Solo era un bolso, lo acomodo a lado contrario y el chico tomo asiento, -Gracias- le contesto efusivo dejando escapar el aire que aun retenia calmando su respiración, vamos, que James era un hombre muy dulce pero no ciego aquel chico con la frente perlada de sudor era muy guapo con la tez blanca y el cabello ligeramente largo de color castaño claro, ojos de un azul pálido y un buen cuerpo que se advertía bajo el uniforme azul marino, su nombre era Daniel Lower aunque nuestro James aún no lo sepa; -No hay problema- le contesto el militar con un sonrisa amable -¿Regresas del servicio?- le pregunto con amabilidad el policía –exactamente, el viaje fue largo y aún me falta más o menos 45 minutos en tren- suspiro un poco cansado pero aun sonriéndole con suavidad –oh! ¿en serio? Yo también voy lejos- le dijo sin borrar la sonrisa de su rostro.
James se fijo en las ojeras que marcaban la nívea piel del mas joven -¿Turno doble?- pregunto por curiosidad –siii, tenemos falta de personal en esta estación y el dinero no viene nada mal- ambos rieron por lo bajo, “sería demasiado bueno que se fijara en mi” pensó nuestro querido militar mientras miraba a Daniel quitarse la gorra y peinar su cabello con los dedos echando la cabeza atrás y dejando expuesta la manzana de adán mientras cerraba los ojos, la garganta del militar se secó repentinamente y necesito aclararla –estoy realmente somnoliento- dijo Daniel riendo un poco –por cierto mi nombre es Daniel Lower, Capitán del departamento 4to de policía, si necesitas algo puedes preguntar por mi Coronel- dijo extendiendo su mano a James que algo apresurado la estrecho –jajajaja James, James Carson Coronel de la Armada Nacional a su servicio Capitán- la electricidad corrió por su mano hasta reventar en su pecho cuando ambas manos se estrecharon y esta misma sensación recorrió la mano del más joven que no se movió de su lugar.
Antes de darse cuenta después de la presentación ambos hombres se quedaron dormidos y al sentir que llegaban a su destino abrieron los ojos dándose cuenta de que nuestro amigo Policía había recostado su cabeza en el hombro de James quien apoyaba su cabeza de la ajena, ambos se miraron esperando una reacción de parte ajena pero nada sucedió, así que solo rieron un poco mientras un ligero rubor se instalaba en las mejillas de Daniel, acomodaron un poco sus ropas y el tren se detuvo mientras ambos se levantaban y reian de nuevo -¿Vives por aquí?- pregunto James –a un par de calles de esta salida- le indico mientras salían del subterráneo –wow yo vivo justo en dirección contraria- le dijo el Militar riendo un poco y señalando con la mano la dirección –entonces aquí nos despedimos- le dijo Daniel ofreciendo su mano un vez mas –Un placer conocerte Coronel Carson- James rio un poco para estrechar con firmeza su mano disfrutando un poco mas el roce de esa piel suave “que mala suerte, que mala suerte” repetia en su mente mientras se despedían –Solo James, no estoy en servicio jajajaja hasta pronto Daniel- miro aquellos orbes azules brillando mientras sonreía mostrando todos sus blancos dientes enmarcados de un nos labios rosas que se antojaban suaves al mayor.
Se separaron cada uno en su dirección y aunque James no se fijo, Daniel, cuando ya habían caminado poco más de media calle, se había volteado a verle suspirando con pesadez resignándose a llegar a casa; aquel departamento vació que le esperaba ahora que su hermana se había mudado recién casada con su esposo, “un buen hombre” pensó sonriendo un poco mientras se desvestía por completo entrando a la bañera y abrazando sus rodillas mientras el agua tibia relajaba su cuerpo “¿Qué pensarían de mi si supieran que soy gay? ¿Seguiría siendo su hermanito? Ahora que papá murió ya no importaría lo que digan otros, solo mi hermana… Estoy un poco cansado de estar solo” suspiro nuevamente jugando un poco con el agua que le rodeaba; al otro lado de esa misma manzana James llegaba a casa fijándose en que no había nadie dentro, reviso sobre la puerta encontrando un par de llavecitas para entrar dejó el pesado bolso a un lado y se encamino a su habitación, ya llegaría su padre, “¿siempre va a ser así? Solo me esperara una casa vacía cuando vuelva si sigo así…” pensó mientras se quitaba las pesadas botas y las camisas para tumbarse en la cama mientras encendía el AC y se quedaba dormido lentamente.
Esa noche, cada uno en su cama soñando profundamente recordaron el roce de la piel ajena, el color de los ojos y el cálido aroma del otro susurrando aquellos nombre recientemente aprendidos en sueños y anhelando un apretón de manos mas.