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MÁS ALLÁ DE LA LUNA por Gaia

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Notas del fanfic:

La pareja de este fanfic es un tanto inusual, la razón de escribir sobre ellos es que es una pareja que desde hace mucho tiempo manejo en el rol y le tengo mucho cariño.

 

Espero que ustedes quieran darle una oportunidad, estoy segura que es capaz de hacerles pasar un rato agradable.

 

Este fic ya está terminado, por lo que no deberán preocuparse porque lo deje a medias, no les digo que subiré un capítulo diario porque antes de subirlos realizo la revisión y correcciones necesarias, pero tengan la seguridad de que es una historia finalizada.

 

Espero que le den una oportunidad y que sea de su agrado, es una historia en la que he puesto mucho esfuerzo.

 

Disfrútenlo por favor.

Notas del capitulo:

Este pequeño capítulo sirve para introducir nuestro fic. Espero que llame aunque sea un poco su atención y deseen acompañarme en el siguiente capítulo.

 

Gracias por venir.

Disfruten de su lectura. <3

 

 

MÁS ALLÁ DE LA LUNA

 

 

1. Encuentro

 

Hacía ya casi un año que habíamos decidido separarnos. Luna Sea se había terminado, era aún muy doloroso pensarlo, tanto o más que cuando hubo la necesidad de decidirlo, a pesar del mutuo acuerdo de todos, de la excitación que vivíamos por nuestras carreras en solitario, nuestra separación había generado; al menos en mí, un vacío incalculable e incapaz de ser cubierto, de no ser por la ligera capa de la apariencia.

Nunca imaginé, cuando llegó el momento de tomar la decisión, que mi corazón sería oprimido así. En ese entonces pensaba en que tenía aquella dulce capa protectora y que a su vez, yo sería su protección también, pero… todo había sido muy diferente…

En aquel entonces estaba junto a él, y sentía que podría superarlo todo… porque estábamos los dos yambos podríamos sanar nuestra tristeza y ser felices, reírnos de todo lo vivido y hablarnos de todo lo soñado. Sí. Ya no seríamos LUNA SEA, pero seríamos él y yo… ¡Qué tan mal había estado mi planteamiento…! Porque ahora sólo quedaba yo…  yo siendo quemado, aplastado, asfixiado…

Afuera del pequeño café la lluvia comenzaba a caer, los primeros minutos fue suave y ligera, después se intensificó en potencia y las gotas aumentaron su grosor. Me levanté de la mesa casi oculta en la que me encontraba, pagué la cuenta y pronto estuve fuera del lugar; me puse la gorra que llevaba en la cabeza para no ser fácilmente identificado y aunque tenía también paraguas no me apetecía abrirlo;el agua de lluvia menguara un poco mi dolor revivido ante mis anteriores pensamientos dentro del café, si es que eso era posible.

Caminé por las calles que poco a poco se fueron vaciando de personas, faltaba media hora para que debiera regresar al estudio a trabajar en mis nuevas canciones, ahora eso era lo que me permitía sonreír en medio de la asfixia.  Tomé el camino largo hacia el estudio, tenía tiempo suficiente para llegar caminando, crucé la calle y di vuelta en la esquina, pensé en cruzar a la acera de enfrente, pues ahí se encontraba un parque y la vista de los árboles me tranquilizaba, sólo debía atravesar el carril de bicicletas. Bajé de la acera y di apenas un par de pasoscuando escuché el sonido de una campanilla apenas perceptible debido al fuerte repiqueteo de la lluvia. Giré la cabeza y pude distinguir apenas, una bicicleta aproximarse hacia mí, pero era demasiado tarde ya para esquivarlo… se estrelló contra mí.

Sentí el impacto de la bicicleta y mi inminente caída al suelo que hizo chapotear el agua que de lluvia e hizo volar la gorra que llevaba al otro extremo de la calle. No sentí dolor alguno pero no pude levantarme de inmediato, me incorporé medianamente mientras mi corazón latía aceleradamente, estaba asustado y furioso. Con la mirada busqué a quien me había embestido, lo encontréquitándose la bicicleta de encima y cuando al fin lo logró se acercó rápidamente a mí.

-¿Estás bien? –Preguntó con evidente preocupación en su voz, yo iba a decir que sí pero ni siquiera me dejó mover los labios- ¡Te sangra la nariz!  -dijo casi gritando.

Me toqué la nariz y luego vi mis dedos, noté la sangre roja que se atenuaba y desaparecía rápidamente con la lluvia, que para ese momento había menguado un poco. Él me tomó del brazo con fuerza y me levantó del suelo, tomó su bicicleta y un estuche para bajo que se echó al hombro y que yo apenas había notado. Subió a su vehículo y por un momento pensé que huiría, pero sorprendentemente, me tomó por los hombros y con un movimiento rápido me sentó en la parte de atrás, después comenzó a pedalear con fuerza, yo tuve que sujetarme de donde pude para no caer. Poco después comencé a notar el dolor en mi nariz y cómo la molestaban las gotas de lluvia que caían en ella.

Estábamos en la sala de espera de una clínica, yo pensaba que todo aquello era innecesario, mi nariz había dejado de sangrar aunque aún me dolía un poco. Tenía la vista fija en la ventana, afuera la lluvia, aunque suave, parecía que jamás se detendría.

Giré la cabeza y lo miré atentamente: recargaba su mentón en una de sus manos, su cabello mojado aún goteaba, su nariz era aguileña pero pequeña, sus labios eran delgados, pero tenían una forma bien definida… ¡de pronto me quedé congelado!  Me di cuenta de algo: había algo muy familiar para mí en él, como un fuerte flechazo llegó a mí su identidad.

-¿Heath-san? –dije como si dudara, aunque realmente tenía la seguridad de quién era. Él me miró de reojo.

-¡Al fin te diste cuenta! –Él me sonrió amablemente- Por un momento pensé que te habías olvidado de mí.

-¡No, para nada! Lo que pasa es que me tomó por sorpresa.

-Sorpresa no tan agradable ¿verdad? –Dijo riendo- No te preocupes, yo tuve la culpa por haberte embestido así –sentí su mano sobre mi hombro. Me sentía bastante tonto por no haberlo reconocido de inmediato.

Como suponía el golpe en mi nariz no fue serio. Afuera parecía que la lluvia continuaría por siempre, así que estuvimos atrapados en la clínica durante largo rato. Pero lejos de experimentar aburrimiento o ansiedad porque la hora de volver al estudio tenía tiempo que había pasado; tuve un momento tan ameno y feliz como en mucho tiempo no lo había tenido. Hablamos de X y de Luna Sea, de los conciertos juntos, de cada uno de nuestros compañeros. Me sorprendió con la naturalidad que pude hacerlo, el dolor que últimamente me embargaba al recodar aquella época; en ese momento parecía no estar ahí.

-¿Recuerdas ese día? Después del concierto el escenario quedó destrozado y todos tuvimos que pagar la reparación del lugar. Lo que habíamos ganado se fue en eso y Yoshiki se puso furioso con Hide –dijo entre risas.

Yo reí también, claro que recordaba aquel día, a pesar de que nadie de nosotros estaba en sus cinco sentidos, lo recodaba nítidamente.

-Recuerdo el rostro molesto de Yoshiki-san cuando vio que también destrozamos los camerinos. Daba miedo –dije y él rió de nuevo, su risa era suave, incluso parecía algo tímida, pero sincera, verlo reír así me hizo sentir bien.

Para cuando la lluvia se detuvo era ya muy tarde, aún así yo debía volver al estudio, había demasiado trabajo qué hacer.

-Espero volver a verte pronto –tomó su bicicleta y subió en ella.

-Yo también lo espero –dije deseándolo de verdad, como pidiéndole un deseo a las estrellas. No sé porqué pero sentí un apremiante deseo de prolongar ese momento. Cuando volví al estudio el resto del día estuve pensando en aquel encuentro.


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