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Mascarada por starsdust

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Notas del fanfic:

Tenía ganas de volver a visitar a Albafica y Manigoldo... así que aquí está el resultado.

Notas del capitulo:

Capítulo 1 de 4.

Región de Toscana, Italia

Donde Grecia olía a mar, Toscana olía a miel. En las afueras de Florencia, el sol acariciaba las colinas cubiertas de flores. Manigoldo respiró hondo, deleitándose en los aromas del aire y disfrutando de la sensación de la hierba tierna contra su espalda. Un poco más lejos, la figura de Albafica de Piscis se levantaba sobre la pradera como una torre de marfil, hermosa e inalcanzable. Llevaba un buen tiempo en silencio.

Manigoldo podía imaginar lo que estaba pasando por su mente. Albafica prefería las misiones en solitario, pero el viejo Sage les había asignado esta a ambos, y no era la primera vez.

-No te aflijas, Albita. Hicimos un buen equipo la vez anterior, ¿o no?

-No se trata de eso. Sabes lo que significa que haya dos de nosotros. Esto no será tan simple como parece.

-No me quejo si eso significa pasar más tiempo contigo.

Manigoldo guiñó un ojo, y Albafica dejó escapar un suspiro derrotado.

El agente del santuario que acudió al punto de encuentro parecía ser tan joven como ellos, un muchacho de cabellos revueltos y enormes ojos curiosos. Su nombre era Agostino, y a pesar de su juventud trabajaba como médico. Como era de esperarse, la mirada de Agostino fue a parar a Albafica apenas estuvo lo suficientemente cerca como para reparar en su presencia.

Manigoldo reclamó su atención con un chasquido de dedos, y el chico bajó la vista mientras balbuceaba una apresurada disculpa. La belleza de Albafica solía tener ese efecto en las personas, y Manigoldo empezaba a entender por qué a su compañero le resultaba tan fastidioso.

-Es un honor conocerlos -dijo Agostino, haciendo su mejor esfuerzo por evitar mirar a Albafica-. Pero me temo que es ya demasiado tarde.

-¿Demasiado tarde para qué? -preguntó Manigoldo.

-La persona que el santuario busca se fue de Florencia durante la noche.

-¿Cómo puede ser? ¿No era que mañana es el día de la boda y todas esas cosas?

La misión tenía relación con una boda de la alta sociedad a la que tendrían que asistir para evitar un posible desastre, y Manigoldo había pasado todo el viaje fantaseando con las delicias de Toscana que serían servidas en el banquete. De un momento a otro, la soñada imagen de los quesos y los vinos se deshizo en mil pedazos, dejando paso a una vacía decepción.

-La boda fue suspendida. Y la novia está muerta. No hubo nada que pudiera hacer, excepto cortarle la cabeza, para evitar que regresara, como las otras...

Agostino apretó los puños, y al observarlo Manigoldo pudo jurar que por unos segundos la ráfaga de furia que lo consumía tomaba color y forma alrededor de ellos.

-¿A qué te refieres con que regresan? -intervino Albafica.

-Simplemente lo hacen. Incluso lo he visto con mis propios ojos. Personas a las que vi morir, y que fueron enterradas. Salen de sus tumbas, pero en general son apenas una sombra de lo que eran para entonces. Se convierten en otra cosa. Algo terrible, algo hambriento. Y estoy convencido de que ese hombre está involucrado.

-El novio, ¿verdad?

-Sí. Lord Ruthven -asintió Agostino-. Incluso ahora, nadie sospecha de él. Están ciegos. Sabe cómo manipular a la gente a su alrededor. Sabe lo que tiene que decir para tenerlos en la palma de su mano. Desde el primer momento sentí que él era diferente, y cuando investigué su procedencia me di cuenta de que su pasado estaba marcado por hechos inexplicables. Es mi culpa que se haya escapado esta vez...

-¿Tu culpa?

-Fui descuidado al seguirlo hasta Florencia. Quizás se haya ido porque se dio cuenta de que lo estaba espiando... Si hubiera sido más cuidadoso...

-Sí, probablemente haya sido tu culpa -dijo Manigoldo-. Deberías haber esperado por nosotros, como se te indicó desde un principio.

Esas palabras le robaron a Agostino la voz. Si la culpa pudiera tomar una forma física, en ese momento se hubiera convertido en una capa que lo cubría por completo. Aquel chico tenía las emociones tan a flor de piel que era doloroso observarlo.

-No creo que haya sido por ti, Agostino -dijo Albafica en un tono amable-. De ser así dudo que te hubiera dejado vivir.

El muchacho levantó la cabeza y miró hacia el cielo. En el momento en que su mirada se cruzó con la de Manigoldo, el caballero dorado notó el esfuerzo supremo del joven por contener las lágrimas.

-Sí, que crea que eres un mocoso descuidado no quita que esté de acuerdo con Alba. Y no importa adónde vaya, lo encontraremos.

-Tengo cierta idea de dónde pudo haber ido -dijo Agostino, y su voz sonó de pronto determinada y segura. El cambio de actitud fue repentino, y despertó el interés de los dos guerreros.

-¿Oh?

-El este de Europa. Transilvania.

Continuará...

Notas finales:

Jesús Barrero, la voz de Seiya, murió hoy, triste :(

En fin, aquí va el primer capítulo de una historia sin muchas pretensiones. Ya la terminé de escribir (estoy de vacaciones), así que 100% confirmado que ni voy a tardar mucho entre actualizaciones ni va a quedar colgada. Simplemente preciso revisar los otros capítulos para corregirlos. Son 4 capítulos en total, y este es el más corto.

No sé cada cuánto publicaré porque nunca publiqué de a partes una historia que ya estuviera completamente terminada XD Pero supongo que cada unos pocos días, así puedo releer y arreglar.

En esta historia va a haber referencias históricas y a un trabajo antiguo de dominio público del que hablaré mejor más cerca del final... No voy a adelantarme a explicarlo ahora porque será explicado en detalle más adelante, pero por ejemplo, Agostino es una versión ficcionalizada de una persona que existió. De todas maneras, ya hay suficientes pistas de por dónde va a ir la historia.



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