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Bienvenida a casa. por ROOM

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POV Autor:

-          ¿Una explosión?

-          ¿Qué está pasando?

Los reclusos comenzaron a desesperarse, el ruido de la explosión retumbó por todos lados y el suelo temblaba, no fue un simple fallo en un experimento. Las alarmas sonaban y las luces se volvieron rojas y parpadeantes, el temblor cada vez era más fuerte y los barrotes comenzaron a ceder.

-          ¡HAY QUE SALIR DE AQUÍ!

-          ¡CORRAN, ES NUESTRA OPORTUNIDAD!

Esos eran los gritos de los reclusos y todos comenzaron a salir de sus celdas buscando una salida de su prisión. Los marines al principio no notaron el escape por las alarmas y el temblor pero los gritos y las personas corriendo por todos lados alertaron hasta al propio Caesar que empezó a chillar.

-          ¡Captúrenlos! ¡No los dejen escapar!

-          Señor, son demasiados. Han cogido objetos y están peleando contra los soldados.

-          ¡ME DA IGUAL! ¡QUE NO ESCAPEN! ¡MATADLES SI ES NECESARIO PERO QUE NO ESCAPE NINGUNO!- la cara del científico esta vez sí era la de un auténtico demonio, incluso desprendía un aura oscura realmente atemorizante, el pobre marine que le informaba de la situación temblaba ante su presencia.

-          ¡S-s-sí, Señor! Informaré a los soldados de inmediato.

Desde la posición del científico se podía ver todo el lugar, los reclusos si habían cogido cualquier cosa que les sirviera para defenderse: barrotes, sillas, mesas, las propias armas de los marines que iban derrotando, realmente eran muchos.

En medio de la lucha Robert oji-san buscaba una vía de escape lo más rápido posible, en medio de todo aquello no notarían la desaparición de un anciano y siete críos, así que corriendo por todos lados encontró un pasillo por el que se veía la luz del sol entrando por las ventanas.

-          Bien, por aquí podremos salir- pensó- ¡NIÑOS POR AQUÍ! ¡RÁPIDO!

-          ¡OJI-SAN!

-          ¡CORRED! ¡CORRED!

Cada vez la luz era más brillante, ya casi llegaban, pero….

-          ¡ALTO! ¡SI SIGUEN DISPARO!

Varios soldados salieron y les bloquearon el camino, los niños no estaban desarmados pero semejante grupo no podía hacerle frente a una docena de marines con armas de fuego y espadas.

-          ¡Retrocedan o dispararemos! ¡Regresen a vuestras celdas ahora mismo!

La mente de Robert trabajaba a mil por hora- ¿Qué hago? Ni de broma los llevo de regreso a esa celda-suspira- No queda de otra, igual no es que fuera a durar mucho más.- Robert se volteó hacia los niños y sonrió.

-          No se preocupen, solo corran cuando les diga. ¿De acuerdo?

-          ¿¡Qué dices, anciano!?- los soldados estaban ya a punto de disparar ante el menor movimiento.

-          ¡CORRED, CORRED! ¡Y NO MIREN ATRÁS, SOLO CORRAN!- Robert, con la poca fuerza que le quedaba levanto una ráfaga de aire y las balas salieron desviadas por todos lados, la oportunidad perfecta para escapar.

Los niños algo aturdidos corrieron como les dijo, sin mirar atrás y solo pensando en salir de ese infierno de balas y gritos. Sin embargo uno si miró atrás y vio como a Robert estaban a punto de cogerle, sin pensarlo regresó y comenzó a apalear a los marines con el barrote que tenía en la mano.

-          ¡¿PERO QUE HACES!? ¡LES DIJE QUE CORRIERAIS!

-          ¡NO TE DEJARÉ AQUÍ! DIJISTE QUE NO AYUDARÍAS A SER FUERTES ¡LO PROMETISTE!

Logró llegar a Robert y agarrándole de la mano comenzó a correr hacia la salida donde estaban los demás, algunos de los soldados cayeron inconscientes por la ráfaga, los que estaban de pie los perseguían. Robert se volteó y se dio cuenta que uno de ellos tenía un cañón largo en el hombro apuntándoles, soltó al pequeño y abrió los brazos para recibir el golpe y detenerle, sería anciano pero fue muy fuerte antes de ser encerrado en ese lugar, podía detener ese disparo  y salvar al otro, y eso hizo…

-          ¿Oji-san?- se volteó al sentir que soltaban su mano, en una fracción de segundo sintió una explosión, una sombra le cubría, levantó la mirada.

-          ¡¡OJI-SAAAAAAAAN!!

-          Vete… corre y vive- fue lo último que dijo Robert antes de desvanecerse en el aire con una suave sonrisa.

-          ¡Coged a la mocosa! ¡Los otros no deben estar muy lejos, hay que cogerles!

El suelo comenzó a temblar y una luz roja comenzó a notarse, los soldados, temerosos miraron en dirección a la luz y ahí estaba. Con un grito desgarrador el temblor aumentó aún más, las armas de los soldados salieron de sus manos y las que estaban desperdigadas en el suelo también se movieron, rodeando a la niña, con un movimiento de su mano las hizo girar en dirección a los marines y las lanzó, dejándolos a todos en el suelo muertos o heridos de gravedad. La pequeña se quedó hincada en el suelo, sollozando y gritando hasta que los niños la alzaron y se la llevaron para salir de ese infierno de una vez.

Corrieron por todo el pasillo, la luz cegadora del sol casi no los dejaba ni ver pero aún sí tenían que ir lo más lejos posible. El mar estaba muy cerca, lo podían ver desde que salieron, debía haber algún puerto cerca, con robar un bote y esconderse en alguna isla cercana era suficiente por el momento.

No sentían a nadie persiguiéndolos y cuando voltearon solo veían humo y fuego, no quedaba mucho del laboratorio pero seguro habían soldados y científicos rondando la zona o escapando en barcos, siguieron andando hasta que dieron con un pequeño puerto, habían personas por todos lados, debían esconderse, era eso o ser capturados de nuevo, encontraron una cueva y se quedaron allí, solo podían esperar a que se calmaran las aguas. Llegó la noche, ya no había ruido de gritos o de fuego, eso era bueno, al parecer ya todos habían abandonado la isla, mejor esperar.

Mañana será otro día…  

Notas finales:

Arriba no dejé notas porque este lo hice un poquito más largo, espero que les guste.

besos a todos!! chauuuuu


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