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Dulce melodía por LindAngel

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia No me pertenecen a mí son de Tadatoshi Fujimaki, SOLO la historia es mía, los personajes No lo son. 

Notas del capitulo:

Hola, que tal les va? Espero que bien xD Bueno solo quería explicar que cuando son comillas es un pensamiento y cuando son comillas y cursiva es un recuerdo, también quería advertirles que tal vez esta historia sea algo triste tal vez no, ¿Quién sabe? No prometo nada :v Espero que les guste, Saludos (OwO)/  

“Recuerdo que fue durante mis vacaciones de verano la primera vez que lo vi… al principio pensé que estaba soñándolo, él era muy hermoso… un Ángel, mi Ángel…pero aquel día lo que más llamó mi atención no fue su aspecto físico… fue aquella preciosa voz tarareando una canción, que para mí fue… Una dulce melodía…”

 

Primer capítulo: Encontré un Ángel

 

-“Es la primera vez que voy donde el tío Eliot…” – pensaba un pequeño niño de ojos y cabellos rojizos, cuyo nombre era Kagami Taiga de 10 años de edad – “… el campo ¿eh?... Todos dicen que allí es aburrido” – pensó dando un suspiro mientras veía por la ventana del autobús – “Aburrido, aburrido, aburrido…” – pensaba una y otra vez, lo que no sabía era que ese viaje seria todo menos aburrido…

 

-¡Woah! Taiga, estas más grande de lo que te imaginaba, la última vez que te vi apenas eras un bebe – dijo su tío abrazándolo.

 

-¿Eh? Si, supongo…

 

-Jajaja, eres idéntico a tu padre, mi hermano – el hombre de cabellos azules sonrió al pequeño pelirrojo.

 

-Bueno, todo el mundo me dice eso – respondió Taiga sonriendo nerviosamente.

 

-Es porque es la verdad, ven, vamos adentro, te mostrare tu habitación – el hombre tomo las dos maletas del pelirrojo y ambos caminaron hacia adentro de la casa, subieron las escaleras, el hombre abrió la puerta y dijo – Esta será tu habitación, es algo pequeña, pero espero estés cómodo en ella – bajo las maletas y volvió a sonreír – Cuando termines de acomodar tus cosas por favor baja, quiero que conozcas a mis hijos, sé que te agradaran mucho – dicho esto salió cerrando la puerta tras de sí, dejando a Taiga solo.

 

-“Si, claro” – pensó, dio un suspiro y comenzó a acomodar sus pertenecías, luego de un rato termino con su labor – “Por fin termine, aunque bueno, no eran muchas cosas después de todo…” – pensó y luego salió de la habitación, bajo las escaleras y se encontró con su tío que estaba sentado en uno de los sofás de la pequeña sala.

 

-… ¡Ah! Taiga ¿Ya terminaste? – pregunto al darse cuenta de la presencia del pelirrojo.

 

-Sí, ya está todo – respondió Taiga.

 

-Me alegra, ven aquí – Taiga camino hasta donde estaba el peliazul, este se levantó y sonrió - ¡Daiki! ¡Tetsuya! ¡Vengan aquí! – grito, sorprendiendo un poco a Taiga, pasaron unos pocos minutos y apareció un niño de piel morena, cabellos y ojos color azul oscuro, de su misma estatura y mirada aburrida.

 

-¿Qué sucede, viejo? – Pregunto como si nada – Espero sea algo importante, estaba durmiendo… - entonces fijo su mirada en el pelirrojo - ¿Quién es él? – pregunto señalando a Taiga.

 

-Daiki, no me digas así, no estoy tan viejo… él es tu primo, Kagami Taiga, espero te lleves bien con él.

 

Los dos niños se vieron fijamente por un momento, como analizándose el uno al otro, hasta que el niño peliazul decidió hablar – Si, si, lo que digas – y bostezo, acto que molesto un poco a Taiga.

 

-¡Daiki! Compórtate – el mayor regaño a su hijo un poco enojado - …Por cierto ¿Dónde está tu hermano?... ahora que lo pienso no lo eh visto desde la mañana… - dijo algo preocupado, aun no se acostumbraba a aquel raro comportamiento de su hijo pequeño, desde las últimas vacaciones hacia lo mismo casi diariamente, salía sin que nadie se diese cuenta y cuando regresaba era de tarde, pero, lo único que le agradaba de aquello era la radiante sonrisa que ponía al llegar, algo que recompensaba aquella pequeña preocupación del mayor.

 

-Ahora que lo dices, yo tampoco lo eh visto – comento Daiki abriendo levemente sus ojos - ¡Rayos! Otra vez volvió a salir, voy a buscarlo… - dijo dándose media vuelta, dispuesto a ir a buscar a su pequeño y tonto hermanito.

 

-Daiki, espera – lo detuvo su padre - ¿Por qué no llevas a Taiga contigo? Así conoce un poco la zona – dijo sonriendo, sorprendiendo a Taiga con aquellas repentinas palabras.

 

-TSK – chasqueo su lengua Daiki – Que más da, Oe, ven, sígueme – dijo desganado y comenzó a caminar.

 

-“Lo que me faltaba, buscar a un mocoso revoltoso…” – pensó Taiga siguiendo a Daiki.

 

-Bien, yo buscare por aquí – dijo el peliazul señalando al lado derecho – Tu ve por allá – señalo a la izquierda, aunque para Taiga todo era exactamente igual, todo a su alrededor no eran  más que árboles, arbustos y rocas, “aburrido” era un pensamiento constante en su mente – Tal vez este por allí, tal vez no, lo único que sé es que por ese lado hay un rio no tan grande, no es tan hondo, pero aun así ten mucho cuidado hay ocasiones en las que suele crecer… Si lo encuentras tráelo de vuelta, no importa si se opones, si tienes que arrastrarlo hazlo. – dicho esto le dio la espalda al pelirrojo, dispuesto a iniciar su caminata.

 

-¡Espera! – Grito Taiga - ¿Cómo sabré si es él? No lo conozco en persona, no sé cómo es… - pregunto dudoso.

 

-Mmmm… - giro a verlo con cara pensativa – Solo digamos que es como ver a un pequeño gatito arisco, puede parecerte adorable, pero es muy tosco, ah, y también fastidioso.

 

-¿Qué quieres decir? – pregunto más confundido el pelirrojo ante el estúpido comentario de Daiki.

 

El peliazul suspiro – Eres un aburrido – dijo Daiki serio, Taiga se enojó ante el comentario - Tiene los ojos y el cabello celeste, se llama Tetsuya, así que responderá a ese nombre – dijo como si nada y nuevamente se dio la vuelta empezando a caminar – Nos vemos, Ba-ka-ga-mi – dijo sin mirarlo, soltando una risa burlona y sacudiendo su mano, para luego desaparecer entre los árboles.

 

Taiga suspiro resignado, y luego comenzó a caminar – “Como odio todo esto, ahora mismo estaría jugando baloncesto con mis amigos, pero, supongo que mis padres tienen algo de razón, quizás ya no vuelva aquí y…” – pensaba triste con su mirada en el suelo, hasta que…

 

-Lalalala Lalalala Lalala~ - Taiga escucho un hermoso tarareo, aquella voz llamo de inmediato su atención, rápidamente levanto su rostro sorprendido.

 

-“…Esa voz… es… Es simplemente hermosa...” – pensó con sus ojos abiertos – Se escucha… Se escucha por aquellos arbustos… - dicho esto comenzó a caminar guiado por aquel tarareo, por aquella dulce voz… Por aquella “Dulce melodía”. Camino hasta unos arbustos, los aparto un poco y lo primero que vio fue una pequeña silueta sentada de espaldas en una roca en la orilla del rio, era un niño de revueltos cabellos celestes, tenía sus pequeños pies metidos en el agua, moviendo su cabecita de un lado a otro sin dejar de tararear aquella hermosa melodía. Taiga, como hipnotizado por el canto de una sirena, camino hacia el pequeño niño en silencio, hasta que sin querer piso una rama, quebrándola y haciendo ruido, llamando así la atención del niño, quien dejando de cantar rápidamente se puso de pie y se giró para ver al “Intruso”. Taiga al verlo completamente quedo maravillado con tal belleza – “No solo su voz es hermosa…” – pendo si poder dejar de verlo, el niño parado frente a él, con su mirada desafiante y sus cabellos revueltos era hermoso, refrescante, sus ojos eran de un color celeste tan profundo, eran intensos, pero aun así daba tranquilidad el solo verlos, eran como un pedazo de cielo, grandes y adornados elegantemente por largas pestañas, su piel era blanca como la nieve, nívea, era como una pequeña muñequita de porcelana, sus labios rosados, casi rojos, como una dulce manzana, tentaban el morderlos, sus cabellos celestes al igual que sus ojos, brillaban con el reflejo del sol y se mecían levemente con viento soplando, sus cabellos revueltos le daban un toque atrevido, sensual, contrastando con su adorable estatura pequeña, solo una palabra podía describirlo… - “…Un Ángel…encontré un Ángel…” – pensó con su boca semiabierta.

 

-¿Quién eres tú? ¿Qué quieres? – pregunto el pequeño de orbes celestes con su ceño fruncido, sacando a Taiga de su no tan pequeño shock.

 

-¡¿Ah?!... L-Lo siento, s-solo pasaba por aquí – dijo algo nervioso el pelirrojo – Me llamo Kagami Taiga… - dijo y entonces recordó lo que le dijo el tonto de Daiki “Cabellos y ojos celestes” “Un pequeño gatito arisco” - …Por casualidad, ¿Tu eres Tetsuya? – el pequeño parado frente a él abrió levemente sus ojitos, poniendo su expresión más relajada y aflojando sus pequeños puños, suspiro suavemente – “Si es él…” – pensó Kagami.

 

-Sí, ¿Cómo lo sabes? – pregunto un poco más relajado.

 

-Bueno, tu padre te está buscando, así que Daiki y yo salimos a buscarte.

 

-¿Eh? Pero ¿Cómo sabes de Daiki? ¿Quién eres? No te había visto antes, ¿Eres nuevo? – pregunto Tetsuya algo sorprendido y a la vez emocionado.

 

-Bueno… Soy tu primo, Kagami Taiga, pero puedes llamarme Taiga – se acercó hasta el pequeño – Es un gusto el conocerte, Tetsuya – estiro su brazo, el pequeño lo miro dudoso, luego sonrió e hizo lo mismo, ambos estrecharon sus manos.

 

-También es un gusto, pero será mejor que volvamos, ya es algo tarde, papa debe estar preocupado y Daiki ya debió de haber regresado a dormir como siempre – dijo dando un pesado suspiro.

 

-Amm, si, aunque no recuerdo el camino de regreso, así que… - dijo Taiga riendo nervioso.

 

-Tranquilo, yo seré tu guía, ven, vamos – dijo Tetsuya con algo de superioridad, burlón, y luego soltó una pequeña y dulce risita.

 

-Sí, Señor guía – Taiga también rio, y ambos comenzaron su caminata de regreso a casa.

 

-Así que, tu eres el chico que venía hoy de la ciudad, espero te guste estar aquí, es muy tranquilo y agradable, especialmente aquel rio – comento Tetsuya sonriéndole.

 

-“Si tú estás conmigo de seguro será muy agradable…” – pendo el pelirrojo viendo aquella adorable sonrisa – Si, bueno, es tranquilo, así que si me gusta, supongo.  –dijo dudoso y nervioso.

 

Tetsuya lo quedo viendo un rato y luego hablo – Genial, ¿Sabes? Te pareces a mi hermano Daiki – dijo sorprendiendo a Taiga – Ya verás que nos divertiremos mucho juntos – con eso hizo sonrojar levemente a Taiga, que repetía “Juntos” en su mente una y otra vez.

 

-¿Eh? Si, espero y sigas siendo mi guía – dijo sacando otra pequeña risita de parte de Tetsuya, prometiéndose así mismo que durante este visita le sacaría muchas más, pues cuando el peliceleste sonreía era verdaderamente precioso – Amm ¿No deberíamos buscar a Daiki? – pregunto cambiando de tema, no quería otro sonrojo.

 

-Nhe, no te preocupes, él sabe el camino a casa, ya debió de haber regresado, además tengo el presentimiento de que te engaño – dijo el peliceleste restándole importancia – Mmmm Por si acaso ¿él te dijo que fueras hacia el rio sin que supieras que yo estaba allí?

 

-¿Cómo lo sabes? – pregunto el pelirrojo sorprendido.

 

-Porque él sabe que siempre voy allí, de seguro él te engaño para que tu fueras a buscarme mientras él se escondió detrás de un arbusto hasta que te fueras y se regresó a casa Jajajajaja Es tan típico de Daiki – dijo Tetsuya riéndose.

 

-¿Eh? ¿Enserio? – Taiga estaba sorprendido y algo enojado con Daiki - ¿Por qué es así de flojo?

 

-¿Eh? Bueno, solo es así durante las vacaciones, en la escuela es bastante sobreprotector – comento Tetsuya algo fastidiado – al principio de las vacaciones del año pasado, cuando encontré aquel rio y comencé a ir allí frecuentemente, él siempre me seguía, me regañaba y se quedaba conmigo acompañándome, pero entonces un día dijo que era aburrido y nunca más me acompaño, por eso vengo solo – suspiro con algo de tristeza, Taiga lo noto, y poniendo una mano en su cabeza dijo…

 

-Pues ya no iras solo, desde hoy yo seré tu compañía – sonrió el pelirrojo y revolvió los suaves cabellos celestes, cosa que quiso hacer desde la primera vez que lo vio.

 

Tetsuya lo veía con sus ojitos llenos de brillo - ¿Enserio me harás compañía Kagami-kun? – pregunto el pequeño emocionado.

 

Taiga lo vio un rato, apreciando la hermosa y pequeña sonrisa que se había formado en los rojizos labios de Tetsuya – Por supuesto, ya verás que nos divertiremos mucho juntos durante todo este tiempo – dijo el pelirrojo también emocionado.

 

-Gracias – dijo el pequeño y ambos empezaron a reír, imaginando momentos realmente divertidos juntos, después de todo, las vacaciones recién comenzaban…

 

Continuará…  


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